Lo que sigue es de la columna por entregas de Edward Luttwak en la portada de la revista mensual "Hanada", que llegó ayer a mi casa.
Es una lectura obligada no sólo para el pueblo japonés, sino para la gente de todo el mundo.
Prepárense para la "Guerra de Xi Jinping".
Xi Jinping está en marcha.
Según el Diario del Pueblo, afiliado al Partido Comunista Chino, el 6 de julio, Xi Jinping visitó el cuartel general del Área de Guerra Oriental, encargada de la zona de Taiwán en el ejército chino, y dijo: "Debemos acelerar la mejora de nuestra capacidad para luchar y vencer.
Debemos considerar seriamente el significado de estas palabras.
En primer lugar, no se trata de una declaración dirigida al Ejército Popular de Liberación en el Teatro Oriental (que está a cargo de los desembarcos en Taiwán e incluso de la lucha contra Japón) para que "defienda a China".
Es importante señalar que dice: "Luchar y ganar".
En segundo lugar, Taiwán no tiene planes de invadir China continental.
Hasta la década de 1980, Taiwán supuestamente tenía planes para retomar China continental, pero hoy no cuenta con esa fuerza ni tiene planes para hacerlo.
La tercera es que sólo Xi Jinping puede iniciar esa "lucha".
Una cosa es de interés aquí.
Los gobiernos japonés y estadounidense no han reaccionado en modo alguno a esta declaración.
Por supuesto, la declaración apareció en las noticias, pero los gobiernos japonés y estadounidense no respondieron oficialmente, diciendo que era irresponsable.
Es como si trataran la declaración como "las divagaciones de un niño ruidoso".
Sin embargo, desde un punto de vista estratégico, ¿es apropiado tratar las declaraciones de Xi como "un juego de niños"?
En la actualidad, China no está dirigida por el Partido Comunista, sino por el propio Xi Jinping.
¿Qué pasaría si Xi Jinping, que se ha convertido en "la propia China", se levantara una mañana de mal humor y de repente declarara la guerra?
¿Y si un médico, tras un chequeo, le dice: "Tiene usted cáncer"?
Podría pensar: "Antes de morir, debo empezar una guerra y tomar Taiwán".
No es ninguna broma.
Los historiadores coinciden en que uno de los factores más significativos para que Adolf Hitler iniciara la Segunda Guerra Mundial antes de lo previsto fue el deterioro de su salud.
Fue en 1933 cuando los nazis, liderados por él mismo, llegaron al poder en Alemania.
La salud de Hitler tendió a deteriorarse después de eso, y constantemente recibía medicación e inyecciones de Theodor Morell, a quien había traído como médico.
Hitler planeó la guerra en Europa y supuso que estaría lista entre 1943 y 1945.
En realidad, sin embargo, la guerra comenzó en 1939, cuando el ejército y la economía alemanes no estaban preparados.
Se dice que se debió a la impaciencia causada por los problemas de salud de Hitler.
Permítanme contarles la historia de un diplomático.
Se trata de un hombre muy conocido por los japoneses, Wang Yi.
Actualmente es el máximo diplomático del Partido Comunista Chino y miembro del Buró Político Central. Cuando era embajador chino en Japón, era tan simpático y bien recibido que iba regularmente a jugar al golf con políticos y ejecutivos japoneses gracias a su dominio del japonés.
Sin embargo, tras regresar a Pekín, hizo lo contrario de lo que se supone que debe hacer un "diplomático"; es decir, hizo repetidamente declaraciones agresivas a otros países, causando malestar, y así fue como ascendió en el escalafón y alcanzó su actual cargo.
¿Qué significa esto?
Es Xi Jinping quien ha cambiado a Wang Yi.
En otras palabras, actuar de forma agresiva y no diplomática le viene bien a Xi Jinping.
También significa que Xi Jinping quiere conflictos.
Por eso Xi se tomó la molestia de decir que "la relación histórica entre China y las islas Ryukyu es profunda", lo que arroja dudas sobre la cuestión de la propiedad de Okinawa.
En este punto, me gustaría llamar su atención sobre los recientes acontecimientos en la Unión Europea (UE).
Conocían la importancia de las relaciones comerciales y mantenían excelentes relaciones con China hasta hace pocos años.
Llevaban siete años de arduas conversaciones para concluir un acuerdo de libre comercio con China.
Sin embargo, esas conversaciones se han estancado y la UE incluso está animando a los países participantes a enviar buques a Asia Oriental para realizar allí operaciones de libre navegación.
En otras palabras, la UE desconfía cada vez más de China y le ha cerrado las puertas.
Los europeos se han dado cuenta.
Xi Jinping ha empezado a comportarse como Hitler.
Los líderes de Japón y Estados Unidos deben tomar ahora una decisión.
¿Es Xi Jinping, que está diciendo a los militares que "se preparen para la guerra", sólo un "niño ruidoso", o se parece más a Hitler, que realmente está tratando de iniciar una guerra?
No hay garantías de que Xi Jinping no sea tan impaciente como Hitler.
Debemos estar preparados.
Edward Lutowaczk
Estratega
