2021/5/17
El siguiente es un artículo relacionado con el capítulo que publicamos el 17/5/15 titulado «en 2015 detallaron cómo convertir el virus del SARS en un arma biológica, cómo utilizarla y».
https://www.businesstoday.in/current/economy-politics/chinese-military-probed-weaponising-coronavirus-in-201
Militares chinos probaron convertir en arma el coronavirus en 2015; afirman documentos filtrados.
El documento cuenta entre sus autores con algunas de las principales figuras de la sanidad pública china y se revelará en un próximo libro sobre los orígenes del COVID, «What Happened In Wuhan».
PTI | 10 de mayo de 2021
Científicos militares chinos investigaron supuestamente el armamento de coronavirus cinco años antes de la pandemia COVID-19.
Podrían haber predicho una Tercera Guerra Mundial librada con armas biológicas, según informes de los medios de comunicación que hacen referencia a documentos obtenidos por el Departamento de Estado estadounidense.
Según el diario británico The Sun, citando informaciones publicadas en primer lugar por The Australian, los documentos «bomba» obtenidos por el Departamento de Estado estadounidense muestran supuestamente a los mandos del Ejército Popular de Liberación (EPL) chino haciendo la siniestra predicción.
Los funcionarios estadounidenses supuestamente obtuvieron los documentos escritos por científicos militares y altos funcionarios chinos de salud pública en 2015 como parte de su investigación sobre los orígenes de COVID-19.
Los científicos chinos describieron los coronavirus del SARS -de los cuales el COVID es un ejemplo- como presentando una «nueva era de armas genéticas.»
Los coronavirus son una gran familia de virus. Varios de ellos causan enfermedades respiratorias en humanos, desde el resfriado común hasta el síndrome respiratorio agudo severo (SARS).
Los documentos del EPL a los que se hace referencia parecen fantasear con que un ataque con armas biológicas podría provocar el «colapso del sistema médico del enemigo».
Hace referencia a los trabajos del coronel de las Fuerzas Aéreas estadounidenses Michael J. Ainscough, que predijo que la Tercera Guerra Mundial podría librarse con armas biológicas.
El documento también incluye reflexiones sobre la posibilidad de que el SRAS -que afectó a China en 2003- fuera un arma biológica artificial desencadenada deliberadamente por «terroristas».
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Al parecer, se jactaban de que los virus podrían ser «manipulados artificialmente para convertirlos en un virus de enfermedad humana emergente, y luego convertirlos en armas y desencadenarlas de una forma nunca vista».
El documento cuenta entre sus autores con algunas de las principales figuras de la sanidad pública china y se revelará en un próximo libro sobre los orígenes del COVID, «What Happened In Wuhan».
China informó del primer caso de COVID-19 en la ciudad central china de Wuhan a finales de 2019, y desde entonces, la enfermedad mortal se ha convertido en una pandemia, afectando a más de 15.77.89.300 personas y causando más de 32.85.200 muertes en todo el mundo.
El parlamentario Tom Tugendhat y el político australiano James Paterson afirmaron que el documento plantea importantes preocupaciones sobre la transparencia de China en cuanto a los orígenes de COVID-19.
Tugendhat, presidente del Comité Selecto de Asuntos Exteriores de la Cámara de los Comunes, fue citado en «The Sun» diciendo: «El evidente interés de China por las armas biológicas es muy preocupante. Incluso bajo los controles más estrictos, estas armas son peligrosas».
«Este documento suscita grandes preocupaciones sobre las ambiciones de algunos de los que asesoran a la cúpula del partido».
Peter Jennings, director ejecutivo del Instituto Australiano de Política Estratégica (ASPI), declaró a news.com.au que el documento es lo más parecido a una «pistola humeante» que tenemos.
«Creo que es importante porque demuestra claramente que los científicos chinos estaban pensando en la aplicación militar de diferentes cepas de coronavirus y en cómo podrían desplegarse», afirmó Jennings.
«Comienza a afianzar la posibilidad de que lo que tenemos aquí es la liberación accidental de un patógeno para uso militar», añadió Jennings.
También dijo que el documento puede explicar por qué China se ha mostrado tan reacia a las investigaciones externas sobre los orígenes de COVID-19.
«Si se tratara de un caso de transmisión procedente de un mercado húmedo, a China le interesaría cooperar... pero nos ha ocurrido lo contrario».
Entre los 18 autores del documento figuran científicos y expertos en armamento del Ejército Popular de Liberación.
The Australian pidió a Robert Potter, especialista en ciberseguridad que analiza documentos filtrados del gobierno chino, que verificara el documento. Potter afirma que el documento no es falso.
«Llegamos a la conclusión de que era auténtico... No es falso, pero depende de otra persona interpretar hasta qué punto es serio", declaró Potter a news.com.au.
«Surgió en los últimos años... es casi seguro que ellos (China) intentarán eliminarlo ahora que ha sido cubierto».
Tras la investigación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) a principios de año, siguen existiendo dudas sobre el origen del mortal virus. La organización ha ordenado una nueva investigación, considerando la posibilidad de una fuga en la losa.
La mayoría de los científicos han afirmado que no hay pruebas de que COVID-19 sea artificial. Aun así, persisten las dudas sobre si puede haberse escapado de un laboratorio biológico secreto de Wuhan, donde se originó la pandemia.
China ha estado llevando a cabo investigaciones de «ganancia de función» de alto riesgo en el Instituto de Virología de Wuhan (WIV), cerca de la zona cero del brote, el mercado de marisco de Huanan.
Hasta ahora no hay pruebas que sugieran que China lo liberó intencionadamente.
Mientras tanto, el periódico estatal Global Times de Pekín criticó a The Australian por publicar el artículo para desprestigiar a China.
Un libro académico que explora el bioterrorismo y la posibilidad de que los virus se utilicen en la guerra fue interpretado como una teoría de la conspiración por The Australian, que deliberada y malignamente pretende inventar pretextos para desprestigiar a China, declaró al periódico Chen Hong, profesor y director del Centro de Estudios Australianos de la Universidad Normal de China Oriental.
«Es una vergüenza que las fuerzas antichinas de Australia respalden su ideología contra China a costa de la ética periodística profesional básica, conspirando para tergiversar el significado real del libro», declaró Chen.
2024/5/29 in Osaka
