Dios Todopoderoso es mi salvador

Que el amor y la misericordia de DIOS estén siempre contigo

El Señor Jesús cambiará Su nombre en los últimos días

2020-02-20 03:59:38 | la Fuente de la Vida
El Señor JesúsSeñor Jesús cambiará Su nombre en los últimos días
Cuando pensamos en el nombre del Señor Jesús, a menudo pensamos en estos versículos bíblicos, “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos” (Hebreos 13:8). “Y en ningún otro hay salud; porque no hay otro nombre debajo del cielo, dado á los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12). Estos versículos hacen que muchos crean que el nombre del Señor Jesús nunca cambiará, y que si Él regresa en los últimos días, y Su nombre no es Jesús, debemos rehusar creer en Él o seguirle. 
Pero algunos hermanos y hermanas se preguntan: Aunque las palabras “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos” (Hebreos 13:8). están ciertamente registradas en la Biblia, el Apocalipsis también contiene esta profecía: “Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá fuera; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalem, la cual desciende del cielo de con mi Dios, y mi nombre nuevo” (Apocalipsis 3:12). Las palabras de Dios afirman con mucha claridad que cuando Él regrese en los últimos días, Él perfeccionará a un grupo de vencedores, y tendrá un nuevo nombre. Ya que Dios tendrá un nuevo nombre en los últimos días, ¿aun así elegirá usar el nombre Jesús? Por lo tanto, no debemos ser tan rápidos en declarar que el nombre de Dios nunca cambiará.
Entonces, ¿el nombre de Dios es capaz de cambiar? ¿Seguirá Dios llamándose Jesús en los últimos días? Hoy, discutiremos estas preguntas. Espero que el Señor nos guíe.
En realidad, todos los que están familiarizados con la Biblia saben que antes de que Dios le ordenara a Moisés que guiara a los israelitas para salir de Egipto, Él no tenía nombre. Cuando la gente de aquel tiempo le oraba, decía, “al Dios de Abraham, al Dios de Isaac y al Dios de Jacob”. El nombre “Jehová” era el nombre que Dios usó cuando condujo a los israelitas fuera de Egipto y comenzó la obra de la Era de la Ley. Tal como está escrito en la Biblia: “Y dijo Moisés á Dios: He aquí que llego yo á los hijos de Israel, y les digo, El Dios de vuestros padres me ha enviado á vosotros; si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre? ¿qué les responderé? Y respondió Dios á Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás á los hijos de Israel: YO SOY me ha enviado á vosotros. Y dijo más Dios á Moisés: Así dirás á los hijos de Israel: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado á vosotros. Este es mi nombre para siempre, este es mi memorial por todos los siglos” (Éxodo 3:13-15).
Esta es la fuente del nombre Jehová. Después de que Dios tomó el nombre de Jehová, comenzó a hacer la obra de la Era de la Ley, condujo a los israelitas fuera de Egipto, proclamó las leyes y los mandamientos, enseñó a la gente cómo adorarle, cómo construir altares, y cómo vivir en la tierra, etc. Cualquiera que violara sus leyes moriría quemado o apedreado, y bajo las leyes, todos adoraban a Jehová Dios, guardaron Su nombre por encima de todo, e hicieron sacrificios en Su altar hasta el final de la Era de la Ley. En la Era de la Ley, Jehová Dios expresó el carácter de quemar y maldecir, e hizo la obra de guiar la vida de las personas en la tierra, y Dios eligió el nombre Jehová basado en la obra que hizo y en el carácter que expresó. Es por eso que “Jehová” se convirtió en el nombre fijo de Dios en la Era de la Ley.
A finales de la Era de la Ley, los pecados de la gente se hicieron más profundos y más numerosos, cada vez había más leyes y mandamientos que no se cumplían, los sacrificios que la gente hacía como ofrendas no eran suficientes para redimir sus pecados, y la humanidad se enfrentó a ser condenada a muerte por las leyes. Para salvar a la humanidad del pecado, Dios puso fin a la Era de la Ley, en la cual fue llamado Jehová, y bajo el nombre de Jesús comenzó la obra de redención usando Su obra previa en la Era de la Ley como una base. Él expresó un carácter amoroso y misericordioso, hizo muchos milagros divinos, predicó la doctrina del arrepentimiento y finalmente fue clavado en la cruz para redimir a la humanidad como ofrenda por todos sus pecados, completando así Su obra en la Era de la Gracia. A partir de esto, podemos ver que basado en el grado de corrupción de la humanidad, Su plan para salvar a la humanidad, la obra que Él debe hacer, y el carácter que Él debe expresar, Dios toma diferentes nombres.
Además, está escrito en la Biblia que todos los nombres de Dios están limitados a ciertas épocas. En la Era de la Ley, Jehová Dios dijo: “Jehová, […] Este es mi nombre para siempre, este es mi memorial por todos los siglos” (Éxodo 3:15). En donde “para siempre” se refiere al hecho de que el nombre de Jehová no cambiaría durante la Era de la Ley, pero ese nombre no era del todo apropiado para la Era de la Gracia. En la Era de la Gracia, el nombre de Dios cambió y la gente solo podía ser salvada si guardaba el nombre del Señor Jesús. Tal como está escrito en la Biblia: “Y en ningún otro hay salud; porque no hay otro nombre debajo del cielo, dado á los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12), lo que significaba que en la Era de la Gracia, el nombre de Dios nunca cambiaría. Cada nombre que Dios toma representa una era diferente de la obra de Dios. Cuando la obra de Dios cambia, también cambia Su nombre. Pero no importa cómo cambie el nombre de Dios, Dios siempre permanece como el Señor de la creación, y Su autoridad, poder, carácter justo, esencia santa, y deseo de salvar a la gente nunca cambian. Así que, el nombre Jehová representa a Dios mismo, así como lo hace el nombre Jesús, y el nuevo nombre que Dios toma en los últimos días también representa a Dios mismo. El nombre de Dios cambia, pero la esencia de Dios nunca cambia. Dios sigue siendo nuestro Dios, pero no debemos limitar el nombre de Dios, o las consecuencias son impensables.
Tal vez algunos hermanos y hermanas dirán: “¿Cuáles podrían ser estas graves consecuencias?”
Recordemos que, a finales de la Era de la Ley, Dios concluyó la obra de la Era de la Ley y comenzó Su obra para redimir a la humanidad bajo el nombre de Jesús. Cuando los fariseos, sumos sacerdotes y escribas vieron que Dios se llamaba Jesús, no Mesías, y que Su aspecto era muy común, que tenía un pasado humilde, no los guiaba en el derrocamiento del régimen romano, y que la obra y la predicación del Señor Jesús no encajaban con sus nociones o su entendimiento rutinario de la profecía, entonces los fariseos juzgaron, calumniaron y condenaron descaradamente al Señor Jesús, y finalmente asesinaron al Salvador misericordioso, el Señor Jesús, clavándolo en la cruz. Nunca se les ocurrió que el Señor Jesús era la apariencia de Jehová Dios, Dios mismo. ¡Al final, fueron castigados por Dios con la muerte de su nación!
Por lo tanto, no debemos limitar a la ligera el nombre de Dios. El hecho es que no estamos calificados para comentar o delimitar el nombre que Dios elige usar mientras salva a la humanidad. Como seres creados, debemos tener esa conciencia. No importa cómo obre Dios para salvar a la humanidad, Dios sigue siendo nuestro Dios, y Su nombre puede cambiar, pero esto no influye en el hecho de que debemos seguir a Dios y ser ganados por Dios. Entonces, ¿qué clase de nombre tomará Dios en los últimos días?
En realidad, Dios nos dio la respuesta hace mucho tiempo en la Biblia. Dios dice: “Yo soy el Alpha y la Omega, principio y fin, dice el Señor, que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso” (Apocalipsis 1:8). “Y oí como la voz de una grande compañía, y como el ruido de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: Aleluya: porque reinó el Señor nuestro Dios Todopoderoso” (Apocalipsis 19:6). “Y los cuatro animales tenían cada uno por sí seis alas alrededor, y de dentro estaban llenos de ojos; y no tenían reposo día ni noche, diciendo: Santo, santo, santo el Señor Dios Todopoderoso, que era, y que es, y que ha de venir” (Apocalipsis 4:8). “Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu grande potencia, y has reinado” (Apocalipsis 11:17). En estos versículos, el nombre el Todopoderoso es mencionado. También se encuentra en otros versículos, como Apocalipsis 15:3, 16:7, 16:14, 21:22, etc., todos los cuales mencionan el Todopoderoso. Estas profecías nos permiten entender que cuando el Señor regrese para gobernar como rey, Su nombre será cambiado al Todopoderoso. El Espíritu Santo ha testificado personalmente que cuando el Señor venga en los últimos días, es muy probable que su nombre sea el Todopoderoso.
Gracias a la guía de Dios, después de buscar hemos podido entender que el nombre del Señor Jesús será cambiado en los últimos días. Nuestra conversación sobre la verdad con respecto al nombre de Dios termina aquí. ¡Que toda la gloria sea para el Señor!
Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation. 

El Señor Jesús cambiará Su nombre en los últimos días

2020-02-20 03:59:38 | Reflexiones Cristianas
El Señor JesúsSeñor Jesús cambiará Su nombre en los últimos días
Cuando pensamos en el nombre del Señor Jesús, a menudo pensamos en estos versículos bíblicos, “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos” (Hebreos 13:8). “Y en ningún otro hay salud; porque no hay otro nombre debajo del cielo, dado á los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12). Estos versículos hacen que muchos crean que el nombre del Señor Jesús nunca cambiará, y que si Él regresa en los últimos días, y Su nombre no es Jesús, debemos rehusar creer en Él o seguirle. 
Pero algunos hermanos y hermanas se preguntan: Aunque las palabras “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos” (Hebreos 13:8). están ciertamente registradas en la Biblia, el Apocalipsis también contiene esta profecía: “Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá fuera; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalem, la cual desciende del cielo de con mi Dios, y mi nombre nuevo” (Apocalipsis 3:12). Las palabras de Dios afirman con mucha claridad que cuando Él regrese en los últimos días, Él perfeccionará a un grupo de vencedores, y tendrá un nuevo nombre. Ya que Dios tendrá un nuevo nombre en los últimos días, ¿aun así elegirá usar el nombre Jesús? Por lo tanto, no debemos ser tan rápidos en declarar que el nombre de Dios nunca cambiará.
Entonces, ¿el nombre de Dios es capaz de cambiar? ¿Seguirá Dios llamándose Jesús en los últimos días? Hoy, discutiremos estas preguntas. Espero que el Señor nos guíe.
En realidad, todos los que están familiarizados con la Biblia saben que antes de que Dios le ordenara a Moisés que guiara a los israelitas para salir de Egipto, Él no tenía nombre. Cuando la gente de aquel tiempo le oraba, decía, “al Dios de Abraham, al Dios de Isaac y al Dios de Jacob”. El nombre “Jehová” era el nombre que Dios usó cuando condujo a los israelitas fuera de Egipto y comenzó la obra de la Era de la Ley. Tal como está escrito en la Biblia: “Y dijo Moisés á Dios: He aquí que llego yo á los hijos de Israel, y les digo, El Dios de vuestros padres me ha enviado á vosotros; si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre? ¿qué les responderé? Y respondió Dios á Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás á los hijos de Israel: YO SOY me ha enviado á vosotros. Y dijo más Dios á Moisés: Así dirás á los hijos de Israel: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado á vosotros. Este es mi nombre para siempre, este es mi memorial por todos los siglos” (Éxodo 3:13-15).
Esta es la fuente del nombre Jehová. Después de que Dios tomó el nombre de Jehová, comenzó a hacer la obra de la Era de la Ley, condujo a los israelitas fuera de Egipto, proclamó las leyes y los mandamientos, enseñó a la gente cómo adorarle, cómo construir altares, y cómo vivir en la tierra, etc. Cualquiera que violara sus leyes moriría quemado o apedreado, y bajo las leyes, todos adoraban a Jehová Dios, guardaron Su nombre por encima de todo, e hicieron sacrificios en Su altar hasta el final de la Era de la Ley. En la Era de la Ley, Jehová Dios expresó el carácter de quemar y maldecir, e hizo la obra de guiar la vida de las personas en la tierra, y Dios eligió el nombre Jehová basado en la obra que hizo y en el carácter que expresó. Es por eso que “Jehová” se convirtió en el nombre fijo de Dios en la Era de la Ley.
A finales de la Era de la Ley, los pecados de la gente se hicieron más profundos y más numerosos, cada vez había más leyes y mandamientos que no se cumplían, los sacrificios que la gente hacía como ofrendas no eran suficientes para redimir sus pecados, y la humanidad se enfrentó a ser condenada a muerte por las leyes. Para salvar a la humanidad del pecado, Dios puso fin a la Era de la Ley, en la cual fue llamado Jehová, y bajo el nombre de Jesús comenzó la obra de redención usando Su obra previa en la Era de la Ley como una base. Él expresó un carácter amoroso y misericordioso, hizo muchos milagros divinos, predicó la doctrina del arrepentimiento y finalmente fue clavado en la cruz para redimir a la humanidad como ofrenda por todos sus pecados, completando así Su obra en la Era de la Gracia. A partir de esto, podemos ver que basado en el grado de corrupción de la humanidad, Su plan para salvar a la humanidad, la obra que Él debe hacer, y el carácter que Él debe expresar, Dios toma diferentes nombres.
Además, está escrito en la Biblia que todos los nombres de Dios están limitados a ciertas épocas. En la Era de la Ley, Jehová Dios dijo: “Jehová, […] Este es mi nombre para siempre, este es mi memorial por todos los siglos” (Éxodo 3:15). En donde “para siempre” se refiere al hecho de que el nombre de Jehová no cambiaría durante la Era de la Ley, pero ese nombre no era del todo apropiado para la Era de la Gracia. En la Era de la Gracia, el nombre de Dios cambió y la gente solo podía ser salvada si guardaba el nombre del Señor Jesús. Tal como está escrito en la Biblia: “Y en ningún otro hay salud; porque no hay otro nombre debajo del cielo, dado á los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12), lo que significaba que en la Era de la Gracia, el nombre de Dios nunca cambiaría. Cada nombre que Dios toma representa una era diferente de la obra de Dios. Cuando la obra de Dios cambia, también cambia Su nombre. Pero no importa cómo cambie el nombre de Dios, Dios siempre permanece como el Señor de la creación, y Su autoridad, poder, carácter justo, esencia santa, y deseo de salvar a la gente nunca cambian. Así que, el nombre Jehová representa a Dios mismo, así como lo hace el nombre Jesús, y el nuevo nombre que Dios toma en los últimos días también representa a Dios mismo. El nombre de Dios cambia, pero la esencia de Dios nunca cambia. Dios sigue siendo nuestro Dios, pero no debemos limitar el nombre de Dios, o las consecuencias son impensables.
Tal vez algunos hermanos y hermanas dirán: “¿Cuáles podrían ser estas graves consecuencias?”
Recordemos que, a finales de la Era de la Ley, Dios concluyó la obra de la Era de la Ley y comenzó Su obra para redimir a la humanidad bajo el nombre de Jesús. Cuando los fariseos, sumos sacerdotes y escribas vieron que Dios se llamaba Jesús, no Mesías, y que Su aspecto era muy común, que tenía un pasado humilde, no los guiaba en el derrocamiento del régimen romano, y que la obra y la predicación del Señor Jesús no encajaban con sus nociones o su entendimiento rutinario de la profecía, entonces los fariseos juzgaron, calumniaron y condenaron descaradamente al Señor Jesús, y finalmente asesinaron al Salvador misericordioso, el Señor Jesús, clavándolo en la cruz. Nunca se les ocurrió que el Señor Jesús era la apariencia de Jehová Dios, Dios mismo. ¡Al final, fueron castigados por Dios con la muerte de su nación!
Por lo tanto, no debemos limitar a la ligera el nombre de Dios. El hecho es que no estamos calificados para comentar o delimitar el nombre que Dios elige usar mientras salva a la humanidad. Como seres creados, debemos tener esa conciencia. No importa cómo obre Dios para salvar a la humanidad, Dios sigue siendo nuestro Dios, y Su nombre puede cambiar, pero esto no influye en el hecho de que debemos seguir a Dios y ser ganados por Dios. Entonces, ¿qué clase de nombre tomará Dios en los últimos días?
En realidad, Dios nos dio la respuesta hace mucho tiempo en la Biblia. Dios dice: “Yo soy el Alpha y la Omega, principio y fin, dice el Señor, que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso” (Apocalipsis 1:8). “Y oí como la voz de una grande compañía, y como el ruido de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: Aleluya: porque reinó el Señor nuestro Dios Todopoderoso” (Apocalipsis 19:6). “Y los cuatro animales tenían cada uno por sí seis alas alrededor, y de dentro estaban llenos de ojos; y no tenían reposo día ni noche, diciendo: Santo, santo, santo el Señor Dios Todopoderoso, que era, y que es, y que ha de venir” (Apocalipsis 4:8). “Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu grande potencia, y has reinado” (Apocalipsis 11:17). En estos versículos, el nombre el Todopoderoso es mencionado. También se encuentra en otros versículos, como Apocalipsis 15:3, 16:7, 16:14, 21:22, etc., todos los cuales mencionan el Todopoderoso. Estas profecías nos permiten entender que cuando el Señor regrese para gobernar como rey, Su nombre será cambiado al Todopoderoso. El Espíritu Santo ha testificado personalmente que cuando el Señor venga en los últimos días, es muy probable que su nombre sea el Todopoderoso.
Gracias a la guía de Dios, después de buscar hemos podido entender que el nombre del Señor Jesús será cambiado en los últimos días. Nuestra conversación sobre la verdad con respecto al nombre de Dios termina aquí. ¡Que toda la gloria sea para el Señor!
Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation. 

La diferencia entre ser salvos y alcanzar la salvación completa

2020-02-19 04:20:42 | la Fuente de la Vida
La diferencia entre ser salvos y alcanzar la salvación completa
Cada vez que se menciona la diferencia entre ser salvos y alcanzar la salvación completa, quizás algunos hermanos y hermanas dirán: “¿Hay alguna diferencia entre ser salvos y alcanzar la salvación completa? ¿Ser salvos no significa alcanzar la salvación completa? Hemos sido salvos a través de nuestra fe en el Señor Jesús, ¿así que no hemos alcanzado la salvación completa? Cuando el Señor venga, seremos inmediatamente arrebatados al cielo”. Pero ¿las cosas son realmente tan simples? Sería bueno para nosotros investigar y discutir este asunto. 
1. ¿Qué significa ser salvos? ¿Estamos sin pecado después de ser salvos?
En primer lugar, leamos un pasaje de las palabras de Dios: “En ese momento, la obra de Jesús era la redención de toda la humanidad. Los pecados de todos los que creían en Él eran perdonados; mientras creyeras en Él, Él te redimiría; si creías en Él, dejabas de ser un pecador y eras liberado de tus pecados. Esto es lo que significaba ser salvo y ser justificado por fe. Sin embargo, seguía habiendo en quienes creían algo rebelde y opuesto a Dios, y que había que seguir quitando lentamente. La salvación no significaba que el hombre hubiera sido ganado por completo por Jesús, sino que ya no pertenecía al pecado, que sus pecados habían sido perdonados: si creías, ya no pertenecías al pecado”. Gracias a las palabras de Dios, podemos ver que somos salvos a través de nuestra creencia en el Señor porque el Señor Jesús realizó la obra de redención. El Señor se entregó como ofrenda por el pecado y fue clavado en la cruz, y así nos redimió del pecado. Por lo tanto, al creer en el Señor, ya no somos pecadores ni estamos obligados por la ley. Ahora, cuando pecamos, podemos acudir directamente ante Dios para orarle, y podemos pedirle al Señor que nos perdone. Esto es lo que significa ser salvos.
Entonces, ¿estamos sin pecado después de ser salvos? Podemos ver debido a nuestras propias experiencias que, aunque podemos esforzarnos, trabajar arduamente y hacer algunas buenas acciones externas, seguimos siendo capaces de pecar con frecuencia, y no nos hemos liberado de las ataduras del pecado. Nuestros caracteres de vida son los mismos de siempre, y en el momento en que encontramos algo que esté en desacuerdo con nuestras propias nociones o con algo que infrinja nuestros propios intereses, revelamos muchos caracteres corruptos y, como resultado, nos rebelamos contra Dios y nos resistimos a Él. Por ejemplo, cada vez que alguien da un sermón en la iglesia y demuestra que es más talentoso que nosotros, nos sentimos celosos de esa persona o intentamos socavarla en secreto; cuando alguien infringe nuestros intereses, lo odiamos y, en casos graves, podemos enfadarnos y tomar represalias en su contra; cada vez que nos abandonamos a algo o nos gastamos un poco en nuestro trabajo por el Señor, hacemos alarde de nuestros logros y le ponemos condiciones a Dios, o desdeñamos y despreciamos a otras personas; cada vez que tenemos la iluminación del Espíritu Santo en nuestro trabajo y sermones y obtenemos resultados, nos sentimos muy complacidos con nosotros mismos y usurpamos la gloria de Dios; pero después de haber sufrido y pagado un precio sin obtener nada a cambio, de modo que nuestros intereses personales no son satisfechos, culpamos a Dios y lo malinterpretamos, creyendo que no nos está protegiendo ni bendiciendo; cuando hacemos algo que viola los mandamientos de Dios, tememos que los demás lo descubran y mentimos para engañarlos a ellos y a Él; cuando hemos creído en Dios por muchos años y pensamos que Él no nos ha otorgado suficiente gracia, seguimos los caminos del mundo y traicionamos a Dios, y así sucesivamente. Tales comportamientos y expresiones son suficientes para probar que aún vivimos en el pecado y bajo el poder de Satanás; demuestran que nuestra naturaleza sigue siendo satánica, que nuestros pensamientos y puntos de vista pertenecen al mundo y que tenemos la capacidad de traicionar arbitrariamente a Dios y regresar a nuestras vidas mundanas debido a cualquier situación que no concuerde con nuestras propias ideas.
2. ¿Qué significa alcanzar la salvación completa? ¿Qué comportamientos tienen aquellos que alcanzan la salvación completa?
En primer lugar, leamos un pasaje de las palabras de Dios: “Cuando las personas dejan atrás las cosas viles y corruptas de Satanás, ganan la salvación de Dios. Pero si ellas permanecen incapaces de despojarse de lo vil y de la corrupción, entonces todavía estarán bajo el campo de acción de Satanás. Las intrigas, los engaños y la ruindad de las personas son cosas de Satanás; al salvarte, Dios te separa de estas cosas y la obra de Dios no puede estar mal; y todo es con el fin de salvar a las personas de la oscuridad. […] Cuando vives bajo el campo de acción de Satanás eres incapaz de manifestar a Dios, eres algo vil y no recibirás la herencia de Dios. Una vez que hayas sido purificado y perfeccionado, serás santo y serás normal, y Dios te bendecirá y serás precioso para Él”.
A partir de las palabras de Dios, podemos ver que alcanzar la salvación completa significa deshacerse del pecado y ser purificados. Es decir, aquellos que logran la salvación completa no solo hacen algunas buenas acciones externas, sino que su naturaleza arrogante, egoísta, engañosa y perversa han cambiado, y son capaces de vivir según las palabras de Dios, de someterse completamente a las orquestaciones y arreglos de Dios e, incluso cuando se enfrentan a la amenaza de una muerte inminente, todavía pueden temerle a Dios y rechazar el mal. Prefieren morir antes que volver a vivir bajo el poder de Satanás, y ya no pueden rebelarse contra Dios ni resistirse a Él. Solo personas como estas son las que han sido completamente ganadas por Dios. Aquellos que alcanzan la salvación completa de Dios son los que entienden la verdad, los que conocen a Dios y pueden obedecerle; aquellos que alcanzan la salvación completa son los que pueden ser testigos en medio de todo tipo de tentaciones de Satanás, que pueden vivir por la verdad y temen a Dios y evitan el mal; aquellos que alcanzan la salvación completa son los que son considerados con la voluntad de Dios, que hablan honestamente y con franqueza, que tienen un corazón bondadoso, que pueden amar a Dios y satisfacerle, que toman las palabras de Dios como reglas para sus acciones y conducta, que pueden vivir una vida genuina de semejanza humana, y que pueden glorificar a Dios y manifestarlo en todo lo que hacen.
3. La diferencia entre ser salvos y alcanzar la salvación completa
Acabamos de discutir acerca de lo que significa ser salvos y si estamos o no sin pecado después de ser salvos, y también discutimos qué significa alcanzar la salvación completa y qué comportamientos expresan aquellos que logran la salvación completa. Confío en que todos tendrán algún discernimiento con respecto a la diferencia entre ser salvos y alcanzar la salvación completa. Ser salvos significa que ya no estamos condenados por la ley, que ya no somos pecadores, que hemos sido redimidos por Dios y que estamos calificados para presentarnos ante Él, pero que, aunque podamos hacer algunas buenas acciones externas, nuestra naturaleza pecadora permanece profundamente arraigada dentro de nosotros. Por otra parte, alcanzar la salvación completa significa que nuestros caracteres de vida han cambiado, que somos capaces de poner en práctica la verdad, que ya no cometemos ningún pecado, que podemos escuchar las palabras de Dios y obedecerle, que podemos vivir la realidad de las palabras de Dios, y que estamos completamente libres de la influencia de Satanás y nos hemos convertido en personas libres.
En contraste, nuestra situación actual como hermanos y hermanas en el Señor es tal que todavía vivimos en varios tipos de caracteres corruptos, y llevamos vidas en las que pecamos durante el día y confesamos nuestros pecados en la noche. Somos completamente incapaces de resistir las seducciones y tentaciones de Satanás, y seguimos siendo capaces de rebelarnos contra Dios, de resistirnos a Él, de culparlo y malinterpretarlo. Las vidas que llevamos no pueden glorificar a Dios ni manifestarlo en absoluto, así que, ¿cómo podemos decir que hemos alcanzado la salvación completa? Dios dice: “Sed santos, porque Yo soy santo” (1 Pedro 1:16). “Cuando vives bajo el campo de acción de Satanás eres incapaz de manifestar a Dios, eres algo vil y no recibirás la herencia de Dios. Una vez que hayas sido purificado y perfeccionado, serás santo y serás normal, y Dios te bendecirá y serás precioso para Él”. La esencia de Dios es santa y justa. Dios odia todos los tipos de pecado dentro de nosotros y detesta los diferentes tipos de inmundicia dentro de nosotros; personas tan sucias y corruptas como nosotros no merecemos entrar en el reino de Dios. En nuestra creencia en el Señor, solo al desechar por completo todas estas cosas sucias y corruptas y purificarnos, podemos obtener la alabanza de Dios y ser guiados por Él a un hermoso destino. Por lo tanto, ser salvos no significa que hayamos alcanzado la salvación completa, y cuando el Señor regrese, no seremos arrebatados de inmediato al cielo.
4. Buscando el camino para alcanzar la salvación completa
Entonces, ¿dónde está el camino para alcanzar la salvación completa? De hecho, el Señor Jesús nos habló hace mucho tiempo acerca del camino para alcanzar la salvación completa. Veamos varios versículos de la Biblia, “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando El, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir” (Juan 16:12-13). “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias” (Apocalipsis 2:17). “[...] Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tiene sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida” (Apocalipsis 21:6). “El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, ésa lo juzgará en el día final” (Juan 12:48). El Señor nos ha mostrado el camino para alcanzar la salvación completa y entrar en el reino celestial. Es decir, ahora en los últimos días, el Señor Jesús regresará por segunda vez para expresar todas las verdades, y a cada persona que tenga sed y busque la aparición de Dios, Él le dará gratuitamente la fuente del agua de la vida, permitiéndonos obtener el agua viva de una nueva vida proveniente de Dios y para que nuestras vidas espirituales obtengan provisión. Luego, al experimentar el juicio y el castigo de las palabras de Dios, nuestros caracteres corruptos serán purificados, nos liberaremos de las ataduras del pecado, nos libraremos de todas las influencias satánicas oscuras y viviremos según las palabras de Dios. Cuando las pruebas de Dios vengan sobre nosotros, podremos mantenernos firmes en nuestro testimonio y convertirnos en personas que obedecemos a Dios, glorificamos a Dios y manifestamos a Dios en todo lo que hacemos. De esta manera, alcanzaremos genuinamente la salvación completa y estaremos calificados para entrar en el reino de Dios.
Hermanos y hermanas, que el Señor nos ilumine, para que podamos ver claramente la diferencia entre ser salvos y alcanzar la salvación completa, y para que no nos quedemos totalmente sumidos en nuestros conceptos e imaginaciones erróneos y, por lo tanto, retrasemos el gran evento de nuestra entrada en el reino celestial. Debemos ser como las vírgenes prudentes y buscar la verdad con una mente abierta, porque solo así podremos acoger la aparición del novio tan pronto como sea posible, asistir a la fiesta nupcial del Cordero y ser regadas por el agua de vida. Una vez que hayamos experimentado la obra de juicio y castigo de Dios en los últimos días, que desechemos todos nuestros caracteres corruptos y vivamos la realidad de las palabras de Dios, alcanzaremos finalmente la salvación completa y entraremos en el reino celestial.
¡Toda la gloria sea para Dios, amén!
Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.
Recomendación: Predicas cristianas

La diferencia entre ser salvos y alcanzar la salvación completa

2020-02-19 04:20:42 | la Fuente de la Vida
La diferencia entre ser salvos y alcanzar la salvación completa
Cada vez que se menciona la diferencia entre ser salvos y alcanzar la salvación completa, quizás algunos hermanos y hermanas dirán: “¿Hay alguna diferencia entre ser salvos y alcanzar la salvación completa? ¿Ser salvos no significa alcanzar la salvación completa? Hemos sido salvos a través de nuestra fe en el Señor Jesús, ¿así que no hemos alcanzado la salvación completa? Cuando el Señor venga, seremos inmediatamente arrebatados al cielo”. Pero ¿las cosas son realmente tan simples? Sería bueno para nosotros investigar y discutir este asunto. 
1. ¿Qué significa ser salvos? ¿Estamos sin pecado después de ser salvos?
En primer lugar, leamos un pasaje de las palabras de Dios: “En ese momento, la obra de Jesús era la redención de toda la humanidad. Los pecados de todos los que creían en Él eran perdonados; mientras creyeras en Él, Él te redimiría; si creías en Él, dejabas de ser un pecador y eras liberado de tus pecados. Esto es lo que significaba ser salvo y ser justificado por fe. Sin embargo, seguía habiendo en quienes creían algo rebelde y opuesto a Dios, y que había que seguir quitando lentamente. La salvación no significaba que el hombre hubiera sido ganado por completo por Jesús, sino que ya no pertenecía al pecado, que sus pecados habían sido perdonados: si creías, ya no pertenecías al pecado”. Gracias a las palabras de Dios, podemos ver que somos salvos a través de nuestra creencia en el Señor porque el Señor Jesús realizó la obra de redención. El Señor se entregó como ofrenda por el pecado y fue clavado en la cruz, y así nos redimió del pecado. Por lo tanto, al creer en el Señor, ya no somos pecadores ni estamos obligados por la ley. Ahora, cuando pecamos, podemos acudir directamente ante Dios para orarle, y podemos pedirle al Señor que nos perdone. Esto es lo que significa ser salvos.
Entonces, ¿estamos sin pecado después de ser salvos? Podemos ver debido a nuestras propias experiencias que, aunque podemos esforzarnos, trabajar arduamente y hacer algunas buenas acciones externas, seguimos siendo capaces de pecar con frecuencia, y no nos hemos liberado de las ataduras del pecado. Nuestros caracteres de vida son los mismos de siempre, y en el momento en que encontramos algo que esté en desacuerdo con nuestras propias nociones o con algo que infrinja nuestros propios intereses, revelamos muchos caracteres corruptos y, como resultado, nos rebelamos contra Dios y nos resistimos a Él. Por ejemplo, cada vez que alguien da un sermón en la iglesia y demuestra que es más talentoso que nosotros, nos sentimos celosos de esa persona o intentamos socavarla en secreto; cuando alguien infringe nuestros intereses, lo odiamos y, en casos graves, podemos enfadarnos y tomar represalias en su contra; cada vez que nos abandonamos a algo o nos gastamos un poco en nuestro trabajo por el Señor, hacemos alarde de nuestros logros y le ponemos condiciones a Dios, o desdeñamos y despreciamos a otras personas; cada vez que tenemos la iluminación del Espíritu Santo en nuestro trabajo y sermones y obtenemos resultados, nos sentimos muy complacidos con nosotros mismos y usurpamos la gloria de Dios; pero después de haber sufrido y pagado un precio sin obtener nada a cambio, de modo que nuestros intereses personales no son satisfechos, culpamos a Dios y lo malinterpretamos, creyendo que no nos está protegiendo ni bendiciendo; cuando hacemos algo que viola los mandamientos de Dios, tememos que los demás lo descubran y mentimos para engañarlos a ellos y a Él; cuando hemos creído en Dios por muchos años y pensamos que Él no nos ha otorgado suficiente gracia, seguimos los caminos del mundo y traicionamos a Dios, y así sucesivamente. Tales comportamientos y expresiones son suficientes para probar que aún vivimos en el pecado y bajo el poder de Satanás; demuestran que nuestra naturaleza sigue siendo satánica, que nuestros pensamientos y puntos de vista pertenecen al mundo y que tenemos la capacidad de traicionar arbitrariamente a Dios y regresar a nuestras vidas mundanas debido a cualquier situación que no concuerde con nuestras propias ideas.
2. ¿Qué significa alcanzar la salvación completa? ¿Qué comportamientos tienen aquellos que alcanzan la salvación completa?
En primer lugar, leamos un pasaje de las palabras de Dios: “Cuando las personas dejan atrás las cosas viles y corruptas de Satanás, ganan la salvación de Dios. Pero si ellas permanecen incapaces de despojarse de lo vil y de la corrupción, entonces todavía estarán bajo el campo de acción de Satanás. Las intrigas, los engaños y la ruindad de las personas son cosas de Satanás; al salvarte, Dios te separa de estas cosas y la obra de Dios no puede estar mal; y todo es con el fin de salvar a las personas de la oscuridad. […] Cuando vives bajo el campo de acción de Satanás eres incapaz de manifestar a Dios, eres algo vil y no recibirás la herencia de Dios. Una vez que hayas sido purificado y perfeccionado, serás santo y serás normal, y Dios te bendecirá y serás precioso para Él”.
A partir de las palabras de Dios, podemos ver que alcanzar la salvación completa significa deshacerse del pecado y ser purificados. Es decir, aquellos que logran la salvación completa no solo hacen algunas buenas acciones externas, sino que su naturaleza arrogante, egoísta, engañosa y perversa han cambiado, y son capaces de vivir según las palabras de Dios, de someterse completamente a las orquestaciones y arreglos de Dios e, incluso cuando se enfrentan a la amenaza de una muerte inminente, todavía pueden temerle a Dios y rechazar el mal. Prefieren morir antes que volver a vivir bajo el poder de Satanás, y ya no pueden rebelarse contra Dios ni resistirse a Él. Solo personas como estas son las que han sido completamente ganadas por Dios. Aquellos que alcanzan la salvación completa de Dios son los que entienden la verdad, los que conocen a Dios y pueden obedecerle; aquellos que alcanzan la salvación completa son los que pueden ser testigos en medio de todo tipo de tentaciones de Satanás, que pueden vivir por la verdad y temen a Dios y evitan el mal; aquellos que alcanzan la salvación completa son los que son considerados con la voluntad de Dios, que hablan honestamente y con franqueza, que tienen un corazón bondadoso, que pueden amar a Dios y satisfacerle, que toman las palabras de Dios como reglas para sus acciones y conducta, que pueden vivir una vida genuina de semejanza humana, y que pueden glorificar a Dios y manifestarlo en todo lo que hacen.
3. La diferencia entre ser salvos y alcanzar la salvación completa
Acabamos de discutir acerca de lo que significa ser salvos y si estamos o no sin pecado después de ser salvos, y también discutimos qué significa alcanzar la salvación completa y qué comportamientos expresan aquellos que logran la salvación completa. Confío en que todos tendrán algún discernimiento con respecto a la diferencia entre ser salvos y alcanzar la salvación completa. Ser salvos significa que ya no estamos condenados por la ley, que ya no somos pecadores, que hemos sido redimidos por Dios y que estamos calificados para presentarnos ante Él, pero que, aunque podamos hacer algunas buenas acciones externas, nuestra naturaleza pecadora permanece profundamente arraigada dentro de nosotros. Por otra parte, alcanzar la salvación completa significa que nuestros caracteres de vida han cambiado, que somos capaces de poner en práctica la verdad, que ya no cometemos ningún pecado, que podemos escuchar las palabras de Dios y obedecerle, que podemos vivir la realidad de las palabras de Dios, y que estamos completamente libres de la influencia de Satanás y nos hemos convertido en personas libres.
En contraste, nuestra situación actual como hermanos y hermanas en el Señor es tal que todavía vivimos en varios tipos de caracteres corruptos, y llevamos vidas en las que pecamos durante el día y confesamos nuestros pecados en la noche. Somos completamente incapaces de resistir las seducciones y tentaciones de Satanás, y seguimos siendo capaces de rebelarnos contra Dios, de resistirnos a Él, de culparlo y malinterpretarlo. Las vidas que llevamos no pueden glorificar a Dios ni manifestarlo en absoluto, así que, ¿cómo podemos decir que hemos alcanzado la salvación completa? Dios dice: “Sed santos, porque Yo soy santo” (1 Pedro 1:16). “Cuando vives bajo el campo de acción de Satanás eres incapaz de manifestar a Dios, eres algo vil y no recibirás la herencia de Dios. Una vez que hayas sido purificado y perfeccionado, serás santo y serás normal, y Dios te bendecirá y serás precioso para Él”. La esencia de Dios es santa y justa. Dios odia todos los tipos de pecado dentro de nosotros y detesta los diferentes tipos de inmundicia dentro de nosotros; personas tan sucias y corruptas como nosotros no merecemos entrar en el reino de Dios. En nuestra creencia en el Señor, solo al desechar por completo todas estas cosas sucias y corruptas y purificarnos, podemos obtener la alabanza de Dios y ser guiados por Él a un hermoso destino. Por lo tanto, ser salvos no significa que hayamos alcanzado la salvación completa, y cuando el Señor regrese, no seremos arrebatados de inmediato al cielo.
4. Buscando el camino para alcanzar la salvación completa
Entonces, ¿dónde está el camino para alcanzar la salvación completa? De hecho, el Señor Jesús nos habló hace mucho tiempo acerca del camino para alcanzar la salvación completa. Veamos varios versículos de la Biblia, “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando El, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir” (Juan 16:12-13). “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias” (Apocalipsis 2:17). “[...] Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tiene sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida” (Apocalipsis 21:6). “El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, ésa lo juzgará en el día final” (Juan 12:48). El Señor nos ha mostrado el camino para alcanzar la salvación completa y entrar en el reino celestial. Es decir, ahora en los últimos días, el Señor Jesús regresará por segunda vez para expresar todas las verdades, y a cada persona que tenga sed y busque la aparición de Dios, Él le dará gratuitamente la fuente del agua de la vida, permitiéndonos obtener el agua viva de una nueva vida proveniente de Dios y para que nuestras vidas espirituales obtengan provisión. Luego, al experimentar el juicio y el castigo de las palabras de Dios, nuestros caracteres corruptos serán purificados, nos liberaremos de las ataduras del pecado, nos libraremos de todas las influencias satánicas oscuras y viviremos según las palabras de Dios. Cuando las pruebas de Dios vengan sobre nosotros, podremos mantenernos firmes en nuestro testimonio y convertirnos en personas que obedecemos a Dios, glorificamos a Dios y manifestamos a Dios en todo lo que hacemos. De esta manera, alcanzaremos genuinamente la salvación completa y estaremos calificados para entrar en el reino de Dios.
Hermanos y hermanas, que el Señor nos ilumine, para que podamos ver claramente la diferencia entre ser salvos y alcanzar la salvación completa, y para que no nos quedemos totalmente sumidos en nuestros conceptos e imaginaciones erróneos y, por lo tanto, retrasemos el gran evento de nuestra entrada en el reino celestial. Debemos ser como las vírgenes prudentes y buscar la verdad con una mente abierta, porque solo así podremos acoger la aparición del novio tan pronto como sea posible, asistir a la fiesta nupcial del Cordero y ser regadas por el agua de vida. Una vez que hayamos experimentado la obra de juicio y castigo de Dios en los últimos días, que desechemos todos nuestros caracteres corruptos y vivamos la realidad de las palabras de Dios, alcanzaremos finalmente la salvación completa y entraremos en el reino celestial.
¡Toda la gloria sea para Dios, amén!
Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.
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¿Cómo orar conforme a la voluntad de Dios?

2020-02-19 04:05:40 | Películas Evangélicas
¿Cómo orar conforme a la voluntad de Dios?
Etapa amorosa:
Ruego al Señor todos los días, y especialmente la oración de la mañana y la oración de la tarde, son partes esenciales de mi vida diaria. Además, constantemente persisto en hacerlo así. Pero muchas veces, aunque ruego al Señor, no puedo sentirlo, y obviamente siento que el Señor no escucha mis oraciones. Después de haber orado durante muchos años, sin embargo, siento que mi vida no tiene progreso ni cambio. Por lo tanto, no tengo fe sin saberlo. No sé por qué es esto así. ¿Puedes decirme cómo orar de acuerdo con la voluntad del Señor?
Sinceramente tuyo,
Tao Xin
Hermano Tao Xin:
La situación que dijiste generalmente existe en nuestra iglesia. ¿Por qué el Señor no escucha nuestras oraciones? En cuanto a la razón por la cual, principalmente, es porque nuestras oraciones no están de acuerdo con la voluntad del Señor. Para comprender cómo orar de acuerdo con la voluntad del Señor, primero necesitamos saber qué tipos de oraciones no son recomendadas por el Señor. Luego, busquemos y discutamos juntos. ¡Que el Señor nos guíe!
1. Oraciones a medias no pueden ser escuchadas por el Señor
A veces, cuando nos despertamos, podemos orar así: "Dios, hoy, te encomiendo mi día entero. Estoy dispuesto a dejar que me guíes a lo largo del día. Por favor cuídame para no enfrentar ningún mal o tentación. Déjame vivir en el resplandor de Tu semblante. Que Dios me bendiga ¡Amén!"
A menudo también oramos de esta manera: "Jehová Dios, tú eres el Creador de los cielos y la tierra y de todas las cosas". Tú controlas el destino humano. Señor Jesús, Tú eres nuestro Salvador. Tú derramaste Tu sangre en la cruz para limpiarnos de nuestros pecados. Ya no nos ves como pecadores. Tú nos ves como justos. Por lo tanto, no defines nuestras fechorías como pecados. No importa cuán corruptos somos o cómo pecamos, tú nos perdonas. ¡Señor Jesús! Tus palabras son nuestra luz guía. Tú eres nuestro todo. Tú eres nuestro Señor, somos tus ovejas. Tú nos cuidas y proteges todos los días. Bendices a nuestros padres, a nuestros hijos y a nuestras familias". Sin embargo, aunque nos arrodillamos, nuestras bocas hablan incesantemente, sin embargo, nuestros corazones están cerrados a Dios, y lo que decimos no es lo que está en nuestros corazones. Estamos hablando solo, hablando en el aire. No nos importa para nada si el Señor está contento con eso. Entonces, aunque oramos una vez en la mañana y una vez en la noche, y algunas veces incluso rezamos por una o dos horas, no tenemos ningún resultado.
Nuestras oraciones a medias no son escuchadas por el Señor, porque lo estamos engañando. Se dice en el Libro de Isaías, "Porque este pueblo se me acerca con su boca, y con sus labios me honra, mas su corazón alejó de mí" (Isaías 29:13). Debido a que tales oraciones no son devotas, y no tratamos al Señor como el Señor debe ser tratado, sino que lo tratamos como si fuera aire vacío, por lo tanto no podemos recibir el trabajo del Espíritu Santo, ni tenemos la iluminación del Espíritu Santo como resultado, aunque hemos rezado al Señor durante muchos años, no hemos producido nada. Todavía vivimos en el estado de pecado todos los días y confesamos cada noche. No podemos ver ningún cambio en nuestra disposición de vida ni vivir el decoro de los santos.
2. Pasar por las oraciones de orar al Señor no es escuchado por Él
A veces nos apresuramos a hacer cosas o a ir a trabajar, e incluso si rezamos, estamos haciendo los movimientos. Por ejemplo, a veces oramos así: "Dios, te confío este asunto. Te encomiendo a mis hijos y padres. Te encomiendo con todo. Dios, por favor bendíceme y protégeme. ¡Amén!" Nuestra oración es tan rápida como un conejo. Nuestros corazones están impacientes. La oración consiste de solo unas pocas oraciones y se termina. A veces le decimos al Señor que le agradecemos por la comida, pero tenemos que irnos corriendo al trabajo, así que oramos rápidamente, "Dios, me has bendecido con esta comida. Me has dado esta comida. Nunca olvidaré tu gracia. No olvidaré tu amor por mí. ¡Oro en el nombre del Señor Jesús, Amén!" Hablamos algunas palabras con prisa y la oración ha terminado otra vez. También hay momentos en que nos damos cuenta de que nuestros hijos no nos obedecen, cerramos los ojos y oramos: "Señor, te encomiendo a este niño. No puedo disciplinarlo. Él no me obedece. Yo te entrego el niño. Señor, eres todopoderoso. Yo oro en el nombre del Señor Jesús ¡Amén!" Pero después de la oración, seguimos nuestro camino. Tales oraciones están pasando por los movimientos. Dios dice: "Las personas creen en Dios, lo aman, y lo satisfacen cuando tocan el Espíritu de Dios con su corazón y, de ese modo, logran la satisfacción de Dios. Cuando contactan con corazón con las palabras de Dios, Su espíritu las conmueve". No usamos nuestros corazones para orar, sino que cumplimentamos formalidades, y si siempre oramos de esta manera, nuestras oraciones se convertirán en una ceremonia religiosa, que está siguiendo los movimientos del Señor, está engañando al Señor, y solo puede ser despreciado por Dios.
3. Orar con un tono de duda no es escuchado por el Señor
Cada uno de nosotros, los creyentes, anhelamos la venida del Señor. A veces podemos orar así: "Oh Dios, prometiste llevarnos al reino de los cielos y revelarte a nosotros. Prometiste levantarnos para reunirnos contigo en el aire. ¿Por qué no has cumplido esta promesa aún después de todo este tiempo? ¿Por qué es esto?". Cuando estamos enfermos, si nuestra enfermedad no se cura, rezamos, "Oh Señor, confío en Ti de verdad. ¿Por qué no sanas mi enfermedad?". Cuando nos peleamos con alguien, o alguien nos intimida, oramos, "Oh Señor, este hombre es tan malvado. ¿Por qué no lo disciplinas ni lo castigas?…".
Este tipo de oración tampoco es aprobada por el Señor. ¿Por qué decimos eso? Porque cuando oramos así, cuestionamos a Dios y tratamos a Dios como nuestro igual. Dios es el Creador mientras somos seres creados. Nunca podremos ser iguales con Dios. Si hablamos así con el Creador, nuestra relación con el Señor es incorrecta. Además, nunca recibiremos la aprobación del Señor.
4. Rezar con motivaciones para hacer tratos con el Señor no es escuchado por Él
Hay muchos comportamientos así. Por ejemplo, cuando caemos enfermos, oraremos de esta manera, "¡Oh Dios! ¡Debes salvarme! Te ruego que te deshagas de esta enfermedad, ¡deshazte de esta copa de sufrimiento lo antes posible! Debes curarme". A veces, cuando enfrentamos desastres, podemos orar: "Dios, si me salvas y me guardas del desastre, si no me dejas morir, te ofreceré todo mi ser". Cuando te sumérges en la oscuridad espiritual o eres incapaz de sentir al Señor, oramos, "¡Oh Señor, he creído en Ti por veinte o treinta años y he sacrificado mucho por Ti! ¡Renuncié a un buen trabajo por ti! ¡No gané ningún dinero por más de veinte años! ¡He comido comida blanda y ropa ordinaria! He sufrido persecución, tribulación, ridículo y difamación, ¡todo por tu bien! Hoy, espero que puedas llevarme al reino de los cielos cuando regreses, pero ya he esperado todos estos años sin escuchar nada ni sentir nada de ti. Señor, ¿me has desamparado? Si realmente me has abandonado, ¡entonces no tienes credibilidad!".
Los tipos de oraciones anteriores no se ajustan a las intenciones del Señor. ¿Por qué se dice que tales oraciones no son aprobadas por él?
La razón por la que oramos de esa manera es porque queremos usar a Dios para lograr nuestros propios fines, queremos utilizar nuestros esfuerzos y difundir el Evangelio, nuestros sufrimientos y el precio que pagamos para intercambiar Sus bendiciones, evitar desastres y entrar en el Reino de los cielos. Estamos haciendo tratos con Dios. Cuando nuestras intenciones son incorrectas, las personas pueden ver a través de nosotros, sin importar lo que digamos. Por lo tanto, es aún más fácil para Dios resolverlo buscando en nuestros corazones. Además, como no tenemos verdadera comunión con Dios, nuestras acciones no pueden estar de acuerdo con la voluntad de Dios, y no tenemos una relación adecuada con Él, las oraciones como estas no son aceptadas por Dios. Tal como dijo el Señor Jesús, "Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre lanzamos demonios, y en tu nombre hicimos mucho milagros? Y entonces les protestaré: Nunca os conocí; apartaos de mí, obradores de maldad" (Mateo 7:22-23).
Dado que lo anterior no está aprobado por el Señor, ¿cómo oramos para cumplir con Su voluntad?
1. Quitando nuestros corazones ante el Señor, expresando las palabras en nuestros corazones y presentando nuestras dificultades reales ante el Señor
Por ejemplo, cuando nos damos cuenta de que nuestros hijos no nos obedecen, podemos orar de esta manera: "¡Señor! Hoy en día criar a un niño es muy difícil. ¡Sin la verdad no puedo enseñarle al niño, y el niño no me obedecerá! Oh Señor, los humanos son creados por Ti. Tú me diste este niño. Verdaderamente ahora veo que no tengo la verdad, ni soy lo que debería ser como ser humano, y no tengo forma de enseñarle al niño. ¡Te encomiendo a este niño y estoy dispuesto a confiar en ti para que lo enseñes!".
Ya tenemos suficiente dinero para vivir, pero aún queremos ganar más y disfrutar más. Podemos orar al Señor, "Dios, ahora veo que mi corazón es muy codicioso de la riqueza. Otros son capaces de abandonar todo y contentarse con la ropa que llevan puesta y la comida en su plato. ¿Por qué no puedo estar contento? ¿Por qué todavía me aferro a la riqueza en mi corazón? Por favor, Dios, ¡te pido que me salves! No me importa si me disciplinas o si usas algún otro método, todo está bien".
A veces, vemos algunas acciones ilegales de pastores y ancianos, pero no podemos ver a través de ellos. Entonces, podemos orar a Dios, "Dios, Tus palabras revelan a los fariseos, pero no puedo ver a través de ellos claramente. Por fuera, parecen muy devotos, ¿por qué no puedo ver su hipocresía esencial? Especialmente su odio esencial hacia la verdad, no puedo ver eso. Entonces, en mi corazón siempre los he admirado y siempre quise preguntarles si me encontraba con problemas. También siento que esto es incorrecto, pero ¿por qué no puedo dejarlo ir? ¿Por qué no puedo ver a través de su naturaleza interna y los abandono en mi corazón?". ¿No es por medio de esta oración que nos callamos ante el Señor y conversamos con Él seriamente? Es como si tuviéramos una conversación de corazón a corazón con otra persona. En ambos casos, estamos hablando desde el corazón y expresamos nuestros mayores problemas. Cuando Dios los vea, sabrá que somos sinceros y que no trataremos de engañarlo o de hablar con dulzura y engañarlo. Entonces el Espíritu Santo hará su trabajo. Entonces, después de orar, nos sentiremos iluminados en nuestros corazones, como si se hubiera levantado una carga.
2. Orar al Señor como una Criatura de Dios, no hacer demandas ni peticiones del Señor, y ser capaz de obedecer al Señor Verdaderamente
Si tenemos una enfermedad grave de repente, meditaremos en su interior, ¿Por qué me enfermo? ¿Voy a tener cáncer? Si es la manera de Dios de castigarme, si Él quiere que muera, entonces me someteré. Si es la manera de Dios de refinarme y limpiarme, estoy dispuesto a aceptar tal refinamiento. Luego oraremos a Dios en nuestras mentes: "Querido Dios, si quieres que muera, me someteré, y te garantizo que lo haré, no tengo quejas. Fui creado por ti y he hecho muchas cosas que no se ajustan a tus intenciones, y debería recibir un castigo por esto".
Después de tal oración sumisa, nos conmoveremos mucho, y no estaremos tan constreñidos por el futuro y el destino. Además, tendremos la voluntad de obedecer a Dios en el interior, y ya no le haremos ninguna demanda. ¿Por qué tales oraciones pueden ser efectivas? Es porque ponemos nuestras posiciones correctas. Estamos en nuestro lugar como una criatura de Dios y tenemos un corazón sumiso para orar y buscar a Dios. Entonces, más adelante, antes de orar, debemos pensar primero y estar completamente preparados. Con respecto a las dificultades que enfrentamos y las cosas que necesitamos que Dios nos aclare, debemos desarrollar un esquema simple de cómo debemos buscar ayuda de Dios, cómo debemos tener comunión con Dios. Y luego, debemos encontrar una oportunidad adecuada y el ambiente apropiado para arrodillarnos ante Dios y orar. De esta manera, será fácil calmar nuestros corazones ante Dios y recibir el trabajo del Espíritu Santo. Además, nuestra vida espiritual puede continuar creciendo.
Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation. 
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La historia de Noé nos da inspiración

2020-02-18 04:53:06 | Películas Evangélicas
La historia de Noé nos da inspiración
Como cristianos, creo que todos nos hemos impresionado con la historia de Noé, construyendo el arca, y admiramos profundamente a Noé. Mientras tanto, no podemos dejar de sentir lástima por aquellos que se subieron al arca. ¿Por qué ellos vieron el arca pero no entraron en ello? ¿Por qué no se arrepintieron hasta que vino el diluvio? A veces también nos preguntamos: “Si yo hubiera vivido en la Era de Noé, ¿Me habría subido en el arca, realmente?”
Pensemos en la historia cuando Dios destruyó a la humanidad en la Era de Noé. En Génesis 6:11–13 se registra, “Y la tierra se había corrompido delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia. Y miró Dios a la tierra, y he aquí que estaba corrompida, porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra. Entonces Dios dijo a Noé: He decidido poner fin a toda carne, porque la tierra está llena de violencia por causa de ellos; y he aquí, voy a destruirlos juntamente con la tierra”. Cuando leí estos versículos en el pasado, yo solo sabía que era porque la gente en ese momento era demasiado malvada y corrupta, por lo que fueron castigadas y destruidas por Dios, pero no tenía claro cuál era la voluntad de Dios en esta situación. Entendí un poco hasta que leí un pasaje en un libro.
El pasaje decía, “Aquí hay otra revelación del carácter de Dios: a Sus ojos, existe un límite a Su paciencia respecto a la corrupción del hombre, a la inmundicia, la violencia, y la desobediencia de toda carne. ¿Cuál es Su límite? Es como Dios mismo dijo: ‘Dios miró a la tierra, y vio que se había corrompido, ya que toda carne había corrompido sus caminos en la tierra’. ¿Qué significa la frase ‘ya que toda carne había corrompido sus caminos en la tierra’? Significa que al llenarse de corrupción el comportamiento de toda cosa viviente y verlo Dios, tuvo que destruirlas, incluidas las que le seguían, las que invocaban Su nombre, las que una vez le sacrificaron holocaustos, las que lo reconocían verbalmente y hasta le alababan. Ese fue el límite de Dios. ¿Hasta qué punto mantuvo Dios, pues, la paciencia con el hombre y la corrupción de toda carne? Hasta el punto en que todas las personas, seguidoras de Dios o incrédulas, dejaron de caminar por la senda correcta y el hombre no sólo estaba corrompido moralmente y lleno de maldad, sino que no había nadie que creyese en la existencia de Dios, y mucho menos que considerara que Él gobierna el mundo, que puede traer luz y el camino correcto a las personas. Hasta el punto de que el hombre despreció la existencia de Dios y no le permitió existir. Una vez que la corrupción del hombre llegó a semejante nivel, Él ya no tendría más paciencia. ¿Qué la sustituiría? Llegarían la ira y el castigo de Dios”.
De este pasaje entendí que había un carácter de Dios de destruir la gente en ese momento. No era simplemente porque aquellos que no creían en Dios eran moralmente corruptos, malvados y licenciosos, sino también porque incluso aquellos que creían en Dios, si, que una vez hicieron sacrificios a Dios y lo adoraban, no tenían temor a Dios. No tenían lugar para Dios en su corazón, sus acciones estaban completamente opuestas a la voluntad de Dios y siguieron junto con las malas influencias del mundo. Todo el mundo se había vuelto malvado depravado por lo que era insoportable para Dios presenciarlo. Pero aún así, la gente estaba sin una pizca de arrepentimiento. Cuando vieron a Noé obedecer las instrucciones de Dios para construir el arca y transmitir el mensaje de que destruiría el mundo con una inundación, ellos trataron lo que Noé hizo como una broma y lo que dijo como una invención. Nadie creyó, nadie buscó o investigó, ni siquiera admitieron que sus malas acciones habían enfurecido a Dios al punto de que debían ser destruidos. En cambio, todos vivieron completamente en sus propias ideas e imaginaciones, sin pensar en nada. Hasta, que vieron que la puerta del arca se cerrada y el diluvio venía, vieron que era demasiado tarde. Eventualmente, todos fueron tragados por el diluvio y ahogados en el océano. En lugar de decir que murieron en el diluvio, sería mejor decir que murieron en sus propias nociones.

Entonces, ¿Cómo se salvó Noé? El siguiente pasaje explica la razón con bastante claridad. “Cuando él hizo lo que Dios le ordenó no conocía Sus intenciones. No sabía lo que Él quería llevar a cabo. Dios sólo le había dado un mandato, le había ordenado hacer algo, pero sin proporcionarle demasiada explicación, y él siguió adelante y lo hizo. No intentó descifrar en privado los propósitos de Dios ni se resistió a Él, ni tuvo doblez de corazón. Sólo fue y actuó en consecuencia, con un corazón puro y simple. Hizo todo lo que Dios le permitió hacer; obedecerle y escucharle fueron sus convicciones para hacer cosas. Así fue como lidió de forma directa y simple con lo que Dios le encargó. Su esencia, la esencia de sus acciones, fue la obediencia, no cuestionar, no resistirse y, además, no pensar en sus propios intereses personales ni en sus ganancias y pérdidas. Además, cuando Dios dijo que destruiría el mundo con un diluvio, no preguntó cuándo lo haría ni trató de llegar al fondo de ello, y desde luego no le preguntó cómo lo iba a hacer. Simplemente hizo lo que Dios ordenó. Comoquiera que Dios quisiera hacerlo y con el medio que deseara, él siguió al pie de la letra lo que Dios le pidió y, de inmediato, emprendió acción. Lo hizo con la actitud de querer satisfacer a Dios. ¿Lo hacía para ayudarse a sí mismo a evitar el desastre? No. ¿Le preguntó a Dios cuánto faltaba para que el mundo fuese destruido? No. ¿Le preguntó a Dios o acaso sabía cuánto tardaría en construir el arca? Tampoco lo sabía. Simplemente obedeció, escuchó, y actuó en consecuencia”.
Inherentemente Noé era un hombre honesto y adoraba a Dios. De este pasaje podemos ver con más claridad que la razón de que Noé podía ser salvado, provenía de su obediencia a Dios. Él haría cualquier cosa que Dios le instruyera que hiciera. No preguntó por qué Dios le dejó construir un arca, ni pensó qué pasaría si el diluvio no llegase después de que él terminara el arca y mucho menos en todas las dificultades que vivió para construir el arca. En cambio, él aceptó y obedeció sin ninguna noción o imaginación, aunque no entendía completamente la voluntad de Dios. No podía dejar de suspirar con emoción: ¿Podemos tener la fe y obediencia hacia Dios como lo hizo Noé? En ese momento, no había lluvia y mucho menos inundaciones. Por lo que cuando Dios le dijo a Noé que destruiría el mundo con una inundación y lo intruyó para que construyera un arca y predicara el evangelio para que la gente se acercara a ella, la gente en ese momento no solo no creyó, sino que incluso juzgó y condenó a Noé al decir que estaba loco. Pero aún así, Noé no era pasivo, ni débil, él aún obedeció a Dios, escuchó las instrucciones de Dios, persistió en la construcción del arca y predicó el evangelio sin vacilar. Hoy, cuando pensamos en el momento en que el mundo fue destruido por el diluvio. ¿Sentimos lástima y no arrepentimos por esas personas que fueron destruidas en esa época? Al mismo tiempo, ¿Nos sentiremos profundamente avergonzados y desconcentrado cuando nos comparamos con Noé quien, sin ser restringido por ninguna persona, ocurrencia o acto, se sometió a Dios y siguió Sus instrucciones para construir el arca?
La Biblia tiene estos dos versos, “Tal como ocurrió en los días de Noé, así será también en los días del Hijo del Hombre. Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos” (Lucas 17:26–27). Estas son profecías acerca del regreso de Jesucristo en los últimos días, en las cuales el Señor comparó los días que Él regresa a los días de Noé. Ahora se han vuelto realidad. En la actualidad, toda la sociedad se está volviendo más y más malvada y degenerada. Por el bien de los intereses personales, la gente lucha entre ellos, e incluso se matan unos a otros. Mientras tanto, incluso muchos hermanos y hermanas en el Señor también siguen las malas tendencias del mundo, codician la gloria y la riqueza, y persiguen la fama y la ganancia. Ellos creen en Dios de nombre, pero en realidad, no caminan en la senda del Señor. Hoy en día, la medida en que las personas han sido corruptas es mucho más allá de lo que era en la Era de Noé. Esto demuestra que las profecías sobre los últimos días se han hecho realidad desde hace mucho tiempo, y que Jesucristo ya ha regresado.
Ahora, hay un grupo de personas que están testificando el regreso del Señor Jesús. Dicen que Cristo el Salvador en los últimos días ya ha descendido al Este del mundo; Expresa la verdad y lleva a cabo la obra de juicio de los últimos días. Como el Señor profetizó, “Pero a medianoche se oyó un clamor: ‘¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo’” (Mateo 25:6). “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3:20). Cuando oímos el testimonio de que Jesucristo ha regresado, debemos buscar e investigar activamente. Sólo así podemos dar la bienvenida al “esposo” e ir a la fiesta de la boda del Cordero. Si no escuchamos, ni buscamos ni investigamos, si más bien lo negamos y lo rechazamos ciegamente, entonces fácilmente perderíamos el retorno del Señor y perderíamos Su salvación de los últimos días. El Señor es fiel y profetizó que vendría a llevarnos en los últimos días, así que lo hará. Pero cuando Él vuelva a expresar la verdad y llame a la puerta de nuestros corazones, si no escuchamos la voz del Señor con toda atención, y si no salimos y le damos la bienvenida, entonces perderemos la oportunidad de ir con el Señor a la fiesta de la boda. Si es así, cuando el Señor venga abiertamente con las nubes, nos llenaremos de ilimitado pesar. Así como la profecía en Apocalipsis dice: “He aqui, viene con las nubes y todo ojo le verá, aun los que le traspasaron; y todas las tribus de la tierra harán lamentación por El; sí. Amén” (Apocalipsis 1:7). Dios hace la obra de salvación en los últimos días cuando se encarna y desciende secretamente entre los hombres para expresar la verdad. El tiempo cuando Dios viene abiertamente con las nubes es precisamente el momento en que Su obra de salvación llegará a su fin. Así como Dios instruyó a Noé a entrar en el arca, y tan pronto como la puerta del arca se cerró, la inundación se derramó y la obra de la salvación llegó a su fin. En ese momento, no importaba cómo la gente lo lamentaba o llamaba a Dios, no había ninguna posibilidad de que se salvaran más.
La palabra de Dios dice, “[...] en la época de Noé, los hombres habían estado comiendo y bebiendo, casándose y dándose en casamiento hasta un punto que a Dios le resultó insoportable de ver, por lo que envió un gran diluvio para destruir a la humanidad y sólo dejó atrás a la familia de ocho miembros de Noé y toda especie de aves y bestias. En los últimos días, sin embargo, aquellos a los que Dios ha guardado son los que le han sido leales hasta el final. Aunque ambas épocas fueron de una gran corrupción insostenible para Dios, y la humanidad fue tan corrupta que le negó como Señor, Dios destruyó a todos los hombres de la época de Noé. En ambas épocas, la humanidad ha afligido a Dios en gran manera, pero Él ha seguido siendo paciente con los hombres en los últimos días hasta ahora. ¿Por qué ocurre esto? ¿Nunca habéis pensado en ello? Si de verdad no lo sabéis, permitid que os lo diga. La razón por la que Dios puede tratar a los hombres con misericordia en los últimos días no es que sean menos corruptos que los de la época de Noé o que hayan mostrado arrepentimiento a Dios, y mucho menos que Él no pueda soportar destruir a los hombres en los últimos días en los que la tecnología ha avanzado. En su lugar, la razón es que a Dios le queda obra por realizar en un grupo de hombres en los últimos días y será Él mismo encarnado quien la lleve a cabo. Además, Él escogerá a una parte de este grupo como Sus objetos de salvación, el fruto de Su plan de gestión, y traerá a esos hombres consigo a la siguiente era”.
Después de leer las palabras de Dios, entiendo que se refiere a que Dios salvará y obtendrá un grupo de hombres que, en los últimos días, tienen el mismo pensamiento que Él. Sin importar lo que Dios diga y lo que haga, este grupo de hombres puede someterse a Él sin la más mínima queja; no sólo no hablan de sus propias razones, sino que también pueden cooperar en la obra de Dios de una manera positiva. Sólo esos hombres son los que verdaderamente creen y siguen a Dios, que pueden practicar las palabras de Dios, y que pueden ser salvados y perfeccionados por Dios. Eventualmente, Dios traerá a un grupo de hombres a Su Reino — esta es la voluntad de la obra de Dios en los últimos días.
Cuando la salvación de Dios en los últimos días venga sobre nosotros, ¿podemos aprender lecciones de los fracasos de las personas del pasado, arrepentirnos ante Dios, y entrar en el arca que Dios nos prepara para nosotros? Estas preguntas son realmente dignas de nuestra contemplación y búsqueda.
(Traducido del original en inglés al español por Xinia Arias Quirós)
Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.


¿Qué es el verdadero arrepentimiento?

2020-02-17 05:48:43 | Películas Evangélicas
El Señor Jesús dijo: “[...] Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado” (Mateo 4:17). Por la palabra del Señor sabemos que para entrar en el reino de Dios, debemos confesarnos y arrepentirnos ante Él. Pero, ¿qué es el verdadero arrepentimiento? El siguiente artículo nos lo explicará y nos ayudará a encontrar la forma correcta de practicarlo.
¿Qué es el verdadero arrepentimiento?
Wang Wei y tres compañeros de trabajo, Xiaoliu, Ma Tao, y Hu Zhi, se sentaron a estudiar la Biblia
Entonces Wang Wei les dijo con una sonrisa: —Mis compañeros de trabajo, el Señor Jesús dijo: “[...] Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado” (Mateo 4:17). “y diciendo: El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos y creed en el
evangelio” (Marcos 1:15). El Señor nos dijo que para entrar en el reino de Dios, debemos confesarnos y arrepentirnos ante Él. Por lo tanto, debemos saber claramente qué es el verdadero arrepentimiento. Es muy importante para nosotros.
Al escuchar esto, Hu Zhi dijo, como quien repite lo obvio: —Creo que, cuando nos presentamos ante Dios con sinceridad, oramos y admitimos nuestros pecados con amargas lágrimas, es arrepentimiento. Mientras hagamos estas cosas con frecuencia, seremos perdonados de nuestros pecados. Cuando el Señor regrese, seremos llevados al reino celestial.
Xiao Liu frunció el ceño y replicó: —Durante estos años, oramos todos los días a Dios admitiendo nuestros pecados y las cosas que hacemos que lo ofenden. Sin embargo, de hecho, seguimos cometiendo los mismos pecados a la primera ocasión. ¿Cuenta como verdadero arrepentimiento si vivimos en el ciclo repetido de pecar y reconocer nuestros pecados?
Ma Tao vaciló por un momento y dijo: —Con respecto a esta pregunta, una vez la discutí con varios hermanos y hermanas en reuniones de compañeros de trabajo en otro lugar. Creo que aunque a menudo le rezamos al Señor y confesamos nuestros pecados con lágrimas amargas, eso simplemente representa nuestro deseo de confesarnos y arrepentirnos ante el Señor, pero no es un verdadero arrepentimiento. Si realmente nos arrepentimos o no, depende de cómo nos comportemos después. Por ejemplo, un ladrón fue atrapado cuando estaba robando. Aunque admitió su culpa y prometió que nunca volvería a robar, todavía no mostró verdadero arrepentimiento. Necesitamos ver cómo seguirá actuando realmente, si lo volverá a hacer. De la misma manera, aunque siempre confesemos con palabras, si no ponemos en práctica la palabra del Señor y seguimos Su camino, continuamos en el círculo vicioso de cometer y confesar pecados. Esto no es verdadero arrepentimiento. No hemos cumplido con los requisitos del Señor para el arrepentimiento.
Wang Wei escuchó atentamente a Ma Tao. Después de oír lo que Ma Tao había dicho pensó por un momento y dijo: —Al escuchar al hermano Ma, no puedo dejar de pensar en la Era de la Ley; David planeó matar a Urías, lo hizo y tomó a su esposa Betsabé por la fuerza, cometiendo un acto de adulterio. Entonces Jehová Dios envió al profeta Natán para transmitirle Sus palabras a David, y hacerle saber su crimen y el castigo que le sobrevendría. A partir de ese momento, la espada nunca se alejó de su casa. David sabía que había violado los mandamientos dictados por Jehová Dios y ofendido Su carácter. Al darse cuenta de esto, lamentó sus acciones y oró a Dios, arrepintiéndose y confesando con toda sinceridad. En sus últimos años, se volvió muy friolento. Entonces, el pueblo de Israel trajo a una chica virgen a su cama para que se uniera a él bajo las sábanas y lo mantuviera caliente. Pero él no se acercó a ella. David no solo admitió su crimen realmente, sino que también tuvo comportamientos reales. Tal testimonio debe ser convincente para las personas.
Ma Tao inclinó la cabeza y dijo: —Eso es cierto. El testimonio de la gente de Nínive verdaderamente arrepentida ante Dios también fue registrado en las Escrituras. Cuando el rey de Nínive oyó las palabras de Dios transmitidas por el profeta Jonás: “[...] Dentro de cuarenta días Nínive será arrasada.”, él creyó y obedeció a Dios. Luego dejó a un lado su condición real, se quitó sus vestiduras reales, se cubrió con cilicio y se sentó en cenizas para confesar y arrepentirse ante Dios con su pueblo. Como dicen los registros de la Biblia: “Cuando llegó la noticia al rey de Nínive, se levantó de su trono, se despojó de su manto, se cubrió de cilicio y se sentó sobre ceniza. E hizo proclamar y anunciar en Nínive, por decreto del rey y de sus grandes, diciendo: Ni hombre ni bestia, ni buey ni oveja prueben cosa alguna; no pasten ni beban agua, sino cúbranse de cilicio hombres y animales, y clamen a Dios con fuerza, y vuélvase cada uno de su mal camino y de la violencia que hay en sus manos. ¡Quién sabe! Quizá Dios se vuelva, se arrepienta y aparte el ardor de su ira, y no perezcamos” (Jonás 3: 6-9).
En ese momento, Wang Wei dijo emocionado: —Respecto al arrepentimiento de la gente de Nínive, hace algún tiempo, leí un pasaje acerca de eso en un libro. Permítanme leerlo.
Otros dijeron: —¡Está bien!
Wang Wei sacó una libreta de su bolsa, la abrió y leyó: “Después de escuchar la declaración de Dios, el rey de Nínive y sus súbditos llevaron a cabo una serie de actos. ¿Cuál es la naturaleza de su conducta y sus acciones? En otras palabras, ¿cuál es la esencia de la totalidad de su conducta? ¿Por qué hicieron lo que hicieron? En los ojos de Dios se habían arrepentido sinceramente, no sólo porque habían rogado a Dios fervientemente y confesado sus pecados delante de Él, sino también porque habían abandonado su conducta malvada. Actuaron de esta forma porque después de oír las palabras de Dios, se asustaron increíblemente y creyeron que Él haría lo que dijo. Ayunando, vistiendo de cilicio y sentándose sobre cenizas, deseaban expresar su disposición a reformarse de sus caminos y refrenar su maldad, a orar para que Jehová Dios contuviese Su enojo, a rogar a Jehová Dios para que se retractase de Su decisión, así como de la catástrofe que estaba a punto de caer sobre ellos. Por medio del examen de todo su comportamiento se puede ver que ya entendieron que sus actos malvados anteriores eran detestables para Jehová Dios y que entendieron la razón por la que Él los destruiría pronto. Por estas razones, todos deseaban arrepentirse completamente, volverse de sus caminos malvados y abandonar la violencia en sus manos. En otras palabras, una vez conocieron la declaración de Jehová Dios, todos y cada uno de ellos sintió miedo en su corazón; ya no continuaron más con su conducta malvada ni cometiendo esos actos aborrecidos por Jehová Dios. Adicionalmente, rogaron a Jehová Dios que perdonase sus pecados pasados y que no los tratase de acuerdo a sus acciones pasadas. Estaban dispuestos a no involucrarse más en la maldad y actuar según las instrucciones de Jehová Dios, para nunca más enfurecer a Jehová Dios. Su arrepentimiento fue sincero y profundo. Vino de las profundidades de sus corazones y no fue fingido, ni tampoco temporal”.

Wang Wei compartió su idea: —Podemos ver en este pasaje que la principal manifestación del verdadero arrepentimiento es que el hombre admita sus pecados y malas acciones se odie a sí mismo por ellos, confesándolos y arrepintiéndose sinceramente a Dios. Además, deben abandonar los actos malvados y actuar de acuerdo con la 
palabra de Dios a fin de no cometer el mismo pecado oponiéndose a Dios. En el pasado, aunque nos presentamos ante Dios para confesarnos y arrepentirnos, nuestro arrepentimiento simplemente se quedó en palabras, y no nos despreciamos en nuestros corazones. Muchas veces pasamos por la formalidad de pedir el perdón del Señor, y en la primera ocasión pecamos y desobedecemos a Dios otra vez. Esto simplemente no es verdadero arrepentimiento. Dios inspecciona los corazones de las personas. Solo cuando nos arrepintamos verdaderamente podremos obtener la misericordia de Dios y Su favor.
Xiao Liu dijo sinceramente: —El pasaje que lees es muy práctico. Nos dice qué es el verdadero arrepentimiento, lo que puede beneficiarnos mucho. La gente de Nínive pudo arrepentirse verdaderamente ante Dios, abandonar los actos malvados, y nunca cometer delitos o resistirse a Él. Nosotros, en comparación, hacemos los gestos de arrepentimiento, pero nuestros corazones nunca se conmueven. Dios es santo y justo: ¿Cómo podría permitirnos que lo tratemos superficialmente y lo dejemos de lado?
Ma Tao asintió con la cabeza y dijo: —Gracias por la orientación de Dios. Cuanto más compartamos a esta cuestión, más clara la tendremos. En nuestras oraciones anteriores, todos los días confiábamos al Señor las cosas que hacíamos que no estaban en línea con Su voluntad, pero no mostrábamos signos de verdadero arrepentimiento, e incluso pensábamos que seríamos salvos por gracia. Si seguimos así, confesando pecados y cometiéndolos nuevamente, ¿podemos ser arrebatados al reino de los cielos cuando el Señor regrese? El Señor Jesús dijo: “[...] En verdad, en verdad os digo que todo el que comete pecado es esclavo del pecado; y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí permanece para siempre” (Juan 8: 34-35). Y dice en
la Biblia: “Buscad la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor” (Hebreos 12:14). Dios es santo y justo: el que peca no puede entrar en el reino de los cielos. Solo aquellos que desechan su naturaleza pecaminosa y obedecen absolutamente a Dios y son fieles a Él pueden ser dignos de entrar en el reino de los cielos. Dios no tomará a las personas que tienen naturaleza pecaminosa y pertenecen a Satanás en Su reino.
Wang Wei continuó diciendo: —Hace un tiempo estuve compartiendo con un hermano. Cuando hablamos de las condiciones para entrar en el reino de los Cielos, de acuerdo con las profecías del Señor Jesús, “El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, ésa lo juzgará en el día final” (Juan 12:48) y “Y cuando El venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio;” (Juan 16: 8), dijo que aunque hayamos aceptado la salvación del Señor Jesús y nuestros pecados hayan sido perdonados, nuestra naturaleza pecaminosa todavía yace profundamente dentro de nosotros. Para entrar en el reino de Dios, debemos aceptar el juicio que el Señor Jesús hará a Su regreso en los últimos días, para que conozcamos nuestra naturaleza pecaminosa y podamos odiarnos a nosotros mismos por ella. Y entonces podremos abandonar nuestra carne para practicar la palabra de Dios, en obediencia y adoración. Solo de esta manera se puede resolver nuestro carácter corrupto y podemos ser purificados y salvados por Dios. Creo que lo que compartió conmigo tiene mucho sentido, así que quiero invitarlo a que se una a nosotros, ¿están de acuerdo?
Ma Tao y Xiaoliu dijeron juntos: —¡Genial!
(Traducido del original en inglés al español por Carlos Nogués) 
Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.
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Cómo orar - El secreto de la oración verdadera

2020-02-16 01:13:31 | Profecías Bíblicas
Cómo orar - El secreto de la oración verdadera
Se sabe que para uno de nosotros que creemos en Dios, la oración es vital para entender la verdad y para practicar los requerimientos de Dios para nosotros. Cualesquiera sean los sinsabores a los que nos enfrentemos, cualesquiera que sean las dificultades que encontremos en la vida, siempre deseemos obtener la luz y la guía del Espíritu Santo al leer la Palabra de Dios, nunca debemos apartarnos de la oración. En realidad, cada creyente en Dios está ansioso por lograr resultados al orar a Dios, ansioso por recibir las bendiciones de Dios, obtener la luz y la guía del Espíritu Santo, y de ese modo vivir delante de Dios. Sin embargo, ahora muchos hermanos y hermanas encuentran que a menudo oran a Dios pero no reciben iluminación, lo que los hace ser pasivos y débiles de espíritu. Por lo tanto, mucha gente no podría entender esto: ¿no es la oración sólo hablarle a Dios? ¿por qué no puedo recibir la luz de Dios y obtener resultados aunque rezo a menudo? ¿podría ser que hay un secreto para la oración? En el pasado, también me turbaban las mismas preguntas. Más tarde, después de leer algunas palabras en un libro , descubrí que realmente había un secreto para orar. 
En el libro se dice: “Mientras oras tu corazón debe estar en paz delante de Dios y debe ser sincero. Estás realmente teniendo comunión y orando con Dios; no debes engañar a Dios usando palabras que suenen bonito. La oración se centra alrededor de aquello que Dios quiere completar hoy. Pídele a Dios que te ilumine y te esclarezca más, y lleva tu estado real y tus problemas delante de Él para que ores y tomes la determinación ante Dios. Orar no es seguir un procedimiento sino buscar a Dios usando tu corazón sincero. Pide que Dios proteja tu corazón, capacitándolo para que con frecuencia esté en paz delante de Dios, […] Si el hombre le da a Dios su corazón sincero y le dice a Dios lo que realmente hay dentro de su corazón, entonces Dios estará dispuesto a obrar en el hombre; Dios no quiere el corazón torcido del hombre sino su corazón puro y honesto. Si el hombre no le dice a Dios lo que de verdad hay en su corazón, entonces Dios no toca el corazón del hombre ni obra dentro de él. Por lo tanto, lo más crucial acerca de la oración es decirle a Dios las palabras de tu auténtico corazón, hablarle a Dios de tus defectos o de tu carácter rebelde y abrirte completamente a Dios. Sólo entonces Dios estará interesado en tus oraciones; si no, entonces Él ocultará Su rostro de ti” (“Acerca de la práctica de la oración”).
De estas palabras, observe la fidelidad y la justicia de Dios, y también Su fondo santo. Sólo si oramos a Dios con corazones honestos, Él nos escuchará. Es como la comunicación entre personas. Si no podemos abrir nuestro corazón y nunca hablarnos de nuestros pensamientos más íntimos, entonces no importa cuántos años nos hayamos conocido, posiblemente no seremos amigos cercanos, mucho menos confiaremos el uno en el otro. De esta manera, no obtendremos ayuda sincera el uno del otro. Del mismo modo, independientemente del número de años que hemos creído en Dios o cuántas veces hemos orado todos los días, si no nos invocar a Dios, entonces nuestras oraciones son hipócritas y que posiblemente no pueden obtener la iluminación y la guía de Dios. En ese caso, no seremos reconocidos por Dios. Por ejemplo, muchas veces usamos buenas palabras para engañar a Dios en nuestras oraciones y queremos agradar a Dios pero no practicamos nada después. Es exactamente como los primeros fariseos que rezaron en las esquinas de las calles y frente a las multitudes, haciendo todo lo posible para que los demás vieran lo devotos y fieles que eran. ¿Pero cual es el resultado? Cuando el Señor Jesús vino a hacer Su obra, se negaron a buscarla e investigarla, e incluso blasfemaron, condenaron y se resistieron a él. Se puede ver que sus oraciones fueron hipócritas. Y el Señor no sólo detestaba tales oraciones, sino que también las condenaba diciéndoles, ¡ay de ellos!
¿Qué es la oración verdadera? Seguí leyendo y vi las palabras en el libro , “La oración no es un proceso de pasar por las formalidades o de seguir un procedimiento o de recitar las palabras de Dios, es decir, la oración no quiere decir repetir palabras como perico y copiarles a los demás. En la oración le debes dar tu corazón a Dios, compartiendo con Dios las palabras que están en tu corazón para que Dios te pueda tocar. Si las oraciones han de ser efectivas, entonces se deben basar en la lectura de las palabras de Dios. Sólo orando en medio de las palabras de Dios se podrá recibir más esclarecimiento e iluminación. Una oración verdadera se demuestra cuando se tiene un corazón que anhela las exigencias que Dios le hace y se está dispuesto a cumplir estas exigencias; se podrá odiar todo lo que Dios odia y sobre esta base se tendrá conocimiento, se conocerá y se tendrá claras las verdades que Dios explica. Tener la determinación, la fe, el conocimiento y un camino por el cual practicar después de orar, sólo esto es orar verdaderamente y sólo la oración como esta puede ser efectiva” “¿Qué significa orar realmente? Quiere decir hablar con Dios las palabras que están dentro de tu corazón y comunicarte con Dios después de que comprendiste Su voluntad, basándote en Sus palabras; quiere decir sentirte particularmente cerca de Dios, sentir que Él está enfrente de ti y que tú tienes algo que decirle; y quiere decir estar especialmente radiante dentro de tu corazón y sentir que Dios es especialmente precioso. Te vas a sentir especialmente constreñido y, después de escuchar tus palabras, tus hermanos y hermanas se van a sentir complacidos, van a sentir que las palabras que hablas son las palabras que están dentro de sus corazones, las palabras que quieren decir y que lo que tú dices representa lo que ellos quieren decir. Esto es lo que significa orar verdaderamente. Después de que has orado verdaderamente, te vas a sentir en paz y complacido en tu corazón; la fuerza para amar a Dios crecerá y vas a sentir que nada en toda tu vida es más valioso o importante que amar a Dios, y todo esto probará que tus oraciones han sido efectivas” (“Acerca de la práctica de la oración”).
Estas palabras nos dicen qué es la oración real y los efectos la oración produce. Podemos ver que orar no significa acercarse a Dios para decir buenas palabras o copiar a otros. Hacer que nuestra oración sea efectiva no es algo simple, y lo más importante es que debemos orar verdaderamente. Necesitamos dar primero nuestro corazón a Dios, porque sólo si oramos a Dios con nuestro corazón, nuestros espíritus se conmoverán. Además, es necesario que recemos basándonos en la palabra de Dios, porque sólo orando con las palabras de Dios podremos obtener más luz e iluminación. Y si tenemos la sinceridad, la fe, el conocimiento, hallaremos el camino para practicar de esta manera la oración, entonces nuestra oración será efectiva. Además, la oración verdadera significa decir las palabras en nuestro corazón a Dios, significa sentirse muy cerca de Dios, buscar la voluntad de Dios en Sus palabras, y no seguir las reglas y prácticas religiosas del pasado. Orar de esta manera, la oración puede tocar más los corazones de las personas. Todos aquellos que logran los anteriores efectos son los que consiguen verdaderas oraciones, y también son aceptados por Dios. De acuerdo con esto, ¿cuáles de las oraciones que hemos hecho son verdaderas? Por ejemplo, cuando le rezamos a Dios, nos comprometemos con nuestras verdaderas dificultades diarias y decidimos obedecer Sus guías y arreglos sin importar lo que haga; cuando confiamos las faltas y las dificultades de nuestros hermanos y hermanas a Dios a través de oraciones, y le pedimos que lo guíe para encontrar el camino hacia la solución en Sus palabras; cuando le rezamos a Dios acerca de las dificultades que hemos encontrado en nuestro trabajo evangélico, y acerca de cómo llevar a las personas ante Dios; cuando rezamos para comprender el verdadero significado de las palabras de Dios, para buscar la manera de practicar Sus palabras con precisión; o cuando sufrimos persecución y amargura, oramos para obtener la iluminación de Dios y entender Su voluntad para que podamos soportar el testimonio de Él… Todo lo anterior son las verdaderas oraciones compatibles con el corazón de Dios, y son lo que a Dios le gustaría escuchar para deleitarse.
Ahora que conocemos el secreto de la oración, lo que tenemos que hacer a continuación es acercarnos a Dios y orar con un corazón sincero, entregar nuestro corazón a Dios, hablar con Él las palabras de nuestro corazón y captar la voluntad de Dios en Sus palabras. Mientras más practiquemos orando así, más verdaderas son nuestras oraciones. Sólo cuando realmente oramos, nuestra oración será verdadera y nuestra relación con Dios se acercará cada vez más. Además, sólo la oración verdadera puede permitirnos sentir paz y disfrutar en nuestros espíritus. Practiquemos verdaderamente orar a Dios juntos en nuestra vida real después de dominar el secreto de la oración
Recomendación: Cómo orar correctamente

música cristiana | "Si Dios no me hubiera salvado" Dios Incomparable

2020-02-15 05:12:00 | Música de Alabanza
música cristiana | "Si Dios no me hubiera salvado" Dios Incomparable
I
Si Dios no me hubiera salvado,
aún iría a la deriva por el mundo,
caminando con dolor en el pecado,
sin esperanza cada día y desolado.
Si Dios no me hubiera salvado,
aún seguiría bajo los pies del diablo,
atrapado en el pecado y sus placeres,
ignorando cómo sería mi vida.
Dios Todopoderoso es quien me salva;
son Sus palabras las que me purifican.
Por el juicio de Dios y Su castigo,
mi carácter corrupto se ha cambiado.
Dios ha expresado toda la verdad,
y me ha ayudado a comenzar mi nueva vida.
Cara a cara, ahora veo a Dios, y he probado Su verdadero amor.
Al fin he comprendido
que Sus manos sostienen a las mías con amor.
He oído Su voz, ante Su trono, y ahora me siento elevado.
Disfruto de las bodas de Cristo,
para que Él me purifique y perfeccione.
Años de deseo ahora se realizan,
ahora tengo la salvación de Dios.
II
Dios Todopoderoso es quien me salva;
son Sus palabras las que me purifican.
Por el juicio de Dios y Su castigo,
mi carácter corrupto se ha cambiado.
Dios ha expresado toda la verdad,
y me ha ayudado a comenzar mi nueva vida.
Cara a cara, ahora veo a Dios, y he probado Su verdadero amor.
Al fin he comprendido
que Sus manos sostienen a las mías con amor.
He oído Su voz, ante Su trono, y ahora me siento elevado.
Disfruto de las bodas de Cristo,
para que Él me purifique y perfeccione.
Años de deseo ahora se realizan,
ahora tengo
la salvación de Dios.
Años de deseo ahora se realizan,
ahora tengo la salvación de Dios.
Recomendación: Salvacion significado 

Vídeo cristiano | A Dios no le importa que el hombre sea insensato, sólo pide que sea sincero

2020-02-15 04:58:48 | Películas Evangélicas
Vídeo cristiano | A Dios no le importa que el hombre sea insensato, sólo pide que sea sincero
“En este punto, ¿ves algo que demuestre que
Abraham estuviera dispuesto a ofrecer a su hijo?
¿Qué se indica en estas frases?
El texto original dice lo siguiente:
‘Y Abraham se levantó temprano por la mañana y preparó su asno;
tomó dos de sus hombres jóvenes con él y a Isaac su hijo,
y partió la madera para el holocausto.
Se levantó y se fue al lugar que Dios le había indicado’ (Génesis 22:3).
‘Llegaron al lugar que Dios le había indicado
y Abraham construyó un altar ahí;
acomodó la madera y ató a Isaac su hijo, colocándolo sobre la madera del altar.
Y Abraham estiró su mano y tomó el cuchillo para matar a su hijo’ (Génesis 22:9-10).
Cuando Abraham extendió su mano, y tomó el cuchillo para sacrificar a su hijo,
¿vio Dios sus acciones? Sí; las vio.
Todo el proceso — desde el principio,
cuando Dios le pidió a Abraham que sacrificara a Isaac,
hasta el momento en que el hombre alzó el cuchillo para matar a su hijo— le mostró a Dios el corazón de Abraham,
e independientemente de su insensatez, su ignorancia
y su malinterpretación anteriores de Dios,
en aquel momento su corazón era sincero, honesto;
de verdad le iba a devolver a Isaac a Dios, ese hijo que Él le había dado.
Dios vio obediencia en él, esa misma obediencia que Él deseaba”.
Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.
Recomendación: Reflexiones Cristianas