Dios Todopoderoso es mi salvador

Que el amor y la misericordia de DIOS estén siempre contigo

La diferencia entre ser salvos y alcanzar la salvación completa

2020-02-19 04:20:42 | la Fuente de la Vida
La diferencia entre ser salvos y alcanzar la salvación completa
Cada vez que se menciona la diferencia entre ser salvos y alcanzar la salvación completa, quizás algunos hermanos y hermanas dirán: “¿Hay alguna diferencia entre ser salvos y alcanzar la salvación completa? ¿Ser salvos no significa alcanzar la salvación completa? Hemos sido salvos a través de nuestra fe en el Señor Jesús, ¿así que no hemos alcanzado la salvación completa? Cuando el Señor venga, seremos inmediatamente arrebatados al cielo”. Pero ¿las cosas son realmente tan simples? Sería bueno para nosotros investigar y discutir este asunto. 
1. ¿Qué significa ser salvos? ¿Estamos sin pecado después de ser salvos?
En primer lugar, leamos un pasaje de las palabras de Dios: “En ese momento, la obra de Jesús era la redención de toda la humanidad. Los pecados de todos los que creían en Él eran perdonados; mientras creyeras en Él, Él te redimiría; si creías en Él, dejabas de ser un pecador y eras liberado de tus pecados. Esto es lo que significaba ser salvo y ser justificado por fe. Sin embargo, seguía habiendo en quienes creían algo rebelde y opuesto a Dios, y que había que seguir quitando lentamente. La salvación no significaba que el hombre hubiera sido ganado por completo por Jesús, sino que ya no pertenecía al pecado, que sus pecados habían sido perdonados: si creías, ya no pertenecías al pecado”. Gracias a las palabras de Dios, podemos ver que somos salvos a través de nuestra creencia en el Señor porque el Señor Jesús realizó la obra de redención. El Señor se entregó como ofrenda por el pecado y fue clavado en la cruz, y así nos redimió del pecado. Por lo tanto, al creer en el Señor, ya no somos pecadores ni estamos obligados por la ley. Ahora, cuando pecamos, podemos acudir directamente ante Dios para orarle, y podemos pedirle al Señor que nos perdone. Esto es lo que significa ser salvos.
Entonces, ¿estamos sin pecado después de ser salvos? Podemos ver debido a nuestras propias experiencias que, aunque podemos esforzarnos, trabajar arduamente y hacer algunas buenas acciones externas, seguimos siendo capaces de pecar con frecuencia, y no nos hemos liberado de las ataduras del pecado. Nuestros caracteres de vida son los mismos de siempre, y en el momento en que encontramos algo que esté en desacuerdo con nuestras propias nociones o con algo que infrinja nuestros propios intereses, revelamos muchos caracteres corruptos y, como resultado, nos rebelamos contra Dios y nos resistimos a Él. Por ejemplo, cada vez que alguien da un sermón en la iglesia y demuestra que es más talentoso que nosotros, nos sentimos celosos de esa persona o intentamos socavarla en secreto; cuando alguien infringe nuestros intereses, lo odiamos y, en casos graves, podemos enfadarnos y tomar represalias en su contra; cada vez que nos abandonamos a algo o nos gastamos un poco en nuestro trabajo por el Señor, hacemos alarde de nuestros logros y le ponemos condiciones a Dios, o desdeñamos y despreciamos a otras personas; cada vez que tenemos la iluminación del Espíritu Santo en nuestro trabajo y sermones y obtenemos resultados, nos sentimos muy complacidos con nosotros mismos y usurpamos la gloria de Dios; pero después de haber sufrido y pagado un precio sin obtener nada a cambio, de modo que nuestros intereses personales no son satisfechos, culpamos a Dios y lo malinterpretamos, creyendo que no nos está protegiendo ni bendiciendo; cuando hacemos algo que viola los mandamientos de Dios, tememos que los demás lo descubran y mentimos para engañarlos a ellos y a Él; cuando hemos creído en Dios por muchos años y pensamos que Él no nos ha otorgado suficiente gracia, seguimos los caminos del mundo y traicionamos a Dios, y así sucesivamente. Tales comportamientos y expresiones son suficientes para probar que aún vivimos en el pecado y bajo el poder de Satanás; demuestran que nuestra naturaleza sigue siendo satánica, que nuestros pensamientos y puntos de vista pertenecen al mundo y que tenemos la capacidad de traicionar arbitrariamente a Dios y regresar a nuestras vidas mundanas debido a cualquier situación que no concuerde con nuestras propias ideas.
2. ¿Qué significa alcanzar la salvación completa? ¿Qué comportamientos tienen aquellos que alcanzan la salvación completa?
En primer lugar, leamos un pasaje de las palabras de Dios: “Cuando las personas dejan atrás las cosas viles y corruptas de Satanás, ganan la salvación de Dios. Pero si ellas permanecen incapaces de despojarse de lo vil y de la corrupción, entonces todavía estarán bajo el campo de acción de Satanás. Las intrigas, los engaños y la ruindad de las personas son cosas de Satanás; al salvarte, Dios te separa de estas cosas y la obra de Dios no puede estar mal; y todo es con el fin de salvar a las personas de la oscuridad. […] Cuando vives bajo el campo de acción de Satanás eres incapaz de manifestar a Dios, eres algo vil y no recibirás la herencia de Dios. Una vez que hayas sido purificado y perfeccionado, serás santo y serás normal, y Dios te bendecirá y serás precioso para Él”.
A partir de las palabras de Dios, podemos ver que alcanzar la salvación completa significa deshacerse del pecado y ser purificados. Es decir, aquellos que logran la salvación completa no solo hacen algunas buenas acciones externas, sino que su naturaleza arrogante, egoísta, engañosa y perversa han cambiado, y son capaces de vivir según las palabras de Dios, de someterse completamente a las orquestaciones y arreglos de Dios e, incluso cuando se enfrentan a la amenaza de una muerte inminente, todavía pueden temerle a Dios y rechazar el mal. Prefieren morir antes que volver a vivir bajo el poder de Satanás, y ya no pueden rebelarse contra Dios ni resistirse a Él. Solo personas como estas son las que han sido completamente ganadas por Dios. Aquellos que alcanzan la salvación completa de Dios son los que entienden la verdad, los que conocen a Dios y pueden obedecerle; aquellos que alcanzan la salvación completa son los que pueden ser testigos en medio de todo tipo de tentaciones de Satanás, que pueden vivir por la verdad y temen a Dios y evitan el mal; aquellos que alcanzan la salvación completa son los que son considerados con la voluntad de Dios, que hablan honestamente y con franqueza, que tienen un corazón bondadoso, que pueden amar a Dios y satisfacerle, que toman las palabras de Dios como reglas para sus acciones y conducta, que pueden vivir una vida genuina de semejanza humana, y que pueden glorificar a Dios y manifestarlo en todo lo que hacen.
3. La diferencia entre ser salvos y alcanzar la salvación completa
Acabamos de discutir acerca de lo que significa ser salvos y si estamos o no sin pecado después de ser salvos, y también discutimos qué significa alcanzar la salvación completa y qué comportamientos expresan aquellos que logran la salvación completa. Confío en que todos tendrán algún discernimiento con respecto a la diferencia entre ser salvos y alcanzar la salvación completa. Ser salvos significa que ya no estamos condenados por la ley, que ya no somos pecadores, que hemos sido redimidos por Dios y que estamos calificados para presentarnos ante Él, pero que, aunque podamos hacer algunas buenas acciones externas, nuestra naturaleza pecadora permanece profundamente arraigada dentro de nosotros. Por otra parte, alcanzar la salvación completa significa que nuestros caracteres de vida han cambiado, que somos capaces de poner en práctica la verdad, que ya no cometemos ningún pecado, que podemos escuchar las palabras de Dios y obedecerle, que podemos vivir la realidad de las palabras de Dios, y que estamos completamente libres de la influencia de Satanás y nos hemos convertido en personas libres.
En contraste, nuestra situación actual como hermanos y hermanas en el Señor es tal que todavía vivimos en varios tipos de caracteres corruptos, y llevamos vidas en las que pecamos durante el día y confesamos nuestros pecados en la noche. Somos completamente incapaces de resistir las seducciones y tentaciones de Satanás, y seguimos siendo capaces de rebelarnos contra Dios, de resistirnos a Él, de culparlo y malinterpretarlo. Las vidas que llevamos no pueden glorificar a Dios ni manifestarlo en absoluto, así que, ¿cómo podemos decir que hemos alcanzado la salvación completa? Dios dice: “Sed santos, porque Yo soy santo” (1 Pedro 1:16). “Cuando vives bajo el campo de acción de Satanás eres incapaz de manifestar a Dios, eres algo vil y no recibirás la herencia de Dios. Una vez que hayas sido purificado y perfeccionado, serás santo y serás normal, y Dios te bendecirá y serás precioso para Él”. La esencia de Dios es santa y justa. Dios odia todos los tipos de pecado dentro de nosotros y detesta los diferentes tipos de inmundicia dentro de nosotros; personas tan sucias y corruptas como nosotros no merecemos entrar en el reino de Dios. En nuestra creencia en el Señor, solo al desechar por completo todas estas cosas sucias y corruptas y purificarnos, podemos obtener la alabanza de Dios y ser guiados por Él a un hermoso destino. Por lo tanto, ser salvos no significa que hayamos alcanzado la salvación completa, y cuando el Señor regrese, no seremos arrebatados de inmediato al cielo.
4. Buscando el camino para alcanzar la salvación completa
Entonces, ¿dónde está el camino para alcanzar la salvación completa? De hecho, el Señor Jesús nos habló hace mucho tiempo acerca del camino para alcanzar la salvación completa. Veamos varios versículos de la Biblia, “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando El, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir” (Juan 16:12-13). “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias” (Apocalipsis 2:17). “[...] Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tiene sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida” (Apocalipsis 21:6). “El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, ésa lo juzgará en el día final” (Juan 12:48). El Señor nos ha mostrado el camino para alcanzar la salvación completa y entrar en el reino celestial. Es decir, ahora en los últimos días, el Señor Jesús regresará por segunda vez para expresar todas las verdades, y a cada persona que tenga sed y busque la aparición de Dios, Él le dará gratuitamente la fuente del agua de la vida, permitiéndonos obtener el agua viva de una nueva vida proveniente de Dios y para que nuestras vidas espirituales obtengan provisión. Luego, al experimentar el juicio y el castigo de las palabras de Dios, nuestros caracteres corruptos serán purificados, nos liberaremos de las ataduras del pecado, nos libraremos de todas las influencias satánicas oscuras y viviremos según las palabras de Dios. Cuando las pruebas de Dios vengan sobre nosotros, podremos mantenernos firmes en nuestro testimonio y convertirnos en personas que obedecemos a Dios, glorificamos a Dios y manifestamos a Dios en todo lo que hacemos. De esta manera, alcanzaremos genuinamente la salvación completa y estaremos calificados para entrar en el reino de Dios.
Hermanos y hermanas, que el Señor nos ilumine, para que podamos ver claramente la diferencia entre ser salvos y alcanzar la salvación completa, y para que no nos quedemos totalmente sumidos en nuestros conceptos e imaginaciones erróneos y, por lo tanto, retrasemos el gran evento de nuestra entrada en el reino celestial. Debemos ser como las vírgenes prudentes y buscar la verdad con una mente abierta, porque solo así podremos acoger la aparición del novio tan pronto como sea posible, asistir a la fiesta nupcial del Cordero y ser regadas por el agua de vida. Una vez que hayamos experimentado la obra de juicio y castigo de Dios en los últimos días, que desechemos todos nuestros caracteres corruptos y vivamos la realidad de las palabras de Dios, alcanzaremos finalmente la salvación completa y entraremos en el reino celestial.
¡Toda la gloria sea para Dios, amén!
Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.
Recomendación: Predicas cristianas

La diferencia entre ser salvos y alcanzar la salvación completa

2020-02-19 04:20:42 | la Fuente de la Vida
La diferencia entre ser salvos y alcanzar la salvación completa
Cada vez que se menciona la diferencia entre ser salvos y alcanzar la salvación completa, quizás algunos hermanos y hermanas dirán: “¿Hay alguna diferencia entre ser salvos y alcanzar la salvación completa? ¿Ser salvos no significa alcanzar la salvación completa? Hemos sido salvos a través de nuestra fe en el Señor Jesús, ¿así que no hemos alcanzado la salvación completa? Cuando el Señor venga, seremos inmediatamente arrebatados al cielo”. Pero ¿las cosas son realmente tan simples? Sería bueno para nosotros investigar y discutir este asunto. 
1. ¿Qué significa ser salvos? ¿Estamos sin pecado después de ser salvos?
En primer lugar, leamos un pasaje de las palabras de Dios: “En ese momento, la obra de Jesús era la redención de toda la humanidad. Los pecados de todos los que creían en Él eran perdonados; mientras creyeras en Él, Él te redimiría; si creías en Él, dejabas de ser un pecador y eras liberado de tus pecados. Esto es lo que significaba ser salvo y ser justificado por fe. Sin embargo, seguía habiendo en quienes creían algo rebelde y opuesto a Dios, y que había que seguir quitando lentamente. La salvación no significaba que el hombre hubiera sido ganado por completo por Jesús, sino que ya no pertenecía al pecado, que sus pecados habían sido perdonados: si creías, ya no pertenecías al pecado”. Gracias a las palabras de Dios, podemos ver que somos salvos a través de nuestra creencia en el Señor porque el Señor Jesús realizó la obra de redención. El Señor se entregó como ofrenda por el pecado y fue clavado en la cruz, y así nos redimió del pecado. Por lo tanto, al creer en el Señor, ya no somos pecadores ni estamos obligados por la ley. Ahora, cuando pecamos, podemos acudir directamente ante Dios para orarle, y podemos pedirle al Señor que nos perdone. Esto es lo que significa ser salvos.
Entonces, ¿estamos sin pecado después de ser salvos? Podemos ver debido a nuestras propias experiencias que, aunque podemos esforzarnos, trabajar arduamente y hacer algunas buenas acciones externas, seguimos siendo capaces de pecar con frecuencia, y no nos hemos liberado de las ataduras del pecado. Nuestros caracteres de vida son los mismos de siempre, y en el momento en que encontramos algo que esté en desacuerdo con nuestras propias nociones o con algo que infrinja nuestros propios intereses, revelamos muchos caracteres corruptos y, como resultado, nos rebelamos contra Dios y nos resistimos a Él. Por ejemplo, cada vez que alguien da un sermón en la iglesia y demuestra que es más talentoso que nosotros, nos sentimos celosos de esa persona o intentamos socavarla en secreto; cuando alguien infringe nuestros intereses, lo odiamos y, en casos graves, podemos enfadarnos y tomar represalias en su contra; cada vez que nos abandonamos a algo o nos gastamos un poco en nuestro trabajo por el Señor, hacemos alarde de nuestros logros y le ponemos condiciones a Dios, o desdeñamos y despreciamos a otras personas; cada vez que tenemos la iluminación del Espíritu Santo en nuestro trabajo y sermones y obtenemos resultados, nos sentimos muy complacidos con nosotros mismos y usurpamos la gloria de Dios; pero después de haber sufrido y pagado un precio sin obtener nada a cambio, de modo que nuestros intereses personales no son satisfechos, culpamos a Dios y lo malinterpretamos, creyendo que no nos está protegiendo ni bendiciendo; cuando hacemos algo que viola los mandamientos de Dios, tememos que los demás lo descubran y mentimos para engañarlos a ellos y a Él; cuando hemos creído en Dios por muchos años y pensamos que Él no nos ha otorgado suficiente gracia, seguimos los caminos del mundo y traicionamos a Dios, y así sucesivamente. Tales comportamientos y expresiones son suficientes para probar que aún vivimos en el pecado y bajo el poder de Satanás; demuestran que nuestra naturaleza sigue siendo satánica, que nuestros pensamientos y puntos de vista pertenecen al mundo y que tenemos la capacidad de traicionar arbitrariamente a Dios y regresar a nuestras vidas mundanas debido a cualquier situación que no concuerde con nuestras propias ideas.
2. ¿Qué significa alcanzar la salvación completa? ¿Qué comportamientos tienen aquellos que alcanzan la salvación completa?
En primer lugar, leamos un pasaje de las palabras de Dios: “Cuando las personas dejan atrás las cosas viles y corruptas de Satanás, ganan la salvación de Dios. Pero si ellas permanecen incapaces de despojarse de lo vil y de la corrupción, entonces todavía estarán bajo el campo de acción de Satanás. Las intrigas, los engaños y la ruindad de las personas son cosas de Satanás; al salvarte, Dios te separa de estas cosas y la obra de Dios no puede estar mal; y todo es con el fin de salvar a las personas de la oscuridad. […] Cuando vives bajo el campo de acción de Satanás eres incapaz de manifestar a Dios, eres algo vil y no recibirás la herencia de Dios. Una vez que hayas sido purificado y perfeccionado, serás santo y serás normal, y Dios te bendecirá y serás precioso para Él”.
A partir de las palabras de Dios, podemos ver que alcanzar la salvación completa significa deshacerse del pecado y ser purificados. Es decir, aquellos que logran la salvación completa no solo hacen algunas buenas acciones externas, sino que su naturaleza arrogante, egoísta, engañosa y perversa han cambiado, y son capaces de vivir según las palabras de Dios, de someterse completamente a las orquestaciones y arreglos de Dios e, incluso cuando se enfrentan a la amenaza de una muerte inminente, todavía pueden temerle a Dios y rechazar el mal. Prefieren morir antes que volver a vivir bajo el poder de Satanás, y ya no pueden rebelarse contra Dios ni resistirse a Él. Solo personas como estas son las que han sido completamente ganadas por Dios. Aquellos que alcanzan la salvación completa de Dios son los que entienden la verdad, los que conocen a Dios y pueden obedecerle; aquellos que alcanzan la salvación completa son los que pueden ser testigos en medio de todo tipo de tentaciones de Satanás, que pueden vivir por la verdad y temen a Dios y evitan el mal; aquellos que alcanzan la salvación completa son los que son considerados con la voluntad de Dios, que hablan honestamente y con franqueza, que tienen un corazón bondadoso, que pueden amar a Dios y satisfacerle, que toman las palabras de Dios como reglas para sus acciones y conducta, que pueden vivir una vida genuina de semejanza humana, y que pueden glorificar a Dios y manifestarlo en todo lo que hacen.
3. La diferencia entre ser salvos y alcanzar la salvación completa
Acabamos de discutir acerca de lo que significa ser salvos y si estamos o no sin pecado después de ser salvos, y también discutimos qué significa alcanzar la salvación completa y qué comportamientos expresan aquellos que logran la salvación completa. Confío en que todos tendrán algún discernimiento con respecto a la diferencia entre ser salvos y alcanzar la salvación completa. Ser salvos significa que ya no estamos condenados por la ley, que ya no somos pecadores, que hemos sido redimidos por Dios y que estamos calificados para presentarnos ante Él, pero que, aunque podamos hacer algunas buenas acciones externas, nuestra naturaleza pecadora permanece profundamente arraigada dentro de nosotros. Por otra parte, alcanzar la salvación completa significa que nuestros caracteres de vida han cambiado, que somos capaces de poner en práctica la verdad, que ya no cometemos ningún pecado, que podemos escuchar las palabras de Dios y obedecerle, que podemos vivir la realidad de las palabras de Dios, y que estamos completamente libres de la influencia de Satanás y nos hemos convertido en personas libres.
En contraste, nuestra situación actual como hermanos y hermanas en el Señor es tal que todavía vivimos en varios tipos de caracteres corruptos, y llevamos vidas en las que pecamos durante el día y confesamos nuestros pecados en la noche. Somos completamente incapaces de resistir las seducciones y tentaciones de Satanás, y seguimos siendo capaces de rebelarnos contra Dios, de resistirnos a Él, de culparlo y malinterpretarlo. Las vidas que llevamos no pueden glorificar a Dios ni manifestarlo en absoluto, así que, ¿cómo podemos decir que hemos alcanzado la salvación completa? Dios dice: “Sed santos, porque Yo soy santo” (1 Pedro 1:16). “Cuando vives bajo el campo de acción de Satanás eres incapaz de manifestar a Dios, eres algo vil y no recibirás la herencia de Dios. Una vez que hayas sido purificado y perfeccionado, serás santo y serás normal, y Dios te bendecirá y serás precioso para Él”. La esencia de Dios es santa y justa. Dios odia todos los tipos de pecado dentro de nosotros y detesta los diferentes tipos de inmundicia dentro de nosotros; personas tan sucias y corruptas como nosotros no merecemos entrar en el reino de Dios. En nuestra creencia en el Señor, solo al desechar por completo todas estas cosas sucias y corruptas y purificarnos, podemos obtener la alabanza de Dios y ser guiados por Él a un hermoso destino. Por lo tanto, ser salvos no significa que hayamos alcanzado la salvación completa, y cuando el Señor regrese, no seremos arrebatados de inmediato al cielo.
4. Buscando el camino para alcanzar la salvación completa
Entonces, ¿dónde está el camino para alcanzar la salvación completa? De hecho, el Señor Jesús nos habló hace mucho tiempo acerca del camino para alcanzar la salvación completa. Veamos varios versículos de la Biblia, “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando El, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir” (Juan 16:12-13). “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias” (Apocalipsis 2:17). “[...] Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tiene sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida” (Apocalipsis 21:6). “El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, ésa lo juzgará en el día final” (Juan 12:48). El Señor nos ha mostrado el camino para alcanzar la salvación completa y entrar en el reino celestial. Es decir, ahora en los últimos días, el Señor Jesús regresará por segunda vez para expresar todas las verdades, y a cada persona que tenga sed y busque la aparición de Dios, Él le dará gratuitamente la fuente del agua de la vida, permitiéndonos obtener el agua viva de una nueva vida proveniente de Dios y para que nuestras vidas espirituales obtengan provisión. Luego, al experimentar el juicio y el castigo de las palabras de Dios, nuestros caracteres corruptos serán purificados, nos liberaremos de las ataduras del pecado, nos libraremos de todas las influencias satánicas oscuras y viviremos según las palabras de Dios. Cuando las pruebas de Dios vengan sobre nosotros, podremos mantenernos firmes en nuestro testimonio y convertirnos en personas que obedecemos a Dios, glorificamos a Dios y manifestamos a Dios en todo lo que hacemos. De esta manera, alcanzaremos genuinamente la salvación completa y estaremos calificados para entrar en el reino de Dios.
Hermanos y hermanas, que el Señor nos ilumine, para que podamos ver claramente la diferencia entre ser salvos y alcanzar la salvación completa, y para que no nos quedemos totalmente sumidos en nuestros conceptos e imaginaciones erróneos y, por lo tanto, retrasemos el gran evento de nuestra entrada en el reino celestial. Debemos ser como las vírgenes prudentes y buscar la verdad con una mente abierta, porque solo así podremos acoger la aparición del novio tan pronto como sea posible, asistir a la fiesta nupcial del Cordero y ser regadas por el agua de vida. Una vez que hayamos experimentado la obra de juicio y castigo de Dios en los últimos días, que desechemos todos nuestros caracteres corruptos y vivamos la realidad de las palabras de Dios, alcanzaremos finalmente la salvación completa y entraremos en el reino celestial.
¡Toda la gloria sea para Dios, amén!
Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.
Recomendación: Predicas cristianas

¿Cómo orar conforme a la voluntad de Dios?

2020-02-19 04:05:40 | Películas Evangélicas
¿Cómo orar conforme a la voluntad de Dios?
Etapa amorosa:
Ruego al Señor todos los días, y especialmente la oración de la mañana y la oración de la tarde, son partes esenciales de mi vida diaria. Además, constantemente persisto en hacerlo así. Pero muchas veces, aunque ruego al Señor, no puedo sentirlo, y obviamente siento que el Señor no escucha mis oraciones. Después de haber orado durante muchos años, sin embargo, siento que mi vida no tiene progreso ni cambio. Por lo tanto, no tengo fe sin saberlo. No sé por qué es esto así. ¿Puedes decirme cómo orar de acuerdo con la voluntad del Señor?
Sinceramente tuyo,
Tao Xin
Hermano Tao Xin:
La situación que dijiste generalmente existe en nuestra iglesia. ¿Por qué el Señor no escucha nuestras oraciones? En cuanto a la razón por la cual, principalmente, es porque nuestras oraciones no están de acuerdo con la voluntad del Señor. Para comprender cómo orar de acuerdo con la voluntad del Señor, primero necesitamos saber qué tipos de oraciones no son recomendadas por el Señor. Luego, busquemos y discutamos juntos. ¡Que el Señor nos guíe!
1. Oraciones a medias no pueden ser escuchadas por el Señor
A veces, cuando nos despertamos, podemos orar así: "Dios, hoy, te encomiendo mi día entero. Estoy dispuesto a dejar que me guíes a lo largo del día. Por favor cuídame para no enfrentar ningún mal o tentación. Déjame vivir en el resplandor de Tu semblante. Que Dios me bendiga ¡Amén!"
A menudo también oramos de esta manera: "Jehová Dios, tú eres el Creador de los cielos y la tierra y de todas las cosas". Tú controlas el destino humano. Señor Jesús, Tú eres nuestro Salvador. Tú derramaste Tu sangre en la cruz para limpiarnos de nuestros pecados. Ya no nos ves como pecadores. Tú nos ves como justos. Por lo tanto, no defines nuestras fechorías como pecados. No importa cuán corruptos somos o cómo pecamos, tú nos perdonas. ¡Señor Jesús! Tus palabras son nuestra luz guía. Tú eres nuestro todo. Tú eres nuestro Señor, somos tus ovejas. Tú nos cuidas y proteges todos los días. Bendices a nuestros padres, a nuestros hijos y a nuestras familias". Sin embargo, aunque nos arrodillamos, nuestras bocas hablan incesantemente, sin embargo, nuestros corazones están cerrados a Dios, y lo que decimos no es lo que está en nuestros corazones. Estamos hablando solo, hablando en el aire. No nos importa para nada si el Señor está contento con eso. Entonces, aunque oramos una vez en la mañana y una vez en la noche, y algunas veces incluso rezamos por una o dos horas, no tenemos ningún resultado.
Nuestras oraciones a medias no son escuchadas por el Señor, porque lo estamos engañando. Se dice en el Libro de Isaías, "Porque este pueblo se me acerca con su boca, y con sus labios me honra, mas su corazón alejó de mí" (Isaías 29:13). Debido a que tales oraciones no son devotas, y no tratamos al Señor como el Señor debe ser tratado, sino que lo tratamos como si fuera aire vacío, por lo tanto no podemos recibir el trabajo del Espíritu Santo, ni tenemos la iluminación del Espíritu Santo como resultado, aunque hemos rezado al Señor durante muchos años, no hemos producido nada. Todavía vivimos en el estado de pecado todos los días y confesamos cada noche. No podemos ver ningún cambio en nuestra disposición de vida ni vivir el decoro de los santos.
2. Pasar por las oraciones de orar al Señor no es escuchado por Él
A veces nos apresuramos a hacer cosas o a ir a trabajar, e incluso si rezamos, estamos haciendo los movimientos. Por ejemplo, a veces oramos así: "Dios, te confío este asunto. Te encomiendo a mis hijos y padres. Te encomiendo con todo. Dios, por favor bendíceme y protégeme. ¡Amén!" Nuestra oración es tan rápida como un conejo. Nuestros corazones están impacientes. La oración consiste de solo unas pocas oraciones y se termina. A veces le decimos al Señor que le agradecemos por la comida, pero tenemos que irnos corriendo al trabajo, así que oramos rápidamente, "Dios, me has bendecido con esta comida. Me has dado esta comida. Nunca olvidaré tu gracia. No olvidaré tu amor por mí. ¡Oro en el nombre del Señor Jesús, Amén!" Hablamos algunas palabras con prisa y la oración ha terminado otra vez. También hay momentos en que nos damos cuenta de que nuestros hijos no nos obedecen, cerramos los ojos y oramos: "Señor, te encomiendo a este niño. No puedo disciplinarlo. Él no me obedece. Yo te entrego el niño. Señor, eres todopoderoso. Yo oro en el nombre del Señor Jesús ¡Amén!" Pero después de la oración, seguimos nuestro camino. Tales oraciones están pasando por los movimientos. Dios dice: "Las personas creen en Dios, lo aman, y lo satisfacen cuando tocan el Espíritu de Dios con su corazón y, de ese modo, logran la satisfacción de Dios. Cuando contactan con corazón con las palabras de Dios, Su espíritu las conmueve". No usamos nuestros corazones para orar, sino que cumplimentamos formalidades, y si siempre oramos de esta manera, nuestras oraciones se convertirán en una ceremonia religiosa, que está siguiendo los movimientos del Señor, está engañando al Señor, y solo puede ser despreciado por Dios.
3. Orar con un tono de duda no es escuchado por el Señor
Cada uno de nosotros, los creyentes, anhelamos la venida del Señor. A veces podemos orar así: "Oh Dios, prometiste llevarnos al reino de los cielos y revelarte a nosotros. Prometiste levantarnos para reunirnos contigo en el aire. ¿Por qué no has cumplido esta promesa aún después de todo este tiempo? ¿Por qué es esto?". Cuando estamos enfermos, si nuestra enfermedad no se cura, rezamos, "Oh Señor, confío en Ti de verdad. ¿Por qué no sanas mi enfermedad?". Cuando nos peleamos con alguien, o alguien nos intimida, oramos, "Oh Señor, este hombre es tan malvado. ¿Por qué no lo disciplinas ni lo castigas?…".
Este tipo de oración tampoco es aprobada por el Señor. ¿Por qué decimos eso? Porque cuando oramos así, cuestionamos a Dios y tratamos a Dios como nuestro igual. Dios es el Creador mientras somos seres creados. Nunca podremos ser iguales con Dios. Si hablamos así con el Creador, nuestra relación con el Señor es incorrecta. Además, nunca recibiremos la aprobación del Señor.
4. Rezar con motivaciones para hacer tratos con el Señor no es escuchado por Él
Hay muchos comportamientos así. Por ejemplo, cuando caemos enfermos, oraremos de esta manera, "¡Oh Dios! ¡Debes salvarme! Te ruego que te deshagas de esta enfermedad, ¡deshazte de esta copa de sufrimiento lo antes posible! Debes curarme". A veces, cuando enfrentamos desastres, podemos orar: "Dios, si me salvas y me guardas del desastre, si no me dejas morir, te ofreceré todo mi ser". Cuando te sumérges en la oscuridad espiritual o eres incapaz de sentir al Señor, oramos, "¡Oh Señor, he creído en Ti por veinte o treinta años y he sacrificado mucho por Ti! ¡Renuncié a un buen trabajo por ti! ¡No gané ningún dinero por más de veinte años! ¡He comido comida blanda y ropa ordinaria! He sufrido persecución, tribulación, ridículo y difamación, ¡todo por tu bien! Hoy, espero que puedas llevarme al reino de los cielos cuando regreses, pero ya he esperado todos estos años sin escuchar nada ni sentir nada de ti. Señor, ¿me has desamparado? Si realmente me has abandonado, ¡entonces no tienes credibilidad!".
Los tipos de oraciones anteriores no se ajustan a las intenciones del Señor. ¿Por qué se dice que tales oraciones no son aprobadas por él?
La razón por la que oramos de esa manera es porque queremos usar a Dios para lograr nuestros propios fines, queremos utilizar nuestros esfuerzos y difundir el Evangelio, nuestros sufrimientos y el precio que pagamos para intercambiar Sus bendiciones, evitar desastres y entrar en el Reino de los cielos. Estamos haciendo tratos con Dios. Cuando nuestras intenciones son incorrectas, las personas pueden ver a través de nosotros, sin importar lo que digamos. Por lo tanto, es aún más fácil para Dios resolverlo buscando en nuestros corazones. Además, como no tenemos verdadera comunión con Dios, nuestras acciones no pueden estar de acuerdo con la voluntad de Dios, y no tenemos una relación adecuada con Él, las oraciones como estas no son aceptadas por Dios. Tal como dijo el Señor Jesús, "Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre lanzamos demonios, y en tu nombre hicimos mucho milagros? Y entonces les protestaré: Nunca os conocí; apartaos de mí, obradores de maldad" (Mateo 7:22-23).
Dado que lo anterior no está aprobado por el Señor, ¿cómo oramos para cumplir con Su voluntad?
1. Quitando nuestros corazones ante el Señor, expresando las palabras en nuestros corazones y presentando nuestras dificultades reales ante el Señor
Por ejemplo, cuando nos damos cuenta de que nuestros hijos no nos obedecen, podemos orar de esta manera: "¡Señor! Hoy en día criar a un niño es muy difícil. ¡Sin la verdad no puedo enseñarle al niño, y el niño no me obedecerá! Oh Señor, los humanos son creados por Ti. Tú me diste este niño. Verdaderamente ahora veo que no tengo la verdad, ni soy lo que debería ser como ser humano, y no tengo forma de enseñarle al niño. ¡Te encomiendo a este niño y estoy dispuesto a confiar en ti para que lo enseñes!".
Ya tenemos suficiente dinero para vivir, pero aún queremos ganar más y disfrutar más. Podemos orar al Señor, "Dios, ahora veo que mi corazón es muy codicioso de la riqueza. Otros son capaces de abandonar todo y contentarse con la ropa que llevan puesta y la comida en su plato. ¿Por qué no puedo estar contento? ¿Por qué todavía me aferro a la riqueza en mi corazón? Por favor, Dios, ¡te pido que me salves! No me importa si me disciplinas o si usas algún otro método, todo está bien".
A veces, vemos algunas acciones ilegales de pastores y ancianos, pero no podemos ver a través de ellos. Entonces, podemos orar a Dios, "Dios, Tus palabras revelan a los fariseos, pero no puedo ver a través de ellos claramente. Por fuera, parecen muy devotos, ¿por qué no puedo ver su hipocresía esencial? Especialmente su odio esencial hacia la verdad, no puedo ver eso. Entonces, en mi corazón siempre los he admirado y siempre quise preguntarles si me encontraba con problemas. También siento que esto es incorrecto, pero ¿por qué no puedo dejarlo ir? ¿Por qué no puedo ver a través de su naturaleza interna y los abandono en mi corazón?". ¿No es por medio de esta oración que nos callamos ante el Señor y conversamos con Él seriamente? Es como si tuviéramos una conversación de corazón a corazón con otra persona. En ambos casos, estamos hablando desde el corazón y expresamos nuestros mayores problemas. Cuando Dios los vea, sabrá que somos sinceros y que no trataremos de engañarlo o de hablar con dulzura y engañarlo. Entonces el Espíritu Santo hará su trabajo. Entonces, después de orar, nos sentiremos iluminados en nuestros corazones, como si se hubiera levantado una carga.
2. Orar al Señor como una Criatura de Dios, no hacer demandas ni peticiones del Señor, y ser capaz de obedecer al Señor Verdaderamente
Si tenemos una enfermedad grave de repente, meditaremos en su interior, ¿Por qué me enfermo? ¿Voy a tener cáncer? Si es la manera de Dios de castigarme, si Él quiere que muera, entonces me someteré. Si es la manera de Dios de refinarme y limpiarme, estoy dispuesto a aceptar tal refinamiento. Luego oraremos a Dios en nuestras mentes: "Querido Dios, si quieres que muera, me someteré, y te garantizo que lo haré, no tengo quejas. Fui creado por ti y he hecho muchas cosas que no se ajustan a tus intenciones, y debería recibir un castigo por esto".
Después de tal oración sumisa, nos conmoveremos mucho, y no estaremos tan constreñidos por el futuro y el destino. Además, tendremos la voluntad de obedecer a Dios en el interior, y ya no le haremos ninguna demanda. ¿Por qué tales oraciones pueden ser efectivas? Es porque ponemos nuestras posiciones correctas. Estamos en nuestro lugar como una criatura de Dios y tenemos un corazón sumiso para orar y buscar a Dios. Entonces, más adelante, antes de orar, debemos pensar primero y estar completamente preparados. Con respecto a las dificultades que enfrentamos y las cosas que necesitamos que Dios nos aclare, debemos desarrollar un esquema simple de cómo debemos buscar ayuda de Dios, cómo debemos tener comunión con Dios. Y luego, debemos encontrar una oportunidad adecuada y el ambiente apropiado para arrodillarnos ante Dios y orar. De esta manera, será fácil calmar nuestros corazones ante Dios y recibir el trabajo del Espíritu Santo. Además, nuestra vida espiritual puede continuar creciendo.
Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation. 
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