Dios Todopoderoso es mi salvador

Que el amor y la misericordia de DIOS estén siempre contigo

¿Eres un cristiano pobre o rico?

2020-03-30 21:38:21 | Películas Evangélicas
Reflexiones Cristianas : ¿Eres un cristiano pobre o rico?
Hace 2000 años, Jesucristo sufrió la persecución y condena de los Fariseos religiosos, y sin embargo, aquellas personas como los pescadores y los recaudadores de impuestos aceptaron la obra de Jesucristo. ¿Quién era el rico, exactamente? ¿Quién era el pobre? ¿Conocer la Biblia muy bien y hacer exposiciones de ella, significa que uno tiene conocimiento del Señor?
Un día, mi esposa dijo, “Nuestra hija y yo fuimos recientemente a la casa de mi hermana menor para escuchar sermones, en los cuales creo se encuentra la obra del Espíritu Santo. Lo que el predicador dijo fue muy revelador, especialmente cuando hablaba acerca del tipo de personas que podrían darle acogida a Jesucristo en Su regreso, ¡Pensé que lo predicaba muy claramente! Querido, ¿Por qué no expresas tus puntos de vista tú y nuestro hijo, sobre cuáles personas serían las primeras en dar la bienvenida al Señor y los que serían llevados al Reino de Dios en el regreso del
 Señor?”
Después de escuchar sus palabras, miré a mi esposa y a nuestros hijos y les dije, “Por supuesto que serán los pastores y ancianos, quienes entienden el conocimiento bíblico, los que aceptarán al Señor de primero. Ellos conocen muy bien la Biblia, están familiarizados con el conocimiento bíblico, pastorean la iglesia y sirven al Señor, y tienen una gran vida espiritual. Así que creo que la gente como ellos, seguramente, son los que darán de primero la bienvenida al Señor, cuando regrese.
Mi hijo se apresuró a decir, “Lo que mi papá dijo es correcto. Estoy de acuerdo con su punto de vista”.
Mi esposa negando con su cabeza, me dijo: “A menudo explicas las Escrituras a otros. ¿Qué versículo en la Biblia dice que al entender el conocimiento bíblico, uno puede conocer a Dios y saber cómo practicarlo? Recuerdo, que en Juan 7:45-48 se dice, ‘Entonces los alguaciles vinieron a los principales sacerdotes y fariseos, y éstos les dijeron: ¿Por qué no le trajisteis? Los alguaciles respondieron: ¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre habla! Entonces los fariseos les contestaron: ¿Es que también vosotros os habéis dejado engañar? ¿Acaso ha creído en El alguno de los gobernantes, o de los fariseos?’ Sin embargo, cuando Jesús llamó a Sus discípulos, dijo en la Biblia. ‘Y andando junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, echando una red al mar, porque eran pescadores. Y les dijo: Seguidme, y yo os haré pescadores de hombres. Entonces ellos, dejando al instante las redes, le siguieron’ (Mateo 4:18-20). Podemos ver en estas dos escrituras que los principales sacerdotes, escribas y fariseos estaban familiarizados con la Biblia y entendían el conocimiento bíblico. Cuando Dios vino a hacer Su nueva obra, no sólo no aceptaron la nueva obra, sino que se resistieron frenéticamente, condenaron y detuvieron a los creyentes bajo su dominio de aceptar la obra del Señor. Al final, fueron los que entendían el conocimiento bíblico, los que clavaron a Jesucristo en la Cruz, mientras que aquellos que tenían poco conocimiento bíblico los que verdaderamente anhelaban la aparición de Dios, como Pedro, Mateo y Juan, los que dejaron todo para seguir al Señor y aceptaron Su nueva obra cuando oyeron el llamado de Jesucristo. ¡Ellos fueron los que verdaderamente acogieron al Mesías! De estos hechos, podemos concluir que, aunque los líderes religiosos estén familiarizados con la Biblia, esto no significa que conozcan a Dios y sean capaces de darle la bienvenida al Señor. Lo que he dicho es correcto, ¿Cierto? 
Habiendo escuchado su pregunta, me sentí bastante avergonzado. A menudo leí y expuse sobre estos versículos, pero nunca había buscado o contemplado la verdad en ellos. Mi hija me miró y me dijo: “¡Lo que dijo mi madre es correcto! Hace 2000 años, cuando Jesucristo realizó Su obra en Judea, según el punto de vista de mi padre, en este momento, aquellos sacerdotes a cargo, escribas y fariseos que estaban familiarizados con la Biblia, bien versados en la ley y que sirvieron piadosamente a Jehová, deberían haber aceptado la obra de Jesucristo primero. Sin embargo, los hechos fueron justamente lo contrario. Después de que los líderes religiosos oyeron la palabra de Jesucristo y vieron Sus obras, no sólo no lo buscaron ni lo aceptaron, sino que intentaron encontrar todo tipo de acusaciones contra Jesucristo y se resistieron y condenaron Su obra. Jesucristo predicó y obró, y enseñó a los hombres usando verdades, pero lo calumniaron como a alguien que estuviera causando disturbios entre la gente común. Jesucristo dijo que Él mismo fue enviado por el Padre, y que Él es la verdad, el camino y la vida; ellos, sin embargo, Lo acusaron de blasfemia. Jesucristo curó a la gente y la liberó de los demonios, pero aún así, Lo blasfemaron, diciendo que Él se había apoyado en Belcebú, jefe de los demonios, para expulsarlos. Todos estos sacerdotes encargados, escribas y fariseos sirvieron a Dios en el templo. Aunque conocían muy bien la Biblia, no conocían la obra del Espíritu Santo, ni aceptaron la verdad. ¿Por qué ellos no aceptaron a Jesucristo? ¿No sería porque pensaron que habían hecho una lectura extensa de la Biblia, y habían entendido el conocimiento bíblico, y también eran personas ‘ricas’? Por lo tanto, eran muy arrogantes y engreídos, no buscaban la verdad, desdeñaban a otros y no tenían lugar para Dios en sus corazones. En consecuencia, ellos perdieron la salvación de Jesucristo y fueron maldecidos por Dios. Como Jesucristo lo reveló, ‘Y cualquiera que se ensalce, será humillado, y cualquiera que se humille, será ensalzado’ (Mateo 23:12). Por el contrario, los pescadores que arrojaron sus redes, los recaudadores de impuestos y la mujer samaritana no tenían ningún conocimiento bíblico o estatus social, y otras personas los miraban con desprecio. Sin embargo, ellos alcanzaron la iluminación y la salvación de Dios porque buscaban humildemente con hambre y sed de justicia. Así como dijo Jesucristo, ‘Volviendo su vista hacia sus discípulos, decía: ‘Bienaventurados vosotros los pobres, porque vuestro es el reino de Dios. Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque seréis saciados. Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis’ (Lucas 6:20-21). ‘He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo’ (Apocalipsis 3:20). De la palabra del Señor vemos que si deseamos festejar junto con el Señor y ser conducidos al Reino de los Cielos, debemos tener un corazón que anhela y busca la verdad, y procurar escuchar la voz de Dios. ¡Sólo así podremos dar la bienvenida al regreso del Señor!”
Oyendo su opinión, me sentí realmente avergonzado y humillado. Resultó que, aunque predicaba todos los días, sólo predicaba cartas y doctrinas, ¡Y no había entendido la verdad! Creía que leer y recitar la Biblia de memoria era entender la Biblia, pero parecía que yo era realmente arrogante y altivo. Esto realmente cumplió la palabra de Jesucristo, “Y cualquiera que se ensalce, será humillado, y cualquiera que se humille, será ensalzado” (Mateo 23:12).
Pensé por un momento y dije con emoción: “Lo que compartiste es en el fondo un hecho. Piensen en el tiempo en que Jesucristo realizó Su obra hace 2000 años, si nos basamos en la cantidad del conocimiento bíblico que la gente entendía, entonces los principales sacerdotes, escribanos y fariseos serían los que han conocido más. Sin embargo, cuando Jesucristo nació, los Magos de Oriente, Simeón y otras personas fueron los primeros en ser iluminados. Mientras que los principales sacerdotes, escribas y fariseos eran arrogantes y ostentaban su antigüedad a causa de sus riquezas, y se convertían en aquellos que eran ciegos y que no conocían a Dios. No puedo evitar pensar en el versículo: ‘Porque dices: “Soy rico, me he enriquecido y de nada tengo necesidad”; y no sabes que eres un miserable y digno de lástima, y pobre, ciego y desnudo,’ (Apocalipsis 3:17). Dios no presta atención a esas personas arrogantes y engreídas que alardean tener conocimiento de la Biblia y la capacidad de entender todo a fondo, sino que Él ilumina y guía a aquellos que son humildes y anhelan y buscan Su aparición. Una vez que obtienen la iluminación del Espíritu Santo, entonces están dispuestos a aceptar y someterse a Dios. Así como dijo Jesucristo, ‘Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen;’ (Juan 10:27). Con la condición de que aceptemos y obedezcamos humildemente la palabra del Señor, tendremos la certeza de obtener la instrucción y la iluminación del Espíritu Santo y recibir la salvación de Dios”.
Mi esposa, conjunto con nuestra hija e hijo, dijeron al unísono, “¡Gracias al Señor!¡Amén!”
Nuestro hijo dijo, “Tu opinión está dotada con la instrucción e iluminación del Espíritu Santo y está en consonancia con la palabra del Señor. En el pasado, adoraba tanto a los pastores y a los ancianos, pensando que, porque conocían bien la Biblia y siempre nos expusieron el conocimiento bíblico, ellos debían haber obtenido primero la inspiración del Señor. Ahora parece que mi perspectiva estaba equivocada y no estaba en consonancia con la voluntad del Señor. Los que entienden más el conocimiento bíblico son de hecho más arrogantes y serán mucho menos propensos a aceptar la nueva obra de Dios. Sólo si buscamos la obra del Espíritu Santo con un corazón humilde seremos capaces de recibir la misericordia y la gracia de Dios, y de obtener el liderazgo y la guía del Espíritu Santo, y podremos, por lo tanto, ¡seguir la obra de Dios! Toda mi familia se puso muy feliz, y agradeció al Señor Su misericordia y preocupación. Entonces continuamos nuestra comunicación... 
(Traducido del original en inglés al español por Xinia Arias Quirós)
Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.

Nuevas reflexiones cristianas - ¿Eres Tomás o Pedro?

2020-03-30 21:26:46 | Películas Evangélicas
Nuevas reflexiones cristianas - ¿Eres Tomás o Pedro?
Después de ser crucificado y resucitar, Jesucristo se apareció ante Sus discípulos por 40 días. Durante ese tiempo, sucedieron diversos acontecimientos entre Jesucristo y ellos. Por ejemplo: el Señor comió pan y pescado con los discípulos, y explicó las Escrituras. Jesucristo les dijo una serie de cosas a Pedro y a Tomás, pero rara vez podemos encontrar explicaciones más profundas sobre su significado. ¿Qué intenciones de Dios están escondidas en las palabras que les dirigió? Vale la pena que lo reflexionemos cuidadosamente.
Gracias a la Biblia, sabemos que hubo un discípulo que no creyó en la resurrección de Jesucristo hasta que vio al Señor resucitado con sus propios ojos y le tocó las marcas de los clavos con sus propias manos. Esta persona era Tomás. ¿Qué le dijo Jesucristo a Tomás después de Su resurrección? Jesucristo dijo: “[...] ¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que no vieron, y sin embargo creyeron” (Juan 20:29). Antes, solo entendía el significado literal de las palabras de Jesucristo. Sin embargo, no conocía la voluntad oculta de Dios. Pero cuando leí este párrafo de las palabras de Dios, gradualmente entendí Su voluntad. Dios dice: “Antes de que el Señor Jesús fuera clavado en la cruz, Tomás siempre dudó de que fuera el Cristo y no podía creerlo. Su creencia en Dios sólo se cimentaba en aquello que él podía ver con sus propios ojos, en lo que podía tocar con sus propias manos. El Señor Jesús entendía muy bien cómo era la fe de este tipo de persona. Ellos sólo creían en el Dios del cielo, y no creían en absoluto ni aceptaban al enviado por el Dios ni en el Cristo encarnado. Con el fin de que le reconocieran y creyeran en la existencia del Señor Jesús, y que de verdad era Dios encarnado, Él permitió que Tomás le tocara el costado. […] La aparición del Señor Jesús y Sus palabras proveyeron una conclusión, y un veredicto sobre la fe de quienes estaban llenos de dudas. Usó Sus palabras y Sus actos prácticos para decirles a los que dudaban, a los que sólo creían en el Dios del cielo, pero no en Cristo: Dios no elogió la creencia de ellos ni que le siguieran llenos de dudas. El día que creyeran por completo en Dios y en Cristo sólo podría ser el día en que Dios completara Su gran obra. Por supuesto, también sería el día en que su duda recibiría un veredicto. Su actitud hacia Cristo determinó su destino, y su obstinada duda significaba que su fe no había producido resultados, y su dureza indicaba que sus esperanzas eran en vano. Debido a que su creencia en el Dios del cielo se alimentaba de ilusiones, y a que su duda hacia Cristo era en realidad su verdadera actitud hacia Dios, aunque tocaran las marcas de los clavos en el cuerpo del Señor Jesús, su fe seguía siendo inútil y su resultado sólo podía describirse como golpear el viento, en vano”. “Lo que ocurrió con Tomás fue una advertencia y un aviso para las generaciones posteriores, para que más personas pudieran tener cuidado de no dudar como Tomás, y que si lo hacían se hundirían en la oscuridad. Si sigues a Dios, pero sólo como Tomás, siempre quieres tocar el costado del Señor y sentir Sus marcas de los clavos para confirmar, verificar, especular si Dios existe o no, Dios te abandonará. Por tanto, el Señor Jesús requiere que las personas no sean como Tomás, que sólo creen lo que ven con sus propios ojos, sino que sean una persona pura, honesta que no albergue dudas hacia Dios, y que sólo crean en Él y le sigan. Este tipo de persona es bendecida. Este es un requisito muy pequeño que el Señor Jesús tiene para las personas y una advertencia para Sus seguidores” (“La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III”).
Me di cuenta por las palabras de Dios, que a pesar de que Tomás creía en Jesucristo, lo veía hacer tantos milagros y escuchaba Sus muchos sermones, todo el tiempo dudaba en su corazón si Jesucristo era el Dios encarnado. Especialmente después de que Jesucristo fue clavado en la cruz, las dudas de Tomás fueron completamente expuestas. Se reveló completamente de que Tomás era un discípulo que seguía a Cristo, pero no creía en Él. Después de que Tomás extendió su mano y tocó las marcas de las manos de Jesucristo, finalmente creyó que el Señor Jesús resucitado era Cristo, pero ya había sido condenado por Dios. Las palabras de Dios demostraron claramente que Él no elogió la creencia de Tomás, ni lo reconoció como Su seguidor. Dios vino entre los discípulos y le dijo estas palabras a Tomás primero, lo cual fue un juicio para él y también para la gente como Tomás. Ellos hablaron de su creencia en Jesucristo, pero dudaban de Su identidad todo el tiempo en sus corazones. Ellos todavía creían en Dios en el cielo y en sus propias concepciones e imaginaciones. Tampoco creían en la venida de Cristo al mundo, ni creían que Dios encarnado tuviera tal autoridad y poder. Así que mientras continuaron creyendo de esta manera, solo podían ser abandonados y eliminados por Dios. Al mismo tiempo, comprendí que Dios espera que no sospechemos y basemos nuestra fe en Cristo con la finalidad de verlo con nuestros propios ojos, sino que lleguemos a conocer la verdadera identidad de Dios encarnado y determinemos la apariencia y obra de Dios a través de la obra y las palabras de Cristo. En este punto, pensé: “¿Cuántos creyentes creen verdaderamente en Dios con sus corazones? ¿Cuántos creyentes creen en un Dios vago? Ellos solo reconocen a Dios en el cielo y creen que ahí Él está lleno de fuerza, autoridad y poder. Pero están llenos de dudas sobre el Dios en la tierra y el Dios encarnado. Ellos no creen que Dios encarnado tenga la autoridad, el poder y que pueda lograr todo. Jesucristo advirtió a Tomás y también a nosotros, cómo tratar la realidad de Dios encarnado, ¿nuestra fe en Dios está llena de dudas como la de Tomás? Estas preguntas sobre nuestra creencia en Dios, en las cuales debemos estar completamente claros, de hecho, valen la pena reflexionar profundamente.
Después de Su resurrección, además de hablar con Tomás, Jesucristo también exigió a Pedro y le encargó que hiciera algunas cosas. Jesucristo le dijo a Pedro en más de una ocasión: “Simón, hijo de Jonás, ¿me amas?”* Es un caso para reflexionar: ¿Por qué el Señor le hizo la pregunta a Pedro tantas veces, pero no a los otros discípulos? ¿Por qué el Señor le habló cosas completamente diferentes a Pedro y a Tomás? ¿Cuál es el significado más profundo aquí? ¿Qué quería decirnos el Señor sobre estas palabras que le dijo a Pedro? Vi las palabras de Dios diciendo, “Comparado con ‘estira tu mano y ponla en Mi costado, y no carezcas de fe pero cree’, que el Señor Jesús dirigió a Tomás después de Su resurrección, Sus tres preguntas a Pedro: ‘Simón, hijo de Jonás, ¿me amas?’, permite que las personas sientan mejor la severidad de Su actitud y la urgencia que Él sintió durante Su interrogatorio. […] Era una pregunta que invitaba a la reflexión, llena de significado, que provocaba indefectiblemente remordimiento y temor en cualquier seguidor de Cristo, pero que también sentía el ánimo angustiado y triste del Señor Jesús. Y cuando están soportando gran dolor y sufrimiento, son más capaces de entender la preocupación del Señor Jesucristo y Su interés; se dan cuenta de Su enseñanza sincera y de Sus requisitos estrictos a las personas puras y honestas. La pregunta del Señor Jesús permite que las personas sientan que las expectativas que Él tiene respecto a las personas, reveladas en estas simples palabras no son meramente para creer en Él y seguirle, sino para lograr tener amor, amar a tu Señor, a tu Dios. Este tipo de amor es preocuparse y obedecer, que los seres humanos vivan para Dios, mueran por Él, se lo dediquen todo a Él y gastarlo y darlo todo por Él. Esta clase de amor también consiste en darle consuelo a Dios, permitirle disfrutar del testimonio y que descanse. Es como un reembolso que la humanidad le hace a Dios, su responsabilidad, su obligación y su deber, y el camino en que esta debe seguir durante toda su vida. Estas tres preguntas eran un requisito y una exhortación que el Señor Jesús le hizo a Pedro y a todos aquellos que serían perfeccionados. Y fueron estas las que dirigieron a Pedro y lo motivaron a completar su camino en la vida; fueron las preguntas del Señor Jesús justo antes de partir las que le llevaron a empezar su senda hacia el perfeccionamiento; las que hicieron que, por su amor al Señor, se preocupara de Su corazón, le obedeciera, le ofreciera consuelo, toda su vida y todo su ser, a causa de este amor” (“La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III”).
Sé por las palabras de Dios que la razón por la que el Señor le hizo la pregunta a Pedro es que tenía expectativas y encargos para él, ya que Pedro era una persona honesta e inocente, a diferencia de Tomás, que estaba lleno de dudas sobre el Dios encarnado. Pedro prestó más atención a escuchar las palabras de Jesucristo todo el tiempo, y practicó y experimentó Sus palabras. Él negó al Señor tres veces, pero Jesucristo sabía que era una debilidad temporal de su carne y no representaba su naturaleza, a diferencia de las dudas de Tomás sobre Dios. Dios se compadeció de la debilidad de Pedro y no lo condenó. La conversación entre Jesucristo y Pedro después de Su resurrección mostró la expectativa de Dios, de que la gente pudiera amar a Dios como Pedro. Dios quiso hacerle saber a Pedro de que no se conformara con seguirlo, sufrir y gastar. Más importante aún, en el proceso de seguir a Dios, él necesitaba perseguir amar a Dios, dar testimonio de Dios y caminar en Su camino para la vida, con el objetivo de que Su voluntad pudiera ser llevada a cabo a través de él. Este es el principal cometido que se debe cumplir como criatura de Dios. Pedro estaba muy inspirado por las comisiones de Jesucristo, sentía profundamente las sinceras intenciones de Dios, y entendía su responsabilidad y deber. Posteriormente, Pedro tomó las comisiones de Jesucristo como su deber, persiguió la meta de satisfacer las demandas del Señor, y ofreció todo su ser para someterse a innumerables pruebas, refinamientos y toda clase de sufrimiento por toda su vida. Al final, Pedro fue clavado boca abajo en la cruz por alabar al Señor y dio un maravilloso testimonio de su supremo amor a Dios y obediencia hasta la muerte, llegando a ser el que gran merecedor de la aprobación de Dios a través de los siglos y un ejemplo para la gente del futuro.
Viendo la expectativa de Dios sobre Pedro y la condena de Tomás, debemos hacer una elección correcta. ¿Quieres creer en un Dios vago en el cielo, y ser como Tomás, lleno de dudas sobre el Dios práctico encarnado? ¿O serás como Pedro, una persona inocente y honesta que practicará y entrará cuando escuche las palabras de Dios, siga a Dios fielmente, ame y satisfaga a Dios, cumple Su voluntad con todo su corazón y mente como una búsqueda de toda la vida? ¿Qué tipo de persona quieres ser?
(Traducido del original en inglés al español por Karen López)
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Nota al pie:
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