Dios Todopoderoso es mi salvador

Que el amor y la misericordia de DIOS estén siempre contigo

Tres principios para practicar ser una persona honesta

2020-03-25 01:28:16 | Películas Evangélicas
Tres principios para practicar ser una persona honesta
Jesucristo dijo: "De cierto os digo, que si no os volviereis, y fuereis como niños, no entraréis en el reino de los cielos" (Mateo 18:3). Dios es fiel, entonces Él ama a los honestos. Si queremos entrar en el reino de los cielos, primero debemos ser honestos. Entonces, ¿cómo podemos ser honestos como un niño pequeño? Ahora, permítanme compartir tres principios para practicar ser una persona honesta.
1. Hablando palabras honestas al orar a Dios
Jesucristo nos enseñó: "Y cuando oras, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en las sinagogas, y en los cantones de las calles en pie, para ser vistos de los hombres: de cierto os digo, que ya tienen su pago" (Mateo 6:5). "Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren" (Juan 4:24). De acuerdo con los requisitos del Señor, debemos hablar sólo las palabras que tenemos, y decir lo que pensamos en nuestro corazón al orar, es decir, debemos hablar las palabras de nuestros verdaderos corazones y llamar pala a espada. Si no tenemos nada que orar en nuestro corazón sin obligarnos a decir palabras altisonantes, alabanzas vacías o grandes cosas para el Señor, si elegimos palabras bonitas que le digan para lograr nuestros propios objetivos, o si hacemos promesas vacías para Él, este tipo de oraciones son oraciones que lo engañan. Él no aprueba esas oraciones, y mucho menos las escucha.
En verdad, podemos orar inocentemente a Dios en nuestro corazón en cualquier momento y en cualquier lugar, siempre que nuestro corazón y espíritu tengan necesidades o nos topemos con problemas en la vida y en servir al Señor. No hay necesidad de seguir deliberadamente la ceremonia. Pero no podemos orarle al Señor con nuestras propias intenciones y objetivos, lo que le exige irrazonablemente que satisfaga nuestros deseos y corazones egoístas. Si lo hacemos, nuestras oraciones no son palabras honestas, no importa cuán dulces sean. Sin embargo, si oramos para buscar la verdad y comprender la voluntad de Dios con un corazón de soltería, Él nos escuchará. Además, si comprendemos cómo hacer para estar conforme a su voluntad y podemos actuar de acuerdo con sus palabras, así que lo que decimos y hacemos es pensar y actuar de la misma manera, entonces Dios estará complacido con nosotros, realizará un trabajo para guiarnos y nos iluminará para comprender la verdad de que debemos practicar e ingresar. dentro. En ese momento, nos sentiremos especialmente libres en nuestros espíritus.
2. Tratando a los demás y lidiando con cosas sin mentiras en la boca o astucia en el corazón
Jesucristo nos enseñó: "Mas sea vuestro hablar: Sí, sí; No, no; porque lo que es más de esto, de mal procede" (Mateo 5:37). En la vida, todos hablarán y trabajarán con otros. Al ser corrompido por Satanás, frecuentemente mentimos y engañamos para salvaguardar nuestros propios intereses. Por lo tanto, si deseamos poner en práctica la honestidad y alcanzar el estado de no decir mentiras o practicar el engaño, debemos hacer demandas estrictas de nosotros mismos en el periódo de que nos relacionamos con las personas. Primero, debemos verificar, en cada una de nuestras palabras, si nuestra motivación es correcta y si hay algo impuro por parte de las personas. Entonces, cuando descubramos que nuestras palabras contienen impurezas, falsedades o intenciones y propósitos erróneos, con el objetivo de salvaguardar nuestros deseos, nuestra posición, nuestros intereses, debemos ser capaces de rebelarnos contra nuestras intenciones equivocadas y no vivir para nuestra propia voluntad o deseos egoístas. Del mismo modo, una vez que decimos mentiras para engañar a otros o cometer un error en secreto, debemos tener coraje para exponernos a los demás, corregir nuestras mentiras y admitir nuestras fallas, y debemos respetar el hecho, buscar la verdad y corregir nuestros errores de acuerdo a los requisitos de Dios.
Además, debemos tratar a los hermanos sinceramente, presentarles nuestro verdadero yo y no disfrazarnos. Además, debemos seguir los ejemplos de las palabras de Job: "Mis razones declararán la rectitud de mi corazón, Y mis labios proferirán pura sabiduría" (Job 33:3). Si solo proyectamos nuestro lado bueno a los hermanos mientras ocultamos nuestro lado corrupto e hipócrita, entonces, como fariseos hipócritas, queremos que la gente nos admire y nos adore. Estamos engañando a la gente, e incluso estamos engañando más al Señor. En consecuencia, debemos presentar nuestro verdadero yo a los demás. Solo de esta manera podemos interactuar con los demás normalmente. Además, ayuda a aumentar la comprensión mutua entre nosotros y los demás. Por ejemplo, quien tenga problemas, podemos ayudarlo con un corazón amoroso juntos; quien revela corrupción, podemos recordarle a tiempo y buscar la verdad para resolver problemas juntos. En este caso, los hermanos y hermanas tendrán una verdadera interconexión espiritual y podrán apoyarse mutuamente y brindarse mutuamente. Viviendo en este entorno, todos se sentirán relajados y liberados.
Siempre que tomamos en serio cada palabra y cada acción, no mintamos ni engañemos cuando hablamos y actuamos, y tratamos a las personas de forma equitativa y justa de esta manera, tendremos una relación normal con los demás. Paso a paso, al practicar así, comenzaremos a vivir la semejanza de una persona honesta al tratar a los demás y tratar con las cosas.
3. Dale tu corazón a Dios y obedece su soberanía y arreglo
Que debemos darle nuestro corazón a Dios y obedecer su soberanía y arreglo es la práctica de profundizar en la verdad de ser una persona honesta. Jesucristo dijo: "Mas lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre. Porque del corazón salen los malos pensamientos, muertes, adulterios, fornicaciones, hurtos, falsos testimonios, blasfemias" (Mateo 15:18‭-‬19). "Y Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y de toda tu mente. Este es el primero y el grande mandamiento" (Mateo 22:37‭-‬38). Por las palabras del Señor, podemos ver que a Dios no le importa cuántas alabanzas de Él, salen de nuestra boca o cuántas cartas y doctrinas podemos hablar. En cambio, lo que más le importa es si podemos abrir completamente nuestro corazón a Él, y si podemos adorarlo y amarlo con nuestro corazón, ya que nuestras acciones están controladas por nuestro corazón. Los Proverbios dicen: "Sobre toda cosa guardada guarda tu corazón; Porque de él mana la vida" (Proverbios 4:23). El proceso de apertura de nuestro corazón a Dios es el proceso de entregarnos a Sus manos y someternos a Su soberanía y arreglo. Por lo tanto, sin importar el entorno que Dios organice para nosotros, debemos presentarnos ante el Señor para buscar Su voluntad y obedecer Su arreglo. Y debemos entregarle nuestro servicio, vida, trabajo, matrimonio y familia, y así sucesivamente. Creemos que Él arreglará todo para nosotros de acuerdo a nuestras necesidades.
Estamos familiarizados con la historia de Job. Después de que su propiedad fue robada y la calamidad le sucedió a sus hijos, él todavía dijo: "Y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo tornaré allá. Jehová dió, y Jehová quitó: sea el nombre de Jehová bendito" (Job 1:21). Cuando su esposa se burló de él, él respondió: "Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. También recibimos el bien de Dios, ¿y el mal no recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios" (Job 2:10). Job no guardó ni cuestionó a Dios. Él simplemente y honestamente creyó que el corazón de Dios es muy amable y todo lo que Dios hace es bueno. Pensó que su deber era entregar su corazón a Dios, entregar su vida a Dios, obedecer la soberanía y el arreglo de Dios y alabar la justicia de Dios. Así Job obtuvo la aprobación de Dios y luego recibió aún más las bendiciones de Dios. Esto muestra: Durante el periódo de la salvación de Dios de nosotros, si buscamos la verdad, entonces los entornos que Dios organiza para nosotros no son para castigarnos o darnos muerte sino para poner a prueba nuestra fe y limpiar nuestra corrupción. Entonces, sin importar los grandes sufrimientos y pruebas que experimentemos, debemos ser una persona honesta, entregar nuestro corazón a Dios y aferrarnos a nuestra fe y obediencia a él. Y entonces recibiremos Sus bendiciones y gracia con seguridad.
Creemos que, mientras respetemos estos tres principios para practicar el ser una persona honesta, sin duda recibiremos la guía de Dios, profundizaremos en varios aspectos de la verdad y entraremos en el camino de ser salvados, de ser arrebatados.
Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation. 

Reflexión del evangelio de hoy: ¿Por qué Dios no responde mis oraciones?

2020-03-23 22:28:47 | Películas Evangélicas
Reflexión del evangelio de hoy: ¿Por qué Dios no responde mis oraciones?
¡Hola, hermanos y hermanas de la etapa amorosa! Recientemente, a menudo me he enojado por algunas cosas sin razón en casa. Cuando descubrí que mi esposo y mi hijo cometían muchos errores, recé al Señor y le pedí que mantuviera mi corazón en silencio y cambiara sus errores. Pero, ¿por qué no recibo respuesta del Señor? –Hanxiao
Hermana Hanxiao, no enfades. Sobre esta cuestión, creo que la razón principal es que no entendemos los principios de la oración. Es un hecho, muchas veces cuando rezamos al Señor, simplemente decimos los que deseamos pedirle. Pensamos que rezamos, pero no sabemos si dicha oración es agradable al Señor. Al igual que la forma en que contactamos a los demás: si queremos hablar con alguien, primero tenemos que tener algún conocimiento de él antes de saber cómo comunicarnos con normalidad con él. De lo contrario, una charla inútil o introvertida es muy probable que sea contraproducente. En realidad, hay tres aspectos principales en una verdadera oración. Mientras hagamos más esfuerzo en estos aspectos y recemos según estos aspectos, seguramente recibiremos la respuesta del Señor.
Primero, al orar, debemos buscar la voluntad de Dios en las palabras de Dios.
Colosenses 3:16 dice: "Que la palabra de Cristo habite en abundancia en vosotros, con toda sabiduría enseñándoos y amonestándoos unos a otros con salmos, himnos y canciones espirituales, cantando a Dios con acción de gracias en vuestros corazones". Lo más importante para los que seguimos al Señor es centrar nuestros esfuerzos en las palabras de Dios, y leerlas con nuestros corazones. Cuando conocemos los requisitos de Dios sobre nosotros y la voluntad de Dios en todos los asuntos, debemos practicar y orar de acuerdo con Sus propósitos. Solo de esta manera nuestra oración puede ser escuchada por el Señor. Si hacemos una oración inútil, sin sentido o una oración informal, el Señor no la escuchará. Así como hablamos con una persona a la que se tiene en gran estima, debemos entender sus pensamientos antes de comunicarnos con él, pero no hablar con él solo de acuerdo con nuestros propios pensamientos. Entonces, si tememos a Dios, nuestra oración debería basarse en la comprensión de las palabras de Dios. Es decir, debemos buscar la voluntad de Dios y lo que Él realmente quiere lograr en nosotros a partir de la situación y las dificultades que encontramos. Cuando comprendamos Sus intenciones en Sus palabras y luego le oremos, Él escuchará nuestra oración. Tal como dice la Biblia: "Pero buscad primero su reino y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas" (Mateo 6:33).
Segundo, cuando oramos, necesitamos usar nuestro corazón e integridad para adorar a Dios.
 

Juan 4: 23-24: "Pero la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque ciertamente a los tales el Padre busca que le adoren. Dios es espíritu, y los que le adoran deben adorarle en espíritu y en verdad". También esto es muy importante. Si queremos que nuestras oraciones sean aprobadas por el Señor, debemos tener un corazón sincero y mantener nuestros corazones de antemano en tranquilo. Solo de esta manera, podemos orar de acuerdo a lo que Él quiere realmente lograr de nosotros y así su voluntad actuará en nosotros. De esta manera, recibiremos fácilmente la respuesta del Señor. Esta es una forma de adorar a Dios en espíritu y en verdad.
Cuando oramos, debemos buscar cómo hablar razonablemente, no decir palabras vacías, ni grandiosas palabras, o exigirle a Dios cosas como si Él tuviera deudas con nosotros. Este tipo de oraciones no pueden recibir la respuesta de Dios. Si nuestras oraciones se basan en palabras para agradar al Señor es que no conocemos Su voluntad, debemos hablar con Dios desde nuestro corazón, sin ocultar nuestros pensamientos; deberíamos tener un corazón obediente y de búsqueda, pero no deberíamos pedirle a Dios que cambie nuestra vida cotidiana. De esta manera, nuestra oración puede obtener la respuesta del Señor fácilmente. Él nos iluminará y nos guiará para conocer Su voluntad en las cosas que conocemos, porque ve que nuestro corazón es sincero.
Tercero, debemos tener fe en el Señor porque hay un tiempo para Su iluminación.
En realidad, la respuesta de Dios a nuestras oraciones generalmente no se basa en nuestro pensamiento. La sabiduría de Dios no puede ser sondeada por nosotros. A veces, después de orar al Señor, Él nos guiará para que conozcamos inmediatamente Su voluntad y nuestras dificultades serán resueltas. Pero a veces, cuando nos encontramos con algo que no podemos entender completamente y no sabemos qué hacer, después de rezar la respuesta del Señor la recibiremos en uno o varios días. Por lo tanto, hasta que recibamos Su respuesta, no debemos desanimarnos y debemos seguir orando al Señor para buscar Su voluntad. De hecho, muchas veces Dios usa este método para probar si tenemos fe en Él. Así como Dios dice: "Si no entiendes, no seas impaciente por los resultados rápidos. No es que no te diré; quiero ver si confías en Mí cuando estás en Mi presencia y si dependes de Mí con confianza".
Hermana Hanxiao, permítame compartir mi experiencia reciente con usted. También perdí los estribos sin razón en mi casa y me enfoqué en los fallos de mi esposo. Pensé que estaba ocupado con mi trabajo todo el día, y mi esposo no se preocupaba por mí y tampoco me ayudaba en las tareas domésticas, así que estaba muy enfadada. Más tarde, oré al Señor, "¡Oh Señor! No sé lo que me estás enseñando en este entorno, y qué verdades debo vivir. Estoy enfadada, y lo que veo son todos los errores de mi marido. ¿Qué debo hacer? Señor, por favor ilumíname. Estoy dispuesta a proceder de acuerdo con Tus deseos". Después de mi oración, pensé en las palabras del Señor Jesús: "¿Y por qué miras la mota que está en el ojo de tu hermano, y no te das cuenta de la viga que está en tu propio ojo?" (Mateo 7: 3). "Porque si perdonáis a los hombres sus transgresiones, también vuestro Padre celestial os perdonará a vosotros" (Mateo 6:14). De repente me di cuenta: a Dios no le gusta que me concentre en las faltas de mi esposo, sino que me pide que aprenda a conocer mi falta y me abstenga y perdone a los demás. Pero fijé mi mirada en mi esposo, pensando que él actuaba mal a cuidarme muy poco. Por lo tanto, he vivido engañando por Satanás. En realidad, mi esposo también está cansado debido a que trabaja horas extras. Sólo quiero que se preocupe por mí en lugar de pensar en cómo cuidarlo. Este pensamiento es proviene de la naturaleza egoísta de Satanás. Después de saber esto, hice una oración de sumisión a Dios, "¡Oh Señor! Ahora entiendo que no fue culpa de mi esposo sino de mi culpa, y que no fui razonable al pedirle y demandarle demasiadas cosas a él. Estoy dispuesta a actuar de acuerdo con Tu voluntad, tolerarlo y no encontrarle defectos. Puedes darme fe y fuerza para practicar la verdad". Sorprendentemente, después de orar así, tuve confianza para tolerar a mi esposo y el enojo, queja y el descontento desaparecieron. Finalmente sé que una verdadera oración nacida de las palabras del Señor es muy importante.
Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.

¿Con qué intención el Señor Jesús realizó el milagro de los cinco panes y dos pescados?

2020-03-23 21:58:03 | Películas Evangélicas
¿Con qué intención el Señor Jesús realizó el milagro de los cinco panes y dos pescados?
Querido hermano Xiangyin,
Hace ya dos años que no nos vemos. ¿Está todo bien? Desde que me predicó el evangelio del Señor Jesús hace dos años, he estado estudiando devotamente la Biblia y asistiendo a reuniones según un cronograma y siento que he logrado algunos resultados. Especialmente respecto el versículo que leí recientemente sobre el Señor alimentando a cinco mil personas con cinco panes y dos peces. Puedo ver la autoridad y el poder único de Dios, lo que aumenta mi fe en Dios y me hace creer más firmemente que el Señor en quien creo es el único Dios verdadero. Sin embargo, al reflexionar sobre esto, me pregunto: ¿el propósito del Señor Jesús al realizar este milagro fue sólo que podamos ver la autoridad de Dios? Las obras que Dios realiza contienen Su intención, así que este milagro debe guardar una verdad. Entonces, la busqué entre los hermanos y hermanas a mi alrededor, pero ninguno de ellos me brindó una respuesta satisfactoria. Hoy, le escribo para preguntarle si tiene nuevas ideas al respecto. De ser así, por favor escríbame para que podamos aprender el uno del otro.
Quedo a la espera de su respuesta.
Su hermano en el Señor, Yi’en
1 de Marzo de 2018
Respuesta:
Querido hermano Yi’en,
Me alegra haber recibido tu carta. Son dos años desde la última vez que nos vimos y te extraño mucho. Gracias a la compañía del Señor, todo está bien, así que no te preocupes por mí. Durante estos dos años he seguido dedicandome a hacer servicio en la iglesia y he experimentado muchas veces la guía del Señor. ¡Gracias al Señor! Por tu pregunta puedo ver tu crecimiento de vida. Buscas seriamente la verdad y esa es realmente la bendición del Señor. El Señor dijo: “Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá” (Lucas 11:10). Que el Señor dirija nuestra comunicación esta vez para que podamos entender más Su voluntad.
Primero, leamos Juan 6:10-13: “Jesús dijo: ‘Haced que la gente se recueste’. Y había mucha hierba en aquel lugar. Así que los hombres se recostaron, en número de unos cinco mil. Entonces Jesús tomó los panes, y habiendo dado gracias, los repartió a los que estaban recostados; y lo mismo hizo con los pescados, dándoles todo lo que querían. Cuando se saciaron, dijo a sus discípulos: ‘Recoged los pedazos que sobran, para que no se pierda nada’. Los recogieron, pues, y llenaron doce cestas con los pedazos de los cinco panes de cebada que sobraron a los que habían comido”.
Con este milagro se puede observar definitivamente que el Señor Jesús posee la autoridad única y que Él es omnipotente. Esta es una prueba más de la identidad y el estatus del Señor Jesús quien era Dios encarnado. Pero, ¿qué pensamientos del Señor Jesús en realidad estaban contenidos dentro del milagro? Una vez leí varios pasajes de un libro que son útiles para que comprendamos esta pregunta.
Las palabras decían: “Cuando el Señor Jesús vio a estas cinco mil personas, estaban hambrientas y sólo podían pensar en comer hasta saciarse, y por ello fue en este contexto donde Él satisfizo sus deseos. ¿Qué había en Su corazón cuando lo hizo? ¿Cuál fue Su actitud hacia estas personas que sólo querían comer hasta saciarse? En este momento, los pensamientos del Señor Jesús y Su actitud tenían que ver con el carácter y la esencia de Dios. Frente a estas cinco mil personas con el estómago vacío, quienes sólo querían comer una buena comida; frente a estas personas llenas de curiosidad y esperanzas sobre Él, el Señor Jesús sólo pensó en utilizar este milagro para concederles gracia. Sin embargo, no depositó Sus esperanzas en que se convirtieran en Sus seguidores, porque sabía que sólo querían participar en la diversión y comer hasta saciarse. Así pues, lo hizo lo mejor que pudo con lo que tenía allí, y usó cinco hogazas de pan y dos peces para alimentar a cinco mil personas. Abrió los ojos de estas personas que disfrutaban del entretenimiento, que querían ver milagros, y que vieron con sus propios ojos las cosas que el Dios encarnado podía completar. […] Aunque estas personas no sabían quién era Él ni lo entendían, ni tenían una impresión particular de Él ni gratitud hacia Él aun después de haber comido los panes y los peces, Dios no lo censuraría; les proporcionó una maravillosa oportunidad de disfrutar de Su gracia”.
“¿Puso entonces algunas exigencias a estas personas? ¿Hubo odio? No hubo nada de eso; simplemente no quería prestar más atención a estas personas que no podían seguirle, y en ese momento Su corazón estaba dolido. Como había visto la depravación de la humanidad y había sentido su rechazo hacia Él, al ver a estas personas o estar con ellas, su torpeza y su ignorancia lo entristecieron mucho y afligieron Su corazón. Por ello sólo quería apartarse de ellas cuanto antes. El Señor no tenía exigencias para ellas en Su corazón; no quería prestarles atención, y sobre todo no quería gastar Sus energías con ellos. Sabía que no podían seguirle; a pesar de ello, Su actitud hacia ellos seguía siendo muy clara. Sólo quería tratarlos con bondad, concederles la gracia; esta era la actitud de Dios hacia toda criatura bajo Su dominio: para todas ellas, un trato bondadoso, provisión y alimentarlas. El Señor Jesús reveló, de forma muy natural, la propia esencia de Dios y trató con bondad a estas personas, porque era Dios encarnado. Lo hizo con un corazón de misericordia y tolerancia”. De estas palabras, vemos que las cinco mil personas que comieron hasta saciarse no seguían verdaderamente al Señor, ni buscaban conocerlo. Solo querían satisfacer su curiosidad después de escuchar sobre los milagros realizados por el Señor Jesús. Él sabía que después de comer hasta saciarse no se convertirían en Sus verdaderos seguidores, y en lugar de detestarlos, rechazarlos o no brindarles alimento, el Señor Jesús los trató amablemente. Trató a los que estaban lejos de Él con el corazón lleno de misericordia. Así podemos observar que la esencia de Dios es amor. Independientemente de si la gente lo sigue o no, Dios está lleno de misericordia y gracia para ellos, dándoles comida para que sobrevivan en el mundo creado por Él.
Además, este milagro nos permite ver que el corazón del Señor Jesús estaba sufriendo. Cuando estuvo entre aquellos que comían hasta saciarse, ninguno pudo entender la voluntad del Señor ni conocer la voz de Su corazón. Todos ellos solo querían ver Su poder y pedirle gracia. El Señor Jesús había visto la miseria y depravación del hombre, y sentido el rechazo del hombre hacia Él. En ese momento, su corazón estaba extremadamente dolorido. Por ello no quería quedarse allí, ni decir más palabras o expresarles 
la voluntad de Dios como lo hizo con sus discípulos, quienes realmente lo seguían. Entonces, inmediatamente después de que estas personas comieron hasta saciarse, el Señor Jesús se fue, llevando solo el dolor que la humanidad le había causado. Estos son los pensamientos del Señor Jesús que podemos ver.
Estas cinco mil personas fueron las que sólo buscaban comer hasta saciarse. Entonces, entre nosotros que seguimos al Señor hoy, ¿hay personas que sólo buscan comer hasta saciarse? Después de observar de cerca, descubriremos que también existen muchos entre nosotros los creyentes en el Señor. Algunos consideran creer en el Señor como un sustento espiritual y lo usan para llenar su vacío espiritual. Algunos otros creen en el Señor solo para recibir la gracia de Él, para que puedan trabajar sin problemas, para que su familia esté segura, y así sucesivamente. Algunos leen
la Biblia todos los días pero nunca cumplen con las palabras del Señor en la práctica; solo quieren seguir al Señor como antes, deseando irracionalmente la vida eterna y la entrada al reino celestial. ¿Estas personas no son acaso como las que se comen hasta saciarse y confían en la gracia para la salvación? ¿Podría tal fe en el Señor recibir su encomio? ¿Son diferentes de las cinco mil personas alimentadas por el Señor Jesús?
Entonces, ¿por qué el Señor Jesús les dijo tantas palabras a los discípulos que lo seguían en ese momento? Esto fue porque la mayoría de ellos realmente seguía y buscaba conocer al Señor. En especial el Apóstol Pedro, que fue un modelo y pionero de cómo amar a Dios. Prestó atención a las palabras del Señor Jesús, conoció sus propias deficiencias en las palabras del Señor y buscó su propia entrada. De esta manera, obtuvo más iluminación de Dios, entendió más verdades, se convirtió en el que obedeció a Dios, conoció a Dios y amó a Dios, y finalmente fue crucificado boca abajo por su amor a Dios. Por eso el Señor fijó especialmente sus ojos en Pedro, le confió su rebaño para pastorear y le entregó la llave del reino celestial a Pedro. A partir de esto podemos ver que aquellos que verdaderamente creen en Dios y persiguen la verdad pueden recibir Su gracia, verdad y vida. Mientras que aquellos que sólo buscan saciarse, podrán recibir algo de gracia por la misericordia de Dios pero no Su encomienda. Ya que ellos no aman la verdad en absoluto, ni buscan conocer o amar a Dios, eventualmente tales personas no ganarán la verdad ni la vida. Así pues, se entiende que Dios es justo con todas las personas, y esto se decide por Su justicia. Entonces, si queremos obtener la encomienda del Señor, entonces no podemos sólo contentarnos con comer hasta saciarnos y creer en Dios, o estar deseosos de conocerlo, sino que debemos confiarle nuestro corazón, y esforzarnos más en comprender y practicar Sus palabras. Si lo hacemos continuamente, Dios seguramente nos guiará a obtener más.
Hermano Yi'en, ¿podría tal confraternidad ayudarlo a comprender la pequeña intención de Dios detrás del milagro de los cinco panes y los dos peces?
Hermano en el señor, Xiangyin
16 de marzo de 2018
Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.
(Traducido del original en inglés al español por Silvia Casas Bustamante)

Música cristiana 2020 | Dios desciende con juicio

2020-03-23 02:25:38 | Películas Evangélicas
Música cristiana 2020 | Dios desciende con juicio
Hoy, Dios no sólo está descendiendo sobre la nación del gran dragón rojo,
sino que también está volviendo Su rostro hacia todo el universo,
de forma que todo el empíreo tiembla.
¿Existe un solo lugar que no se someta a Su juicio?
¿Hay un solo lugar que no exista bajo los azotes que Él lanza?
Dondequiera que va, ha esparcido semillas de todo tipo de desastre.
Esta es una de las formas en que obra y es,
sin duda, un acto de
salvación para el hombre;
lo que le extiende sigue siendo un tipo de amor.
Dios desea hacer que incluso más personas lleguen a conocerle, puedan verle y,
de esta forma, lleguen a venerarlo a Él, a quien no han visto durante tantos años,
pero que hoy es práctico.
Dios desea hacer que incluso más personas lleguen a conocerle, puedan verle y,
de esta forma, lleguen a venerarlo a Él, a quien no han visto durante tantos años,
pero que hoy es práctico,
pero que hoy es práctico, es práctico.
De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”
Recomendación:  El Juicio Final 

¿Hacemos la Voluntad de Dios trabajando arduamente?

2020-03-21 22:34:56 | Películas Evangélicas
¿Hacemos la Voluntad de Dios trabajando arduamente?
Fue una tarde de verano. El sol ardiente golpeaba el suelo, y el calor hacía que la gente se sintiera algo sofocada. Las cigarras chillaban incansablemente, causando que la gente que tomaba su hora del almuerzo se sintiera más inquieta. Mu Yang vino a la casa de Zhen Yan para visitarlo. Tan pronto como caminó hacia el patio, se volvió para hablar con Zhen Yan detrás de él, "¡Zhen Yan, vengo aquí hoy a discutir un asunto urgente contigo!"
Zhen Yan cerró la puerta del patio, y luego caminó hacia la habitación. Al ver la mirada ansiosa de Mu Yang, dijo con una sonrisa, "Mu Yang, no te preocupes. No importa lo que haya surgido, vamos primero a la sala de estar y luego hablamos".
Después de entrar a la sala de estar, se sentaron en el sofá. Mu Yang tomó un abanico a su lado, y dijo mientras se abanicaba, "Zhen Yan, juntos comenzamos a creer en el Señor Jesús cuando estábamos en la preparatoria. Han pasado más de treinta años. En estos años hemos trabajado mucho para el Señor y hemos predicado en todas partes. Incluso renuncié a mi matrimonio para servir al Señor de todo corazón y decidí dedicar a Él toda mi vida. Creo que hacerlo es exactamente ser leal al Señor y hacer Su voluntad, y creer que cuando el Señor regrese y vea mis contribuciones, seguramente me llevará al reino de los cielos. Sin embargo, inesperadamente, esta mañana, cuando estábamos a punto de terminar nuestro estudio de
la Biblia, nuestro compañero de trabajo Li mencionó que no necesariamente podríamos obtener la aprobación del Señor dedicándonos a Él y haciendo sacrificios de esta manera. También dijo que solo buscamos esforzarnos al máximo externamente, y que esto no estaba cumpliendo con la voluntad de Dios. Por sus palabras, me enojé tanto y tuve un largo debate con él sobre esto. Aunque hice todo lo posible por refutar su punto de vista en ese momento, después de considerarlo cuidadosamente, sentí que lo que decía tenía sentido. Sin embargo, cuando pienso en cómo siempre hemos considerado y practicado de esta manera durante tantos años, todavía siento que no puede haber nada de malo en ello".
En este punto, Mu Yang hizo una pausa por un momento, y luego continuó diciendo: "Bueno, Zhen Yan, ¿crees que este problema es muy grave? Si es realmente como lo que dijo el compañero de trabajo Li, y practicar de esta manera no está cumpliendo con la voluntad de Dios, entonces ¿no serán en vano nuestras décadas de esfuerzos? Si es así, ¿cómo podemos entrar en el reino de los cielos? El Señor Jesús dijo: “sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21). Las palabras del Señor son muy claras. Solo las personas que hacen la voluntad de Dios pueden entrar en el reino de los cielos. Entonces, ¿estamos realmente haciendo la voluntad de Dios sacrificándonos por el Señor de esta manera? Necesito aclarar rápidamente este problema, o no podré comer ni dormir. Zhen Yan, ¿qué piensas de este problema?"
Después de escuchar eso, Zhen Yan pensó por un momento, y luego dijo firmemente, "Mu Yang, todos pensamos que mientras trabajemos duro para el Señor y abandonemos todo lo demás, entonces estamos haciendo la voluntad de Dios y podemos entrar en el reino celestial. De hecho, no solo nosotros, sino la mayoría de los creyentes en el Señor tenemos ese punto de vista. Pero, ¿este punto de vista realmente está de acuerdo con la voluntad de Dios? ¿Se ajusta a la verdad? En todo este tiempo, siempre he reflexionado sobre este problema. Un día, mientras estudiaba la Biblia, vi las palabras del Señor Jesús: “No todo el que me dice: ‘Señor, Señor’, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: ‘Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?’ Y entonces les declararé: ‘Jamás os conocí; apartaos de mi, los que practicais la iniquidad’” (Mateo 7:21-23). Entonces me pregunté: ¿Por qué dijo el Señor que los que predicaban y se sacrificaban por Él eran malhechores? Las palabras del Señor Jesús me hicieron reflexionar sobre mí mismo: Trabajaba y me dedicaba al Señor todos estos años. Para hacer que la iglesia fuera próspera, trabajaba entre los hermanos y hermanas, visitándolos y apoyándolos cuando eran negativos y débiles. Sin embargo, ¿también me convertiré en malhechor? Para ser honesto, realmente me sentí preocupado. En retrospectiva, trabajaba, me dedicaba y apoyaba a hermanos y hermanas en el nombre del Señor Jesús, pero no buscaba las intenciones del Señor antes de hacer estas cosas. ¿Mis palabras y acciones seguían la voluntad del Padre en el cielo? ¿Podría ser aprobado por el Señor? Con estas preguntas, muchas veces oraba al Señor y estudiaba las Escrituras en la Biblia. No recibí ninguna respuesta hasta hace varios días cuando fui a visitar al hermano Liu y busqué la comunicación con él sobre esto. Solo entonces entendí ..."
Los ojos de Mu Yang se iluminaron ante estas palabras, y se apresuró a preguntar: "¿Qué sabías? Dime rápido".
Zhen Yan dijo seriamente: "Hemos sido cegados por nuestras propias ideas todos estos años". Mu Yang miró a Zhen Yan con perplejidad, esperando a que continuara. 
Zhen Yan continuó, "Todos sabemos de los fariseos. Por fuera, sacrificaban, gastaban y trabajaban arduamente para Dios, compaginaban tierra y mar para difundir el evangelio de Dios y, a menudo, leían las Escrituras y predicaban al pueblo judío. Pero todas sus acciones contenían sus propios motivos e intenciones. Cuando predicaban, enseñaban a las personas a mantener la tradición de los hombres y a abandonar los mandamientos de Dios. Y difundir el evangelio de Dios fue por el bien de su propio estado e ingresos. Al final, cuando el Señor Jesús vino a trabajar, no solo no guiaron al pueblo judío a mantenerse al día con la nueva obra de Dios, sino que hicieron todo lo posible para resistir y condenar la obra de Dios. A partir de esto, podemos ver que, aunque los fariseos externamente se dedicaron a Dios, nunca siguieron el camino de Dios ni pusieron en práctica sus palabras. No eran en absoluto las personas que siguían la voluntad de Dios.
"Es decir, la medida de Dios de si el hombre obedece la voluntad de Dios se basa principalmente en si el hombre sigue Su camino y práctica Sus palabras. Al igual que el Señor Jesús nos exigió: “Si alguno me ama, guardará mi palabra; … El que no me ama, no guarda mis palabras;” (Juan 14:23-24). “Amaras al Señor tu Dios con todo tu corazon, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el grande y el primer mandamiento” (Mateo 22:37-38). De estas palabras del Señor, podemos ver que Dios requiere que lo amemos con todo nuestro corazón, alma y mente, es decir, que busquemos satisfacerlo y amarlo en todo sin nuestras propias intenciones. Solo comportándonos así estamos siguiendo la voluntad de Dios, y solo de esta manera podemos obtener la aceptación del Señor. Tomemos a Abraham en la Biblia, por ejemplo. Cuando Dios le pidió que ofreciera a su único hijo, a pesar de cierta resistencia en su corazón, Abraham todavía obedeció y actuó completamente de acuerdo con los requisitos de Dios sin su propia elección. Otro ejemplo es Job. Toda su vida, él había estado tratando de temer a Dios y evitar el mal. Cuando todos sus bienes le fueron arrebatados por los ladrones y perdió a todos sus hijos, Job todavía exaltó el santo nombre de Dios, sin ninguna queja. Y nunca pensó que solo si obedecía Dios obtendría el doble de Sus bendiciones sobre él. Pedro es otro ejemplo más. Siguió al Señor Jesús toda su vida y, finalmente, logró alcanzar un amor máximo por Dios y la obediencia hasta la muerte. Estos antiguos santos practicaron las
palabras de Dios no por hacer un trato con Dios, sino para satisfacer la voluntad de Dios, amar y obedecer a Dios. Las personas como ellos son precisamente los que aman a Dios con todo su corazón, alma y mente como lo requiere Dios, es decir, aquellos que siguen Su voluntad.
Comparándonos con estos santos anteriores y midiéndonos a nosotros mismos, de hecho no hemos podido amar a Dios con todo nuestro corazón, alma y mente, y no somos en absoluto las personas que obedecen la voluntad de Dios. Pensando en el pasado, la razón por la cual decidí abandonar mi trabajo y dedicarme al Señor era recibir más de la gracia de Dios y usar mi sacrificio a cambio de las bendiciones del reino celestial. Mi dedicación y trabajo están adulterados. Hablando claro, he estado tratando de hacer un trato con Dios. El Señor observa profundamente en los corazones de los hombres, entonces ¿cómo puede alabar mi devoción que está adulterada?"
Mu Yang sintió que la comunicación de Zhen Yan tenía mucho sentido, y lentamente se calmó. Sin embargo, no podía aceptarlo por completo. Zhen Yan leyó la mente de Mu Yang, y luego sacó un libro. Lo abrió y comenzó a leer: “Muchos de los que siguen a Dios sólo se preocupan por cómo obtener bendiciones y evitar el desastre. A la mención de la obra y la gestión de Dios, quedan en silencio y pierden todo el interés. Creen que conocer tales cuestiones tediosas no desarrollará sus vidas ni será beneficioso y, así, aunque han oído mensajes acerca de la gestión de Dios, los tratan como si nada. No los ven como algo precioso que se debe aceptar, y menos aún lo reciben como parte de sus vidas. Esas personas tienen un objetivo muy simple al seguir a Dios: obtener bendición, y son demasiado perezosas para atender a cualquier cosa que no implique este objetivo. Para ellas, creer en Dios para obtener bendiciones es la más legítima de las metas y el propio valor de su fe. Cualquier cosa que no logre este objetivo no les afecta. … Aparte de los beneficios tan estrechamente asociados con ellos, ¿podría existir alguna otra razón para estas personas que nunca entienden a Dios den tanto por Él? En esto, descubrimos un problema previamente no identificado: la relación del hombre con Dios es simplemente de puro interés personal. Es la relación entre el receptor y el dador de las bendiciones. En palabras claras, es como la relación entre empleado y empleador. El primero sólo trabaja para recibir las recompensas concedidas por el segundo. En una relación como esta, no hay afecto, sólo un trato; no hay un amar y ser amado, sólo caridad y misericordia; no hay entendimiento, sólo resignación y decepción; no hay intimidad, sólo un abismo sobre el que no se puede tender un puente. Cuando las cosas llegan a este punto, ¿quién es capaz de revertir tal tendencia? ¿Y cuántas personas son capaces de entender verdaderamente cuán desesperada se ha vuelto esta relación? Creo que cuando las personas se sumergen en el gozo de ser bendecidas, nadie puede imaginar cuán embarazosa y desagradable es una relación así con Dios”. Terminando de leer estas palabras, Zhen Yan levantó la cabeza y miró a Mu Yang, diciendo: "Este pasaje de palabras pone el dedo en la llaga". Revela nuestro propósito de dedicarnos al Señor. Todo el tiempo hemos creído en Dios y nos hemos sacrificado por Él con la intención de recibir bendiciones. Entonces, ¿cómo puede esa búsqueda satisfacer la voluntad de Dios? ¿Y cómo puede nuestro trabajo adulterado cumplir con la voluntad de Dios?"
En este momento, Mu Yang no pudo evitar pensar en las palabras que él mismo acababa de pronunciar y se dio cuenta: ¿Acaso mis palabras no han demostrado mi propósito al abandonar todo y creerle a Dios estos años? Siempre decía que serví a Dios de todo corazón, pero de hecho, mi fe en Dios no es para satisfacer a Dios, sino para tener un buen futuro y destino. Aunque en el exterior he predicado y he hecho mucho trabajo en el nombre del Señor, todo lo que he hecho es por el bien de mi deseo personal. ... Pensando en esto, Mu Yang negó con la cabeza y dijo: "Por desgracia, visto de esta manera, todos tenemos nuestros propósitos personales al creer en el Señor, e incluso si podemos sacrificarnos por Él, lo hacemos con la intención de recibir bendiciones y hacer un trato con el Señor. ¡Lo que hacemos no tiene nada que ver con cumplir la voluntad de Dios en absoluto! Hoy, después de escuchar lo que has dicho, siento que es realmente despreciable de mi parte usar mi trabajo a cambio de ser llevado por el Señor hacia el reino celestial".
Zhen Yan asintió con la cabeza, "¡Yo también!"
En este momento, el sol se estaba poniendo, y la abrasadora luz del sol se volvió mucho más suave. De vez en cuando, soplaba un viento frío, quitando la sensación seca y caliente. Mu Yang y Zhen Yan continuaron su conversación... 
Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.
(Traducido del original en inglés al español por Luis Carlos Villegas)

Quién es Jesucristo - ¿Qué significa verdaderamente “Mi Padre y YO somos uno”?

2020-03-21 22:08:12 | Películas Evangélicas
Quién es Jesucristo - ¿Qué significa verdaderamente “Mi Padre y YO somos uno”?
En el pasado, vi la Biblia grabada, “Después de ser bautizado, Jesús salió del agua inmediatamente; y he aquí, los cielos se abrieron, y él vio al Espíritu de Dios que descendía como una paloma y venía sobre El. Y he aquí, se oyó una voz de los cielos que decía: ‘Este es mi Hijo amado en quien me he complacido’” (Mateo 3:16-17). Además, Jesucristo solía decir “Dios el Padre” mientras oraba. Por lo tanto, creía firmemente que Dios era el Padre en el cielo y que Jesucristo era solo el Hijo de Dios. Pero más tarde, leí las palabras de Jesucristo: “Yo y el Padre somos uno” (Juan 10:30). Y está escrito en la Escritura: “Felipe le dijo: Señor, muéstranos al Padre, y nos basta. Jesucristo le dijo: ‘¿Tanto tiempo he estado con vosotros, y todavía no me conoces, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo dices tú: “Muéstranos al Padre”? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí?’” (Juan 14:8-10). Entonces me sentí muy confundido en mi corazón: el Dios en el cielo dijo que Jesucristo era su Hijo amado. Además, Jesucristo llamó a Dios en el cielo Padre en sus oraciones. Sin embargo, Jesucristo dijo: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; [...] yo estoy en el Padre, y el Padre en mí” (Juan 14:9-10). “Yo y el Padre somos uno” (Juan 10:30).
Entonces, ¿Jesucristo es realmente el Hijo o el Padre? Normalmente, el Hijo es el Hijo y el Padre es el Padre. ¿Cómo pueden convertirse en uno? Con esta complicación, les pregunté a muchos hermanos y hermanas del Señor, incluidos a pastores, ancianos y predicadores. Todos dijeron que era un gran misterio para que el hombre no pudiera explicarlo claramente por nuestra mente. Como consecuencia, esta duda, estuvo en mi mente muchos años. 
Esta duda estuvo en mí hasta que un día, leí un pasaje en un libro espiritual que me había dado un amigo mío, “Cuando Jesús llamaba a Dios en el cielo por el nombre de Padre al orar, sólo lo hacía desde la perspectiva de un hombre creado, sólo porque el Espíritu de Dios se había vestido como un hombre ordinario y normal y tenía el envoltorio exterior de un ser creado. Incluso si dentro de Él estaba el Espíritu de Dios, Su apariencia externa seguía siendo la de un hombre ordinario; en otras palabras, había pasado a ser el ‘Hijo del Hombre’ del que todos los hombres, incluido el propio Jesús, hablaban. Dado que es llamado el Hijo del Hombre, Él es una persona (sea hombre o mujer, en cualquier caso una con el caparazón corporal de un ser humano) nacida en una familia normal de personas ordinarias. Por tanto, que Jesús llamara a Dios en el cielo por el nombre de Padre era lo mismo que cuando vosotros lo llamasteis Padre al principio; Él lo hizo desde la perspectiva de un hombre de la creación. ¿Recordáis todavía la oración del Señor que Jesús os enseñó para memorizar? ‘Padre nuestro que estás en los cielos…’. Él pidió a todos los hombres que llamaran a Dios en el cielo por el nombre de Padre. Y como Él también lo llamaba Padre, lo hacía desde la perspectiva de uno que está en igualdad de condiciones con todos vosotros. [...] Por muy grande que fuera la autoridad de Jesús en la tierra, antes de la crucifixión, Él era simplemente un Hijo del Hombre, dominado por el Espíritu Santo (es decir, Dios), y uno de los seres creados de la tierra, porque aún tenía que completar Su obra. Así pues, que llamara Padre a Dios en el cielo, era simplemente por Su humildad y obediencia. Que se dirigiera a Dios (es decir, al Espíritu en el cielo) de esa manera no demuestra, sin embargo, que Él sea el Hijo del Espíritu de Dios en el cielo. Más bien, Su perspectiva es diferente [...] Antes de Su crucifixión, Jesús era un Hijo del Hombre sujeto a las limitaciones de la carne, y Él no poseía la plena autoridad del Espíritu. Por esta razón, Él sólo podía buscar la voluntad de Dios Padre desde la perspectiva de un ser creado. Es como cuando oró tres veces en Getsemaní: ‘No sea Mi voluntad, sino la tuya’. Antes de que lo pusieran en la cruz, Él no era más que el Rey de los judíos; Él era Cristo, el Hijo del Hombre, y no un cuerpo de gloria. Esa es la razón por la que, desde el punto de vista de un ser creado, llamaba Padre a Dios” ( de “¿Existe la Trinidad?”).
Estas palabras me iluminaron de inmediato y la duda que tantos años estuvo en mi mente finalmente se resolvió. Resultó que Jesucristo era el Espíritu de Dios revistiéndose de carne para convertirse en el Hijo del hombre. Tenía la apariencia exterior de un ser creado y vivía como un hombre normal. Cuando Jesucristo oró a Dios el Padre, lo hizo desde la perspectiva de un ser creado. Al igual que cuando Jesucristo nos enseñó a memorizar el Padrenuestro, “Padre nuestro que estás en el cielo…”, también nos pidió que llamemos a Dios en el cielo con el nombre de Padre. Según mi pensamiento, porque Jesucristo llamó a Dios en el cielo con el nombre de Padre, concluimos que Jesucristo no era el mismo Dios sino el Hijo del Espíritu de Dios; al que también llamamos Dios en el cielo, por el nombre de Padre, ¿podemos decir que somos hijos del Espíritu de Dios? ¡Qué absurdo fue mi pensamiento! Jesucristo es Dios mismo, sin embargo, podría llamar a Dios en el cielo con el nombre de Padre desde la misma perspectiva de un ser creado y buscar la voluntad de Dios el Padre. Revela por completo la esencia humilde y oculta de Dios. Sin embargo, no solo no tenía conocimiento de la esencia humilde de Dios, sino que también desarrollé nociones al llamar al Señor "Dios el Padre" mientras rezaba. ¡Qué ignorante era!
Luego leí estas palabras siguientes: “Todavía están los que dicen: ‘¿No declaró Dios expresamente que Jesús era Su Hijo amado?’. ‘Jesús es el Hijo amado de Dios, en quién Él se regocija grandemente’ ciertamente fue dicho por Dios mismo. Eso fue Dios dando testimonio de sí mismo, pero simplemente desde una perspectiva diferente, la del Espíritu en el cielo dando testimonio de Su propia encarnación. Jesús es Su encarnación, no Su Hijo en el cielo. ¿Entiendes? ¿No indican las palabras de Jesús, ‘el Padre está en Mí y Yo estoy en el Padre’ que Ellos son un Espíritu? ¿Y acaso no se debe a la encarnación que Ellos fueran separados entre el cielo y la tierra? En realidad, siguen siendo uno; sin importar lo que digan, es simplemente Dios dando testimonio de sí mismo. Debido al cambio en las eras, a los requisitos de la obra y a las diferentes etapas de Su plan de gestión, el nombre por el que el hombre llama a Dios también difiere. Cuando Él vino a llevar a cabo la primera etapa de la obra, sólo se le podía llamar Jehová, pastor de los israelitas. En la segunda etapa, el Dios encarnado sólo podía ser llamado Señor y Cristo. Pero en esos tiempos, el Espíritu en el cielo sólo declaró que Él era el Hijo amado de Dios, y no mencionó que fuese el único Hijo de Dios. Esto simplemente no ocurrió. ¿Cómo podría Dios tener un único hijo? Entonces ¿no se habría hecho hombre Dios? Como Él era la encarnación, se le llamó el Hijo amado de Dios y, a partir de esto, llegó la relación entre Padre e Hijo. Se debió sencillamente a la separación entre el cielo y la tierra. Jesús oró desde la perspectiva de la carne. Como se había revestido de una carne de humanidad normal, fue desde la perspectiva de la carne desde donde Él dijo: ‘Mi caparazón corporal es el de un ser creado. Como me revestí de carne para venir a la tierra, ahora estoy lejos, muy lejos del cielo’. Por esta razón, Él sólo podía orar a Dios Padre desde la perspectiva de la carne. Este era Su deber y aquello con lo que el Espíritu encarnado de Dios debía estar equipado. No puede decirse que Él no es Dios simplemente porque oraba al Padre desde la perspectiva de la carne. Aunque se le llama el Hijo amado de Dios, sigue siendo Dios mismo, porque Él no es sino la encarnación del Espíritu y Su esencia sigue siendo el Espíritu” ( de “¿Existe la Trinidad?”).
Después de leer esto, fui aún más consciente de que cuando el Espíritu en el cielo llamó a Jesús su Hijo amado, Dios presenció su carne encarnada desde la perspectiva del Espíritu. Ese fue Dios dando testimonio de sí mismo. Sin embargo, cuando Jesucristo llamó a Dios en el cielo con el nombre de Padre, llamó al Espíritu de Dios desde la perspectiva de la carne. Pero no pudo probar que Jesucristo era el Hijo del Espíritu de Dios en el cielo. En el tiempo del Nuevo Testamento, Dios encarnado vino a hacer la obra de la crucifixión y la redención. Él tomó los pecados de la humanidad como ofrenda por el pecado. Como el Espíritu de Dios no es apropiado para ser crucificado directamente, solo el Espíritu de Dios asumiendo la carne y viniendo a la tierra es el más adecuado para terminar el trabajo. Como la encarnación del Espíritu de Dios, Jesucristo hizo la obra de Dios mismo. Lo que Jesucristo expresó fue la voluntad del Espíritu. La carne y el Espíritu de Dios son uno y tienen la misma esencia, disposición, sabiduría y omnipotencia. Existe el único Dios verdadero en el cielo y en la tierra. No pude evitar recordar lo que Jesucristo dijo una vez: “El más importante es: ‘Escucha, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es’” (Marcos 12:29). Jesucristo enfatizó específicamente este mandamiento sólo para hacernos saber que Dios es único; es decir, hay un solo Dios y solo un Espíritu de Dios. Ciertamente, no hay una relación Padre-Hijo de la que hablar. Pensemos cuidadosamente: ¿Por qué podríamos producir la concepción del Padre y del Hijo? En último análisis, se debió al hecho de que no conocemos al Dios encarnado. Cuando estudiaba la Biblia, descubrí que no había estas declaraciones sobre el Padre y el Hijo en la era de la ley del Antiguo Testamento. La gente en ese momento no tenía la concepción del Padre y el Hijo. De hecho, la gente comenzó a desarrollar esta concepción después de que Jesucristo se hizo carne para hacer su trabajo, incluso a Felipe, que siguió al Señor Jesús. Entonces le dijo al Señor Jesús: “Señor, muéstranos al Padre". Sin embargo, Jesucristo corrigió su conocimiento erróneo. Él dijo: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; [...] yo estoy en el Padre, y el Padre en mí” (Juan 14:9-10). Además, Jesucristo dijo una vez: “Yo y el Padre somos uno” (Juan 10:30). Las palabras de Jesucristo hicieron bastante clara la relación entre el Padre y el Hijo, sin embargo, fue solo porque estábamos aturdidos y embotados que solo conocíamos las letras de los versículos pero no sabíamos que Dios estaba dispuesto a hacerlo. ¿No me dijeron las palabras de culpa de Jesucristo hacia Felipe? Según mi propia imaginación, determiné que Dios tenía los aspectos del Padre y del Hijo. Además, lo consideré como el Hijo de Dios en vez de Dios mismo. ¿No negué o blasfemé contra Dios? ¿Podría Dios ser único en mi corazón? ¡Lo que hice fue algo que ofendió severamente la disposición de Dios! Al pensar en eso, no pude evitar sentirme arrepentido y condenado por mi errónea idea. Al mismo tiempo, también le agradecí a Dios por haberme llevado a comprender esta verdad y misterio a partir de estas palabras y trascender mi concepción equivocada.
Ahora finalmente entiendo el significado de las palabras de Jesucristo: “Yo y el Padre somos uno” (Juan 10:30). Mientras tanto, sé que Jesucristo no es el Hijo de Dios en el cielo sino el mismo Dios encarnado en sustancia. Gracias a Dios por iluminarme para comprender el gran misterio. ¡Gloria a Dios!
Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.

Quienes entrarán al reino de Dios (II)

2020-03-21 01:36:30 | Películas Evangélicas
Quienes entrarán al reino de Dios (II)
La próxima vez que me conecté a Internet para hablar con mi hermano, le pregunté: “Es cierto que albergamos muchas intenciones incorrectas a medida que laboramos, trabajamos y gastamos con entusiasmo, que a menudo pecamos y nos resistimos a Dios, y que no estamos cumpliendo con la voluntad del Padre. El Señor Jesús dijo: ‘sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos’ (Mateo 7:21). Por lo que según ese razonamiento, no somos dignos todavía de entrar en el reino de Dios. Pero esta pregunta me sigue confundiendo, porque nuestro pastor dice a menudo que el Señor Jesús ya ha perdonado todos nuestros pecados, que no somos pecadores, que somos llamados justos porque creemos, y que cuando el Señor venga, seremos arrebatados directamente al cielo. ¿Por qué él dice eso? Me gustaría escuchar tus enseñanzas sobre esto”.
Mi hermano dijo: “El Señor Jesús fue crucificado para redimir los pecados de la humanidad, y cuando oramos al Señor, confesamos nuestros pecados al Señor y nos arrepentimos, nuestros pecados son perdonados, pero, ¿el hecho de que nuestros pecados sean perdonados significa que podemos entrar en el reino de Dios? Leamos este pasaje: ‘Para ti, que aún eres del viejo ser, es cierto que Jesús te salvó y que no perteneces al pecado gracias a la salvación de Dios, pero esto no demuestra que no seas pecador ni impuro. ¿Cómo puedes ser santo si no has sido cambiado? En tu interior, estás cercado por la impureza, egoísta y miserable, pero sigues deseando descender con Jesús; ¡tendrías que tener tanta suerte! Te has saltado un paso en tu creencia en Dios: simplemente has sido redimido, pero no has sido cambiado. Para que seas conforme al corazón de Dios, Él debe realizar personalmente la obra de cambiarte y purificarte; si sólo eres redimido, serás incapaz de alcanzar la santidad. De esta forma no serás apto para participar en las buenas bendiciones de Dios, porque te has saltado un paso en la obra de Dios de gestionar al hombre, que es el paso clave del cambio y el perfeccionamiento. Y así, tú, un pecador que acaba de ser redimido, no puedes heredar directamente la herencia de Dios’” (“Acerca de los apelativos y la identidad”).
Él me dijo: “A partir de las palabras de Dios, aprendemos que el hecho de que el Señor Jesús perdonó nuestros pecados, y que el hecho de no ser pecaminosos solo se refiere a que no somos condenados bajo la ley. Cuando aceptamos la gracia salvadora del Señor Jesús, estamos calificados para presentarnos ante el Señor, orarle, confesar nuestros pecados, arrepentirnos y disfrutar de las bendiciones de la gracia de Dios. Pero es innegable que nuestras naturalezas satánicas están profundamente arraigadas en nosotros, y que los caracteres corruptos como la arrogancia, el egoísmo y el engaño aún existen dentro de nosotros. Si no resolvemos estas naturalezas satánicas y caracteres corruptos que se resisten a Dios, podemos seguir pecando y resistirnos involuntariamente a Dios, lo que significa que no podemos entrar en el reino de Dios. Es tal como dice la Biblia, ‘Porque la paga del pecado es muerte, […]’ (Romanos 6:23). ‘Jesús les respondió: En verdad, en verdad os digo que todo el que comete pecado es esclavo del pecado; y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí permanece para siempre’ (Juan 8:34-35). ‘Sed santos, porque Yo soy santo’ (1 Pedro 1:16). Estamos llenos de inmundicia, todavía podemos pecar, y hasta que no seamos purificados, no podremos entrar en el reino de Dios, lo cual es decidido por la esencia santa y el carácter justo de Dios. Por lo tanto, debemos seguir adelante con el paso de la salvación de Dios, escapar de nuestras naturalezas pecaminosas y estar completamente purificados antes de estar calificados para ver el rostro de Dios. Esto es lo que se entiende de acuerdo con estos versículos de la Biblia: ‘que sois protegidos por el poder de Dios mediante la fe, para la salvación que está preparada para ser revelada en el último tiempo’ (1 Pedro 1:5). ‘Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios;’ (1 Pedro 4:17). Esta gracia salvadora es la obra del juicio de Dios en los últimos días, comenzando con la casa de Dios. Cuando aceptamos la obra del juicio de Dios en los últimos días, logramos un cambio en nuestros caracteres corruptos, dejamos de padecer la esclavitud y las restricciones del pecado, y nos convertimos en personas que son verdaderamente obedientes a Dios; solo entonces estaremos calificados para entrar en el reino de los cielos”.
Después de escuchar las enseñanzas de mi hermano, sentí mi corazón mucho más radiante. Tenemos la redención del Señor Jesús, no somos pecaminosos y podemos trabajar y sufrir mucho por el Señor, pero no hemos sido purificados, y no podemos seguir todavía las enseñanzas del Señor. Los líderes y obreros de la iglesia todavía pueden luchar por su estatus, y pecan y ofenden al Señor con frecuencia, lo que significa que no están calificados para entrar en el reino de Dios. En el pasado, yo pensaba que nuestros pecados habían sido redimidos, y que eso bastaba para entrar en el reino de los cielos, pero luego entendí que era algo que se basaba enteramente en mis propias nociones e imaginación. El Señor Jesús nos redimió y ya no nos ve como pecadores, pero los caracteres corruptos que nos hacen pecar existen todavía. Debemos someternos a la obra del juicio y al castigo de Dios en los últimos días, y resolver por completo la raíz fundamental de nuestro pecado, y arrepentirnos para entrar en el reino de los cielos y alcanzar la vida eterna. Entonces le pregunté de inmediato a mi hermano: “¿Cómo hace Dios la obra del juicio en los últimos días?”
El hermano leyó un pasaje de las palabras de Dios: “En los últimos días Cristo usa una variedad de verdades para enseñar al hombre, para exponer la esencia del hombre y para analizar minuciosamente sus palabras y acciones. Estas palabras comprenden verdades diversas tal como: el deber del hombre, cómo el hombre debe obedecer a Dios, cómo debe ser leal a Dios, cómo debe vivir una humanidad normal, así como también la sabiduría y el carácter de Dios, y así sucesivamente. Todas estas palabras son dirigidas a la esencia del hombre y a su carácter corrupto. En particular, las palabras que exponen cómo el hombre desdeña a Dios con relación a cómo el hombre es una personificación de Satanás y una fuerza enemiga contra Dios. Al emprender Su obra de juicio, Dios no deja simplemente en claro la naturaleza del hombre con sólo unas pocas palabras; la expone, la trata y la poda durante un largo plazo. Estos métodos de exposición, de trato y poda, no pueden ser sustituidos con palabras ordinarias, sino con la verdad que el hombre no posee en absoluto. Sólo los métodos de este tipo se consideran juicio; sólo a través de este tipo de juicio puede el hombre ser doblegado y completamente convencido de la sumisión a Dios y, además, obtener un conocimiento verdadero de Dios. Lo que la obra de juicio propicia es el entendimiento del hombre sobre el verdadero rostro de Dios y la verdad sobre su propia rebeldía. La obra de juicio le permite al hombre obtener mucho entendimiento de la voluntad de Dios, del propósito de la obra de Dios y de los misterios que le son incomprensibles. También le permite al hombre reconocer y conocer su esencia corrupta y las raíces de su corrupción, así como descubrir su fealdad. Estos efectos son todos propiciados por la obra de juicio, porque la esencia de esta obra es, en realidad, la obra de abrir la verdad, el camino y la vida de Dios a todos aquellos que tengan fe en Él. Esta obra es la obra de juicio realizada por Dios”.
Él compartió esto conmigo: “Las palabras de Dios Todopoderoso explican con mucha claridad cómo Dios hace la obra del juicio en los últimos días. Dios usa Sus palabras para hacer la obra del juicio, Dios expresa toda la verdad que puede purificar y salvar a la humanidad, y también revela Su carácter justo, el cual no soporta ninguna ofensa, y nos cuenta el verdadero hecho de cómo hemos sido corrompidos por Satanás, la raíz de nuestra rebeldía y resistencia a Dios, a qué tipo de personas salvará, y a cuáles castigará y eliminará. Al mismo tiempo, Él señala el camino por el cual podemos alcanzar la salvación y ser purificados. Solo cuando aceptamos las palabras de juicio y castigo de Dios podemos ver claramente el verdadero hecho de nuestra corrupción por parte de Satanás. Por ejemplo, bajo el control de nuestras arrogantes naturalezas, cuando vemos a alguien cuyas opiniones no coinciden con las nuestras, podemos atacarlas y condenarlas al ostracismo. A menudo presumimos, tratamos de elevarnos por encima de los demás y de tener un estatus en los corazones de otros cuando hacemos el trabajo de la iglesia. Siempre consideramos nuestros propios intereses en nuestras interacciones con las personas, y engañamos y utilizamos a los demás para lograr nuestros propios objetivos. Laboramos, obramos, sufrimos y gastamos para intercambiar estas cosas por bendiciones en el reino de los cielos, en un intento de negociar con Dios. Hacemos muchas de esas cosas. Cuando realmente vemos con claridad que lo que vivimos es solo una semejanza satánica, el verdadero arrepentimiento se produce dentro de nosotros, y deseamos aceptar más del juicio y el castigo de Dios y buscar la verdad. Gradualmente, a través de estos actos, escapamos a las restricciones y la esclavitud de nuestros caracteres corruptos y nos purificamos. Solo entonces estamos calificados para entrar en el reino de Dios”.
Después de escuchar la enseñanza de mi hermano, finalmente entendí que no podíamos escapar de la esclavitud del pecado porque no habíamos pasado por el juicio y el castigo de Dios en los últimos días. No comprendíamos la verdad de nuestra corrupción por parte de Satanás, o el carácter justo de Dios que no admite ofensas, por lo que aún podemos pecar involuntariamente. Ninguna cantidad de labor, trabajo, lectura de la Biblia u oración puede resolver ese problema, el cual requiere aceptar el juicio y el castigo de los últimos días por parte de Dios. Al leer las palabras del juicio de Dios y el castigo por las naturalezas corruptas de la humanidad, al comprender verdaderamente el hecho de nuestra corrupción por parte de Satanás y nuestra propia naturaleza y esencia, podemos detestar y traicionar a Satanás y acudir genuinamente a Dios y obedecerle. Cuando hacemos eso, verdaderamente hemos escapado de la esclavitud del pecado y hemos sido purificados. ¡Sentí que finalmente tenía un camino para entrar en el reino de los cielos!
Después de eso, mi hermano me envió la aplicación de La Iglesia de Dios Todopoderoso. Después de la reunión, no pude esperar a visitar el sitio web oficial de La Iglesia de Dios Todopoderoso. Quedé impresionada cuando lo hice. Nunca había imaginado que Dios ya ha dicho tantas palabras nuevas, palabras que revelan el misterio de la obra de Dios, palabras que exponen la naturaleza satánica y la esencia de la humanidad corrupta, palabras que expresan el carácter de Dios y todo lo que Dios tiene y es, palabras que expresan los aspectos de la verdad que la humanidad debe practicar para entrar... Mientras leía las palabras de Dios, mi corazón se conmovió verdaderamente. También vi las películas evangélicas, los videos de espectáculos de danza producidos por La Iglesia de Dios Todopoderoso y leí todo tipo de artículos de testimonio. Sentí que estaba realmente en el banquete de bodas del Cordero, y que mi apetito espiritual había sido saciado como nunca antes.
En lo que parece ser un abrir y cerrar de ojos, he creído en Dios Todopoderoso durante medio año, y hago todos los deberes que puedo en la iglesia. A través de mi experiencia, he adquirido un poco de conocimiento de la obra de Dios. En las revelaciones de las palabras del juicio de Dios, he llegado a comprender mis búsquedas y puntos de vista equivocados, así como mis caracteres satánicos y corruptos de arrogancia y egoísmo, y he aprendido que ser una persona honesta es la manera de vivir una verdadera semejanza humana. Cada vez que me siento negativa y débil, las palabras de Dios me alimentan y me apoyan, y me permiten sentir la misericordia y el amor genuino de Dios. Cuando me rebelo o me opongo a Dios, las severas palabras de Dios vienen a mí y veo la verdad de mi propia corrupción. Realmente he sentido que la obra de Dios de juzgar y purificar a la humanidad en los últimos días es la única manera en que las personas pueden escapar completamente de la esclavitud del pecado, y el único camino por el cual pueden entrar al reino de los cielos. ¡Toda la gloria sea para Dios Todopoderoso!
El fin.
Parte uno: Finalmente entiendo qué tipo de personas pueden entrar en el Reino de los Cielos (I)
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¿Cuál es el Estándar para Entrar al Reino de Dios?

2020-03-20 03:27:51 | Películas Evangélicas
¿Cuál es el Estándar para Entrar al Reino de Dios?
Fuera de la ventana, el viento corría frío y una gran nevada caía. Ya eran las nueve de la noche cuando Xuesong regresó a casa después de difundir el Evangelio.
Su esposa rápidamente le calentó la cena. Cuando estaba a punto de comer, su hija Xiaoyuan también regresó después de apoyar a la iglesia. Xuesong se apresuró a servirle una porción y estaba listo para cenar con ella. Pero Xiaoyuan no estaba de humor para comer. Al ver esto, Xuesong le preguntó: “¿Qué pasa, Xiaoyuan? Parece que tienes algo en mente”.
Ella dijo desconcertada: “Papá, mamá, he estado pensando en una pregunta últimamente. Cuando los pastores y los ancianos predican, siempre dicen que si uno puede difundir más el evangelio y dar frutos, correr, gastar y trabajar duro para el Señor, entrará en el  reino de los cielos reino. Y ciertamente hemos hecho gastos significativos para el Señor y hemos pagado un precio significativo. Pero el Señor dijo una vez: ‘Porque muchos son llamados, pero pocos son escogidos’ (Mateo 22:14). Así que empecé a pensar: ‘Hay un sinnúmero de creyentes en el Señor que son capaces de hacer gastos significativos para Él, pero ¿por qué dijo el Señor que pocos fueron escogidos? ¿Podemos realmente entrar en el reino de los cielos al final sufriendo, gastando, y trabajando duro para el Señor?’”
Después de escuchar sus palabras, Xuesong dijo con confianza: “Xiaoyuan, no hay necesidad de preocuparse. El Señor es justo. Así que, mientras nos aferremos al nombre del Señor, y seamos capaces de trabajar duro, correr y gastar para el Señor, estaremos calificados para entrar en el reino de los cielos . ¿No dijo el apóstol Pablo que ‘He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, he guardado la fe. En el futuro me está reservada la corona de justicia que el Señor, […]’ (2 Timoteo 4:7-8)? Estos años, hemos estado siguiendo las palabras de Pablo, proclamando el evangelio, pastoreando la iglesia, y abandonando todo para seguir al Señor. Y aunque hemos experimentado años de altibajos, nunca hemos dejado de trabajar para el Señor. Por eso creo que todo lo que hemos hecho será conmemorado por el Señor, y que cuando regrese nos llevará al reino de los cielos ”.
Su mujer asintió con la cabeza y dijo: “Sí, Xiaoyuan, lo que dijo tu padre es cierto. Practicar de esta manera es correcto, así que no hay de qué preocuparse”.
Después de pensarlo un rato, Xiaoyuan dijo: “Desde que creímos en el Señor, hemos estado actuando de acuerdo a las palabras de Pablo, pensando que mientras trabajemos duro, hagamos gastos significativos, suframos penurias y paguemos el precio, estamos seguros de entrar en el reino de los cielos . Pero Jesucristo dijo: ‘Muchos me dirán en aquel día: “Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?” Y entonces les declararé: “Jamás os conocí; apartaos de mi, los que practicais la iniquidad”’ (Mateo 7:22-23). Las palabras del Señor son la verdad. El cielo y la tierra pasarán, pero las palabras del Señor no pasarán. Si todas las personas que trabajan duro pueden entrar en el reino de los cielos, entonces, ¿cómo podría el Señor condenar a los que predicaban, expulsar a los demonios, y hacer muchos milagros en Su nombre como malhechores?
Lo que dijo su hija hizo que Xuesong se dedicara a la meditación: Sí, el Señor dijo que no todas las personas que hicieron gastos significativos para Él podían entrar en el reino de los cielos . Las palabras del Señor son la verdad, y no pueden estar equivocadas. Entonces, hemos estado practicando de acuerdo a las palabras de Pablo, pensando que sólo necesitamos abandonar todo para trabajar y gastar, podemos entrar en el reino de los cielos ; ¿está nuestra práctica realmente en línea con la voluntad del Señor?
En ese momento, un golpe en la puerta interrumpió los pensamientos de Xuesong. Xiaoyuan se levantó para abrir la puerta y descubrió que era su primo, Cheng Xian.
Cheng Xian sonrió y dijo: “Tío, tía, hoy fui con varios compañeros de trabajo a estudiar la Biblia y pasaba por vuestra casa de camino a casa, así que pensé en venir a compartir con vosotros lo que he ganado en la reunión de estudio bíblico de hoy”.
La esposa de Xuesong dijo sonriendo: “Xiao xian, estábamos discutiendo un asunto. Justo a tiempo! ¡Vamos, únete a nosotros en la discusión!”
Xuesong se unió a la comunicación, “Sí, Xiao xian, estábamos discutiendo la norma de entrar en el reino de los cielos. Pablo dijo una vez: ‘He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, he guardado la fe. En el futuro me está reservada la corona de justicia que el Señor, […]’ (2 Timoteo 4:7-8). Por lo tanto, en mi opinión, mientras que nosotros los creyentes en el Señor sigamos el ejemplo de Pablo para correr y trabajar para el Señor, adherirnos al nombre del Señor, guardar el camino del Señor, y vigilar y esperar Su llegada, podemos ser traídos al reino de los cielos .
La Biblia dice: ‘[...] y que no se avergonzarán los que esperan en mí’ (Isaías 49:23). Así que, tu tía y yo creemos que practicar de esta manera está en línea con la voluntad del Señor. Pero después de que Xiaoyuan vio la Biblia decir: ‘Muchos me dirán en aquel día: “Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?” Y entonces les declararé: “Jamás os conocí; apartaos de mi, los que practicais la iniquidad”’ (Mateo 7:22-23), ella se preocupa un poco por nuestra manera de practicar. Ella piensa que no todos los que trabajan incansablemente para el Señor pueden entrar en el reino de los cielos . Xiaoxian, ¿qué te parece? Díganos su opinión”.
Xiaoyuan asintió con la cabeza y dijo: “Sí, primo, realmente no podemos ver a través de este asunto. Por favor, dinos tu opinión”.
Xiaoxian dijo con una sonrisa: “¡Gracias al Señor! Mis compañeros de trabajo y yo también discutimos este tema en la reunión de estudio bíblico de hoy. Siempre hemos mantenido que mientras trabajemos duro para el Señor y sigamos el ejemplo de Pablo, podemos ser traídos directamente al reino de los cielos cuando el Señor regrese. Aunque practicar de esta manera está de acuerdo con las nociones de la gente, ¿está realmente en línea con la voluntad de Dios? Creo que debemos saber que las palabras de Dios son los principios de nuestras acciones y el estándar por el cual medir a todas las personas, cosas y asuntos. Con respecto a si aquellos que vigilan y esperan y trabajan duro para el Señor realmente pueden ser llevados directamente al reino de los cielos , veamos lo que el Señor dijo. El Señor Jesús dijo: ‘No todo el que me dice: “Señor, Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos’ (Mateo 7:21). Por las palabras de Jesucristo, podemos ver que Él sólo dijo que sólo aquellos que hacían la voluntad del Padre celestial podían entrar en el reino de los cielos . Él no dijo que mientras la gente guardara Su nombre y trabajara duro para Él, serían recompensados, y entrarían al reino de los cielos . Según las palabras de Jesucristo, los que entran en el reino de los cielos deben ser los que siguen el camino de Dios, se someten a Él, lo aman y lo adoran. Entonces, ¿cómo podrían aquellos que no siguen la voluntad de Dios y que no son de una sola mente con Dios ser calificados para entrar en 
el reino de Dios? Cuando perseguimos la entrada en el reino de los cielos , debemos usar las palabras del Señor Jesús como la norma. Esto se debe a que Jesucristo es el Rey del reino de los cielos , y sólo Él puede determinar si podemos entrar en el reino de los cielos y ser salvos”.
Xiaoyuan asintió con la cabeza y dijo: “Sí, creo que lo que dijo mi primo es cierto. En el asunto de entrar en el reino de los cielos , debemos usar las palabras del Señor como la norma. Y sólo practicando de acuerdo a las palabras del Señor podemos estar de acuerdo a Su voluntad”.
preguntó Xuesong, frunciendo el ceño, “Xiaoxian, de lo que has estado en comunión está de acuerdo con la Biblia y también se basa en las palabras del Señor. De hecho, los que pueden entrar en el reino de los cielos deben ser los que hacen la voluntad del Padre celestial. Pero, hemos estado practicando de acuerdo a las palabras de Pablo, trabajando duro y haciendo muchos sacrificios por el Señor; ¿no es esto hacer la voluntad de Dios?
La mujer de Xuesong se quedó perpleja y dijo: “Sí, Xiaoxian, seguimos el ejemplo de Pablo, trabajemos duro y sacrifiquemos por el Señor. ¿No estamos cumpliendo la voluntad de Dios?”
Xiaoxian dijo: “Tío, tía, primero investiguemos un hecho. Los fariseos judíos rodeaban la tierra y el mar para difundir el camino de Dios y el trabajo. A los observadores externos les parecía que hacían muchas buenas obras y que eran muy piadosos. Pero, ¿por qué el Señor Jesús los condenó y maldijo y los denunció con los ‘Siete Padecimientos’? ¡Dios mira dentro de las profundidades de los corazones de las personas! Aunque los fariseos trabajaban duro, simplemente se dedicaban a ceremonias religiosas y explicaban el conocimiento y la teoría bíblica. No practicaban la Palabra de Dios en absoluto, no acataban Sus mandamientos en lo más mínimo, y todo lo que hacían era con el propósito de obtener bendiciones y recompensas, de proteger su estatus y sustento. No amaban a Dios en sus corazones en absoluto, ni tenían un corazón temeroso de Dios. Así que cuando el Señor Jesús vino a hacer Su obra, ellos resistieron y lo condenaron salvajemente, exponiendo completamente su esencia hipócrita y odiadora de la verdad. Este hecho nos permite ver que trabajar duro o tener muchos buenos comportamientos no significa que estamos haciendo la voluntad de Dios. Si no amamos a Dios en nuestros corazones, no practicamos Sus palabras ni cumplimos Sus mandamientos, entonces todo nuestro trabajo es sólo buen comportamiento y no significa que estamos siguiendo la voluntad del Padre celestial”.
Xiaoyuan dijo de acuerdo: “Sólo ahora entiendo que la razón por la que el Señor Jesús condenó a los que predicaban y trabajaban en su nombre era porque eran iguales a los fariseos judíos. Aunque trabajaron duro para el Señor, lo hicieron basándose en sus propias ideas, y su propósito era obtener bendiciones y beneficios del Señor en lugar de obedecerlo y amarlo, y mucho menos hacer Su voluntad. A los ojos de la gente, parece correcto que podamos hacer esto o aquello en el nombre del Señor, pero si no actuamos basados en las palabras del Señor, no exaltemos y testifiquemos por Él, y nuestra meta no es amar y someternos a Él, entonces lo que hacemos no tiene nada que ver con hacer la voluntad de Dios”.
Después de escuchar las palabras de Xiaoxian y Xiaoyuan, Xuesong de repente vio la luz. Él dijo, un poco avergonzado: “Xiaoxian, de lo que has estado confraternizando es correcto. Las palabras de Pablo no son la verdad. Sólo las palabras del Señor son la verdad. Si trabajar duro y correr y gastar para el Señor hubiera sido equivalente a hacer la voluntad de Dios, entonces esos fariseos ya habrían entrado en el reino de los cielos . ¿Cómo podrían sufrir las maldiciones del Señor? Parece que las palabras de Pablo se oponen a las del Señor Jesús. En el pasado perseguimos la entrada al reino de los cielos de acuerdo a las palabras de Pablo, nos estábamos desviando del camino del Señor. Si seguimos persiguiendo de esta manera, estamos seguros de ser descartados por el Señor”.
Su esposa dijo con una mirada de asombro: “Vistos así, los que sólo trabajan duro exteriormente, pero no practican las palabras del Señor, no son los que hacen la voluntad del Padre celestial. Entonces, Xiaoxian, ¿qué está haciendo exactamente la voluntad del Padre celestial?”
Xiaoxian continuó unido a la comunicación, “Hacer la voluntad de Dios se refiere a practicar la palabra de Dios, a adherirse a Sus mandamientos, a obedecer Su orquestación y arreglos. Y en cualquier momento, bajo cualquier circunstancia, pueden aferrarse y completar la comisión de Dios, viviendo sólo para llevar a cabo la voluntad de Dios. Sólo cuando pueden obedecer absolutamente a Dios, ser fieles a Él, y amarle, están verdaderamente obedeciendo la voluntad de Dios. Como dijo el Señor Jesús: ‘[...] Si alguno me ama, guardará mi palabra; […] El que no me ama, no guarda mis palabras; […]’ (Juan 14:23-24). ‘Entonces Jesús decía a los judíos que habían creído en El: Si vosotros permanecéis en mi palabra, verdaderamente sois mis discípulos;’ (Juan 8:31). ‘Y El le dijo: Amaras al Señor tu Dios con todo tu corazon, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el grande y el primer mandamiento. Y el segundo es semejante a éste: Amaras a tu projimo como a ti mismo’ (Mateo 22:37-39). Tomemos a Pedro, por ejemplo. Ofreció toda su vida al Señor, y pastoreó la iglesia en estricta conformidad con la voluntad y los requisitos del Señor. Nunca oró a Dios por sus propios intereses personales, sino que sólo deseaba amar a Dios de corazón. Finalmente se las arregló para lograr un amor último por Dios y obediencia hasta la muerte, y fue crucificado al revés por Dios. Pedro era el que verdaderamente amaba al Señor, así que Jesucristo le dio las llaves del reino de los cielos . Otro ejemplo es Job. Era perfecto y recto, y temía a Dios y evitaba el mal. Sin importar si Dios dio o quitó, y si Dios bendijo o maldijo, él adoraría a Dios, alabaría el nombre de Dios, y permanecería siempre en el camino de Dios. Así Job era perfecto a los ojos de Dios. ... Todas estas personas a través de los siglos que obtuvieron la aprobación de Dios, principalmente podían seguir el camino de Dios, temer a Dios y evitar el mal, podían verdaderamente amar a Dios, obedecer a Dios, y ofrecerse a sí mismos a Dios, y nunca harían un trato con Él. Sólo las personas así son las que verdaderamente hacen la voluntad de Dios y que están calificadas para ser traídas al reino de los cielos y recibir la promesa de Dios”.
“Todos podemos ver que después de creer en el Señor mucha gente ha sufrido mucho y ha pagado un precio, e incluso ser encarcelados o martirizados no les hizo abandonar al Señor. Esto sólo prueba que tienen verdadera fe en el Señor. Sin embargo, mientras trabajan duro para el Señor, no persiguen la verdad, y no prestan atención a practicar las palabras del Señor o a seguir sus mandamientos; en cambio, siguen sus propios deseos y hacen lo que les plazca, nunca obedecen a nadie, y a menudo dicen mentiras y engañan a otros. Todo lo que han hecho es con el propósito de obtener bendiciones y recompensas, y de entrar al reino de los cielos y recibir la corona. De esto, vemos que si no podemos practicar la palabra de Dios o adherirnos a Sus mandamientos, y no tenemos un corazón de obedecerlo y amarlo, entonces sin importar cuánto sufrimos y cuánto trabajo hacemos, no estamos haciendo la voluntad de Dios, y entonces ¿cómo podemos calificarnos para ser traídos al reino de los cielos ? Es como dijo Jesucristo: ‘No todo el que me dice: “Señor, Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: “Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?” Y entonces les declararé: “Jamás os conocí; apartaos de mi, los que practicais la iniquidad” (Mateo 7:21-23).
En ese momento, Xuesong se sintió más avergonzado y le dijo a Xiaoxian avergonzado: “Xiaoxian, aunque he creído en Dios durante muchos años, todavía no entiendo Su voluntad. Ahora sé que sólo cumpliendo los mandamientos del Señor, expandiéndonos por Él con un corazón que lo ama, y siendo capaces de exaltar y testificar a menudo por Él, estamos haciendo la voluntad de Dios”.
Su mujer le dijo, con el rostro lleno de vergüenza: “la comunicación de Xiaoxian es justo. Gracias al Señor. En todos mis años de fe en el Señor, lo único que conocía era trabajar ciegamente duro por el Señor y dedicarme a Él. Y siempre he practicado sobre la base de la palabra de Pablo y pensé que sólo necesito trabajar duro para que el Señor entre en el reino de los cielos . Soy realmente ignorante. Sólo hoy he conocido: El Señor requiere que nos enfoquemos en buscar Su voluntad en todas las cosas y en practicar Su palabra, que gastemos para Él con un corazón de amarlo, y que obedezcamos absolutamente a Dios y escuchemos Su palabra como Job y Pedro. Sólo así podemos ser los que hacen la voluntad del Padre celestial. Esta es la cuestión más crucial, pero la ignoré. ¡Estoy tan avergonzada!”
Xiaoyuan también asintió con la cabeza, diciendo: “Sí, si no fuera por la comunicación de esta noche, nunca sabría que en mis años de fe, todos mis sacrificios y gastos tienen el propósito de ganar recompensas engañando y explotando al Señor. Me habría quedado en el camino equivocado, tratando descaradamente de cambiar mi trabajo con el Señor por mi entrada al reino de los cielos . Al final, yo sería condenado y castigado por el Señor sin siquiera saber por qué. ¡Es aterrador pensar en ello ahora!”
Xiaoxian dijo con deleite: “Gracias al Señor. Esta noche podemos tener comunicación juntos; todo esto es parte del plan del Señor. ¡Toda la gloria sea al Señor!”
Después de escuchar esto, Xuesong, su esposa y su hija se miraron y sonrieron a sabiendas, porque habían conocido la norma de entrar en el reino de los cielos y han encontrado el camino para practicar.
Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.

¿Qué significa “ser arrebatados antes de los desastres”?

2020-03-19 05:06:56 | Películas Evangélicas
¿Qué significa “ser arrebatados antes de los desastres”?
Hola hermanos y hermanas de Preguntas y respuestas espirituales:
Ahora estamos en la última etapa de los últimos días, he visto en las noticias que todo tipo de desastres están aumentando en magnitud, y si puedo o no ser arrebatada y convertida en una vencedora antes de los desastres son temas clave para mí. Mi opinión sobre estos dos asuntos es que, mientras nos aferremos al nombre del Señor sin importar lo que suceda, trabajemos duro por el Señor y no retrocedamos mientras pasamos por todo tipo de adversidades, entonces podemos llegar a ser vencedores. Y cuando vengan los desastres, podremos ser arrebatados al cielo para encontrarnos con el Señor y disfrutar de Su promesa. Pero algunos han cuestionado mi opinión, diciendo que algunas personas han logrado esto y que, además, las catástrofes están aumentando en magnitud, que ya nos han ocurrido muchos tipos de catástrofes y, sin embargo, no se ha visto a nadie ser llevado al cielo. ¿Ser arrebatado realmente significa ser llevado al cielo? ¿Y es tan simple convertirse en un vencedor, que uno se convierte en un vencedor solo por lograr estas cosas? No entiendo nada de esto, así que me gustaría pedirles su opinión. ¡Espero su respuesta!
Sinceramente suya,
Xiao Xiao
Hola, hermana Xiao Xiao:
Que podamos buscar y conversar sobre asuntos que no entendemos completamente coincide con la voluntad de Dios. ¡Gracias al Señor!
Si podemos o no ser arrebatados y convertirnos en vencedores antes de los desastres se relaciona directamente con si podemos o no entrar en el reino celestial. Pero si queremos finalmente convertirnos en vencedores y ser arrebatados al cielo, primero debemos entender lo que significa exactamente ser arrebatados, y lo que significa ser convertidos en vencedores. Estas dos cuestiones se han separado a continuación para su discusión. ¡Que Dios nos guíe!
1. ¿Qué significa “ser arrebatados antes de los desastres”?
Si queremos entender lo que significa ser arrebatados antes de los desastres, primero debemos saber lo que significa ser arrebatados. Algunas personas creen que ser arrebatado significa que, cuando el Señor regrese, Él nos arrebatará al cielo para encontrarnos con Él, y esto se debe a que Pablo dijo en 1 Tesalonicenses 4:17: “Entonces nosotros, los que estemos vivos y que permanezcamos, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes al encuentro del Señor en el aire, y así estaremos con el Señor siempre”. Pero, ¿es esto lo que el Señor pretendía? Esto es justo lo que el mismo Pablo dijo; el Señor Jesús nunca dijo esto, el Espíritu Santo nunca dio tal testimonio, y por lo tanto estas palabras no pueden representar la intención del Señor. Como todos sabemos, en el principio Dios creó a la humanidad en la tierra usando arcilla, la puso a supervisar todas las cosas que Dios había creado en la tierra y le ordenó que le adoraran y le glorificaran. Es más, hace mucho tiempo, Dios nos dijo claramente que Él establecería Su reino en la tierra, que permanecería con el hombre en la tierra, y que todos los reinos del mundo se convertirían en reinos gobernados por Cristo. Es tal como dicen las profecías del Apocalipsis: “Entonces oí una gran voz que decía desde el trono: He aquí, el tabernáculo de Dios está entre los hombres, y El habitará entre ellos y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará entre ellos” (Apocalipsis 21:3). “[...] El reino del mundo ha venido a ser el reino de nuestro Señor y de su Cristo; y El reinará por los siglos de los siglos” (Apocalipsis 11:15). Por lo tanto, cuando el Señor regrese, no arrebatará a la gente al cielo para encontrarse con Él, sino que establecerá Su reino en la tierra, porque el destino que Dios ha preparado para nosotros ha de encontrarse en la tierra. Además, si fuéramos arrebatados al cielo, no podríamos sobrevivir allá arriba. Así que la creencia de que ser arrebatados significa ser arrebatados al cielo no concuerda con la verdad ni con los hechos de la obra de Dios; es simplemente un producto de nuestras concepciones e imaginaciones, y es un deseo extravagante.
Entonces, ¿qué significa ser arrebatados? Leamos un pasaje de las palabras de Dios y luego lo entenderemos. Este pasaje dice: “‘Ser arrebatado’ no es ser tomado de un lugar bajo para ser colocado en un lugar alto, como las personas imaginan. Esto es un tremendo error. Ser arrebatado se refiere a Mi predeterminación y Mi selección. Va dirigido a todos los que Yo he predestinado y escogido. Todos los que han ganado el estatus de hijos primogénitos, el estatus de Mis hijos o de Mi pueblo, son personas que han sido arrebatadas. Esto es sumamente incompatible con las nociones de las personas. Todas las que tengan participación en Mi casa en el futuro son personas que han sido arrebatadas delante de Mí. Esto es absolutamente cierto, nunca cambia y nadie lo puede refutar. Este es el contraataque contra Satanás. Todo aquel a quien Yo predestiné será arrebatado delante de Mí”.
Gracias a este pasaje, podemos saber claramente que ser arrebatados no significa que somos arrebatados de un lugar bajo a un lugar alto, sino que se refiere a aquellos que son predestinados y elegidos por Dios. Ser predestinados se refiere a aquellos que fueron predestinados por Dios para obtener la salvación antes de los tiempos, y ser elegidos se refiere a aquellos que están predestinados para poder seguir los pasos de Dios, presentarse ante Dios y aceptar Su nueva obra: esto es lo que significa ser arrebatados. Como bien sabemos, al final de la Era de la Ley, el Señor Jesús vino a realizar una nueva etapa de trabajo. En ese tiempo, Pedro, Juan, Mateo, Santiago y así sucesivamente, todos ellos escucharon los sermones predicados por Jesús, así que abandonaron la ley y siguieron al Señor, y fueron entonces arrebatados delante de Dios. De manera similar, el Señor Jesús dijo que regresaría en los últimos días y que vendría entre los hombres para decir Sus palabras y realizar Su obra para salvar al hombre. Como dijo el Señor Jesús: “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando El, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir” (Juan 16:12-13). “Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; […]” (1 Pedro 4:17). “El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, ésa lo juzgará en el día final” (Juan 12:48). “Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie delante del trono, y los libros fueron abiertos; y otro libro fue abierto, que es el libro de la vida, y los muertos fueron juzgados por lo que estaba escrito en los libros, según sus obras” (Apocalipsis 20:12). A partir de esto, podemos ver claramente que cuando el Señor Jesús regrese en los últimos días, todavía tendrá muchas cosas que decirnos y expresará Sus palabras y realizará la obra del juicio. Solo aceptando la obra del juicio de Dios de los últimos días podemos ser verdaderamente arrebatados ante Dios.
Por lo tanto, y como su nombre lo indica, ser arrebatados antes de los desastres significa que Dios vendrá una vez más en persona al mundo antes de que los grandes desastres ocurran para hacer la obra que Él debe hacer, y solo dando la bienvenida al regreso del Señor durante este tiempo podremos ser arrebatados antes de los desastres.
Ya hemos hablado sobre lo que significa ser arrebatados antes de los desastres, así que ahora hablaremos sobre lo que significa ser vencedores antes de los desastres.
2. ¿Qué significa “ser convertidos en vencedores antes de los desastres”?
Antes de que podamos entender lo que significa ser convertidos en vencedores antes de los desastres, primero tenemos que entender lo que son los vencedores. Literalmente, significa un grupo de personas que vencen. Como saben todos los que creen en Dios, Satanás es el enemigo de Dios, y por eso debemos vencer, lo que ciertamente significa que debemos vencer a Satanás. Por lo tanto, los vencedores se refieren al grupo de personas que vencerán a Satanás. Pero, ¿qué significa vencer a Satanás? Desde que nuestros antepasados Adán y Eva fueron seducidos por Satanás, la humanidad ha vivido en el pecado y ha estado llena de toda clase de caracteres corruptos, tales como ser arrogante y presumida, egoísta y despreciable, retorcida y engañosa, y así sucesivamente. Se puede decir que todos y cada uno de nosotros estamos encadenados por estas cosas y vivimos recurriendo a estos venenos. Por lo tanto, vencer a Satanás significa deshacernos de las ataduras y grilletes de Satanás, liberarnos totalmente de todos los venenos satánicos que nos plagan y no vivir más por ellos, sino ser capaces de escuchar las palabras de Dios y vivir de acuerdo con las palabras de Dios. De esta manera, podemos ser nombrados vencedores, nuestros pecados pueden ser verdaderamente purificados, y podemos vivir en la luz y ser dignos de la herencia de Dios. Tal como está registrado en el Apocalipsis: “[...] Estos son los que vienen de la gran tribulación, y han lavado sus vestiduras y las han emblanquecido en la sangre del Cordero” (Apocalipsis 7:14). “Bienaventurados los que lavan sus vestiduras para tener derecho al árbol de la vida y para entrar por las puertas a la ciudad” (Apocalipsis 22:14). “Al vencedor le haré una columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; […]” (Apocalipsis 3:12). “El vencedor heredará estas cosas, y yo seré su Dios y él será mi hijo” (Apocalipsis 21:7). “Estos son los que no se han contaminado con mujeres, pues son castos. Estos son los que siguen al Cordero adondequiera que va. Estos han sido rescatados de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero. En su boca no fue hallado engaño; están sin mancha” (Apocalipsis 14:4-5). Y las palabras de Dios dicen: “Quienes son hechos completos antes del desastre son obedientes a Dios, confían en Cristo, dan testimonio de Cristo y lo exaltan; son los hijos varones victoriosos y los buenos soldados de Cristo”.
A partir de estas palabras, podemos ver que los vencedores son aquellos que pasan por grandes tribulaciones. Experimentan el juicio de las palabras de Dios, sus caracteres corruptos son limpiados, poseen la realidad de la obediencia a Dios, entran en el reino de Dios y disfrutan de Su promesa. Para decirlo de otra manera, ser un vencedor no significa ser capaz de sufrir, pagar un precio y guardar el nombre del Señor en la fe que tengamos en el Señor, y no significa no dar marcha atrás cuando surgen las tribulaciones; más bien, significa aceptar la obra del juicio de Dios de los últimos días y que se limpien los pecados de las personas. Pero, ¿cuánta de nuestra suciedad y corrupción actual ha sido limpiada? Todavía no nos hemos librado de ninguno de nuestros caracteres corruptos, como ser arrogantes y engreídos, egoístas y despreciables, retorcidos y engañosos, malvados y codiciosos, y así sucesivamente. Cuando Dios nos bendice, podemos obedecerle, pero cuando suceden cosas que no son de nuestro agrado, somos capaces de culpar a Dios involuntariamente. Cuando vemos a otros que son mejores que nosotros para dar sermones, los celos y el odio hacia ellos pueden surgir en nuestro interior. Cuando hay asuntos que afectan nuestros propios intereses, podemos recurrir al engaño y no ser honestos; estos son solo algunos ejemplos. Por lo tanto, si queremos ser arrebatados y ser convertidos en vencedores antes de los desastres, entonces debemos aceptar la obra de Dios de los últimos días antes de que ocurran los desastres, experimentar el juicio y el castigo de las palabras de Dios, despojarnos de todos los caracteres corruptos de Satanás, vivir por las palabras de Dios, exaltar a Cristo y dar testimonio de Cristo en todas las cosas, y obedecer y adorar a Dios. Solo entonces se puede considerar que uno ha sido hecho vencedor por Dios y está calificado para heredar la promesa de Dios y entrar en Su reino.
Hermana Xiao Xiao, nuestra comprensión y conocimiento de lo que significa “ser arrebatados antes de los desastres” y “ser convertidos en vencedores antes de los desastres” también es limitada y solo podemos proporcionar una enseñanza como esta, pero esperamos que esto haya sido de alguna ayuda para usted. Si hay algo más que no entienda o si tiene otro problema, por favor escríbanos y buscaremos y hablaremos de nuevo.
Preguntas y respuestas espirituales
Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.

¿Por qué el Señor Jesús fue abandonado por sus conciudadanos?

2020-03-18 05:16:19 | Películas Evangélicas
¿Por qué el Señor Jesús fue abandonado por sus conciudadanos?
El Señor Jesús ha concedido a la humanidad gracia en abundancia y también ha mostrado tremendas señales y maravillas. Pero ¿por qué fue abandonado por Sus entonces conciudadanos? ¿Quieres saber la razón? Este artículo te explicará el motivo.
Los copos de nieve comenzaron a revolotear al atardecer. De pie en el balcón y mirando por la ventana, recordé una serie de escenas en las que el Señor Jesús junto con sus discípulos regresó a Nazaret: Él miró a las innumerables multitudes con una sonrisa, incluso los transeúntes también los saludaban, tanto que parecía que estaban muy familiarizados con Él. Sin embargo, cuando el Señor Jesús dio testimonio de Sí mismo como el Mesías, la gente, ahogada de ira, lo atacó y maldijo. Tal como está registrado en las Escrituras: "Y todos en la sinagoga se llenaron de ira cuando oyeron estas cosas, y levantándose, le echaron fuera de la ciudad, y le llevaron hasta la cumbre del monte sobre el cual estaba edificada su ciudad para despeñarle" (Lucas 4:28-29).
Fuera de la ventana nevaba aún más. De pronto todo se volvió blanco. Pero yo no estaba de humor para apreciar el paisaje nevado fuera de la ventana, más bien pensé: Cuando el Señor Jesús predicó el evangelio del Reino en otros lugares, había muchos creyentes siguiéndole. Pero cuando regresó a Su pueblo natal y predicó, ¿por qué lo abandonaron Sus conciudadanos, e incluso quisieron empujarlo de un precipicio en vez de darle la bienvenida?
Una pregunta de mi hermano menor interrumpió mis pensamientos. Él dijo: "Hermana, vi a muchos amigos en línea hablando de un actor famoso vestido de civil que apareció en un mercado de comestibles. Por curiosidad, hice clic en la foto y descubrí que, aunque en vida es muy simpático, su aspecto se queda corto con respecto a la imagen que yo admiraba...". Seguía expresando sus propias opiniones, pero estas palabras me hicieron pensar: "La brecha entre la realidad y la imaginación nos lleva a dudar de la realidad. ¿Por qué el pueblo judío en el pasado abandonó al Señor Jesús? ¿Es porque el verdadero Señor Jesús era diferente del que ellos imaginaban? Tengo que buscarlo". Por lo tanto, le dije a mi hermano: "Lo siento, pero tengo algo importante que hacer. Hablemos de esto en otra ocasión, ¿está bien?" Él asintió y luego me retiré a mi cuarto.
Sentado frente a la computadora, envié mi duda a una columna de preguntas y respuestas de un sitio web evangélico. Pronto un amigo en línea me contestó.
1. No tener conocimiento de la Humanidad Normal de Cristo
Para comenzar compartió dos pasajes conmigo: "La vida que Jesús vivió en la tierra fue una vida normal de la carne. Él vivió en la humanidad normal de Su carne. Su autoridad —para llevar a cabo la obra de Dios y hablar Su palabra, o para sanar a los enfermos y echar fuera a los demonios, para hacer tales cosas extraordinarias— no se manifestó, en mayor parte, hasta que Él comenzó Su ministerio. Su vida antes de los veintinueve años de edad, antes de llevar a cabo Su ministerio, fue prueba suficiente de que Él era sólo una carne normal. Por ello, y porque aún no había comenzado a realizar Su ministerio, las personas no vieron nada divino en Él, tan sólo veían a un ser humano normal, a un hombre ordinario, como cuando al principio algunos creyeron que Él era el hijo de José. […] Su humanidad normal y Su obra existieron con el fin de cumplir el significado de la primera encarnación, demostrando que Dios había venido enteramente en la carne, que se había hecho un hombre totalmente ordinario. Que tuviera una humanidad normal antes de empezar Su obra fue una prueba de que Él era una carne ordinaria; y que obrase después, también demostró que Él era una carne ordinaria, porque Él llevó a cabo señales y maravillas, sanó a los enfermos y echó fuera a los demonios estando en la carne con una humanidad normal. […] Hasta el momento en que resucitó después de morir en la cruz, Él habitó dentro de una carne normal. Conceder gracia, sanar a los enfermos y expulsar a los demonios era parte de Su ministerio, todo era parte de la obra que Él llevó a cabo en Su carne normal. Antes de ir a la cruz, Él nunca se separó de Su carne humana normal, independientemente de lo que estuviera haciendo. Él era Dios mismo llevando a cabo la obra propia de Dios, pero como Él era Su carne encarnada, comía alimentos y vestía ropa, tenía necesidades humanas normales, una razón y una mente humanas normales. Todo esto era prueba de que Él era un hombre normal, que a su vez demostraba que la carne encarnada de Dios era una carne con una humanidad normal y no sobrenatural. […] Antes de que Jesús llevara a cabo la obra, simplemente vivió en Su humanidad normal. Nadie podía darse cuenta de que Él fuera Dios, nadie descubrió que Él era el Dios encarnado; las personas sólo lo conocían como un hombre totalmente ordinario" .
"Antes de que Jesús llevara a cabo Su ministerio, o como se dice en la Biblia, antes de que el Espíritu descendiese sobre Él, Jesús no era sino un hombre ordinario que no poseía nada sobrenatural. […] La carne encarnada de Dios tiene humanidad, de lo contrario no sería tal".
Luego añadió: "El Señor Jesucristo era el Dios mismo encarnado, y la carne con la humanidad normal en la que se ha realizado el Espíritu de Dios. Estaba poseído por una humanidad normal y una completa divinidad. Sin nada distintivo en apariencia, Él habló y trabajó prácticamente entre la gente a la imagen del Hijo del Hombre. Antes de que el Señor Jesús comenzara a desempeñar Su ministerio, vivía en una familia ordinaria y vivía una vida ordinaria como la gente ordinaria. Debido a que Su carne era tan ordinaria y Su humanidad tan normal, nadie reconoció que Él era Dios. Cuando Su humanidad maduró, comenzó a trabajar, a predicar, a expresar la verdad, y también mostró muchas señales y maravillas. Aunque por Su obra y Sus palabras la gente vio la autoridad y el poder del Señor Jesús, ellos todavía no creían que Él era Cristo encarnado porque Él obraba en la carne y era exteriormente demasiado normal y ordinario. No tenían conocimiento de la humanidad normal del Señor Jesús, así que no creían que el Señor Jesús era el Mesías cuando regresó a su pueblo natal para predicar, ante lo que exclamaron: '¿No es éste el carpintero, el hijo de María, y hermano de Jacobo, José, Judas y Simón? ¿No están sus hermanas aquí con nosotros? Y se escandalizaban a causa de El'". (Marcos 6:3).
Hasta ese momento no me había dado cuenta de que la gente de Nazaret había abandonado al Señor Jesús porque no tenían conocimiento de la humanidad normal del Señor Jesús. No sabían que la esencia del Dios encarnado era la combinación de una humanidad normal y una divinidad completa. Sólo por Su humanidad normal, juzgaron y condenaron al Señor Jesús y abandonaron y se opusieron a Dios, lo cual fue una tragedia miserable.
2. Definiendo el trabajo de Dios por medio de concepciones e imaginación
Entonces mi amigo compartió otro pasaje conmigo: "Es por causa de la obra de Dios encarnado que Dios se hace una carne que tiene una forma tangible y que el hombre puede ver y tocar. No es un Espíritu sin forma, sino una carne con quien el hombre puede tener contacto y que puede ver. Sin embargo, la mayoría de los Dioses en los que la gente cree son deidades sin carne que no tienen forma, que también son de una forma libre. De esta manera, el Dios encarnado se ha vuelto el enemigo de la mayoría de los que creen en Dios y los que no pueden aceptar el hecho de la encarnación de Dios se han vuelto, de manera similar, los adversarios de Dios. El hombre tiene nociones, no por su forma de pensar o por su rebelión, sino por esta propiedad privada que tiene. Es por esta propiedad privada que la mayoría de las personas mueren y, de hecho, este Dios ambiguo que no se puede tocar, que no se puede ver y que no existe, es lo que arruina la vida del hombre. La vida del hombre es confiscada, no por el Dios encarnado, mucho menos por el Dios del cielo, sino por el Dios de la propia imaginación del hombre" .
Y él me dijo: "La humanidad normal de Dios encarnado volcó los pensamientos de todos y reveló las concepciones e imaginación de la gente acerca de Dios. En ese tiempo la gente vivía en la esclavitud del pecado y no podía liberarse. Todos anhelaban al Salvador, que cambiaría su condición de vida. Se aferraron a las escrituras: 'Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado, y la soberanía reposará sobre sus hombros; [...] El aumento de su soberanía y de la paz no tendrán fin sobre el trono de David y sobre su reino, para afianzarlo y ostenerlo con el derecho y la justicia desde entonces y para siempre' (Isaías 9:6-7). Las palabras del profeta les dio esperanza. Toda la gente pensó que la llegada del Mesías podría ayudarles a deshacerse de la opresión del gobierno romano por lo tanto estaban llenos de concepciones e imaginación sobre el Mesías: Él debe ser noble y digno en apariencia, noble, alto y robusto, y nacido en el palacio y Él los llevaría a derrocar el gobierno romano y construir un nuevo régimen al igual que David. En el corazón de todos, pensaron que la carne de Dios encarnada debería ser una carne sobrenatural y elevada, debería nacer con la autoridad de Dios, y no debería tener un proceso de crecimiento normal. Su forma de hablar debería ser portentosa para que todos le temieran y no se atrevieran a acercarse a Él. También debe nacer en una familia noble o, al menos, eminente. Pero la verdadera familia y el ambiente en el cual el Señor Jesús creció eran completamente diferentes de su imaginación y nociones. Por lo tanto, en su opinión, lo que el Señor Jesús dijo ofendió la posición de 'Dios' en su corazón al tiempo que rompió todos sus delirios con respecto al Mesías. Y entonces sintieron enojo, despreciaron y odiaron al Señor Jesús, y lo juzgaron y abandonaron con base en sus concepciones e imaginación. Esta es exactamente la consecuencia de creer ciegamente en un Dios vago y definir la obra de Dios de acuerdo con concepciones e imaginación".
Entonces obtuve la respuesta a la pregunta de por qué el Señor Jesús fue abandonado por sus conciudadanos. Por un lado, no tenían conocimiento de la humanidad normal de Cristo. Por otro lado, la ordinariedad y la normalidad del Señor Jesús no se ajustaban a sus concepciones e imaginación. Debido a esto, calumniaron y condenaron al Señor Jesús e incluso le insultaron, por lo que al final el Señor Jesús no realizó Su obra sobre ellos y se distanció. No pude evitar empezar a reflexionar: Cuando Cristo de los últimos días, el Salvador, aparece y obra, lo cual no está en línea con mis propias concepciones e imaginación, ¿puedo renunciar a mi propia concepción para buscar la verdad? Creo que algo debo aprender del fracaso del pueblo de Nazaret...
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