Dios Todopoderoso es mi salvador

Que el amor y la misericordia de DIOS estén siempre contigo

¿Pueden entrar en el Reino de Dios que son salvos por la fe?

2019-07-21 20:24:40 | Palabra de Dios

Algunos cristianos creen que mientras acepten la salvación de la cruz del Señor Jesús, reconozcan verbalmente al Señor y crean en Él en sus corazones, entonces serán salvos y podrán entrar en el reino celestial. También hay una base bíblica para esta creencia, que es: “Que si confiesas con tu boca a Jesús por Señor, y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo; porque con el corazón se cree para justicia, y con la boca se confiesa para salvación” (Romanos 10:9-10). Por lo tanto, creen aún más firmemente que los que son salvos por la fe pueden entrar en el reino celestial. Pero hay algunos cristianos que permanecen confundidos, y piensan que, al ver que somos capaces de ser impulsivos y de perder la paciencia con la gente todos los días, hasta el punto de que ni siquiera somos capaces de mostrar tolerancia y paciencia a los miembros de nuestra familia, y que somos capaces de decir mentiras para engañar a otros en nuestra vida diaria, ¿pueden entrar en el reino de Dios personas como estas que viven en el pecado? Hablemos hoy sobre este tema.

Como saben todos los que creen sinceramente en el Señor, en nuestra creencia en el Señor debemos basar todo lo que hacemos en las palabras de Dios, porque la Palabra de Dios es el fundamento de nuestra fe en Dios y el parámetro por el cual entraremos en el reino celestial. Entonces, ¿qué dice Dios acerca de que entremos en el reino celestial? El Señor Jesús dijo: “No todo el que me dice: ñor, Señor’, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21). “[...] En verdad, en verdad os digo que todo el que comete pecado es esclavo del pecado; y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí permanece para siempre” (Juan 8:34-35). “[...] seréis, pues, santos porque yo soy santo” (Levítico 11:45). De acuerdo con las palabras de Dios, podemos constatar que las personas que creen en el Señor en sus corazones, que oran verbalmente al Señor pero que cometen pecados con frecuencia cada día, no pueden entrar en el reino de Dios. Debido a que Dios es santo, absolutamente ningún pecador puede entrar en Su reino, y esto se decide por el carácter justo de Dios. Por lo tanto, podemos reflexionar sobre nosotros mismos a la luz de las palabras de Dios para ver si cumplimos o no con los criterios para entrar en el reino celestial.

 

 


Después de aceptar la redención del Señor Jesús, a menudo leemos la Biblia, oramos y asistimos a reuniones, y confesamos y nos arrepentimos ante el Señor, tenemos autodisciplina, y seguramente experimentamos muchos cambios en nuestro comportamiento, tales como abstenernos de robar, hurtar, pelear y abusar verbalmente de otros, no fumar, no beber alcohol y mostrar tolerancia y paciencia a otros. Algunas personas también hacen frecuentemente donaciones monetarias e incluso dedican los años de su juventud a trabajar y predicar en la iglesia. Pero hay un hecho que no se puede pasar por alto: Cuando llega algo que toca el dinero, la fama o la fortuna, no podemos dejar de conspirar unos contra otros y competir entre nosotros para obtener ganancias; en nuestras relaciones con otras personas, a menudo podemos revelar arrogancia y engreimiento, y podemos desacreditar y menospreciar a otros; aunque nominalmente creamos y sigamos al Señor, todavía somos capaces de seguir a la gente, admirarla e idolatrarla; cuando servimos al Señor, todavía somos capaces de perseguir el prestigio y el estatus y de buscar ser tenidos en alta estima; en nuestra aproximación a las tareas que el Señor nos ha confiado, todavía somos capaces de actuar de acuerdo a nuestras preferencias y emociones, y todavía podemos ser descuidados y displicentes; cuando las calamidades que nos sobrevienen, ya sean naturales o provocadas por el hombre, podemos surgir en nuestros corazones malentendidos y culpas acerca de Dios, hasta el punto de que incluso negamos a Dios y lo traicionamos, y así sucesivamente. ¿No demuestran tantos comportamientos y expresiones como estos que todavía somos pecadores? Entonces, ¿cómo podemos decir que hemos cumplido con las condiciones para entrar en el reino celestial? Por lo tanto, la idea de que “somos salvos por nuestra fe y podemos entrar en el reino celestial” solo proviene de nuestras ideas e imaginaciones equivocadas.

Al leer un pasaje de las palabras de Dios, podremos entender por qué aquellos que son meramente salvos por fe no pueden entrar en el reino de Dios. Las palabras de Dios dicen: “En ese momento, la obra de Jesús era la redención de toda la humanidad. Los pecados de todos los que creían en Él eran perdonados; mientras creyeras en Él, Él te redimiría; si creías en Él, dejabas de ser un pecador y eras liberado de tus pecados. Esto es lo que significaba ser salvo y ser justificado por fe. Sin embargo, seguía habiendo en quienes creían algo rebelde y opuesto a Dios, y que había que seguir quitando lentamente. La salvación no significaba que el hombre hubiera sido ganado por completo por Jesús, sino que ya no pertenecía al pecado, que sus pecados habían sido perdonados: si creías, ya no pertenecías al pecado”.

Las palabras de Dios son muy claras. En realidad, la obra de redención realizada por el Señor Jesús fue hecha principalmente para salvar al hombre de la ley y de los mandamientos, para que el hombre ya no fuera condenado o sentenciado a muerte por la ley. Como al final de la Era de la Ley la humanidad estaba siendo corrompida cada vez más profundamente por Satanás y ya no era capaz de observar la ley, la humanidad entera enfrentaba el peligro de ser sentenciada a muerte por la ley. Dios creó a los seres humanos para que vivieran vidas normales en la tierra y para que pudieran adorarlo; si todos fueran sentenciados a muerte por la ley, entonces el significado detrás de Dios creando a la humanidad se habría perdido. Por lo tanto, Dios se encarnó personalmente para realizar la obra que puso fin a la Era de la Ley y comenzó la Era de la Gracia, la cual salvó al hombre del peligro de ser sentenciado a muerte por la ley. De allí en adelante, mientras la gente aceptara la salvación del Señor Jesús, entonces calificarían para orar al Señor, confesar y arrepentirse de sus pecados al Señor, y sus pecados podrían entonces ser perdonados, y así fueron salvados. Tal como dijo el Señor Jesús: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en El, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El” (Juan 3:16-17). Dios nos ama y, para salvarnos de la esclavitud de la ley, Él se encarnó y se convirtió personalmente en nuestra ofrenda por el pecado. Por lo tanto, ser salvos por nuestra fe en el Señor Jesús significa principalmente que hemos escapado de la maldición de la ley y que Dios ya no nos considera pecadores. Así como un criminal que ha cometido todo tipo de delitos puede ser absuelto e indultado por un juez benévolo, esto no significa que nunca más volverá a cometer un delito. Así como el Señor Jesús nos perdonó nuestros pecados, aún somos capaces de pecar frecuentemente, y nuestra naturaleza pecaminosa aún no ha sido desarraigada, ni purificada, por lo cual somos incapaces de entrar en el reino de Dios.

En este punto, algunos hermanos y hermanas pueden decir: “Ciertamente podemos ver gracias a la enseñanza anterior que nuestros pecados son perdonados debido a la redención del Señor Jesús, y que somos salvos por nuestra fe. Y, sin embargo, aún somos capaces de cometer pecados con frecuencia y seguramente somos incapaces de entrar en el reino de Dios. Entonces, ¿cómo podemos ser limpiados y entrar en el reino de Dios?”

Al leer varios pasajes de la Escritura, llegaremos a conocer la respuesta a esta pregunta. El Señor Jesús dijo: “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando El, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir” (Juan 16:12-13). “Porque ni aun el Padre juzga a nadie, sino que todo juicio se lo ha confiado al Hijo” (Juan 5:22). Dice en la Primera Epístola de Pedro 1:5: “Que sois protegidos por el poder de Dios mediante la fe, para la salvación que está preparada para ser revelada en el último tiempo”. Dice en Hebreos 9:28: “Así también Cristo, habiendo sido ofrecido una vez para llevar los pecados de muchos, aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvación de los que ansiosamente le esperan”. A partir de estos versículos, podemos ver que el Señor regresará en los últimos días, que Él expresará más verdades a las iglesias y usará la verdad para realizar la obra de juzgar al hombre. Dios quiere remediar nuestros caracteres corruptos para que podamos ser completamente limpiados y ser arrebatados al reino celestial: esta es la salvación de los últimos días.

Dios dice: “Los pecados del hombre fueron perdonados gracias a la obra de la crucifixión de Dios, pero el hombre siguió viviendo en el viejo carácter satánico y corrupto. Así pues, el hombre debe ser completamente salvo de este carácter satánico corrupto para que la naturaleza pecadora del hombre sea del todo desechada y no se desarrolle más, permitiendo así que el carácter del hombre cambie. Esto requiere que el hombre entienda la senda del crecimiento en la vida, el camino de la vida, y el camino del cambio de su carácter. También necesita que el hombre actúe de acuerdo con esa senda, de forma que su carácter pueda ser cambiado gradualmente y él pueda vivir bajo el brillo de la luz y que pueda hacer todas las cosas de acuerdo con la voluntad de Dios, desechar el carácter satánico corrupto, y liberarse de la influencia satánica de las tinieblas, aflorando de este modo totalmente del pecado. Sólo entonces recibirá el hombre la salvación completa”. “Las personas no pueden cambiar por ellas mismas su carácter; deben padecer el juicio y el castigo y el doloroso refinamiento de las palabras de Dios o ser tratadas con, disciplinadas y podadas por Sus palabras. Sólo después de eso pueden ellos lograr la obediencia y devoción a Dios […]”.

Las palabras de Dios son muy claras. En la Era de la Gracia, el Señor Jesús realizó la obra de redimir a la humanidad y así nos salvó del peligro de ser sentenciados a muerte por la ley y los mandamientos. Mientras aceptemos la salvación del Señor entonces ya no somos pecadores, y seremos salvos debido a la ofrenda por el pecado hecha por el Señor Jesús. Sin embargo, aún poseemos caracteres corruptos como la arrogancia, el engreimiento, el engaño, la maldad y la avaricia, por lo que aún somos capaces de cometer pecados, y no somos capaces de ser compatibles con Dios ni de entrar en Su reino. Si queremos librarnos completamente de las ataduras del pecado, no ser dominados por nuestros caracteres satánicos y corruptos y no vivir más por filosofías satánicas, entonces debemos aceptar la obra de juicio de Dios en los últimos días, permitir que nuestros caracteres corruptos cambien a través de las verdades expresadas por Dios, y finalmente ser capaces de conocer a Dios y de obedecer y adorar verdaderamente a Dios. Entonces, y solo entonces, podemos decir que hemos alcanzado la salvación completa de Dios, y solo entonces podremos entrar en Su reino.

Confío en que, a través de la enseñanza de hoy, todos tendrán en sus corazones las respuestas a las preguntas: “¿Pueden los que son salvos por la fe entrar en el reino de Dios?” y “¿Cómo podemos entrar en el reino de Dios?” ¡Gracias al liderazgo de Dios!

Scripture quotations taken from LBLA Copyright by The Lockman Foundation.  

Fuente: Evangelio de la Fuente de la Vida


¿Sabe usted tres estándares para entrar en el Reino de Dios?

2019-07-20 19:55:35 | la Fuente de la Vida

Dios dice: "Si una persona puede o no ser salvada no depende de cuánta obra realice ni de cuánto se entregue, más bien está determinado por su conocimiento o desconocimiento de la obra del Espíritu Santo, por si pone o no en práctica la verdad y por si sus opiniones respecto a la búsqueda están en conformidad con la verdad". Las palabras de Dios cuentan los estándares de ser salvados y los cual es clave que entramos en el Reino de Dios. Es decir, si queremos entrar en el reino de Dios, debemos alcanzar los tres estándares siguientes: primero, si conocemos la obra del Espíritu Santo; segundo, si cumplimos las enseñanzas de Dios; si nuestras opiniones sobre la búsqueda conforman con la verdad. A continuación, los compartimos detalladamente.

Si conocemos la obra del Espíritu Santo
¿Qué significa si conocemos la obra del Espíritu Santo? significa que tenemos el conocimiento de Dios. Si no conocemos la obra del Espíritu Santo, no conocemos a Dios, porque el Espíritu Santo es Dios. Es muy importante que si conocemos la obra del Espíritu Santo para nosotros entrar en el Reino de Dios. Esto es primero estándar.

Si cumplimos las enseñanzas de Dios
El Señor Jesús dijo: "No todo el que me dice: 'Señor, Señor', entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos" (Mateo 7:21). Por esto, el Señor dijo "mas el que hiciere la voluntad de mi Padre que está en los cielos" Se refiere a los que cumplen el camino de Dios y practicar Sus palabras, ellos son los que serán salvados y entrarán en el reino de los cielos. Por eso, "si cumplimos las enseñanzas de Dios" Es segundo estándar.

Si nuestras opiniones sobre la búsqueda conforman con la verdad
Dios Dice: "Si lo que buscas es la verdad, lo que pones en práctica es la verdad y lo que obtienes es un cambio en tu carácter, entonces, la senda que transitas es la correcta. Si lo que buscas son las bendiciones de la carne, si lo que pones en práctica es la verdad de tus propias nociones y no hay un cambio en tu carácter ni eres en absoluto obediente a Dios en la carne, sino que sigues viviendo en la ambigüedad, entonces lo que buscas te llevará sin duda al infierno, porque la senda por la que caminas es la del fracaso. Que seas perfeccionado o eliminado dependen de tu propia búsqueda, lo que equivale a decir que el éxito o el fracaso dependen de la senda que el hombre camine". Podemos ver que creer en Dios y qué camino elegimos andar, lo es el estándar de si poder entrar en el Reino de Dios. ¿Cómo podemos andar en el camino correcto? Esto depende de nuestras opiniones sobre la búsqueda. Si nuestras opiniones pueden estar de acuerdo con las palabras de Dios, siendo correctos y conformando con la voluntad de Dios, entonces, el camino que andamos es correcto, estando en línea con la voluntad de Dios y seguro que tendremos éxito en la fe en Dios.

Scripture quotations taken from LBLA Copyright by The Lockman Foundation.  

Fuente: Evangelio de la Fuente de la Vida




¿Por qué habría de acometer Dios la obra de juicio y purificación en los últimos días?

2019-07-19 20:44:55 | Palabra de Dios

El Señor Jesús ya redimió a la humanidad en la era de la gracia y ya no se consideran pecado aquellos pecados que fueron perdonados a la gente. ¿Por qué habría de acometer Dios la obra de juicio y purificación en los últimos días?

Versículos bíblicos como referencia:

“[…] seréis, pues, santos porque yo soy santo” (Levítico 11:45).

“[…] sin la cual nadie verá al Señor” (Hebreos 12:14).

“Si alguno oye mis palabras y no las guarda, yo no lo juzgo; porque no vine a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo. El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, ésa lo juzgará en el día final” (Juan 12:47-48).

Palabras clásicas de Dios:

“Aunque el hombre ha sido redimido y se le han perdonado sus pecados, sólo se considera que Dios no recuerda sus transgresiones y no lo trata de acuerdo con estas. Sin embargo, cuando el hombre vive en la carne y no ha sido liberado del pecado, sólo puede continuar pecando, revelando interminablemente el carácter satánico corrupto. Esta es la vida que el hombre lleva, un ciclo sin fin de pecado y perdón. La mayoría de los hombres pecan durante el día y confiesan por la noche. Así, aunque la ofrenda por el pecado siempre sea efectiva para ellos, no podría salvarlos del pecado. Sólo se ha completado la mitad de la obra de salvación, porque el hombre sigue teniendo un carácter corrupto. […] esta es más profunda que el pecado, plantada por Satanás y profundamente arraigada dentro del hombre. No resulta fácil para el hombre ser consciente de sus pecados; es incapaz de reconocer su propia naturaleza profundamente arraigada. Tales efectos sólo pueden conseguirse a través del juicio por la palabra. Sólo así puede el hombre ser cambiado gradualmente de ahí en adelante”.

de “El misterio de la encarnación (4)”

“Un pecador como alguno de vosotros, que acaba de ser redimido y que no ha sido cambiado o perfeccionado por Dios, ¿puedes ser conforme al corazón de Dios? Para ti, que aún eres del viejo ser, es cierto que Jesús te salvó y que no perteneces al pecado gracias a la salvación de Dios, pero esto no demuestra que no seas pecador ni impuro. ¿Cómo puedes ser santo si no has sido cambiado? En tu interior, estás cercado por la impureza, egoísta y miserable, pero sigues deseando descender con Jesús; ¡tendrías que tener tanta suerte! Te has saltado un paso en tu creencia en Dios: simplemente has sido redimido, pero no has sido cambiado. Para que seas conforme al corazón de Dios, Él debe realizar personalmente la obra de cambiarte y purificarte; si sólo eres redimido, serás incapaz de alcanzar la santidad. De esta forma no serás apto para participar en las buenas bendiciones de Dios, porque te has saltado un paso en la obra de Dios de gestionar al hombre, que es el paso clave del cambio y el perfeccionamiento. Y así, tú, un pecador que acaba de ser redimido, no puedes heredar directamente la herencia de Dios”.

de “Acerca de los apelativos y la identidad”

“Los pecados del hombre podían ser perdonados por medio de una ofrenda por el pecado, pero el hombre ha sido incapaz de resolver el problema de cómo no pecar más y cómo poder desechar completamente su naturaleza pecaminosa y ser transformado. Los pecados del hombre fueron perdonados gracias a la obra de la crucifixión de Dios, pero el hombre siguió viviendo en el viejo carácter satánico y corrupto. Así pues, el hombre debe ser completamente salvo de este carácter satánico corrupto para que la naturaleza pecadora del hombre sea del todo desechada y no se desarrolle más, permitiendo así que el carácter del hombre cambie. Esto requiere que el hombre entienda la senda del crecimiento en la vida, el camino de la vida, y el camino del cambio de su carácter. También necesita que el hombre actúe de acuerdo con esa senda, de forma que su carácter pueda ser cambiado gradualmente y él pueda vivir bajo el brillo de la luz y que pueda hacer todas las cosas de acuerdo con la voluntad de Dios, desechar el carácter satánico corrupto, y liberarse de la influencia satánica de las tinieblas, aflorando de este modo totalmente del pecado. Sólo entonces recibirá el hombre la salvación completa. […] Por tanto, después de completarse esta etapa, aún queda la obra de juicio y castigo. Esta etapa hace al hombre puro por medio de la palabra al darle una senda que seguir. […] Esta etapa es más significativa que la anterior y también más fructífera, porque, ahora, la palabra es la que provee directamente la vida del hombre, y permite que su carácter sea completamente renovado; es una etapa de obra más concienzuda”.

de “El misterio de la encarnación (4)”

Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.

Fuente: Evangelio de la Fuente de la Vida

Recomendación: Palabra de Dios



¿Qué es juicio?

2019-07-18 19:54:22 | Palabra de Dios

Palabras relevantes de Dios:

La obra de juicio es la obra propia de Dios, así que naturalmente la debe hacer Dios mismo; el hombre no la puede hacer en Su lugar. Ya que el juicio es la conquista del hombre por medio de la verdad, es incuestionable que Dios todavía aparezca en la imagen encarnada para hacer esta obra entre los hombres. Es decir, en los últimos díasCristo usará la verdad para enseñarles a los hombres de todo el mundo y para darles a conocer todas las verdades. Esta es la obra de juicio de Dios.

de ‘Cristo realiza la obra de juicio con la verdad’

Cuando se trata de la palabra “juicio”, pensarás en las palabras que Jehová habló en todos los lugares y las palabras de reprensión que Jesús les habló a los fariseos. Aunque estas palabras son severas, no son el juicio que Dios le hace al hombre; estas palabras son sólo las que habló Dios en diferentes ambientes, es decir, escenarios diferentes y no se parecen a las palabras que Cristo habla mientras juzga al hombre en los últimos días. En los últimos días, Cristo usa una diversidad de verdades para enseñarle al hombre, para revelar la esencia del hombre y analizar sus palabras y hechos. Estas palabras comprenden varias verdades, tales como, el deber del hombre, cómo debe el hombre obedecer a Dios, cómo debe el hombre ser leal a Dios, cómo debe el hombre vivir la humanidad normal, la sabiduría y el carácter de Dios, y así sucesivamente. Todas estas palabras se enfocan en la esencia del hombre y en su carácter corrupto. En particular, esas palabras que revelan cómo el hombre desdeña a Dios se dicen con relación a cómo el hombre es una personificación de Satanás y una fuerza enemiga contra Dios. Cuando Dios hace la obra del juicio, no simplemente aclara la naturaleza del hombre con unas cuantas palabras, sino que lleva a cabo la revelación, el tratamiento y la poda en el largo plazo. Esa forma de revelación, tratamiento y poda no se pueden sustituir con palabras ordinarias, sino con la verdad que el hombre no posee en absoluto. Sólo esa manera de obrar se considera juicio; sólo por medio de ese juicio se puede persuadir al hombre, se le puede convencer por completo de la sumisión a Dios, y puede obtener el verdadero conocimiento de Dios. El resultado de la obra de juicio es que el hombre comprenda el verdadero rostro de Dios y la verdad de su rebeldía. La obra de juicio le permite al hombre entender mucho de la voluntad de Dios, del propósito de la obra de Dios y de los misterios que el hombre no puede entender. También le permite al hombre reconocer y conocer su esencia corrupta y las raíces de su corrupción, así como descubrir la fealdad del hombre. Todos estos efectos los produce la obra del juicio, porque la esencia de esa obra es, de hecho, la obra de inaugurar la verdad, el camino y la vida de Dios para todos los que tienen fe en Él. Esta obra es la obra de juicio que Dios hace.

de ‘Cristo realiza la obra de juicio con la verdad’

Lo que estoy diciendo hoy es para juzgar los pecados de las personas y su injusticia; es para maldecir la rebeldía de las personas. Su engaño y su deshonestidad, sus palabras y sus acciones, todas las cosas que no están en sintonía con Su voluntad experimentarán el juicio, y la rebeldía de las personas se determina como pecaminosa. Él habla según los principios del juicio, y revela Su carácter justo por medio del juicio de su injusticia, la maldición de su rebeldía, y dejando al descubierto todos sus rostros desagradables. […] Juicio, castigo y exposición de los pecados de la humanidad, no hay ni una persona o cosa capaz de escapar a este juicio. Él juzga todo lo inmundo. Sólo a través de esto se dice que Su carácter es justo. De lo contrario, ¿cómo podría afirmarse que sois dignos de ser denominados contrastes?

de ‘Cómo lleva fruto el segundo paso de la obra de conquista’

¿A través de qué se alcanza la perfección que Dios tiene para el hombre? A través de Su justo carácter. El carácter de Dios consiste principalmente de la justicia, la ira, la majestad, el juicio y la maldición y Su perfección para el hombre es principalmente por medio del juicio. Algunas personas no entienden y preguntan por qué es que Dios sólo puede perfeccionar al hombre por medio del juicio y la maldición. Dicen que si Dios maldijera al hombre, ¿no moriría el hombre? Si Dios juzgara al hombre, ¿el hombre no sería condenado? Entonces, ¿cómo puede todavía ser perfeccionado? Esas son las palabras de la gente que no conoce la obra de Dios. Lo que Dios maldice es la desobediencia del hombre y lo que Él juzga son los pecados del hombre. Aunque Él habla ásperamente y sin la menor sensibilidad, Él revela todo lo que hay dentro del hombre y a través de estas palabras severas revela lo que es esencial dentro del hombre pero a través de ese juicio le da al hombre un conocimiento profundo de la esencia de la carne y, por lo tanto, el hombre se somete a la obediencia frente a Dios. La carne del hombre es de pecado y de Satanás, es desobediente y el objeto del castigo de Dios, en consecuencia, para permitirle al hombre que se conozca, las palabras del juicio de Dios le deben suceder y todo tipo de refinamiento se debe emplear; sólo entonces puede ser efectiva la obra de Dios.

De las palabras que Dios ha hablado se puede ver que Él ya ha condenado la carne del hombre. ¿Son estas palabras, entonces, las palabras de maldición? Las palabras que Dios habló revelan lo que el hombre es en realidad y por medio de esa revelación tú eres juzgado, y cuando ves que no puedes satisfacer la voluntad de Dios, dentro de ti sientes aflicción y remordimiento, sientes que estás tan en deuda con Dios y que eres insuficiente para la voluntad de Dios. Hay veces en las que el Espíritu Santo te disciplina desde el interior, y esta disciplina procede del juicio de Dios; hay veces en las que Dios te reprende y esconde Su rostro de ti, cuando no te presta atención y no obra dentro de ti, castigándote silenciosamente con el propósito de refinarte. La obra que Dios hace en el hombre es principalmente para poner en claro Su justo carácter. ¿Qué testimonio de Dios da el hombre en última instancia? Él testifica que Dios es el Dios justo, que Su carácter es la justicia, la ira, el castigo y el juicio; el hombre da testimonio del justo carácter de Dios. Dios usa Su juicio para hacer perfecto al hombre, ha estado amando al hombre y salvando al hombre, pero, ¿cuánto está comprendido en Su amor? Hay juicio, majestad, ira y maldición. Aunque Dios maldijo al hombre en el pasado, no echó por completo al hombre en el abismo, sino que usó ese medio para refinar la fe del hombre; no hizo morir al hombre, sino que actuó con la intención de hacer perfecto al hombre. La esencia de la carne es aquello que es de Satanás, Dios lo dijo exactamente bien, pero los hechos que Dios lleva a cabo no se completan de acuerdo a Sus palabras. Te maldice para que lo ames y para que conozcas la esencia de la carne; te castiga con el propósito de que despiertes, para permitirte que conozcas las deficiencias que hay dentro de ti y para que conozcas la total indignidad del hombre. Por consiguiente, las maldiciones de Dios, Su juicio y Su majestad e ira, todo es con el fin de hacer perfecto al hombre. Todo lo que Dios hace en la actualidad, y el justo carácter que deja claro dentro de vosotros, todo es con el fin de hacer perfecto al hombre y ese es el amor de Dios.

de ‘Sólo al experimentar pruebas dolorosas puedes conocer el encanto de Dios’

Fuente: Evangelio de la Fuente de la Vida

Recomendación: Palabra de Dios


Ver más sobre Juicio Final:


El juicio de Dios en los últimos días forma a los vencedores antes del desastre

2019-07-17 23:06:11 | Palabra de Dios

Ahora Dios Todopoderoso aún está anhelando el regreso de todos los creyentes en Jesús, y está esperando pacientemente que regresen todos aquellos que sinceramente creen en Dios. Dios Todopoderoso dice: “Si las personas permanecen en la Era de la Gracia, nunca se liberarán de su carácter corrupto, por no decir que nunca conocerán el carácter inherente de Dios. Si las personas viven siempre en medio de una abundancia de gracia pero no tienen el camino de vida que les permita conocer y satisfacer a Dios, entonces nunca lo obtendrán verdaderamente aunque crean en Él. Qué forma más deplorable de creer. Cuando hayas terminado de leer este libro, cuando hayas experimentado cada etapa de la obra del Dios encarnado en la Era del Reino, sentirás que las esperanzas de muchos años se han realizado finalmente. Sentirás que sólo ahora has visto realmente a Dios cara a cara; sólo ahora has mirado Su rostro, oído Sus declaraciones personales, apreciado la sabiduría de Su obra, y sentido realmente cuán real y todopoderoso es Él. Sentirás que has obtenido muchas cosas que las personas de tiempos pasados nunca han visto o poseído. En esta ocasión, sabrás claramente qué es creer en Dios, y qué es ser conforme a Su corazón. Por supuesto, si te aferras a los puntos de vista del pasado, y rechazas o niegas la realidad de la segunda encarnación de Dios, entonces te quedarás con las manos vacías y no obtendrás nada, y en última instancia serás culpable de oponerte a Dios. Los que obedecen la verdad y se someten a la obra de Dios vendrán bajo el nombre del segundo Dios encarnado, el Todopoderoso. Serán capaces de aceptar la dirección personal de Dios, y adquirirán más verdad y más elevada, y recibirán la vida humana real. Contemplarán la visión que las personas del pasado nunca han visto: ‘Y me volví para ver la voz que me hablaba. Y cuando había volteado, vi siete candelabros dorados. Y en medio de ellos había uno como el Hijo del Hombre, vestido con ropa hasta los pies y ceñido por encima del pecho con una faja dorada. Su cabeza y Su cabello eran blancos como la lana, tan blancos como la nieve; y Sus ojos eran como flamas de fuego; y Sus pies como bronce fino, como si se estuvieran quemando en una estufa; y Su voz como el sonido de muchas aguas. Tenía en Su mano derecha siete estrellas; y de Su boca salía una espada afilada de dos lados; y Su semblante era como la luz del sol en su fuerza’ (Apocalipsis 1:12-16). Esta visión es la expresión de todo el carácter de Dios, y tal expresión del mismo lo es también de la obra de Dios cuando se hace carne esta vez. En los torrentes de castigos y juicios, el Hijo del Hombre expresa Su carácter inherente hablando palabras, permitiendo que todos aquellos que acepten Su castigo y juicio vean el verdadero rostro del Hijo del Hombre, un rostro que es un fiel retrato del visto por Juan. (Por supuesto, todo esto será invisible para aquellos que no acepten la obra de Dios en la Era del Reino). El verdadero rostro de Dios no puede articularse plenamente usando las palabras del hombre, y por tanto Dios usa la expresión de Su carácter inherente para mostrar Su verdadero rostro al hombre. Es decir, todos los que han experimentado el carácter inherente del Hijo del Hombre han visto Su verdadero rostro, porque Dios es demasiado grande y no puede articularse usando las palabras del hombre. Una vez que este haya experimentado cada paso de la obra de Dios en la Era del Reino, sabrá el verdadero sentido de las palabras de Juan cuando hablaba del Hijo del Hombre entre los candeleros: ‘Su cabeza y Su cabello eran blancos como la lana, tan blancos como la nieve; y Sus ojos eran como flamas de fuego; y Sus pies como bronce fino, como si se estuvieran quemando en una estufa; y Su voz como el sonido de muchas aguas. Tenía en Su mano derecha siete estrellas; y de Su boca salía una espada afilada de dos lados; y Su semblante era como la luz del sol en su fuerza’. En ese momento, sabrás sin duda que esta carne ordinaria que ha hablado tantas palabras es realmente el segundo Dios encarnado. Y sentirás realmente cuán bendecido eres, y te sentirás el más afortunado. ¿No deseas a aceptar esta bendición?” (“Sólo el que experimenta la obra de Dios verdaderamente cree en Dios”).

Hoy, en China continental, la mayoría de las personas religiosas que creen en Jesús se han vuelto a Dios Todopoderoso, obteniendo la salvación completa de Dios en los últimos días. Como es evidente, las vírgenes prudentes y las vírgenes insensatas han sido reveladas dentro de la comunidad religiosa. Todas las personas que son vírgenes prudentes han aceptado la segunda venida del Señor Jesús, la obra de Dios Todopoderoso en los últimos días. Ellas son las preciosos que han sido “robados” de vuelta a la casa de Dios donde han obtenido la salvación y la perfección de Dios para convertirse en los vencedores perfeccionados por Dios antes del desastre. ¡Qué gran dicha es esto! Las personas que aceptan la oculta obra del advenimiento de Dios pertenecen a las vírgenes prudentes porque estas personas creen en Dios Todopoderoso por el descubriendo de la verdad, y confirmar esto es el verdadero camino por medio de escuchar la voz de Dios. Ése es el significado implícito de “prudentes”. Esas vírgenes prudentes fueron “robadas” de repente sin que ellas lo supieran, creando un alboroto en su ciudad, cuando en realidad fueron arrebatadas para Dios. Esto es cierto. La Biblia predice que en los últimos días Dios vendrá de nuevo “como un ladrón”. Ésta es la segunda venida no revelada del Señor. Para la comunidad religiosa el Señor viene a “robar” lo que es valioso, “robando” sólo a las personas que son “metales preciosos y piedras preciosas”. Esto demuestra que todas las personas que son “robadas” son de buena calidad, capaces de entender y aceptar la verdad. Son personas que conocen la voz de Dios y, por lo tanto, son arrebatadas para Dios para recibir Su perfeccionamiento. ¡Así que es perfectamente cierto aquí que ser “robado” es realmente ser elevado para encontrarse con el Señor! En el momento en que Dios aparezca abiertamente, estos misterios serán revelados. El Señor Jesús dijo: “Sin embargo, cuando el Espíritu de la verdad venga, Él os guiará hacia toda la verdad” (Juan 16:13). Esto se refiere aún más a la obra de Dios en los últimos días. Espero que todas las personas religiosas que sinceramente creen en Dios sean vírgenes prudentes y estudien el camino verdadero, que acepten el camino verdadero y regresen ante el Dios práctico, Cristo de los últimos días. Si esperas hasta que Dios aparezca abiertamente antes de aceptarlo, lamentarás que estás llegando demasiado tarde. Tal como el Señor Jesús le dijo a Tomás, “crees porque me has visto; benditos los que no han visto pero aun así creen” (Juan 20:29).

[…] Jesús está regresando a cumplir y lograr todas las profecías de las que Él habló durante la Era de la Gracia, para usar el juicio y castigo para salvar a las personas y ayudarlas a liberarse de la influencia de Satanás y permitirles a las personas realmente volverse hacia Dios. Él está regresando para resolver el problema de las naturalezas pecaminosas que confundieron a las personas e hicieron que las personas reiteradamente cometieran pecados y los confesaran, incapaces de detenerse ni de librarse en la Era de la Gracia. Él está regresando para cambiar el carácter de las personas, para hacer que las personas realmente conozcan a Dios y obedezcan a Dios para alcanzar la compatibilidad con Dios. Es para clasificar a cada persona según su tipo y poner fin a esta era de oscuridad y maldad. Sólo de esta manera Dios puede traer santos a Su reino. Sólo este es el verdadero significado de Dios haciendo Su obra de salvación. Si la obra de Dios no puede lograr esta clase de resultado al final, entonces la profecía de Dios no se cumplirá ni se logrará realmente y el plan de gestión de Dios para salvar a la humanidad no se podrá terminar. Por consiguiente, el plan de gestión de Dios para salvar a la humanidad de ninguna manera puede tener sólo dos etapas de obra antes de la terminación. Debe tener la obra de Dios de los últimos días de juzgar y castigar a las personas, clasificar a cada una según su propio tipo. Sólo de esta manera el plan de gestión de Dios para salvar a la humanidad se puede ser terminar y Dios puede ganar la victoria total en Su guerra con Satanás y ser verdaderamente glorificado.

de ‘Cómo conocer la obra de juicio y castigo de Dios de los últimos días’ en “Provisión para la vida: Recopilación de sermones”

 Fuente: Evangelio de la Fuente de la Vida

Recomendación: Palabra de Dios



El verdadero significado de “¡Consumado es!” dicho por el Señor Jesús en la cruz

2019-07-16 18:22:22 | Palabra de Dios

Cuando el Señor Jesús fue crucificado dijo: “Consumado es”, lo que muestra que la obra de salvación de Dios para la humanidad estaba completa. ¿Cómo podéis decir entonces que Dios ha hecho una etapa más de la obra para juzgar, purificar y salvar a la humanidad?

La respuesta de la palabra de Dios:

Cuando Jesús vino, también llevó a cabo parte de la obra de Dios, y pronunció algunas palabras; ¿pero cuál fue la obra principal que realizó? La obra de la crucifixión. Se hizo igual a la carne pecaminosa para completar la obra de la crucifixión y redimir a toda la humanidad, y por el pecado de toda la humanidad Él sirvió como ofrenda por el pecado. Esta es la obra principal que realizó.

de ‘Todo se realiza por la palabra de Dios

Aunque el hombre ha sido redimido y se le han perdonado sus pecados, sólo se considera que Dios no recuerda sus transgresiones y no lo trata de acuerdo con estas. Sin embargo, cuando el hombre vive en la carne y no ha sido liberado del pecado, sólo puede continuar pecando, revelando interminablemente el carácter satánico corrupto. Esta es la vida que el hombre lleva, un ciclo sin fin de pecado y perdón. La mayoría de los hombres pecan durante el día y confiesan por la noche. Así, aunque la ofrenda por el pecado siempre sea efectiva para ellos, no podría salvarlos del pecado. Sólo se ha completado la mitad de la obra de salvación […].

de ‘El misterio de la encarnación (4)’

Los pecados del hombre fueron perdonados gracias a la obra de la crucifixión de Dios, pero el hombre siguió viviendo en el viejo carácter satánico y corrupto. Así pues, el hombre debe ser completamente salvo de este carácter satánico corrupto para que la naturaleza pecadora del hombre sea del todo desechada y no se desarrolle más, permitiendo así que el carácter del hombre cambie. Esto requiere que el hombre entienda la senda del crecimiento en la vida, el camino de la vida, y el camino del cambio de su carácter. También necesita que el hombre actúe de acuerdo con esa senda, de forma que su carácter pueda ser cambiado gradualmente y él pueda vivir bajo el brillo de la luz y que pueda hacer todas las cosas de acuerdo con la voluntad de Dios, desechar el carácter satánico corrupto, y liberarse de la influencia satánica de las tinieblas, aflorando de este modo totalmente del pecado. Sólo entonces recibirá el hombre la salvación completa. Cuando Jesús estaba haciendo Su obra, el conocimiento que el hombre tenía de Él seguía siendo vago y poco claro. Siempre creyó que Él era el hijo de David y proclamó que era un gran profeta y el Señor benevolente que redimía los pecados del hombre. Algunos, basándose en la fe, se curaron simplemente tocando el borde de Sus vestiduras; los ciegos podían ver e incluso los muertos ser restaurados a la vida. Sin embargo, el hombre no podía descubrir el carácter satánico corrupto profundamente arraigado en él ni sabía cómo desecharlo. El hombre recibió mucha gracia, como la paz y la felicidad de la carne, la bendición de toda la familia sobre la fe de uno, la curación de las enfermedades, etc. El resto era las buenas obras del hombre y su apariencia piadosa; si este podía vivir en base a eso, se le consideraba un buen creyente. Sólo tales creyentes podrían entrar en el cielo tras la muerte, lo que significa que fueron salvos. Pero durante su vida, no entendieron en absoluto el camino de la vida. Simplemente cometían pecados y después confesaban, en un ciclo continuo sin camino alguno hacia un carácter cambiado; así era la condición del hombre en la Era de la Gracia. ¿Ha recibido el hombre la salvación completa? ¡No! Por tanto, después de completarse esta etapa, aún queda la obra de juicio y castigo. Esta etapa hace al hombre puro por medio de la palabra al darle una senda que seguir. La misma no sería fructífera ni tendría sentido si continuase con la expulsión de demonios, porque la naturaleza pecaminosa del hombre no sería abandonada y el hombre sólo se detendría tras el perdón de los pecados. A través de la ofrenda por el pecado, estos se le han perdonado al hombre, porque la obra de la crucifixión ya ha llegado a su fin y Dios ha vencido a Satanás. Pero el carácter corrupto del hombre sigue en él y este todavía puede pecar y resistir a Dios; Dios no ha ganado a la humanidad. Esa es la razón por la que en esta etapa de la obra Dios usa la palabra para revelar el carácter corrupto del hombre y pide a este que practique de acuerdo con el camino adecuado. Esta etapa es más significativa que la anterior y también más fructífera, porque, ahora, la palabra es la que provee directamente la vida del hombre, y permite que su carácter sea completamente renovado; es una etapa de obra más concienzuda. Así pues, la encarnación en los últimos días ha completado el sentido de la encarnación de Dios y ha terminado por completo el plan de gestión de Dios para la salvación del hombre.

de ‘El misterio de la encarnación (4)’

Aunque Jesús hizo mucha obra entre los hombres, sólo completó la redención de toda la humanidad, se convirtió en la ofrenda por el pecado del hombre, pero no lo libró de su carácter corrupto. Salvar al hombre totalmente de la influencia de Satanás no sólo requirió a Jesús cargar con los pecados del hombre como la ofrenda por el pecado, sino también que Dios realizara una obra mayor para librar completamente al hombre de su carácter, que ha sido corrompido por Satanás. Y así, después de que los pecados del hombre fueron perdonados, Dios volvió a la carne para guiar al hombre a la nueva era, y comenzó la obra de castigo y juicio, que llevó al hombre a una esfera más elevada. Todos los que se someten bajo Su dominio disfrutarán una verdad más elevada y recibirán mayores bendiciones. Vivirán realmente en la luz, y obtendrán la verdad, el camino y la vida.

de ‘Prefacio’

En la obra de la salvación del hombre se han llevado a cabo tres etapas, que es como decir que la batalla con Satanás se ha dividido en tres fases, antes de la derrota absoluta de este. Con todo, la verdad interna de toda la obra de la batalla con Satanás es que sus efectos se logran concediéndole gracia al hombre y convirtiéndose en una ofrenda por el pecado del hombre, perdonando sus pecados, conquistándole y haciéndole perfecto. En realidad, la batalla con Satanás no significa tomar las armas contra él, sino la salvación del hombre, su forma de vivir y el cambio de su carácter para poder llevar testimonio de Dios. Así es como se derrota a Satanás, mediante la transformación del carácter corrupto del hombre. Una vez vencido, es decir, cuando el hombre haya sido completamente salvo, entonces el avergonzado Satanás será atado por completo y, de ese modo, el hombre habrá sido totalmente salvo. Así, la esencia de la salvación del hombre es la batalla con Satanás, y esta guerra se refleja principalmente en dicha salvación. La etapa de los últimos días en las que el hombre tiene que ser conquistado es la última fase de la batalla con Satanás, y también la obra de la completa salvación del hombre del dominio de este. El significado interior de la conquista del hombre es el regreso de la encarnación de Satanás, el hombre corrompido por él, al Creador tras su conquista por medio de la cual renegará de Satanás y volverá por completo a Dios. De este modo, el ser humano habrá sido completamente salvo. Así, la obra de la conquista es la última en la batalla contra Satanás y la fase final de la gestión de Dios por el bien de la derrota de Satanás. Sin esta obra, la plena salvación del hombre sería imposible en última instancia, también sería imposible la derrota total de Satanás y la humanidad no sería nunca capaz de entrar en el maravilloso destino, o liberarse de la influencia de Satanás.

de ‘Restaurar la vida normal del hombre y llevarlo a un destino maravilloso’

Fuente: Evangelio de la Fuente de la Vida

Recomendación:

El Señor Jesús ya redimió a la humanidad en la Era de la Gracia y ya no se consideran pecado aquellos pecados que fueron perdonados a la gente. ¿Por qué habría de acometer Dios la obra de juicio y purificación en los últimos días?

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La obra de juicio de Dios en los últimos días hace realidad y cumple las profecías de la Biblia (II)

2019-07-15 20:56:36 | Palabra de Dios

Además, hay algunos textos que directamente predicen cómo Dios hará la obra de juicio y qué resultados alcanzará la obra de juicio. Esto prueba más a fondo que la obra de juicio y castigo de Dios de los últimos días es la última obra para terminar el plan de gestión de Dios; es la obra de poner fin a la Era de la Oscuridad y el Mal e inaugurar la Era del Reino de Cristo. Por ejemplo:

1. “Y los cielos declaran su justicia, porque Dios mismo es el juez” (Salmos 50:6).

2. “Jehová es conocido por el juicio que ejecuta” (Salmos 9:16).*

3. “Jehová se pone en pie para litigar, y se levanta para juzgar al pueblo” (Isaías 3:13).*

4. “El convoca a los cielos desde lo alto, y a la tierra, para juzgar a su pueblo” (Salmos 50:4).

5.“El hace que los consejeros anden descalzos, y hace necios a los jueces” (Job 12:17).

6. “¿Puede enseñarse a Dios sabiduría, siendo que El juzga a los encumbrados?” (Job 21:22).

7. “Ya está aquí el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera” (Juan 12:31).

8. “El es el que reduce a la nada a los gobernantes, y hace insignificantes a los jueces de la tierra” (Isaías 40:23).

9.“Y Yo ejecutaré juicios sobre Moab; y ellos sabrán que Yo soy Jehová” (Ezequiel 25:11).*

10. “¡Levántate, oh Dios, juzga la tierra! Porque tú posees todas las naciones” (Salmos 82:8).

11. “Ahora pues, oh reyes, mostrad discernimiento; recibid amonestación, oh jueces de la tierra” (Salmos 2:10).

12. “Hiciste oír juicio desde los cielos; temió la tierra y enmudeció al levantarse Dios para juzgar, para salvar a todos los humildes de la tierra” (Salmos 76:8-9).

13. “[…] cuando afile mi espada flameante y mi mano empuñe la justicia, me vengaré de mis adversarios y daré el pago a los que me aborrecen” (Deuteronomio 32:41).

14. “Decid entre las naciones que Jehová reina; el mundo también será establecido para que no sea conmovido; Él juzgará a las personas con justicia” (Salmos 96:10).*

15. “[…]el Señor, entonces, sabe rescatar de tentación a los piadosos, y reservar a los injustos bajo castigo para el día del juicio” (2 Pedro 2:9).

16. “Porque si Dios no perdonó a los ángeles cuando pecaron, sino que los arrojó al infierno y los entregó a fosos de tinieblas, reservados para juicio” (2 Pedro 2:4).

17.“Yo dije en mi corazón: al justo como al impío juzgará Dios, porque hay un tiempo para cada cosa y para cada obra” (Eclesiastés 3:17).”

18. “Y el hombre que procediere con soberbia, y no escuchando al sacerdote que está para ministrar allí delante de Jehová, tu Dios, o al juez, incluso ese hombre morirá” (Deuteronomio 17:12).*

19. “Levántate, oh Jehová, en Tu ira, álzate a causa de la ira de mis enemigos, y despierta para mí el juicio que has mandado” (Salmos 7:8).*

20. “En la noche te desea mi alma, en verdad mi espíritu dentro de mí te busca con diligencia; porque cuando la tierra tiene conocimiento de tus juicios, aprenden justicia los habitantes del mundo” (Isaías 26:9).

21. “Ahora viene el fin sobre ti y enviaré mi ira contra ti; te juzgaré conforme a tus caminos y traeré sobre ti todas tus abominaciones” (Ezequiel 7:3).

22. “Ahora pronto derramaré mi furor sobre ti y descargaré mi ira contra ti; te juzgaré conforme a tus caminos y traeré sobre ti todas tus abominaciones” (Ezequiel 7:8).

23. “Un río de fuego corría, saliendo de delante de El. Miles de millares le servían, y miríadas de miríadas estaban en pie delante de El. El tribunal se sentó, y se abrieron los libros” (Daniel 7:10).

24. “Alégrense y canten con júbilo las naciones, porque tú juzgarás a los pueblos con equidad, y guiarás a las naciones en la tierra” (Salmos 67:4).

25. “[…] sino cierta horrenda expectación de juicio, y la furia de un fuego que ha de consumir a los adversarios” (Hebreos 10:27).

26. “Y sabemos que el juicio de Dios justamente cae sobre los que practican tales cosas” (Romanos 2:2).

27. “Y yo os digo que de toda palabra vana que hablen los hombres, darán cuenta de ella en el día del juicio” (Mateo 12:36).

28. “Pues conocemos al que dijo: Mia es la venganza, yo pagare. Y otra vez: El Señor juzgara a su pueblo” (Hebreos 10:30).

29. “Y Jesús dijo: Yo vine a este mundo para juicio; para que los que no ven, vean, y para que los que ven se vuelvan ciegos” (Juan 9:39).

Dentro de los 29 versículos anteriores de las Escrituras, todos podemos ver claramente los resultados alcanzados en cada aspecto a través del juicio y castigo de Dios ejecutado sobre la humanidad. Además el juicio de Dios de los últimos días no sólo se dirige a una etnia o un país, sino que necesariamente se expande a todas las naciones, todos los estados y hasta la totalidad de la humanidad. Por consiguiente, el juicio de Dios de los últimos días es la obra de terminar la antigua era e inaugurar una nueva era. Al mismo tiempo, las personas también son capaces de ver que Dios en Su juicio está salvando al humilde y al devoto de la tentación y manteniendo al injusto dentro del castigo. El juicio de Dios permite a esas personas en la tierra aprender justicia, buscar la verdad y llegar a conocer el carácter justo de Dios. Hace que todas las personas en la tierra vayan ante Dios y lo elogien y alaben; todas las naciones aclaman y saltan y se postran ante Él en adoración. Esto revela completamente los resultados alcanzados por Dios expresando Su carácter justo. Esto prueba más a fondo que Dios no sólo es un Dios misericordioso y amoroso sino que, lo que es más importante, Él tiene ira y majestad y también juicio y castigo; Dios es, por encima de todo, un Dios justo. De hecho, el carácter inherente de Dios es uno que es principalmente justo. Por lo tanto, Dios viniendo a la tierra para ejecutar la obra de juicio es el tiempo cuando el carácter justo de Dios se revela completamente. La humanidad corrupta se clasifica según la especie debido a la revelación del carácter justo de Dios; todos aquellos que puedan aceptar y obedecer el juicio y castigo de Dios de los últimos días serán salvos y serán hechos perfectos, y todos aquellos que rechacen el juicio y castigo de Dios serán destruidos por resistir a Dios. Este es el resultado logrado directamente a través del juicio y castigo de Dios de los últimos días. Es el justo juicio y castigo de Dios que purifica a la humanidad, salva a la humanidad y, sobre todo, perfecciona a la humanidad. El trono de Dios, por consiguiente, se establece firmemente en la tierra; la voluntad de Dios también se puede llevar a cabo debido a Su juicio y castigo. Que Dios venga a la tierra a ejecutar el juicio ha confirmado completamente que la imagen del Hijo del hombre es la imagen del Señor del juicio en el Libro de Apocalipsis. Al mismo tiempo, también confirma la profecía que “el tabernáculo de Dios está entre los hombres”. Sólo cuando Dios viene a la tierra puede salvar a la humanidad corrupta y sólo por el juicio y castigo de Dios esta era malvada puede ser llevada a su fin. Es el juicio y castigo de Dios lo que ha puesto el fundamento para la venida del reino de Dios y dejar que el reino de Cristo se haga realidad en la tierra. Este es el resulto y la cristalización inevitables de la terminación del plan de gestión de Dios para salvar a la humanidad. Al final, la reunión de todas las personas que son salvas constituye el reino de Cristo; esto cumple completamente las profecías de “Dios viniendo a Su reino” y “la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios”. Claramente, el siglo 21 es el siglo que Dios viene a Su reino; es el siglo en que el reino de Cristo se hará realidad en la tierra. Mucho más aún, es el siglo en que Dios terminará el destino de Satanás, y en el que Dios vendrá personalmente a la tierra y tomará el poder. El reino de un milenio se hará realidad en el siglo 21.

De muchas profecías en la Biblia podemos ver absolutamente que la obra de juicio de Dios de los últimos días es vasta, poderosa e imparable. Esto permite aún más que las personas vean claramente de la Biblia que la obra de tres etapas de Dios de salvar a la humanidad es la totalidad del plan de gestión de Dios para salvar a la humanidad. Aunque gran parte de la Biblia es sólo un registro de la obra de Dios durante la Era de la Ley y la Era de la Gracia, las profecías de los profetas, el Señor Jesús y la Revelación todo, sin embargo, reveló completamente hace mucho tiempo la obra de Dios de los últimos días, que es la imagen completa del juicio y castigo en la Era del Reino, haciendo que las personas vean claramente de la Biblia la obra de tres etapas del plan de gestión de Dios. Durante los últimos días, Dios usa el juicio y castigo para salvar a la humanidad, clasificarla según la especie y poner fin a esta era oscura de maldad y corrupción; este es un hecho claro e innegable. Si una persona es incapaz de ver de la Biblia la obra de tres etapas de Dios de salvar a la humanidad, entonces definitivamente no es una persona que entienda la Biblia, y ciertamente no es una persona que conozca la obra de Dios. Así como todos están anhelando ansiosamente la venida del Señor Jesús otra vez, Dios hace mucho tiempo ya se ha encarnado y secretamente ha venido a China continental cumpliendo completamente las palabras de Dios: “Pero de aquel día o de aquella hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre” (Marcos 13:32). Dios Todopoderoso ha expresado millones de palabras una tras otra; en China Él formalmente ha levantado la cortina para el juicio ante el gran trono blanco de los últimos días y el juicio ya ha comenzado en la casa de Dios. El pueblo escogido de Dios en China finalmente puede ver en el juicio y castigo de Dios Su aparición. Son las palabras de Dios las que son un testimonio de Su encarnación, es la voz del Espíritu Santo la que es un testimonio de Dios viniendo personalmente a la tierra a hacer la obra de juicio y castigo. El pueblo escogido de Dios acepta el juicio y castigo de Dios, la poda y el trato, y todo tipo de pruebas y refinamientos, sujetándose bajo la autoridad de las palabras de Dios. Al mismo tiempo experimenta la caza y la persecución del gran dragón rojo y toda clase de prueba y tribulación y sufre toda clase de dolor y refinamientos. Ahora Dios finalmente ha conquistado, salvado y completado un grupo de personas que son de un corazón y una voluntad con Dios. Así como Dios Todopoderoso dice en Su propia voz: “[…] no perdonaré a la ligera a los hombres por todo lo que han hecho. ¡Vigilaré toda la tierra y, apareciendo en el Este del mundo con justicia, majestad, ira, y castigo, me revelaré a las innumerables huestes de la humanidad!” (“La vigésima sexta declaración’ de Las Declaraciones de Dios a todo el Universo”). Claramente, el juicio ante el gran trono blanco de Dios de los últimos días ya ha comenzado, cumpliendo y logrando completamente todas las profecías en la Biblia.

Unless otherwise stated, scripture quotations on this website are taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.

Nota al pie:

*. The Bible quotation here is translated from AKJV.

Fuente: Evangelio de la Fuente de la Vida

 


La obra de juicio de Dios en los últimos días hace realidad y cumple las profecías de la Biblia (I)

2019-07-14 22:41:06 | Palabra de Dios

Lo que más se predice dentro de las Escrituras es la obra de juicio y castigo de Dios de los últimos días. Las Escrituras mencionan a Dios ejecutando el juicio en por lo menos doscientos lugares; uno puede decir que todos predijeron que Dios llevará a cabo Su obra de juicio y castigo de los últimos días. Para esto, usar sólo una pequeña porción de las Escrituras es suficiente para probar que Dios ejecutando Su obra de juicio y castigo es un paso inevitable de Su obra de los últimos días. La obra de Dios de los últimos días es usar el método de juicio y castigo para purificar, salvar y perfeccionar a la humanidad; es la obra de clasificar a cada persona según su propia especie a través del juicio y castigo para terminar la era y finalmente construir el reino de Cristo, el amado reino de Dios. Esta es la cristalización de la obra de tres etapas de Dios de salvar a la humanidad y un glorioso símbolo de Su triunfo sobre Satanás. Por consiguiente, en todas partes en las Escrituras podemos ver escritos de profecías de la obra de juicio de Dios de los últimos días. Si alguien lee las Escrituras por muchos años y de principio a fin no logra ver la obra de juicio y castigo de Dios que es necesaria en Su obra de los últimos días, entonces ese es alguien que no entiende las Escrituras en lo más mínimo; ciertamente no es una persona que conozca la obra de Dios. A continuación se encuentra sólo una pequeña parte de los escritos obvios de las Escrituras para probar que la obra de Dios de los últimos días es la obra de juicio y castigo.

 

1. “Y Yo vendré a vosotros en juicio […], dijo Jehová de los ejércitos” (Malaquías 3:5).*

2. “Dios es juez justo, y un Dios que se indigna cada día contra el impío” (Salmos 7:11).

3. “Y juzgará al mundo con justicia; con equidad ejecutará juicio sobre los pueblos” (Salmos 9:8).

4. “Cuando yo escoja el tiempo oportuno, seré yo quien juzgará con equidad” (Salmos 75:2).

5. “Juzgará entre las naciones, y hará decisiones por muchos pueblos” (Isaías 2:4).

6. “[…]cuando haga juicios contra ti con ira, furor y terribles reprensiones” (Ezequiel 5:15).

7. “Y cuando El venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio” (Juan 16:8).

8. “Pues viene a juzgar la tierra; El juzgará al mundo con justicia, y a los pueblos con equidad” (Salmos 98:9).

9. “Por tanto, no se sostendrán los impíos en el juicio, ni los pecadores en la congregación de los justos” (Salmos 1:5).

10.“Hermanos, no os quejéis unos contra otros, para que no seáis juzgados; mirad, el Juez está a las puertas” (Santiago 5:9).

11.“Diciendo a gran voz: Temed a Dios y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado” (Apocalipsis 14:7).

12. “El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, ésa lo juzgará en el día final” (Juan 12:48).

13. “Porque El viene; porque El viene a juzgar la tierra: juzgará al mundo con justicia y a los pueblos con su fidelidad” (Salmos 96:13).

14. “Los adversarios de Jehová serán hechos pedazos; del cielo tronará sobre ellos: Jehová juzgará los confines de la tierra y dará fuerza a su rey, y exaltará el cuerno de su ungido” (1 Samuel 2:10).*

15. “Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios” (1 Pedro 4:17).

Los 15 versículos anteriores sobre el juicio principalmente mencionan que Dios debe juzgar al mundo según la justicia y que debe llevar a cabo el juicio en los diferentes países y plantean el punto clave de que “Dios es juez justo” “Y me acercaré a vosotros para el juicio” “el Juez está a las puertas” “porque la hora de su juicio ha llegado” “pues viene a juzgar la tierra” “El viene a juzgar la tierra” y “el juicio comience por la casa de Dios”. Tales palabras deslumbrantes a todos nos hacen ver claramente que Dios inevitablemente debe venir a la tierra de los últimos días y hacer la obra de juicio y castigo; la obra de Dios de los últimos días también debe ser la obra de juicio y castigo. Ya que estas Escrituras predicen y testifican que Dios personalmente vendrá al mundo del hombre y hará la obra de juicio y castigo entonces, cuando Dios venga, ¿de qué manera exacta ejecutará el juicio y aparecerá al hombre? Esta se ha vuelto la pregunta sumamente preocupante de la humanidad. De un registro real de las dos etapas de la obra de Dios en las Escrituras, podemos ver tal hecho como este: Además de la voz directa del Espíritu de Dios, sólo cuando el Señor Jesús encarnado viniera a la tierra podría Él hablar y obrar como Dios en Su identidad. “Dios viene a la tierra”; estas palabras son lo que Dios le dice a la humanidad corrupta, no lo que Él le dice al mundo espiritual. Esto definitivamente se está refiriendo a la encarnación de Dios viniendo a la tierra que las personas son capaces de ver, definitivamente no se está refiriendo al Espíritu de Dios que las personas no tienen manera de ver. De esto se puede ver que si Dios viene a la tierra personalmente para hacer Su obra de juicio, entonces Él debe ser encarnado como Cristo, el Hijo del hombre; sólo entonces puede Él hablar y obrar con la identidad de Dios. Esto es seguro sin lugar a dudas. “Esta obra, si no se hace por medio de la encarnación, no obtendrá los más mínimos resultados y no sería capaz de salvar totalmente a los pecadores. Si Dios no se hace carne, se queda como el Espíritu invisible e intangible para el hombre. Este es una criatura de carne, y el hombre y Dios pertenecen a dos mundos diferentes y son de distinta naturaleza. El Espíritu de Dios es incompatible con el hombre de carne, y no se pueden establecer relaciones entre ellos; además, el hombre no puede volverse espíritu. Así, el Espíritu de Dios debe pasar a ser una de las criaturas y hacer Su obra original. Dios puede ascender al lugar más elevado y humillarse volviéndose un hombre de la creación, obrando y viviendo entre los hombres, pero estos no pueden ascender hasta el lugar más elevado y volverse un espíritu, y mucho menos descender hasta el lugar más bajo. Por tanto, Dios debe hacerse carne para llevar a cabo Su obra. Como en la primera encarnación, sólo la carne de Dios podía redimir al hombre a través de Su crucifixión, mientras no era posible que el Espíritu de Dios fuera crucificado como una ofrenda por el pecado por el hombre. Dios podía hacerse carne directamente para servir como una ofrenda por el pecado para el hombre, pero este no podía ascender directamente al cielo para tomar la ofrenda por el pecado que Dios había preparado para él. Así, Dios debe viajar de aquí para allá entre el cielo y la tierra, en lugar de dejar que el hombre ascienda al cielo para tomar esta salvación, porque el hombre había caído y no podía ascender al cielo, mucho menos obtener la ofrenda por el pecado. Por tanto, era necesario que Jesús viniera entre los hombres y realizara personalmente la obra que estos simplemente no podían cumplir. Cada vez que Dios se hizo carne, fue absolutamente necesario que lo hiciera. Si el Espíritu de Dios hubiera podido llevar a cabo directamente cualquiera de las etapas, no habría soportado las indignidades de ser encarnado” (“El misterio de la encarnación (4)”). De las Escrituras y de las palabras de Dios podemos ver que Dios debe usar el camino de la encarnación para venir personalmente a la tierra y hacer la obra de juicio; en los siguientes tres lugares los versículos claramente confirman: “Porque El ha establecido un día en el cual juzgará al mundo en justicia, por medio de un Hombre a quien ha designado” (Hechos 17:31). “Y le dio autoridad para ejecutar juicio, porque es el Hijo del Hombre” (Juan 5:27). “Porque ni aun el Padre juzga a nadie, sino que todo juicio se lo ha confiado al Hijo” (Juan 5:22). Todos estos versículos predijeron directamente que Cristo vendría personalmente a la tierra como carne y llevaría a cabo el juicio. Especialmente todo lo que habla del “Hijo” y del “Hijo del hombre”; sin duda se están refiriendo a Cristo como encarnado. Dios encarnado en el Hijo del hombre es Cristo; esto es seguro sin lugar a dudas. Esto nos hace ver que las profecías en las Escrituras de Dios haciéndose carne, y haciendo Su obra de juicio y castigo de los últimos días, en lo absoluto son pocas en número; si sólo uno las busca, se pueden ver.

 

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Nota al pie:

*. The Bible quotation here is translated from AKJV.

Fuente: Evangelio de la Fuente de la Vida



¿Qué obra hará exactamente Jesús cuando vuelva?

2019-07-13 22:26:32 | Profecías Bíblicas

Aunque Jesús hizo mucha obra entre los hombres, sólo completó la redención de toda la humanidad, se convirtió en la ofrenda por el pecado del hombre, pero no lo libró de su carácter corrupto. Salvar al hombre totalmente de la influencia de Satanás no sólo requirió a Jesús cargar con los pecados del hombre como la ofrenda por el pecado, sino también que Dios realizara una obra mayor para librar completamente al hombre de su carácter, que ha sido corrompido por Satanás. Y así, después de que los pecados del hombre fueron perdonados, Dios volvió a la carne para guiar al hombre a la nueva era, y comenzó la obra de castigo y juicio, que llevó al hombre a una esfera más elevada. Todos los que se someten bajo Su dominio disfrutarán una verdad más elevada y recibirán mayores bendiciones. Vivirán realmente en la luz, y obtendrán la verdad, el camino y la vida.

[…]

[…] cuando Dios se hace carne esta vez, Su obra es expresar Su carácter, principalmente por medio del castigo y el juicio. Usando esto como el fundamento, trae más verdad al hombre, muestra más formas de práctica, y por tanto logra Su objetivo de conquistar al hombre y salvarlo de su carácter corrupto. Esto es lo que hay detrás de la obra de Dios en la Era del Reino.

La obra en los últimos días es pronunciar palabras. Estas pueden dar lugar a grandes cambios en el hombre. Los cambios efectuados ahora en estas personas al aceptar estas palabras son mucho mayores que los de las personas en la Era de la Gracia al aceptar aquellas señales y maravillas. Porque, en la Era de la Gracia, los demonios salían del hombre con la imposición de manos y la oración, pero los caracteres corruptos del hombre permanecían. El hombre fue curado de su enfermedad y se le perdonaron sus pecados, pero no se hizo en él la obra para poder expulsar los caracteres satánicos corruptos. El hombre sólo fue salvo y se le perdonaron sus pecados por su fe, pero su naturaleza pecaminosa no le fue quitada y permaneció en él. Los pecados del hombre fueron perdonados a través del Dios encarnado, pero eso no significa que el hombre no tenga pecado en él. Los pecados del hombre podían ser perdonados por medio de una ofrenda por el pecado, pero el hombre ha sido incapaz de resolver el problema de cómo no pecar más y cómo poder desechar completamente su naturaleza pecaminosa y ser transformado. Los pecados del hombre fueron perdonados gracias a la obra de la crucifixión de Dios, pero el hombre siguió viviendo en el viejo carácter satánico y corrupto. Así pues, el hombre debe ser completamente salvo de este carácter satánico corrupto para que la naturaleza pecadora del hombre sea del todo desechada y no se desarrolle más, permitiendo así que el carácter del hombre cambie. Esto requiere que el hombre entienda la senda del crecimiento en la vida, el camino de la vida, y el camino del cambio de su carácter. También necesita que el hombre actúe de acuerdo con esa senda, de forma que su carácter pueda ser cambiado gradualmente y él pueda vivir bajo el brillo de la luz y que pueda hacer todas las cosas de acuerdo con la voluntad de Dios, desechar el carácter satánico corrupto, y liberarse de la influencia satánica de las tinieblas, aflorando de este modo totalmente del pecado. Sólo entonces recibirá el hombre la salvación completa. Cuando Jesús estaba haciendo Su obra, el conocimiento que el hombre tenía de Él seguía siendo vago y poco claro. Siempre creyó que Él era el hijo de David y proclamó que era un gran profeta y el Señor benevolente que redimía los pecados del hombre. Algunos, basándose en la fe, se curaron simplemente tocando el borde de Sus vestiduras; los ciegos podían ver e incluso los muertos ser restaurados a la vida. Sin embargo, el hombre no podía descubrir el carácter satánico corrupto profundamente arraigado en él ni sabía cómo desecharlo. El hombre recibió mucha gracia, como la paz y la felicidad de la carne, la bendición de toda la familia sobre la fe de uno, la curación de las enfermedades, etc. El resto era las buenas obras del hombre y su apariencia piadosa; si este podía vivir en base a eso, se le consideraba un buen creyente. Sólo tales creyentes podrían entrar en el cielo tras la muerte, lo que significa que fueron salvos. Pero durante su vida, no entendieron en absoluto el camino de la vida. Simplemente cometían pecados y después confesaban, en un ciclo continuo sin camino alguno hacia un carácter cambiado; así era la condición del hombre en la Era de la Gracia. ¿Ha recibido el hombre la salvación completa? ¡No! Por tanto, después de completarse esta etapa, aún queda la obra de juicio y castigo. Esta etapa hace al hombre puro por medio de la palabra al darle una senda que seguir. La misma no sería fructífera ni tendría sentido si continuase con la expulsión de demonios, porque la naturaleza pecaminosa del hombre no sería abandonada y el hombre sólo se detendría tras el perdón de los pecados. A través de la ofrenda por el pecado, estos se le han perdonado al hombre, porque la obra de la crucifixión ya ha llegado a su fin y Dios ha vencido a Satanás. Pero el carácter corrupto del hombre sigue en él y este todavía puede pecar y resistir a Dios; Dios no ha ganado a la humanidad. Esa es la razón por la que en esta etapa de la obra Dios usa la palabra para revelar el carácter corrupto del hombre y pide a este que practique de acuerdo con el camino adecuado. Esta etapa es más significativa que la anterior y también más fructífera, porque, ahora, la palabra es la que provee directamente la vida del hombre, y permite que su carácter sea completamente renovado; es una etapa de obra más concienzuda. Así pues, la encarnación en los últimos días ha completado el sentido de la encarnación de Dios y ha terminado por completo el plan de gestión de Dios para la salvación del hombre.

[…] Por tanto, el hombre no puede salvarse totalmente de sus pecados por la curación de la enfermedad y la expulsión de demonios, y no puede ser hecho totalmente completo por la manifestación de señales y maravillas. La autoridad para sanar a los enfermos y expulsar demonios sólo le da al hombre gracia, pero la carne del hombre sigue perteneciéndole a Satanás y el carácter satánico corrupto permanece dentro del hombre. En otras palabras, lo que no se ha limpiado sigue perteneciendo al pecado y la inmundicia. Hasta que el hombre no se haya purificado por medio de las palabras no podrá ser ganado por Dios ni santificarse. Si no se hace más que echar fuera a los demonios del hombre y redimirlo, no se hace más que arrebatarlo de las manos de Satanás y devolverlo a Dios. Sin embargo, Dios no lo ha limpiado ni cambiado, y sigue siendo corrupto. Dentro del hombre todavía existen la inmundicia, la oposición y la rebeldía; el hombre sólo ha vuelto a Dios por medio de la redención, pero no tiene conocimiento de Él y sigue resistiéndose a Él y traicionándolo. Antes de que el hombre fuera redimido, muchos de los venenos de Satanás ya fueron plantados dentro de él. Después de miles de años de corrupción de Satanás, el hombre ya tiene dentro de sí una naturaleza que resiste a Dios. Por tanto, cuando ha sido redimido, no es nada más que una redención en la que se le ha comprado por un alto precio, pero la naturaleza venenosa de su interior no se ha eliminado. El hombre que está tan inmundo debe pasar por un cambio antes de ser digno de servir a Dios. Por medio de esta obra de juicio y castigo, el hombre llegará a conocer plenamente la esencia inmunda y corrupta de su interior, y podrá cambiar completamente y ser limpio. Sólo de esta forma puede ser el hombre digno de regresar delante del trono de Dios. Toda la obra realizada este día es con el fin de que el hombre pueda ser limpiado y cambiado; por medio del juicio y el castigo por la palabra, así como del refinamiento, el hombre puede desechar su corrupción y ser hecho puro. En lugar de considerar que esta etapa de la obra es la de la salvación, sería más apropiado decir que es la obra de purificación. En verdad, esta etapa es la de conquista así como la segunda etapa de la salvación. Dios gana al hombre por medio del juicio y el castigo por la palabra; por medio del uso de la palabra para refinar, juzgar y revelar, todas las impurezas, las concepciones, los motivos y las esperanzas individuales dentro del corazón del hombre se revelan completamente. Aunque el hombre ha sido redimido y se le han perdonado sus pecados, sólo se considera que Dios no recuerda sus transgresiones y no lo trata de acuerdo con estas. Sin embargo, cuando el hombre vive en la carne y no ha sido liberado del pecado, sólo puede continuar pecando, revelando interminablemente el carácter satánico corrupto. Esta es la vida que el hombre lleva, un ciclo sin fin de pecado y perdón. La mayoría de los hombres pecan durante el día y confiesan por la noche. Así, aunque la ofrenda por el pecado siempre sea efectiva para ellos, no podría salvarlos del pecado. Sólo se ha completado la mitad de la obra de salvación, porque el hombre sigue teniendo un carácter corrupto. […] esta es más profunda que el pecado, plantada por Satanás y profundamente arraigada dentro del hombre. No resulta fácil para el hombre ser consciente de sus pecados; es incapaz de reconocer su propia naturaleza profundamente arraigada. Tales efectos sólo pueden conseguirse a través del juicio por la palabra. Sólo así puede el hombre ser cambiado gradualmente de ahí en adelante.

Fuente: Evangelio de la Fuente de la Vida

Recomendación: Profecías Bíblicas 

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¿Cómo sabrá la gente que Jesucristo ha regresado?

2019-07-11 22:57:46 | Profecías Bíblicas

Hoy en día, mucha gente está dando fe del regreso de Jesucristo, pero algunos hermanos y hermanas están confundidos debido a un versículo de la Biblia: “Pero de aquel día y hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre” (Mateo 24:36). Dicen que si se desconoce la hora y la fecha del regreso del Señor, ¿cómo pueden aquellos dar fe de que el Señor ha vuelto? Y, consecuentemente, les asalta la duda y carecen del valor para investigar y aceptarlo. Por lo tanto, ¿cómo debemos interpretar este versículo de manera que concuerde con la intención de Dios? Con respecto a este tema, confraternicemos un rato.

El versículo dice: “Pero de aquel día y hora nadie sabe”, lo que significa que se desconoce la hora y fecha del regreso del Señor. En otras palabras: nadie conoce la hora exacta del regreso del Señor, sin embargo, eso no significa que nadie sepa que el Señor ha vuelto. Pasa lo mismo que en la Era de la Ley, cuando Jehová usó a los profetas para proclamar la llegada del Mesías, pero no especificó cómo o cuándo iba a llegar el Mesías. Pero cuando el Mesías (Jesucristo) vino e inició Su obra, mucha gente supo que había llegado. Del mismo modo se desconoce el momento exacto del regreso del Señor en los últimos días, pero cuando el Señor vuelva y empiece Su obra, entonces la gente será consciente de ello. Eso se debe a que el Señor regresará para salvar a las personas y llevarlas al reino de los cielos, de modo que si nadie se enterase, ¿cómo íbamos a seguirle y creer en Él? ¿Y cómo iba el Señor llevar a cabo Su labor de salvación de la humanidad?

Con respecto a aquella gente que dice saber cosas acerca del regreso del Señor, examinemos algunos versículos de la Biblia. Mateo 25:6 dice: “Pero a medianoche se oyó un clamor: ‘¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo’”. Esto nos indica que cuando el Señor regrese, algunas personas lo sabrán. Si, tal como se imaginan algunos, nadie se enterase de la vuelta del Señor, ¿por qué, entonces, el verso dice: “a medianoche se oyó un clamor”? Si alguien va a anunciarlo con un grito, entonces eso demuestra que alguien se va a enterar del regreso del Señor. El Apocalipsis 3:20 dice: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo”. Según este versículo también podemos ver que algunas personas sabrán que el Señor ha vuelto porque menciona que cuando Él regrese, estará ante la puerta y llamará, y alguien que oirá Su voz le abrirá y dejará entrar al Señor. Todo esto es una prueba de que cuando el Señor regrese, sin duda alguien estará al tanto.


 

Puede que algunos se pregunten cómo aquellos que estén al tanto podrán reconocer que el Señor ha regresado. Si recordamos cómo vino Jesucristo a llevar a cabo Su obra, ¿en qué basaron Sus seguidores su convencimiento de que Jesucristo era el Mesías? Lo reconocieron sobre todo por Sus palabras. Jesucristo empezó Su apostolado propagando el evangelio del reino de los cielos; logrando que la gente confesase sus pecados y se arrepintiese; enseñándoles cómo tolerar y perdonar a los demás y amar a los enemigos, etc. Todas Sus palabras son las palabras de la vida, y son lo que las personas necesitamos. Además, las palabras de Jesucristo rebosan autoridad; son palabras que pueden resucitar a los muertos, hacer caminar de nuevo a los lisiados y revelar la sustancia corrupta de las personas. La obra de Jesucristo fue una etapa de la nueva obra, construida sobre la fundación del trabajo llevado a cabo en la Era de la Ley. Fue una obra que le proporcionó a la gente una manera nueva de practicar y un conocimiento nuevo de Dios. La obra que hizo Jesucristo no podía haberla hecho cualquiera. Aquellos que siguieron a Jesucristo fueron capaces de discernir, a través de Sus palabras y obras, que Él era el gran Redentor de la humanidad.

Del mismo modo, cuando el Señor venga en los últimos días, también deberemos prestar atención a las palabras de Dios, porque Jesucristo profetizó: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias” (Apocalipsis 3:6), “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando El, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad [...]” (Juan 16:12-13). Estos versículos nos aseguran que el Señor nos hablará a Su regreso. Aparezca donde aparezca Dios, Su voz también estará presente, de modo que debemos prestar atención y buscar la voz del Espíritu Santo cuando les hable a las iglesias. Cuando nos enteremos de que alguien está propagando la buena nueva acerca de la llegada del Señor, deberemos buscarle de forma activa e investigar, y prestar mucha atención para ver si es la voz del Señor. Así no nos perderemos la oportunidad de darle la bienvenida a Su regreso.

Hermanos y hermanas, ¿siguen confundiéndonos los versículos “Pero de aquel día y hora nadie sabe”? ¿Seguimos empeñados en convertir en norma que cuando el Señor llegue nadie se enterará? Si seguimos el significado literal del versículo de la Biblia y decimos que nadie conoce la hora y la fecha de la vuelta del Señor, entonces ¡nunca seremos capaces de darle la bienvenida!

(Traducido del original en inglés al español por Eva Trillo)

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Fuente: Evangelio de la Fuente de la Vida