Dios Todopoderoso es mi salvador

Que el amor y la misericordia de DIOS estén siempre contigo

Guía devocional: ¿Qué es la verdadera devoción espiritual?

2019-12-30 20:01:25 | Reflexiones Cristianas

El Señor Jesús es Dios mismo. Entonces, ¿por qué el Señor Jesús ora al Dios del cielo?

Dios dice: “Cuando Jesús llamaba a Dios en el cielo por el nombre de Padre al orar, sólo lo hacía desde la perspectiva de un hombre creado, sólo porque el Espíritu de Dios se había vestido como un hombre ordinario y normal y tenía el envoltorio exterior de un ser creado. Incluso si dentro de Él estaba el Espíritu de Dios, Su apariencia externa seguía siendo la de un hombre ordinario; en otras palabras, había pasado a ser el ‘Hijo del Hombre’ del que todos los hombres, incluido el propio Jesús, hablaban. [...] Por muy grande que fuera la autoridad de Jesús en la tierra, antes de la crucifixión, Él era simplemente un Hijo del Hombre, dominado por el Espíritu Santo (es decir, Dios), y uno de los seres creados de la tierra, porque aún tenía que completar Su obra. Así pues, que llamara Padre a Dios en el cielo, era simplemente por Su humildad y obediencia. Que se dirigiera a Dios (es decir, al Espíritu en el cielo) de esa manera no demuestra, sin embargo, que Él sea el Hijo del Espíritu de Dios en el cielo. Más bien, Su perspectiva es diferente y no es que Él sea una persona distinta. ¡La existencia de personas diferentes es una falacia! Antes de Su crucifixión, Jesús era un Hijo del Hombre sujeto a las limitaciones de la carne, y Él no poseía la plena autoridad del Espíritu. Por esta razón, Él sólo podía buscar la voluntad de Dios Padre desde la perspectiva de un ser creado. Es como cuando oró tres veces en Getsemaní: ‘No sea Mi voluntad, sino la tuya’. Antes de que lo pusieran en la cruz, Él no era más que el Rey de los judíos; Él era Cristo, el Hijo del Hombre, y no un cuerpo de gloria. Esa es la razón por la que, desde el punto de vista de un ser creado, llamaba Padre a Dios”.

图片中可能有:1 位用户、户外

“Jesús oró desde la perspectiva de la carne. Como se había revestido de una carne de humanidad normal, fue desde la perspectiva de la carne desde donde Él dijo: ‘Mi caparazón corporal es el de un ser creado. Como me revestí de carne para venir a la tierra, ahora estoy lejos, muy lejos del cielo’. Por esta razón, Él sólo podía orar a Dios Padre desde la perspectiva de la carne. Este era Su deber y aquello con lo que el Espíritu encarnado de Dios debía estar equipado. No puede decirse que Él no es Dios simplemente porque oraba al Padre desde la perspectiva de la carne. Aunque se le llama el Hijo amado de Dios, sigue siendo Dios mismo, porque Él no es sino la encarnación del Espíritu y Su esencia sigue siendo el Espíritu”.

De “La Palabra manifestada en carne”

Recomendación: La venida de Jesucristo


¿Es el Señor Jesús el Hijo de Dios o Dios mismo?

2019-12-28 16:04:14 | Reflexiones Cristianas

¿Es el Señor Jesús el Hijo de Dios o Dios mismo?

Muchos creyentes creen que el Señor Jesús es el Hijo de Dios, porque en la Biblia se registra que después de que el Señor Jesús bautizara, se escuchó una voz que decía: “Este es mi Hijo amado en quien me he complacido” (Mateo 3:17). Y el Señor Jesús llamaba a Dios en el cielo por el nombre de Padre, pero cuando Sus discípulos le pidieron a Él que mostrara al Padre a ellos, Él dijo: “[...] El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; […] ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? […]” (Juan 14:9-10). “Yo y el Padre somos uno” (Juan 10:30). ¿Por qué el Señor Jesús dijo esto? ¿Qué misterio se oculta detrás del testimonio del Espíritu Santo?

Dios Todopoderoso dice: “Cuando Jesús llamaba a Dios en el cielo por el nombre de Padre al orar, sólo lo hacía desde la perspectiva de un hombre creado, sólo porque el Espíritu de Dios se había vestido como un hombre ordinario y normal y tenía el envoltorio exterior de un ser creado. Incluso si dentro de Él estaba el Espíritu de Dios, Su apariencia externa seguía siendo la de un hombre ordinario; en otras palabras, había pasado a ser el ‘Hijo del hombre’ del que todos los hombres, incluido el propio Jesús, hablaban. Dado que es llamado el Hijo del hombre, Él es una persona (sea hombre o mujer, en cualquier caso una con el caparazón corporal de un ser humano) nacida en una familia normal de personas ordinarias. Por tanto, que Jesús llamara a Dios en el cielo por el nombre de Padre era lo mismo que cuando vosotros lo llamasteis Padre al principio; Él lo hizo desde la perspectiva de un hombre de la creación. ¿Recordáis todavía la oración del Señor que Jesús os enseñó para memorizar? ‘Padre nuestro que estás en los cielos…’. Él pidió a todos los hombres que llamaran a Dios en el cielo por el nombre de Padre. Y como Él también lo llamaba Padre, lo hacía desde la perspectiva de uno que está en igualdad de condiciones con todos vosotros. Como llamasteis a Dios en el cielo por el nombre de Padre, esto muestra que Jesús se consideraba estar en igualdad de condiciones con todos vosotros, como un hombre escogido por Dios (es decir, el Hijo de Dios) sobre la tierra. Si llamáis a Dios ‘Padre’, ¿no es porque sois un ser creado? Por muy grande que fuera la autoridad de Jesús en la tierra, antes de la crucifixión, Él era simplemente un Hijo del hombre, dominado por el Espíritu Santo (es decir, Dios), y uno de los seres creados de la tierra, porque aún tenía que completar Su obra. Así pues, que llamara Padre a Dios en el cielo, era simplemente por Su humildad y obediencia. Que se dirigiera a Dios (es decir, al Espíritu en el cielo) de esa manera no demuestra, sin embargo, que Él sea el Hijo del Espíritu de Dios en el cielo. Más bien, Su perspectiva es diferente y no es que Él sea una persona distinta. ¡La existencia de personas diferentes es una falacia! Antes de Su crucifixión, Jesús era un Hijo del hombre sujeto a las limitaciones de la carne, y Él no poseía la plena autoridad del Espíritu. Por esta razón, Él sólo podía buscar la voluntad de Dios Padre desde la perspectiva de un ser creado. Es como cuando oró tres veces en Getsemaní: ‘No sea Mi voluntad, sino la tuya’. Antes de que lo pusieran en la cruz, Él no era más que el Rey de los judíos; Él era Cristo, el Hijo del hombre, y no un cuerpo de gloria. Esa es la razón por la que, desde el punto de vista de un ser creado, llamaba Padre a Dios”.

Recomendación: Caminando con Jesucristo

Scripture quotations taken from LBLA Copyright by The Lockman Foundation.


Cristiano en el lugar de Trabajo: Un Rincón de la Oficina

2019-12-25 22:31:37 | Reflexiones Cristianas

Cristiano en el lugar de Trabajo: Un Rincón de la Oficina

Por Panpan, Italy

El Señor Jesús dijo: "La sal es buena; pero si la sal se vuelve insípida, ¿con qué la sazonaréis? Tened sal en vosotros y estad en paz los unos con los otros" (Marcos 9:50). Nos enseñó a ser la luz del mundo y la sal de la tierra, a tener un efecto de reconciliación como la sal en nuestros hermanos y hermanas, parientes y amigos, a ser tolerantes con los demás y a amarlos como a nosotros mismos. Sin embargo, debido a nuestra naturaleza pecaminosa, frecuentemente somos incapaces de poner en práctica Sus enseñanzas. Me di cuenta por experiencia propia que sólo a través de la oración al Señor y confiando en Él podemos verdaderamente llegar a ser la luz del mundo y la sal de la tierra.

He estado trabajando en una compañía cinematográfica durante casi dos años, y soy el principal responsable del procesamiento de post-video. Un día, nuestro gerente nos dijo que tendríamos una nueva colega, y el lugar donde se sentaría después de su llegada se convirtió en un problema, ya que nuestro estudio era muy pequeño y no tenía asientos disponibles. Entonces mis colegas empezaron a decir: "Que se siente aquí". "Que se siente ahí". Viéndonos preocupados por esto, el gerente dijo que no necesitábamos preocuparnos, y que seguramente habría un asiento para la nueva colega cuando ella llegara. Después de escucharle decir esto, dejamos de discutir el problema.

Varios días después, el gerente llegó a nuestro departamento con la nueva colega. Mientras miraba alrededor de nuestro estudio, descubrió mi computadora portátil. Entonces, bromeando, dijo: "¿Podría sentarse en el rincón de allí aquel cuya computadora es pequeña?" Al escuchar estas palabras, forcé una sonrisa, sin embargo, en mi corazón, me sentí extremadamente ansioso y molesto. Aunque sabía que el gerente estaba diciendo esto sin pensarlo, la ira dentro de mi corazón comenzó a aumentar. Pensé: "¿Por qué le ofrece el asiento del que usa una computadora pequeña? ¡Soy un veterano! Será injusto para mí si me piden que me vaya al rincón". Debido a que la nueva colega necesitaba familiarizarse primero con el trabajo, por ahora el gerente no dispuso una computadora o un asiento para ella, y aún así trabajamos como siempre lo hacíamos. Sin embargo, el chiste del gerente me hizo empezar a preocuparme por mi asiento.

Después de una semana, mi nueva colega ya tenía un buen conocimiento acerca del trabajo, y el gerente encontró una computadora de escritorio de otro departamento para que ella trabajara en ella. Cuando descubrió que todos mis colegas usaban computadoras de escritorio y que moverlas era inconveniente, el gerente me dijo que era fácil para mí mover mi computadora portátil. Por lo tanto, me pidió que me mudara al rincón, y me prometió que me conseguiría un asiento en unos días. Al escuchar las palabras del gerente, me sentí a la vez agraviado y renuente, pensando: "No esperaba que me arrinconara. Entre tantos asientos en esta oficina, ¿por qué ha elegido el mío? ¡Humph! ¡Es sólo un rincón de todos modos, me mudaré allí!" Como resultado, me mudé a ese rincón con resistencia.

En el momento en que me senté en el rincón, mirando las espaldas de mis colegas, empecé a sentirme fatal: Ellos se sientan juntos, hablando y riendo, mientras yo me he sentado tan lejos de ellos. Ni siquiera sé si pueden oírme cuando hablo. Cuanto más pensaba así, más molesto me sentía, sintiéndome como una quinta rueda.

Por la tarde, el gerente nos llamó para discutir un nuevo proyecto. Todos mis colegas hablaban activamente, mientras que yo no tenía el más mínimo interés. El descontento ocupaba mi mente, y tardé en unirme a ellos. Yo, como un pollo de madera, me senté solo en mi lugar, pensando: "Ustedes pueden seguir hablando sobre este nuevo programa. No importa si me uno o no". Mientras escuchaba el sonido de la lluvia que caía afuera, mis emociones eran sombrías como el clima. Me quedé en el rincón, congelado, sin decir una palabra. Aunque los escuchaba, no podía evitar empezar a hacer otras cosas. Cuando me preguntaron por mi opinión, me resistí a responderles. Me sentí extremadamente desequilibrado: ¿Podría ser que todavía me siente aquí para trabajar en el futuro? He estado trabajando en esta compañía por tanto tiempo, y cuento como un veterano, pero ¿por qué me tratan peor que a un recién llegado? ¿Soy así de inútil? En ese momento, mis lágrimas comenzaron a brotar en mis ojos.

Así como realmente no pude soportar este sufrimiento, dejé el estudio y oré al Señor con lágrimas, diciéndole el dolor en mi corazón. Después de mi oración, mi corazón se volvió un poco más tranquilo. Me dije a mí mismo: "Independientemente de lo angustiado que esté, no puedo hacer caso omiso de mi trabajo, sino que debo concentrarme en el panorama general. Ahora es un momento crucial para prepararse para el nuevo proyecto. No puedo crearles un mal ambiente, no sea que el avance del trabajo se retrase sólo por mi estado de ánimo pasivo". Mientras pensaba así, me sentí un poco mejor en mi corazón. Sin embargo, después de regresar al estudio, todavía no podía seguir adelante para discutir el proyecto con ellos. Toda la tarde me quedé callado, sentado, solo a un a un lado y escuchándolos.

Finalmente, seguí hasta el momento de salir del trabajo. Después de regresar a casa, oré de nuevo, y le conté este asunto al Señor. Después de terminar de orar, consideré por qué tenía una reacción tan grande y me angustió tanto que ni siquiera podía trabajar normalmente sólo porque el gerente cambió mi asiento. El Señor Jesús dijo: "¿Y por qué miras la mota que está en el ojo de tu hermano, y no te das cuenta de la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo puedes decir a tu hermano: 'Hermano, déjame sacarte la mota que está en tu ojo', cuando tú mismo no ves la viga que está en tu ojo? ¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu ojo y entonces verás con claridad para sacar la mota que está en el ojo de tu hermano" (Lucas 6:41-42). El Señor enseñó que en nuestras interacciones con los demás, cuando hay un distanciamiento o un conflicto entre nosotros y los demás, primero debemos reflexionar acerca de si lo que hemos hecho está en línea con las enseñanzas del Señor en lugar de encontrar primero los problemas y deficiencias de los demás. Aquellos que primero resuelvan sus propios problemas son personas que se conforman a la voluntad del Señor.

Luego tranquilicé mi corazón y recordé el proceso de cambiar de asiento esa tarde. Me di cuenta de que la razón por la que me sentía tan mal y con tanto dolor al cambiar de asiento era porque pensaba que el gerente no me trataba como a un veterano, sino incluso peor que a la nueva colega, y porque pensaba que mi imagen y dignidad estaban dañadas. Por consecuencia, estaba insatisfecho y agonizaba en mi corazón. El Señor Jesús nos enseñó a ser la luz y la sal de la tierra ante el mundo, a resplandecer sobre las personas que nos rodean, como la lámpara en un candelero, con nuestra tolerancia y paciencia genuinas, y a usar nuestras acciones reales en la vida para probar que somos verdaderos cristianos y creer en Dios que ama a otros como a Él mismo. Recordé que el Señor Jesús era Cristo, y que su identidad y condición sobrepasaban con creces a todas las criaturas. No obstante, Él resistió el rechazo del pueblo judío y los insultos de los soldados, e incluso fue clavado en la cruz, sin embargo, Él todavía oró por el mundo, pidiéndole a Dios Padre que perdonara su ignorancia. Cuando pensé en esto, la humildad del Señor Jesús me dejó avergonzado. Fui demasiado egoísta. Hasta armé un gran escándalo por un asiento y por eso me dolía mucho. Yo no puse en práctica las enseñanzas del Señor en absoluto. En este momento, le rogué a Dios: "Estoy dispuesto a humillarme y a ceder mi puesto a mi nueva colega, ya dejar de alardear de mis cualidades de veterano. Dondequiera que me siente, aunque mi espacio de trabajo sea pequeño, haré mi trabajo tan bien como antes". Se dice en el libro del Eclesiastés: "Hay un tiempo señalado para todo, y hay un tiempo para cada suceso bajo el cielo" (Eclesiastés 3:1). En cuanto al momento en que el gerente me consiga otro asiento, está en las manos de Dios, y estoy dispuesto a esperar a que Él actúe.

En los días siguientes, cumplí con mi deber como siempre, y hablé de nuestro trabajo con mis colegas. Después de hacerlo así durante algún tiempo. Me sentía muy firme en mi corazón. En ese momento, me di cuenta de que el rincón era realmente bueno para mí porque era lo suficientemente grande como para poner muchas cosas. Mientras tanto, poco a poco me sentía feliz y tenía una sonrisa en la cara.

Después de unos días, el gerente nos informó que había un ajuste de personal en nuestra compañía, y que una de mis colegas iba a ser reasignada a otro departamento y luego podría mudarme a su lugar y usar una computadora de escritorio. Después de escuchar esto, me conmovió mucho. De hecho, sentí que el Señor está a mi lado observando mis acciones. Cuando seguí las palabras del Señor para obedecer el ambiente que me parecía injusto, mi corazón se liberó. ¡Gracias a Dios! Estoy dispuesto a ser siempre la luz y la sal de la tierra ante la multitud de acuerdo con las palabras del Señor. ¡Amén!

(Traducido del original en inglés al español por Luis Carlos Villegas)

Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.

Recomendación: Devocionales Cristianos


Cuando veas el cuerpo espiritual de Jesús será cuando Dios haya hecho de nuevo el cielo y la tierra

2019-12-24 22:02:59 | Reflexiones Cristianas

 

La Palabra de Dios |Cuando veas el cuerpo espiritual de Jesús será cuando Dios haya hecho de nuevo el cielo y la tierra (Fragmento 1)

Dios dice: “Los que no conocían al Mesías fueron todos capaces de oponerse a Jesús, de rechazarlo, de difamarlo. Las personas que no le entienden a Jesús son capaces de negarlo, y vilipendiarlo. Además, son capaces de ver el retorno de Jesús como el engaño de Satanás, y más personas condenarán el retorno de Jesús a la carne. ¿No os asusta todo esto? Lo que afrontáis será blasfemia contra el Espíritu Santo, la ruina de las palabras de este a las iglesias, y el rechazo de todo lo expresado por Jesús. ¿Qué podéis obtener de Él si estáis tan confundidos? ¿Cómo podéis entender la obra de Jesús cuando Él vuelva a la carne sobre una nube blanca, si os negáis obstinadamente a ser conscientes de vuestros errores? Os digo esto: las personas que no aceptan la verdad, pero que esperan ciegamente la llegada de Jesús sobre nubes blancas, blasfemarán sin duda contra el Espíritu Santo, y son la raza que será destruida”.


El carácter justo del Creador es real y vívido

2019-12-11 22:40:39 | Reflexiones Cristianas

Palabras de Dios El carácter justo del Creador es real y vívido

La misericordia y tolerancia de Dios no son raras, el arrepentimiento del hombre lo es

Independientemente de cuán airado había estado con los ninivitas, tan pronto como declararon un ayuno y vistieron de cilicio y cenizas, Su corazón se ablandó gradualmente, y comenzó a cambiar Su opinión. Cuando Él les proclamó que destruiría su ciudad —el momento anterior a su confesión y arrepentimiento de sus pecados— Dios seguía airado con ellos. Una vez hubieron pasado por una serie de actos de arrepentimiento, el enojo de Dios por los habitantes de Nínive se transformó gradualmente en misericordia y tolerancia para ellos. No hay nada contradictorio acerca de la revelación coincidente de estos dos aspectos del carácter de Dios en el mismo acontecimiento. ¿Cómo debería uno entender y conocer esta ausencia de contradicción? Dios expresó y reveló sucesivamente estas esencias de los dos polos opuestos cuando el pueblo de Nínive se arrepintió, permitiendo a las personas ver la realidad de la esencia de Dios y que no se pueda ofender la misma. Dios utilizó Su actitud para decir a las personas: no es que Dios no tolere a las personas, o que no quiera mostrarles misericordia; es que ellas raramente se arrepienten verdaderamente hacia Dios, y es raro que las personas se vuelvan verdaderamente de sus malos caminos y abandonen la violencia de sus manos. En otras palabras, cuando Dios está airado con el hombre, espera que este sea capaz de arrepentirse sinceramente, y espera ver el arrepentimiento verdadero del hombre, en cuyo caso continuará concediendo entonces con liberalidad Su misericordia y tolerancia al hombre. Es decir, la conducta malvada del hombre provoca la ira de Dios, mientras que la misericordia y tolerancia de Dios se conceden a aquellos que escuchan a Dios y se arrepienten sinceramente delante de Él, a aquellos que pueden volverse de sus caminos malvados y abandonar la violencia de sus manos. La actitud de Dios se reveló muy claramente en Su trato con los ninivitas: la misericordia y la tolerancia de Dios no son en absoluto difíciles de conseguir. Él exige el arrepentimiento sincero de uno. Siempre y cuando las personas se vuelvan de sus caminos malvados y abandonen la violencia de sus manos, y abandonan la violencia de sus manos, Dios cambiará Su opinión y Su actitud hacia ellos.

El carácter justo del Creador es real y vívido

El carácter justo del Creador es real y vívido

Cuando Dios cambió Su opinión por las personas de Nínive, ¿fueron Su misericordia y tolerancia una fachada falsa? ¡Por supuesto que no! ¿Entonces qué te permite ver la transformación entre estos dos aspectos del carácter de Dios durante el mismo asunto? El carácter de Dios es un todo completo; no está en absoluto dividido. Independientemente de si Él está expresando enojo o misericordia y tolerancia hacia las personas, estas son todas expresiones de Su carácter justo. El carácter de Dios es real y vívido. Él cambia Sus pensamientos y actitudes de acuerdo al desarrollo de las cosas. La transformación de Su actitud hacia los ninivitas le dice a la humanidad que Él tiene Sus propios pensamientos e ideas; Él no es un robot ni una figura de arcilla, sino el propio Dios vivo. Él podía estar airado con los habitantes de Nínive, del mismo modo que podía perdonar sus pasados de acuerdo a sus actitudes; Él podía decidir traer desgracia sobre los ninivitas, y podía cambiar Su decisión debido a su arrepentimiento. Las personas prefieren aplicar mecánicamente las normas, y prefieren usarlas para establecer y definir a Dios, del mismo modo que prefieren usar fórmulas para conocer el carácter de Dios. Así pues, de acuerdo con el ámbito del pensamiento humano, Dios no piensa, ni tiene ideas sustanciales. En realidad, los pensamientos de Dios se transforman constantemente de acuerdo con los cambios en las cosas y los entornos; mientras estos pensamientos se están transformando, se revelarán diferentes aspectos de la esencia de Dios. Durante este proceso de transformación, en el momento en que Dios cambia Su opinión, revela a la humanidad la verdad de la existencia de Su vida, y revela que Su carácter justo es real y vívido. Además, Dios usa Sus propias revelaciones verdaderas para demostrar a la humanidad la certeza de la existencia de Su ira, Su misericordia, Su benignidad y Su tolerancia. Su esencia se revelará en cualquier momento y lugar según el desarrollo de las cosas. Él posee la ira de un león y la misericordia y la tolerancia de una madre. No se permite que nadie cuestione, viole, cambie o distorsione Su carácter justo. Entre todos los asuntos y las cosas, el carácter justo de Dios, es decir, la ira y la misericordia de Dios, pueden revelarse en cualquier momento y lugar. Él expresa de forma gráfica estos aspectos en cada rincón y grieta de la naturaleza y los lleva a cabo vívidamente en cada momento. El carácter justo de Dios no está limitado por el tiempo o el espacio, o en otras palabras, el carácter justo de Dios no se expresa o revela mecánicamente dictado por límites del tiempo o el espacio. En su lugar, el carácter justo de Dios se expresa y revela libremente en cualquier tiempo y lugar. Cuando ves a Dios cambia Su opinión y deja de expresar Su ira y refrenarse de destruir la ciudad de Nínive, ¿puedes decir que Dios solo es misericordioso y amoroso? ¿Puedes decir que la ira de Dios consiste en palabras vacías? Cuando Dios expresa una ira intensa y retrae Su misericordia, ¿puedes decir que no siente un amor verdadero hacia la humanidad? Dios expresa una ira intensa en respuesta a los actos malvados de las personas; Su ira es sin defecto. El corazón de Dios se conmueve por el arrepentimiento de las personas, y es este arrepentimiento el que cambia así Su corazón. El que sea conmovido, Su cambio de opinión así como Su misericordia y tolerancia hacia el hombre carecen totalmente de defectos; todo ello es limpio, puro, inmaculado y no está adulterado. La tolerancia de Dios es puramente tolerancia; Su misericordia es puramente misericordia. Su carácter revelará ira, así como misericordia y tolerancia, de acuerdo con el arrepentimiento del hombre y su conducta diferente. No importa lo que Él revele o exprese, todo es puro; todo es directo; Su esencia es distinta de la de cualquier cosa en la creación. Los principios de acciones que Dios expresa, Sus pensamientos e ideas o cualquier decisión particular, así como cualquier acción individual, están libres de cualquier defecto o mancha. Tal como Dios ha decidido, así actuará, y de esta manera Él completa Sus compromisos. Estas clases de resultados son precisos y perfectos porque su fuente es perfecta e intachable. La ira de Dios es perfecta. Del mismo modo, la misericordia y la tolerancia de Dios, que ninguna creación posee, son santas y perfectas, y pueden resistir la deliberación y la experiencia.

de "La Palabra manifestada en carne"

Recomendación: Caminando con Jesucristo


Los sentimientos sinceros del Creador hacia la humanidad

2019-12-10 21:59:16 | Reflexiones Cristianas

Sermón cristiano Los sentimientos sinceros del Creador hacia la humanidad

Las personas dicen frecuentemente que no es cosa fácil conocer a Dios. Sin embargo, Yo digo que conocer a Dios no es en absoluto un asunto difícil, porque Dios permite frecuentemente al hombre ser testigo de Sus hechos. Dios nunca ha suspendido Su diálogo con la humanidad; nunca se ha ocultado del hombre, ni se ha escondido. Sus pensamientos, ideas, palabras y hechos se revelan todos a la humanidad. Por tanto, mientras el hombre desee conocer a Dios, puede llegar a entenderlo y conocerlo a través de todo tipo de medios y métodos. La razón por la que el hombre piensa ciegamente que Dios lo ha evitado intencionadamente, que Dios se ha escondido intencionadamente de la humanidad, que Dios no tiene intención de permitir al hombre entenderlo y conocerlo, es que no conoce quién es Dios, ni desea entender a Dios; aún más, no le preocupan los pensamientos, las palabras o los hechos del Creador… Hablando sinceramente, si uno solo utiliza sus momentos de inactividad para centrarse en y entender las palabras o los hechos del Creador, y presta un poco de atención a los pensamientos del Creador y a la voz de Su corazón, no será difícil para ellos darse cuenta que los pensamientos, las palabras y los hechos del Creador son visibles y transparentes. De igual forma, hará falta un pequeño esfuerzo para ser consciente de que el Creador está en medio del hombre en todo momento, que Él siempre está en conversación con el hombre y la totalidad de la creación, y que está llevando a cabo nuevos hechos cada día. Su esencia y Su carácter se expresan en Su diálogo con el hombre; Sus pensamientos e ideas se revelan completamente en Sus hechos; Él acompaña y observa a la humanidad en todo momento. Habla tranquilamente a la humanidad y a toda la creación con Sus palabras silenciosas: Estoy por encima del universo, y estoy en medio de Mi creación. Me mantengo vigilante; estoy esperando; estoy a tu lado… Sus manos son cálidas y fuertes; Sus pasos son ligeros; Su voz es suave y elegante; Su forma pasa y se vuelve, abrazando a toda la humanidad; Su rostro es bello y amable. Él nunca se ha ido, ni ha desaparecido. Desde el amanecer hasta el anochecer, Él es el compañero continuo de la humanidad. Su cuidado fiel y afecto especial por la humanidad, así como Su preocupación y amor verdaderos por el hombre, se demostraron poco a poco cuando salvó la ciudad de Nínive. En particular, el diálogo entre Jehová Dios y Jonás dejó más al descubierto la misericordia del Creador por la humanidad que Él mismo creó. A través de estas palabras, puedes obtener un entendimiento profundo de los sentimientos sinceros de Dios por la humanidad…

Jonás (profeta)

 

Lo siguiente está registrado en el libro de Jonás 4:10-11: “Luego, Jehová le dijo: sientes pena por la enredadera que no has hecho ningún esfuerzo ni la has hecho crecer, que salió una noche y en una noche se secó. ¿No tendré Yo lástima de Nínive, esa gran ciudad, donde hay más de ciento veinte mil personas que no pueden ver la diferencia entre su mano izquierda y su derecha y donde también hay mucho ganado?” Estas son las palabras reales de Jehová Dios, una conversación entre Él y Jonás. Aunque este diálogo es breve, rebosa de preocupación del Creador por la humanidad y Su reticencia a renunciar a ella. Estas palabras expresan la verdadera actitud y los sentimientos que Dios tiene en Su corazón por Su creación, y con estas palabras claras, que raramente se oyen a los hombres, Dios declara Sus verdaderos propósitos para la humanidad. Este diálogo representa una actitud que Dios tuvo hacia el pueblo de Nínive, ¿pero qué clase de actitud es esta? Es la actitud que Él mantuvo hacia las personas de Nínive antes y después de su arrepentimiento. Dios trata a la humanidad de la misma manera. Dentro de estas palabras uno puede encontrar Sus pensamientos, así como Su carácter.

¿Qué pensamientos de Dios se revelan en estas palabras? Una lectura detenida revela inmediatamente que Él usa la palabra “lástima”; el uso de esta palabra muestra la verdadera actitud de Dios hacia la humanidad.

Desde una perspectiva semántica, uno puede interpretar la palabra “lástima” de diferentes formas: primero, amar y proteger, sentir ternura hacia algo; segundo, amar profundamente; finalmente, no estar dispuesto a herir y ser incapaz de soportar hacerlo. En resumen, implica un afecto y un amor tierno, así como una indisposición a abandonar a alguien o algo; significa la misericordia y la tolerancia de Dios hacia el hombre. Aunque Dios empleó una palabra comúnmente hablada entre los hombres, el uso de esta palabra pone al descubierto la voz del corazón de Dios y Su actitud hacia la humanidad.

Aunque la ciudad de Nínive estaba llena de personas tan corruptas, malvadas y violentas como las de Sodoma, su arrepentimiento causó que Dios cambiase Su opinión y decidiese no destruirlos. Debido a que su reacción a las palabras e instrucciones de Dios demostró una actitud en marcado contraste con la de los ciudadanos de Sodoma, y debido a su honesta sumisión a Dios y honesto arrepentimiento por sus pecados, así como su comportamiento verdadero y sincero en todos los sentidos, Dios demostró una vez más Su compasión sincera y se la concedió. La recompensa de Dios y Su compasión por la humanidad son imposibles de copiar por nadie; ninguna persona puede poseer la misericordia o la tolerancia de Dios, ni Sus sentimientos sinceros hacia la humanidad. ¿Hay alguien que tú consideras una gran persona, o incluso un superhombre, que, desde un punto elevado, hablando como una gran persona o sobre un punto supremo, haría esta clase de declaración a la humanidad o la creación? ¿Quién entre la humanidad puede conocer las condiciones de vida de la humanidad como la palma de sus manos? ¿Quién puede llevar una carga y responsabilidad por la existencia de la humanidad? ¿Quién es capaz de proclamar la destrucción de una ciudad? ¿Y quién es capaz de perdonar a una ciudad? ¿Quién puede decir que cuida de su propia creación? ¡Solo el Creador! Solo el Creador tiene compasión de esta humanidad. Solo el Creador muestra ternura y afecto a esta humanidad. Solo el Creador tiene un afecto sincero, inquebrantable por esta humanidad. De igual forma, solo el Creador puede conceder misericordia a esta humanidad y cuida de toda Su creación. Su corazón da un vuelco y duele con cada una de las acciones del hombre: Él se enoja, angustia y apena por el mal y la corrupción del hombre; Él está encantado, feliz, es clemente y está exultante por el arrepentimiento y la fe del hombre; cada uno de Sus pensamientos e ideas existe por y gira alrededor de la humanidad; lo que Él es y tiene se expresa totalmente por el bien de la humanidad; Su placer, Su ira, Su tristeza y Su felicidad, todo ello está entretejido con la existencia de la humanidad. Por el bien de la humanidad, Él viaja y se mueve; da en silencio cada pedazo de Su vida; dedica cada minuto y segundo de Su vida… Nunca ha sabido cómo tener compasión de Su propia vida, pero siempre ha tenido compasión y ha cuidado a la humanidad que Él mismo creó… Él da todo lo que tiene a esta humanidad… Otorga Su misericordia y tolerancia incondicionalmente y sin esperar una recompensa. Lo hace solo para que la humanidad pueda seguir sobreviviendo delante de Sus ojos, recibiendo Su provisión de vida; lo hace solo para que la humanidad pueda someterse a Él un día y reconocer que Él es aquel que nutre la existencia del hombre y provee la vida de toda la creación.

de «La Palabra manifestada en carne»

Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.

Fuente: Caminando con Jesucristo


El Creador expresa Sus sentimientos sinceros por la humanidad

2019-12-09 23:12:00 | Reflexiones Cristianas

Palabra de Dios El Creador expresa Sus sentimientos sinceros por la humanidad

Esta conversación entre Jehová Dios y Jonás es sin duda una expresión de los sentimientos sinceros del Creador por la humanidad. Por un lado comunica a las personas el entendimiento del Creador de toda la naturaleza bajo Su dominio; como Jehová Dios dijo: “¿No tendré Yo lástima de Nínive, esa gran ciudad, donde hay más de ciento veinte mil personas que no pueden ver la diferencia entre su mano izquierda y su derecha y donde también hay mucho ganado?”. En otras palabras, el entendimiento que Dios tenía de Nínive estaba lejos de ser superficial. Él no solo conocía el número de seres vivos en la ciudad (incluyendo a las personas y el ganado), también sabía cuántos no podían discernir entre su mano derecha y su mano izquierda, es decir, cuántos niños y jóvenes estaban presentes. Esta es una prueba concreta del magnífico entendimiento que Dios tiene de la humanidad. Por otro lado, esta conversación informa a las personas de la actitud del Creador hacia la humanidad, es decir, del peso de la humanidad en el corazón del Creador. Es justo como Jehová Dios dijo: “sientes pena por la enredadera que no has hecho ningún esfuerzo ni la has hecho crecer, que salió una noche y en una noche se secó. ¿No tendré Yo lástima de Nínive, esa gran ciudad…?”. Estas son las palabras de reproche de Jehová Dios hacia Jonás, que son todas ciertas.

Jonás (profeta)

Aunque se le confió a Jonás la proclamación de las palabras de Jehová Dios a las personas de Nínive, él no entendió los propósitos de Jehová Dios, como tampoco Sus preocupaciones por los habitantes de la ciudad ni Sus expectativas para ellos. Con esta reprimenda Dios pretendía decirle que la humanidad era el producto de Sus propias manos, y Dios había puesto un empeño minucioso en cada persona; cada persona llevaba con ella las esperanzas de Dios; cada persona disfrutaba de la provisión de la vida de Dios; Dios había pagado un coste laborioso por cada persona. Esta reprimenda también dijo a Jonás que Dios valoraba a la humanidad, la obra de Sus propias manos, tanto como Jonás valoraba la calabacera. Dios no los abandonaría bajo ningún concepto fácilmente antes del último momento posible; además, había demasiados niños y ganado inocente en la ciudad. Cuando lidió con estos jóvenes e ignorantes productos de la creación de Dios, que ni siquiera podían distinguir su mano derecha de la izquierda, Dios fue incapaz de acabar con sus vidas y determinar sus consecuencias de una forma tan apresurada. Dios esperaba verlos crecer; esperaba que no caminasen por las mismas sendas que sus mayores, que no tuviesen que oír de nuevo la advertencia de Jehová Dios, y que diesen testimonio del pasado de Nínive. Más aún, Dios esperaba ver Nínive después de su arrepentimiento, de ver el futuro de Nínive tras su arrepentimiento, y lo más importante, ver Nínive una vez más bajo la misericordia de Dios. Por tanto, a los ojos de Dios, aquellos objetos de la creación que no podían distinguir entre sus manos derecha e izquierda eran el futuro de Nínive. Cargarían con el pasado despreciable de Nínive, del mismo modo que cargarían con la importante obligación de dar testimonio del pasado y el futuro de Nínive bajo la dirección de Dios. En esta declaración de Sus sinceros sentimientos, Jehová Dios presentó la misericordia del Creador por la humanidad en su totalidad. Mostró a la humanidad que “la misericordia del Creador” no es una expresión vacía, ni una promesa hueca; tiene principios, métodos y objetivos concretos. Él es verdadero y real, y no hay en Él falsedad ni disfraz, y de esta misma manera Su misericordia se concede incesantemente a la humanidad en cada momento y época. Sin embargo, hasta este mismo día, el diálogo del Creador con Jonás es la única y exclusiva declaración verbal de Dios de por qué muestra misericordia a la humanidad, cómo muestra misericordia a la humanidad, cuán tolerante es con la humanidad y Sus sentimientos sinceros por la humanidad. La conversación breve de Jehová Dios expresa todos Sus pensamientos para la humanidad; es una expresión sincera de la actitud de Su corazón hacia la humanidad, y también una prueba concreta de Su amplia concesión de misericordia sobre la humanidad. Él no concede Su misericordia solamente sobre las generaciones más ancianas de la humanidad; también la otorga a los miembros más jóvenes de la misma, como siempre ha sido, de una generación a la siguiente. Aunque la ira de Dios desciende frecuentemente sobre ciertos rincones y ciertas épocas de la humanidad, la misericordia de Dios nunca ha cesado. Con Su misericordia, Él guía y dirige a una generación de Su creación tras otra, provee y alimenta a una generación de la creación tras otra, porque Sus sentimientos sinceros hacia la humanidad nunca cambiarán. Del mismo modo que Jehová Dios dijo: “¿No tendré Yo lástima de Nínive…?”, Él siempre ha cuidado de Su propia creación. Esta es la misericordia del carácter justo del Creador, ¡y es también la singularidad pura del Creador!

de «La Palabra manifestada en carne»

Fuente: Caminando con Jesucristo

 

Un Peluquero: Ser una persona honesta, ¡Mi negocio va viento en popa! (I)

2019-12-04 23:26:17 | Reflexiones Cristianas

Yo nací en una familia pobre. Desde donde puedo recordar había llevado una vida siendo discriminado por la pobreza. Pero me prometí a mi mismo una cosa: En el futuro haré una fortuna y tendré una vida con riquezas por encima de los demás, para que la gente me mire con diferentes ojos.

Después de casarme abrí una peluquería. En aquel tiempo cobraba 3¥ por cada corte de pelo. Cada día trabajaba muy duro, tanto que acababa con dolores de espalda cada jornada, pero solo alcanzaba a ganar unas pocas decenas de Yuanes en el mejor de los días, con los cuales llegaba justo para poder sufragar los gastos de mi familia. Al terminar el año no había logrado ahorrar nada de dinero. Sentía ansiedad. Si esto continuaba igual, ¿cuándo podría vivir una vida por encima de los demás?

Peluquero

A medida que avanzaban los tiempos, la gente comenzaba a prestar mayor atención a la alimentación, a la bebida, a la ropa y a la belleza, especialmente las mujeres que querían estar a la moda. Por esa razón me fijé en el negocio de teñir el cabello, y alisar o hacer rizados permanentes. Aprendí que con una botella de tinte para el cabello, la cual solamente costaba unos 10¥ o algo más, podía usarla para teñir el pelo a 5 ó 6 clientes, y el precio de la permanente o alisado del pelo era de 80 a 100¥. Cuando vi que en el resto del gremio todos estaban ganando mucho dinero de esta manera, me sentí muy emocionada. Pronto colgué un cartel en la puerta de mi establecimiento en el que ponía: “Permanente, alisado y tinte del cabello”. Como era de esperar, fueron muchos los curiosos que, atraídos, entraron a mi establecimiento. Aprovechándome de la psicología de las personas y su gusto por escuchar halagos hacia su persona, pronto dominé esta habilidad. Hablaba desde ambos lados de mi boca.También aprendí cómo observar la manera de hablar y el comportamiento de la gente para clasificarlos. Cuando los clientes entraban en mi tienda podía determinar si ellos eran ricos o no, con tan solo mirarlos de arriba a abajo. Y en una primera y corta conversación con ellos, podía determinar si eran del tipo de la gente fácil o difícil de convencer. Inmediatamente hacia mi propio cálculo mental. Los ricos se preocupaban por sus gustos, pero no se preocupaban por el precio. Con ellos podía tratar de hacer mi mejor recomendación al precio más elevado de servicio. Con el mismo razonamiento, a las personas que no eran muy ricas les recomendaba un bajo precio del servicio a fin de no dejar escapar su dinero. La gente fácil de persuadir eran objetivos sencillos para mi, mientras que las personas más difíciles de convencer necesitaban ser tratados con mucho más cuidado, para evitar futuros problemas.

Una vez llegó una cliente. Le eché un vistazo y vi que era una mujer de unos 50 años que quería ser peinada a la moda. Por mi experiencia, me di cuenta que era una mujer adinerada. Entonces, salí de inmediato con una gran sonrisa y le dije: Señora, tome asiento por favor, ¿qué le gustaría que le hiciese en el cabello?. “Yo únicamente quería un corte de pelo”, respondió la señora. Una vez escuchado esto pensé: Aunque incremente el coste del corte de pelo, este únicamente serán 7 Yuanes, ¿por qué no intentar hacer algo más de dinero con este cliente?. Entonces, fingí acariciar su cabello y, mirándole la cara, le dije con una sonrisa: “Señora, usted es muy refinada, y su pelo es demasiado suave. Si usted solo se hace un corte de pelo, le quedará muy aplastado, y esto no lucirá hermoso ni le favorecerá a su bella cara. Si usted se hace una permanente, su cabello quedará esponjoso y parecerá aún más bella”. “¿En serio?. Yo nunca me he hecho la permanente, no sé si quedará bien en mi pelo”, dijo la mujer. Yo he visto y he hecho muchos peinados, seguro que puede quedarle muy bonito el cabello, respondí. Y pronto la convencí de ello. Después de que todo mi trabajo estuviese terminado, ella me pagó feliz 80 Yuanes y se marchó. Entonces pensé: Es muy fácil ganar dinero así. Sólo con decir unas pocas palabras puedo ganar mucho más dinero haciendo lo mismo. Si hubiese sido por su idea original únicamente habría ganado 7 Yuanes, ¡mientras que de este modo he logrado ganar 80 Yuanes en el mismo tiempo, diez veces más!

Y así, fuese quien fuese el que viniese a mi peluquería, trataba de hacer todo lo posible para lograr sacar más dinero de los clientes. Había veces que llegaba gente que únicamente venían como acompañantes de los que querían hacerse algo en el pelo, entonces yo les trataba de persuadir con mi palabrería para que hiciesen gasto voluntariamente en mi establecimiento.

Un día, una chica joven y su hermana mayor vinieron a mi peluquería, pero solo una de las hermanas quería hacerse un alisado en el pelo. Yo pensé: aunque las dos hermanas vienen aquí, solo una quiere hacerse algo en el pelo y yo solo puedo ganar cien Yuanes. Si pudiese atender a ambas hermanas, ¿no ganaría 100 Yuanes más?. Entonces, traté de convencer a la chica:
“Guapa, ¿no te gustaría a ti también cambiar de estilo o hacerte algo en el pelo?”. “No, gracias”, la hermana rechazó mi ofrecimiento en seguida. Viendo que ella no tenía ninguna intención, empecé a usar mi táctica psicológica diciéndole: “Bonita, tu no eres demasiado alta, y tienes la cara redondeada. Si te hicieses un planchado y un tinte en el pelo, estarías aún más encantadora y todavía más guapa”. Pero ella continuaba sin responder. Yo conocía la debilidad de las mujeres en el sentido de que a ellas no les gustaba que otros dijeran que no eran bonitas, y por eso se lo decía intencionadamente a ella. “¡Ah, Guapa, mira que tienes bonita la piel!. Tu cara es realmente tierna. La única pena es que tu pelo está demasiado alborotado, realmente no te hace resaltar estos rasgos a no ser que hagas algo con él. Como todo el mundo sabe, la gente en lo primero que se fija para juzgar a los demás es en el pelo. Siempre que sus peinados luzcan bonitos, ellas están seguras de su belleza”. “Yo hoy no deseo hacerme nada en el pelo. Si el corte de pelo de mi hermana queda bonito cuando esté terminado, entonces yo vendré mañana”. Ella parecía un poco agitada. Viendo que el tiempo se me terminaba, le dije: “Me llevará dos horas hacerle el pelo a tu hermana, y tu vas a estar esperando en vano. ¿Por qué no os hago el pelo a las dos a la vez y ganamos tiempo?. Finalmente, ella accedió a dejarme hacerle el peinado. En ese momento pensé: “todos los hombres de negocios son así; como dice el dicho: “Ningún hombre de negocios es honesto. ‘Un hombre de negocios que no sabe cómo hacer dinero es un tonto’. Esta es la consistente ley de los hombres de negocios”.

Después de todo, yo era afortunado de aceptar el Evangelio del Reino de Dios. Una vez, en mi devoción espiritual, vi las palabras de Dios: “Vosotros debéis saber que a Dios le gusta el hombre honesto. Dios posee la esencia de la fidelidad, y por lo tanto siempre se puede confiar en Su palabra. Más aún, Sus acciones son intachables e incuestionables. Es por esto por lo que Dios gusta de aquellos que son absolutamente honestos con Él. Honestidad significa dar vuestro corazón a Dios; nunca jugarle falso en nada; ser abierto con Él en todas las cosas, nunca esconderle la verdad; nunca hacer cosas que engañen a los de arriba y a los de abajo por igual; y nunca hacer nada simplemente por congraciarse con Dios. En pocas palabras, ser honesto es abstenerse de impurezas en vuestras acciones y palabras, y no engañar ni a Dios ni al hombre”.

Las palabras de Dios dicen claramente: Dios es fiel, por eso Su palabra y Sus acciones son incuestionables, y a Él le gustan los hombres honestos. El discurso y las acciones de los hombres honestos son concienzudos; sus actos son francos y no engañan a otros antes o por detrás. Sin embargo, cuando yo hice mi negocio, gané dinero con palabras dulces y mentiras, y todo ello lo hice sin ser descubierto. Esto obviamente no eran hechos de una persona honesta, pero estaba mostrando la traición. Esto era despreciado por Dios. Desde las palabras de Dios, yo sabía que Dios quería de nosotros que fuésemos personas honestas. Pero yo pensaba: Ahora los negocios son como un campo de batalla. En el caso de esta sociedad competitiva, si yo practicaba ser una persona honesta sin hacer trucos, yo solo haría poco dinero, y mi negocio tarde o temprano se cerraría. Yo estaba en un dilema.

Un día, una cliente me dijo en el momento que entró en mi peluquería: “Tengo un pelo muy fino. No tengo ni idea de cómo podrá mejorarlo”. “Le recomiendo afirmar las raíces de su cabello recogido. Si el cabello está esponjoso, le quedará más bonito” Dije yo. “Ok, hágame ese tratamiento que me ha dicho”. Ella estuvo de acuerdo al momento. Mientras estaba haciendo mi trabajo, yo pensé: Reafirmar las raíces del cabello de esta cliente únicamente me dejará una decena de Yuanes. Si convenzo a la mujer para hacerse un alisado, ¿no ganaría más dinero aún?. En ese momento yo ya sabía que ese peinado alisado no era lo más apropiado para ella, pero de cara a mi beneficio, yo intenté persuadirla. “Si usted únicamente reafirma las raíces del cabello, al final este quedará demasiado ligero y desordenado. Debería hacerse también un alisado para que quede mejor”. Ella estuvo de acuerdo. Dos horas después, cuando miré con entusiasmo mi trabajo, yo quedé estupefacto en un instante: El pelo de mi cliente parecía que estaba quemado. Volviéndose rizado y completamente abrasado. Yo me sentía terriblemente preocupada, pensando: “¿Qué puedo hacer ahora?. Solo por ganar unos pocos Yuanes más he arruinado su cabello. ¡Ay! Yo podría ser regañado y la cliente solicitar la reparación. ¿Qué podía hacer? Comencé a ir negando mi responsabilidad y dije: “Ah! Su pelo realmente no queda bien así. Comienza a rizarse cuando está siendo empapado en el tinte. Bien, yo no puedo cobrarle por esto. ¿Qué le parece que se lo corte?” Yo pensaba que ella querría poner una reclamación, pero inesperadamente, estaba de acuerdo en que se lo cortase. Aunque este problema fue una falsa alarma, yo no me sentí segura ni en paz durante un largo periodo de tiempo, viviendo en reproche y arrepentimiento. Yo sabía que fue un juicio silencioso de Dios. Como creyente en Dios, yo fui en contra del requisito de Dios, ¿cómo podía sentirme segura?.

Más tarde, yo vi las palabras de Dios que decían: “Serás capaz de obedecer todo lo que venga de Dios y todas tus acciones, ya sean hechas en público o en privado, serán presentables ante Dios. Si eres una persona honesta y practicas la verdad en todas las cosas, entonces serás perfeccionado. Esos hombres engañosos que actúan de una manera frente a los demás y de otra manera tras sus espaldas, no están dispuestos a ser perfeccionados. Todos son hijos de la perdición y de la destrucción; no pertenecen a Dios sino a Satanás. ¡No son la clase de hombre elegido por Dios! Si tus acciones y tu comportamiento no pueden ser presentados ante Dios o no son los que el Espíritu de Dios considere, entonces esto ilustra que hay un problema contigo. Sólo si tú aceptas el juicio y el castigo de Dios, y le das importancia a la transformación de tu carácter, serás puesto en la senda para ser perfeccionado”. “Muchos prefieren ser condenados en el infierno que hablar y actuar con honestidad. No es de extrañar que Yo tenga otro tratamiento en su lugar para aquellos que son deshonestos”.

Por las palabras de Dios, vi el carácter justo y majestuoso de Dios: A Dios le gusta y cuida de los hombres honestos, mientras que odia a los hombres engañosos, cuyo final será la destrucción. Pensando en mi trabajo y en mis acciones, yo era una verdadera persona engaña con mis actos, tanto en público como en privado. Solo con el fin de ganar más dinero, no había tenido en consideración qué peinados o tratamientos eran más adecuados para el cabello de mis clientes, si el alisado, la permanente, únicamente trataba de convencerlas al máximo de que se hiciesen un tratamiento diferente. Y a fin de obtener más dinero de su parte, yo había causado daños en el pelo de mis clientas, aprovechando a otros gastos, sin nada de humanidad. De frente al juicio de Dios y Su tratamiento, yo me hundí en el reproche y en la culpa, y sentí que era indigno de ser llamado Cristiano, y si esto no me cambiaba a mi mismo, yo sería sin duda castigado por Dios. Esta vez, Dios me recordó a mi esto con el problema de la clienta a la que dañé el cabello; y esta fue la salvación de Dios para mi. Después de saber la voluntad de Dios, yo determiné mi voluntad ante Dios de ser una persona honesta.

Continuará …


Un peluquero: Ser una persona honesta ¡Mi negocio va viento en popa! (II)

2019-12-03 22:03:16 | Reflexiones Cristianas

Un día, una cliente me dijo en el momento que entró en mi peluquería: “Tengo un pelo muy fino. No tengo ni idea de cómo podrá mejorarlo”. “Le recomiendo afirmar las raíces de su cabello recogido. Si el cabello está esponjoso, le quedará más bonito” Dije yo. “Ok, hágame ese tratamiento que me ha dicho”. Ella estuvo de acuerdo al momento. Mientras estaba haciendo mi trabajo, yo pensé: Reafirmar las raíces del cabello de esta cliente únicamente me dejará una decena de Yuanes. Si convenzo a la mujer para hacerse un alisado, ¿no ganaría más dinero aún?. En ese momento yo ya sabía que ese peinado alisado no era lo más apropiado para ella, pero de cara a mi beneficio, yo intenté persuadirla. “Si usted únicamente reafirma las raíces del cabello, al final este quedará demasiado ligero y desordenado. Debería hacerse también un alisado para que quede mejor”. Ella estuvo de acuerdo. Dos horas después, cuando miré con entusiasmo mi trabajo, yo quedé estupefacto en un instante: El pelo de mi cliente parecía que estaba quemado. Volviéndose rizado y completamente abrasado. Yo me sentía terriblemente preocupada, pensando: “¿Qué puedo hacer ahora?. Solo por ganar unos pocos Yuanes más he arruinado su cabello. ¡Ay! Yo podría ser regañado y la cliente solicitar la reparación. ¿Qué podía hacer? Comencé a ir negando mi responsabilidad y dije: “Ah! Su pelo realmente no queda bien así. Comienza a rizarse cuando está siendo empapado en el tinte. Bien, yo no puedo cobrarle por esto. ¿Qué le parece que se lo corte?” Yo pensaba que ella querría poner una reclamación, pero inesperadamente, estaba de acuerdo en que se lo cortase. Aunque este problema fue una falsa alarma, yo no me sentí segura ni en paz durante un largo periodo de tiempo, viviendo en reproche y arrepentimiento. Yo sabía que fue un juicio silencioso de Dios. Como creyente en Dios, yo fui en contra del requisito de Dios, ¿cómo podía sentirme segura?.

Más tarde, yo vi las palabras de Dios que decían: “Serás capaz de obedecer todo lo que venga de Dios y todas tus acciones, ya sean hechas en público o en privado, serán presentables ante Dios. Si eres una persona honesta y practicas la verdad en todas las cosas, entonces serás perfeccionado. Esos hombres engañosos que actúan de una manera frente a los demás y de otra manera tras sus espaldas, no están dispuestos a ser perfeccionados. Todos son hijos de la perdición y de la destrucción; no pertenecen a Dios sino a Satanás. ¡No son la clase de hombre elegido por Dios! Si tus acciones y tu comportamiento no pueden ser presentados ante Dios o no son los que el Espíritu de Dios considere, entonces esto ilustra que hay un problema contigo. Sólo si tú aceptas el juicio y el castigo de Dios, y le das importancia a la transformación de tu carácter, serás puesto en la senda para ser perfeccionado”. “Muchos prefieren ser condenados en el infierno que hablar y actuar con honestidad. No es de extrañar que Yo tenga otro tratamiento en su lugar para aquellos que son deshonestos”.

Por las palabras de Dios, vi el carácter justo y majestuoso de Dios: A Dios le gusta y cuida de los hombres honestos, mientras que odia a los hombres engañosos, cuyo final será la destrucción. Pensando en mi trabajo y en mis acciones, yo era una verdadera persona engaña con mis actos, tanto en público como en privado. Solo con el fin de ganar más dinero, no había tenido en consideración qué peinados o tratamientos eran más adecuados para el cabello de mis clientes, si el alisado, la permanente, únicamente trataba de convencerlas al máximo de que se hiciesen un tratamiento diferente. Y a fin de obtener más dinero de su parte, yo había causado daños en el pelo de mis clientas, aprovechando a otros gastos, sin nada de humanidad. De frente al juicio de Dios y Su tratamiento, yo me hundí en el reproche y en la culpa, y sentí que era indigno de ser llamado Cristiano, y si esto no me cambiaba a mi mismo, yo sería sin duda castigado por Dios. Esta vez, Dios me recordó a mi esto con el problema de la clienta a la que dañé el cabello; y esta fue la salvación de Dios para mi. Después de saber la voluntad de Dios, yo determiné mi voluntad ante Dios de ser una persona honesta.

Un día, una señora elegante de unos cuarenta años entró en mi tienda y preguntó sin preámbulos: “Quiero teñirme el pelo. ¿Cuánto cuesta?” No me atreví a pedirle un precio desorbitado como solía hacer, así que le contesté con franqueza: “Cuarenta, cincuenta o sesenta; puede escoger”. Ella dijo: “Sesenta. Los precios aquí son realmente bajos. Otros me cobran cien por teñirme el pelo”. Mientras le estaba tiñendo el pelo, ella empezó a presumir de tener mucho dinero diciendo: “Tengo una empresa importante. A menudo me tengo que poner guapa. Cada vez que lo hago, cuesta más de cien yuanes. Y un sólo frasco de medicina para adelgazar cuesta más de cien yuanes…” Al oírla hablar continuamente de cosas banales, mi corazón se dio un brinco: ¡Vaya! Esta es una mujer rica; debería haberle pedido más dinero. Sobre todo después de oírla decir que no le daba importancia al dinero y que a menudo le daba a su madre mil u ocho mil yuanes de golpe. El deseo de hacer dinero brotó dentro de mi corazón de forma incontrolable y pensé: ya que el dinero no le importa, ¿por qué no le saco más? De modo que, con toda la hipocresía, le dije: “¿Y qué le parece si le pongo algo de aceite en el pelo?” “¿Cuánto cuesta?” preguntó ella. “Treinta yuanes”, contesté al tiempo que pensaba: “A mí sólo me cuesta unos pocos yuanes, pero si le cobro treinta yuanes, hago un buen negocio”. Ella aceptó sin más diciendo: “Genial. Después de aplicarle aceite, mi pelo brillará y estará suave y no se desteñirá tan fácilmente”. Al oír aquellas palabras, mi corazón dio un brinco de nuevo: “Si hubiese sabido que es un objetivo tan fácil, le hubiese pedido un precio más alto”. En aquel instante estaba completamente cegada por la avaricia. Hacía mucho tiempo ya, que me había sacado de la cabeza la idea de ser una persona honesta. Sin embargo, en el fondo de mi corazón, sabía con seguridad: el aceite no le va a aportar ninguna diferencia al pelo; tan sólo significa sacarle más dinero a los clientes.

Más tarde vería unas palabras de Dios que dicen: “Una tras otra, todas estas corrientes conllevan una mala influencia que degenera continuamente al hombre, que baja su moral y su calidad de integridad más y más, […] que no sabe nunca cuál es la verdad, que no puede discernir la diferencia entre las cosas positivas y las negativas, estas clases de tendencias, una tras otra, lo hacen aceptar con facilidad dichas tendencias, el criterio y las filosofías de vida, así como los valores que proceden de Satanás. Aceptan lo que este les dice sobre cómo plantearse la vida y la forma de vivir que Satanás les ‘concede’. No tienen la fuerza ni la capacidad, y mucho menos la consciencia de resistirse. […] Sin saberlo, sientes que si no engañas en los negocios sufrirás pérdidas, habrás perdido algo. Inconscientemente, este engaño se convierte en tu alma misma, tu pilar y también en un tipo de comportamiento que es una norma indispensable para tu vida. Después de que el hombre haya aceptado esta conducta y este pensamiento, ¿pasa el corazón del hombre por un cambio? Tu corazón ha cambiado, ¿ha cambiado, pues, tu integridad también? ¿Ha cambiado tu humanidad? (Sí.) Entonces, ¿ha cambiado tu conciencia? (Sí.) La totalidad del hombre experimenta un cambio cualitativo, de su corazón a sus pensamientos, hasta tal extremo que son cambiados desde el interior. Este cambio te lleva cada vez más y más lejos de Dios y te conformas más y más a Satanás, y eres más y más similar a él”.

A través de aquellas palabras de Dios supe: bajo la influencia de malvadas tendencias como “lo primordial es el beneficio”, “no hay negociante honesto” y “donde digo blanco digo negro”, me había convertido en una persona ávida de dinero y había perdido la conciencia y la razón de una persona normal. Recordé: Cuando al principio teñía el pelo, tan sólo cobraba diez yuanes, y estaba satisfecho. Ahora cobro sesenta yuanes y tengo la impresión de que aún no es suficiente, y espero sacarles aún más dinero a los clientes. Cuánto más gano, más deseo. Inconscientemente, acepté y di el visto bueno al engaño al creer: en el mundo de los negocios, si no engañas ni pillas a la gente, no haces bien tu trabajo ni sacas dinero, tan sólo tendrás pérdidas. El timo es mi ley de supervivencia en los negocios. Al comprobar los hechos con la palabra de Dios, me di cuenta de que aquello de lo que yo estaba viviendo pertenecía a Satanás; estaba viviendo sin personalidad ni dignidad y sin ningún parecido humano. Al darme cuenta de esto, me presenté ante Dios para arrepentirme: “Oh, Dios, con la sentencia de Tus palabras, me di cuenta de que soy demasiado embustero. No quiero seguir viviendo así. Quiero ser una persona honesta; ya no quiero seguir las malvadas tendencias de Satanás. Pero Satanás me ha corrompido tanto que no pude evitar engañar a los demás cuando se trataba de dinero e interés. Sálvame y Ayúdame a librarme de las ataduras del veneno de Satanás y Déjame ser una persona honesta”.

Los próximos días, para poner en práctica el ser una persona honesta, tomé una medida: establecer un precio fijo para cortar, alisar y poner permanentes, siempre según la tarifa más baja del ramo: siete yuanes, ochenta yuanes y cien yuanes. Pensé: a partir de ahora, no importa quién entre para arreglarse el pelo. Ya no volveré a cobrar precios desorbitados como antes. Hago una lista con los precios establecidos y que el cliente escoja.

Peluqueria

Un día vino un forastero a que le cortase el pelo. Cuando sacó la cartera y me preguntó cuánto era, por un instante, dudé porque vi docenas de billetes de cien yuanes, y pensé: ahora todas las demás peluquerías suben los precios; tan sólo quedo yo cobrando siete yuanes. Este parece un hombre rico. Si le pido diez yuanes, ¿acaso no sacaré tres yuanes más? A él no le van a importar esos tres yuanes. Y justo en ese momento, recordé de repente las palabras de Dios: “porque siempre he actuado con justicia, con equidad y con honor. En verdad deseo que vosotros también seáis virtuosos y no hagáis nada que vaya contra el cielo y la tierra, y en contra de vuestra conciencia. Esto es todo lo que os pido” La esencia de Dios es santa.Sus acciones son justas y gloriosas. Así que, Él exige que nosotros hagamos las cosas correctamente, y que hablemos y actuemos sin impureza. El precio que he establecido por un corte de pelo es de siete yuanes. ¿Porodos los clientes de forma justa? ¿Acaso no es dar un paso hacia atrás, a los viejos tiempos? No, no puedo permitir que Satanás me tome el pelo. Tengo que abandonar por completo mis tratos anteriores, hacer borrón y cuenta nueva. Así que, le dije la verdad: que eran siete yuanes. A pesar de no haber hecho dinero en esta ocasión, me sentí aliviado e increíblemente seguro y en paz conmigo mismo. No hay dinero en el mundo que pueda pagar esa sensación. Caté el sabor del júbilo por ser una persona honesta.

Tras haber catado el sabor del júbilo por ser una persona honesta, poco a poco el dinero fue importándome menos, y además desde lo más profundo de mi corazón, y estaba dispuesta a poner en práctica la honestidad.

Un día entró una clienta en mi tienda para que le alisara el pelo. Cuando la vi, noté que su pelo no servía para alisar, así que le dije: “No se puede alisar su pelo, porque se quemará”. En otra ocasión vino otra clienta para que le cortase el pelo. Vi que tenía el largo apropiado así que le dije: “Su pelo está bien así; será mejor que no lo corte porque no va a quedarle bien”. Se marchó con una sonrisa. Un cliente que estaba allí quedó algo confundido y dijo: “Nunca he visto a una persona tan honesta como usted. Vino a que le cortaran el pelo. Si usted simplemente le hubiese hecho un corte sencillo, ¿acaso no hubiese ganado dinero? Es usted demasiada honesta”. En una ocasión encontré un par de pendientes de oro que valdrían dos mil yuanes o más. Cuando la clienta volvió preguntando por ellos, se los devolví sin dudar. La clienta me dio las gracias: “Es usted tan amable. Qué suerte que los haya perdido en su tienda. Si los hubiese perdido en cualquier otra tienda, probablemente no los habría recuperado. De verdad es usted una buena persona”. Y yo pensé: No es que yo sea una buena persona, sino que las palabras de Dios me han cambiado.

Tras haber puesto en práctica el ser una persona honesta, para sorpresa mía, mi negocio empezó a ir viento en popa. Mucho más que antes. Es más: no sólo no pocos clientes se convirtieron en clientes habituales, sino que además trajeron consigo familiares y amigos. Algunos clientes decían: “Venimos todos por su honestidad”. Mi tienda está situada en un callejón, y había otra peluquería grande y de renombre en la misma calle. Con el tiempo, muchos clientes de aquella peluquería vinieron a la mía. Decían: “En la otra tienda cobran demasiado. Todos los servicios son más caros que aquí. Además, se sirven de todos los trucos posibles para engañarnos. No son tan honestos como usted. Los precios de usted son justos y razonables”. Dentro de nada esa tienda va a cerrar mientras que la mía tiene más clientes que antes, y cada vez el negocio es más próspero. Si hubiese continuado con mi manera anterior de hacer negocios, “lo primordial es el beneficio” y “no hay negociante honesto”, hoy por hoy, mi tienda hubiese corrido la misma suerte que esa otra, y acabaría cerrando las puertas. No puedo evitar dejar de ofrecer todas mis gracias y alabanzas a Dios, desde lo más profundo de mi corazón, y mientras tanto, lo he catado de verdad: seguir la palabra de Dios y ser una persona honesta, no sólo hizo que mi negocio vaya viento en popa, sino que mi corazón ha sido liberado y eximido, y disfruta de una felicidad incomparable. Tal como dice la palabra de Dios: “Por medio de los hechos que realizo a lo largo y ancho del universo, Yo mostraré a las personas honestas la maravilla de Mis acciones, y con eso aumentaré su sabiduría, su conocimiento y su discernimiento, y provocaré que las personas mentirosas sean destruidas en un instante debido a Mis hechos maravillosos”.

Fin.

(Traducido del original en inglés al español por Eva Trillo)

Recomendación: Testimonio cristiano


Un Viaje de Fe

2019-12-03 21:41:57 | Reflexiones Cristianas

Como todo recién llegado a América, Xiaomo no estaba familiarizada con nada. Cada día encontraba diversas dificultades con las que le costaba lidiar, como la barrera del idioma, no conocer el camino, etc. Entre estas dificultades, su supervivencia era la más urgente.

Después de establecerse allí, Xiaomo descubrió que le quedaba muy poco del dinero que había traído, lo que le hizo darse cuenta de que el dólar americano y el yuan chino eran muy diferentes. Xiaomo nunca olvidará que la primera vez que salió gastó 6,50$ en dos cuencos. “Eso equivale a la friolera de 30 o 40 yuanes”, no podía evitar exclamar, pero una hermana le sonrió y la tranquilizó: “Todo irá bien cuando te acostumbres”.

En la vida real, el dinero es una gran necesidad. Ante este pensamiento, Xiaomo entendió que tenía que encontrar un trabajo para ganarse la vida.

Durante todo un día, Xiaomo caminó por calles y caminos extraños. Entornos que no conocía y gente de distintas razas y lenguas, todo le hizo a Xiaomo sentirse insegura. Afortunadamente, Xiaomo vivía en Chinatown, donde hay muchas tiendas regentadas por chinos.

Tan pronto como Xiaomo vio un anuncio de trabajo en una tienda, se armó de valor para entrar y preguntar por él. Pero todo lo que oyó fue: “¿Sabes hablar inglés?” Desgraciadamente, Xiaomo no sabía inglés. Al final del día, después de recorrer el bloque entero de casas, Xiaomo estaba agotada y no había encontrado trabajo.

Por la noche, Xiaomo volvió a casa. Estaba muy deprimida. “Había cruzado el océano sólo para llegar a América. Sin la compañía de mis padres y parientes, ¿en quién podré confiar? ¿Quién me ayudará?” Pensando en estas cosas, Xiaomo derramaba lágrimas de impotencia.

 

Al ver esto, la hermana se acercó a ella y la consoló: “Cuando vine aquí por primera vez también pasé muchos apuros, igual que tú. Aunque di muchas vueltas, doy gracias a Dios por haberme guiado en ellas. En realidad, todos estos problemas son temporales. Dios los utiliza para aumentar nuestra fe, para ayudarnos a aprender a confiar en Él y mirar hacia Él, y para hacer que experimentemos tangiblemente la obra de Dios. Ahora que te encuentras con estas dificultades prácticas, deberías rezar más a Dios. Él es nuestra única confianza. Sólo cuando confiamos en Él tendremos un camino que seguir y nunca nos perderemos”.

Las palabras de la hermana le hicieron a Xiaomo recordar a Dios. Pensó: “¡Es cierto! ¿Cómo he podido olvidar a Dios?” Entonces Xiaomo rezó rápidamente a Dios, desahogando sus dificultades prácticas con Dios.

Después de rezar, Xiaomo pensó en estas palabras: “Todas las cosas bajo las disposiciones y la soberanía de Dios obedecen leyes naturales y, si te decides a dejar que Dios organice y dicte todo para ti, debes aprender a esperar, a buscar y a someterte. Esta es la actitud que toda persona que quiere someterse a la autoridad de Dios debe adoptar, la cualidad básica que debe poseer toda persona que quiere aceptar la soberanía y las disposiciones de Dios. Para tener tal actitud, para poseer tal cualidad, debéis trabajar más duro, y sólo así podréis entrar en la verdadera realidad”. Después de leer estas palabras, pensó: Todo obedece a una ley objetiva de desarrollo. Sólo he pasado un día buscando trabajo, y cuando he fallado, me he hundido en la negatividad y la dificultad. La verdad es que no tengo perseverancia. Además, he tenido poca fe. Las palabras dicen: “debes aprender a esperar, a buscar y a someterte”, debería someterme a la soberanía de Dios y a Sus planes para experimentar la obra de Dios y saborear Sus acciones.

Para su sorpresa, cuando Xiaomo cambió de actitud y condición y buscó trabajo de nuevo, encontró fácilmente uno en el que era competente. Xiaomo percibió que Dios estaba realmente vigilando a su lado, y que era su ayuda siempre presente. Pero como la mayor parte del tiempo no había habido lugar para Dios en su corazón y no había sabido cómo confiar en Dios, le había faltado la fe en Dios y había caído en todo tipo de dificultades y preocupaciones. Cuando Xiaomo dio gracias a Dios, también se sintió avergonzada de la poca fe que había tenido.

Sin darse cuenta, Xiaomo ya llevaba trabajando en un restaurante dos meses. Llegó un día, en realidad no era su día libre sino el de una compañera que había cambiado su turno con ella, de modo que Xiaomo no fue a trabajar. Hacia las tres de la tarde, su compañera la llamó para avisarla de que el restaurante se estaba quemando, y todos sus compañeros estaban asustados.

Al escuchar estas alarmantes noticias, Xiaomo siguió agradeciendo a Dios en su corazón. ¡Sabía bien que la razón por la que ella había podido escapar de esta tragedia era, sin duda, el cuidado y la protección de Dios! Resultó que el fuego se inició en su lugar de trabajo y destruyó tres o cuatro tiendas vecinas. Este suceso causó bastante revuelo a nivel local.

Dos días después, Xiaomo vio el restaurante quemado y a los compañeros que se encontraban allí en el momento del incendio. Aún seguían asustados. Mirando las expresiones de sus caras, Xiaomo sintió de verdad que había estado bien protegida por Dios.

Más tarde, Xiaomo recordó que varios días antes del accidente, ella había oído por casualidad a los encargados del restaurante decir que el jefe tenía pocos recursos y se iba a huir con dinero. Inesperadamente, unos días más tarde sucedió el incidente, y lo que ocurrió después probó que el jefe en realidad había huido, y lo había hecho con su dinero ganado con gran esfuerzo.

Por un lado, este asunto hizo a Xiaomo ver la justicia de Dios. La Biblia dice: “Amados, nunca os venguéis vosotros mismos, sino dad lugar a la ira de Dios, porque escrito está: ‘Mia es la venganza, yo pagare’, dice el Señor” (Romanos 12:19).

Por otro lado, esto desafiaba la fe de Xiaomo. El restaurante se había quemado, Xiaomo estaba sin empleo, y el jefe había huido con su salario de medio mes ganado con gran esfuerzo. Xiaomo contó atentamente todo el dinero que tenía, y descubrió que si quitaba el dinero del alquiler mensual de la casa, con el dinero restante apenas podía mantenerse.

Durante los días siguientes, el tiempo era muy valioso para Xiaomo, pues cada día de retraso en encontrar un trabajo significaba que tendría problemas graves. Xiaomo supo que sería otro viaje de fe. Previamente, ella había mostrado su pequeña fe en Dios; esta vez, estaba dispuesta a creer en el poder absoluto y la soberanía de Dios, a someterse a Su dirección y Sus planes.

Xiaomo pensó en estas palabras: “La fe es como un puente de un solo tronco: aquellos que se aferran miserablemente a la vida tendrán dificultades para cruzarlo, pero aquellos que están dispuestos a sacrificarse pueden pasar sin preocupación. Si el hombre tiene pensamientos de duda y de temor, es un engaño de Satanás. Él teme que crucemos el puente de la fe para entrar en Dios. Satanás diseña todos los medios posibles para enviarnos sus pensamientos; siempre debemos orar para que la luz que Dios brille sobre nosotros, y siempre debemos confiar en Dios para purificarnos del veneno de Satanás. Siempre debemos practicar en nuestros espíritus el acercarnos a Dios. Debemos permitir que Dios domine todo nuestro ser”. A través de las palabras de Dios, Xiaomo comprendió que su pequeña fe en Dios siempre le había hecho imaginar muchos resultados terribles, de modo que vivía con pánico e indefensión, perdiendo su fe en Dios y, en consecuencia, su confianza en Él, cayendo en el remolino de Satán. Todo esto era Satán atormentándola.

Las palabras dicen: “Recuerda la Era de la Ley. Cuando los israelitas se desplazaban, tras abandonar Egipto, Dios les dio codornices y maná. ¿Permitió Dios que los conservaran? (No.) Algunas personas, de mente cerrada, tuvieron miedo de que no hubiera más al día siguiente, por lo que guardaron un poco. ‘¡Guárdalo por si lo necesitamos más tarde!’ ¿Qué ocurrió entonces? Al día siguiente se había podrido. Dios no les permitió conservar nada como reserva, porque Él había tomado medidas que garantizaban que no pasaran hambre. Pero las personas no tenían esa confianza y siempre querían apartar un poco, porque pensaban: ‘¡No se puede confiar en los actos de Dios! No puedes verle ni tocarle. Sigue siendo mejor apartar algo para después. ¡Tienes que ser precavido, porque nadie cuidará de ti sino te buscas una solución por ti mismo!’ Como puedes ver, la humanidad no tiene esa confianza ni una fe sincera en Dios. Siempre deja algo de lado para después y nunca es capaz de ver todo el cuidado y la reflexión que Dios puso al prepararlo todo para la humanidad. Sencillamente, siempre es incapaz de sentirlo, y desconfía siempre de Dios y pensando: ‘¡No se puede confiar en las acciones de Dios! ¡Quién sabe si Él se lo dará a la humanidad ni cuándo lo hará! Si estoy realmente hambriento y Dios no lo da, ¿no pasaré hambre? ¿No me faltará nutrición?’ ¡Fíjate en lo pequeña que es la confianza del hombre!” Estas palabras borraron las imaginaciones de Xiaomo y aumentaron su fe. Ella creía que, aunque encontrara dificultades, estando en el extranjero sola, aparentemente aislada y sin amigos, sabía que no estaba sola porque Dios estaba con ella todo el tiempo. Aunque no percibía ni sentía que Dios hubiera hecho ya planes adecuados para todo, sabía que “Hay un tiempo señalado para todo, y hay un tiempo para cada suceso bajo el cielo” (Eclesiastés 3:1). Creía que Dios era su más poderoso guardián y que estaría a su lado, sin abandonarla jamás.

Durante los días siguientes, Xiaomo tuvo que cooperar en ciertas labores de la iglesia, entregándose así al intenso trabajo de la iglesia. A veces también pensaba en salir a buscar un trabajo, pero gracias a la dirección y protección de Dios, se sentía muy tranquila. Al ver el aspecto tranquilo de Xiaomo, la hermana dijo: “Si pones tu corazón en la iglesia, el trabajo llegará a ti por sí solo”. Xiaomo sólo sonrió. Interpretó las palabras de la hermana como una broma, y pensó que las cosas no eran tan simples como la hermana decía.

Aquella tarde, cuando Xiaomo había terminado de colaborar en la iglesia, en realidad ella sólo planeaba deambular para ver si había algún puesto de trabajo. Fue caminando hasta un centro comercial y, sorprendentemente, encontró un trabajo a los diez minutos. Y al emocionarse, fue más capaz de experimentar la soberanía de Dios, la fidelidad, la misericordia y el amor de Dios por ella.

Habiendo llegado tan lejos, Xiaomo ha apreciado verdaderamente que las experiencias de los cristianos que viven lejos en un país extranjero son realmente un viaje de fe. Y que con la compañía de Dios, salta el esplendor en el viaje.

(Traducido del original en inglés al español por Sara Roncal)

Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.