Dios Todopoderoso es mi salvador

Que el amor y la misericordia de DIOS estén siempre contigo

La Difusión del Evangelio del Reino de Dios Todopoderoso en China

2020-05-27 15:34:39 | Palabra de Dios
 
En 1995, la obra de dar testimonio del evangelio del reino de Dios Todopoderoso comenzó formalmente en China continental. Por medio de nuestra gratitud a Dios y con un amor que era verdadero, dimos testimonio de la aparición y de la obra de Dios Todopoderoso a los hermanos y hermanas en varias denominaciones. Poco esperábamos tener que someternos a la resistencia extrema y a la calumnia de sus líderes. Sólo podíamos venir ante Dios Todopoderoso para orar fervientemente, suplicando a Dios que obrara en persona. A partir de 1997 vimos la obra del Espíritu Santo en gran escala. Hubo un rápido aumento en la cantidad de miembros de las iglesias en varios lugares. Al mismo tiempo, ocurrieron muchas señales y maravillas y muchas personas en varias denominaciones regresaron a Dios Todopoderoso como resultado de recibir las revelaciones de Dios o de ver estas señales y maravillas. Si el Espíritu Santo no hubiera obrado, ¿qué podría hacer la gente? Esto nos hizo darnos cuenta de que, aunque entendíamos algunas verdades, no podíamos dar testimonio de Dios Todopoderoso solamente a través de nuestra fuerza humana. Después de que estas personas de diversas denominaciones aceptaron a Dios Todopoderoso, poco a poco se sintieron seguras de Dios Todopoderoso en sus corazones por medio de comer, beber y disfrutar de la palabra de Dios Todopoderoso y, después de un período de tiempo, se produjo en ellas una fe y obediencia genuinas. De esta manera, personas de todas las denominaciones fueron levantadas ante el trono y ya no esperaban “encontrar al Señor en el cielo” como lo habían imaginado.
Desde que el evangelio del reino comenzó a extenderse, hemos sido acosados y cruelmente perseguidos por el gobierno chino. Y lo que es aún más trágico, también hemos sido vilipendiados, incriminados, condenados y rechazados por la Iglesia Católica y por todas las denominaciones cristianas. Esto nos ha afligido enormemente e incluso ha estancado la obra del evangelio durante un tiempo. Frente a esa situación, nos encontramos sin saber qué hacer; era como si estuviéramos acosados por todos lados. Al mismo tiempo, fuimos doblemente reprochados: hemos disfrutado de tanta salvación de Dios y hemos comprendido tantas verdades, pero no podemos difundir el evangelio. Verdaderamente no merecemos ser testigos de Dios, hemos fallado a la hora de vivir a la altura de Su encargo. En este estado de ánimo, todos sentíamos que habíamos fracasado en nuestro deber, no sabíamos qué rumbo tomar y no sabíamos cómo rendirle cuentas a Dios, y mucho menos sabíamos cómo enfrentar las exhortaciones y la encomienda de Dios. Desconcertados, aun sentíamos que el corazón de Dios nos llamaba y que llamaba a cada oveja que Él deseaba ganar. De este modo, todos nos acercamos a Dios sintiéndonos endeudados, culpables y sedientos para orar a Dios y volcar ante Él nuestros corazones: “¡Dios! Danos fuerzas y concédenos sabiduría para que podamos encontrar todas Tus ovejas. Que Tu voluntad se cumpla en nosotros y que Tu evangelio del reino sea difundido. Que Tu Palabra lleve a más personas a Tu casa. En tanto podamos difundir Tu evangelio, estamos dispuestos a someternos a un mayor sufrimiento, aunque tengamos que sacrificar nuestras vidas. Sólo oramos para que nos des más fuerzas. Estamos dispuestos a cooperar con Tu guía paso a paso. Oh Dios, porque nuestra estatura es pequeña y porque somos débiles, no podemos completar Tu encomienda sin inconvenientes. Te pedimos que ates esos poderes hostiles que interfieren con la difusión de Tu evangelio, que maldigas la progenie del diablo que no te pertenece, que elimines todos los obstáculos que entorpecen la difusión de Tu evangelio y que abras una vía de salida para nosotros”. Creímos que nuestras oraciones llegaron a oídos de Dios porque nuestra petición había sido hecha según la voluntad de Dios y para cumplir con la voluntad de Dios. Al poco tiempo, Dios en verdad llevó a cabo una gran obra que nos trajo una emoción y un gozo que nunca antes habíamos sentido. Dios nos otorgó sabiduría y nos dio fe y fuerza para que la obra del evangelio se extendiera rápidamente y alcanzara su clímax. Cada uno de nosotros supo y, más que eso, creyó que ésta era una buena nueva que Dios nos trajo y que también era el ánimo y la recompensa que Dios nos daba. El sufrimiento que habíamos padecido fue recompensado. En el fondo de nuestros corazones abrazamos una apreciación aún mayor del verdadero significado de las palabras: “Sólo Dios Mismo puede hacer Su propia obra”. Dios no nos puso las cosas difíciles ni mucho menos nos hizo sentir avergonzados. Simplemente nos dio algunas pequeñas pruebas al comienzo. Felices, nos sentimos agradecidos desde el fondo de nuestros corazones por la guía, la ayuda, el cuidado y la protección de Dios. Al mismo tiempo, también vimos la grandeza de las obras de Dios y la honorabilidad de Su carácter y, más aún, vimos la justicia de Dios y Su intolerancia con respecto a las ofensas de la gente, ya que al mismo tiempo que salvaba a la humanidad, Dios también castigó a muchos enemigos que se resistieron a Él. Entre los líderes de todas las denominaciones en las 24 provincias y ciudades municipales de la China continental, hay casos típicos de personas que son castigadas por resistirse, condenar a Dios Todopoderoso y blasfemar contra Él frenéticamente. El número es significativamente mayor que el de las personas que fueron castigadas por resistirse a la obra de Dios durante la Era de la Ley. Se puede ver que, durante los últimos días, la humanidad ha sufrido una corrupción extrema y se ha vuelto aún más vehemente en su resistencia a Dios. Así que muchas personas han sido castigadas y eliminadas, lo cual ha cumplido completamente la profecía en la Biblia que dice: “Muchos son llamados, pero pocos son escogidos”. Si el Espíritu Santo no hubiese hecho esta gran obra, la humanidad sería incapaz de llevar a cabo la obra de difundir el evangelio del reino. De principio a fin, la obra de Dios y la obra de difundir el evangelio del reino han soportado una frenética resistencia y una cruel persecución del gobernante Partido Comunista Chino, el gran dragón rojo. Al menos más de cien mil personas de la Iglesia de Dios Todopoderoso han sido detenidas y encarceladas, y han padecido toda clase de estragos y torturas. Demasiadas personas son buscadas y perseguidas por el Partido Comunista Chino y, al no poder regresar a su hogar, sólo pueden moverse de acá para allá entregándose a Dios. Demasiadas personas son espiadas y no pueden cumplir con su deber. Muchas están controladas por el Partido Comunista Chino y no pueden salir de sus hogares… Al resistirse y destruir la obra de Dios, el régimen del gran dragón rojo ha usado todo tipo de medios despreciables y ha gastado grandes cantidades de recursos humanos y financieros. A pesar de agotar sus artimañas maliciosas e insidiosas, no puede detener el avance de la obra de Dios. Dios maniobra todas las cosas disponibles en pro del cumplimiento de Su voluntad. El gran dragón rojo está completamente bajo la orquestación de Dios, y es mandado por Dios de tal manera que termine completamente confundido y se encuentre sin salida. Demasiadas veces el gran dragón rojo ha estado a punto de llevar a cabo arrestos a nivel nacional, pero su plan ha sido interrumpido por el arreglo de Dios; muchas veces el gran dragón rojo ha querido extender su mano para acabar con la Iglesia de Dios Todopoderoso, pero no ha tenido éxito; demasiadas veces el gran dragón rojo ha intentado llevar a cabo mayores acciones para acabar con la obra de Dios, pero ha caído bajo la soberanía y las maniobras de Dios. En esas ocasiones, el gran dragón rojo estaba desesperado y lleno de ira, pero no tenía estrategias para llevar a cabo, así que tuvo que admitir que tenía mala suerte; ¡El cielo no ayuda! ¡Es verdad que el Cielo destruye al Partido Comunista Chino! Gracias a la difusión del evangelio del reino hemos contemplado la omnipotencia de Dios: no importa cuán feroces sean los poderes de Satanás y cómo unen esfuerzos para resistirse a la obra de Dios, no les sirve de nada. En sólo diez años aproximadamente, el evangelio del reino se ha extendido por toda China continental. La palabra de Dios y el nombre de Dios se han extendido a través de cientos de millones de hogares y millones de personas han venido bajo el nombre de Dios Todopoderoso. Entre las diversas denominaciones en China continental, la mayoría de las personas que persiguen la verdad y que verdaderamente buscan a Dios han regresado ante Dios Todopoderoso. Millones de personas disfrutan de la palabra de Dios Todopoderoso, recibiendo así la obra y la salvación de Dios, alabando las maravillosas obras de Dios. Dios ha hecho un grupo de vencedores en China y ha ganado un grupo de personas que están totalmente de acuerdo con Él. Esto ha abierto el camino para la aparición pública de Dios. La obra de Dios finalmente ha terminado en gloria. Dios ha comenzado a castigar al gran dragón rojo, después de lo cual Él aparecerá públicamente ante cada nación y lugar del mundo.
En 1992, Dios Todopoderoso —Cristo de los últimos días— comenzó formalmente a pronunciar Su voz y a hablar en la identidad inherente de Dios. Él ha expresado millones de palabras y ha conquistado y salvado exhaustivamente al pueblo elegido de Dios en China. Seguidamente hubo una rápida expansión como testimonio de la obra de Dios de los últimos días en China continental y la obra del Espíritu Santo acompañó al pueblo elegido de Dios. Un gran número de personas de diversas denominaciones fueron conquistadas por la palabra de Dios, y dieron el crédito de ello enteramente a la palabra de Dios y estuvieron completamente convencidas. Las ovejas de Dios finalmente oyeron Su voz y regresaron ante Él. Durante este período, el Espíritu Santo llevó a cabo numerosas señales y maravillas, y guio al pueblo elegido de Dios de varias denominaciones en su regreso a la casa de Dios Todopoderoso. A medida que el pueblo elegido de Dios regresaba día tras día, todas las denominaciones se derrumbaron y dejaron de existir; fue como si el mundo religioso en pleno hubiese sido borrado.
Durante la difusión del evangelio del reino, todo tipo de demonios y anticristos que se resistieron a Dios recibieron el justo castigo de Dios Todopoderoso. De esta manera, la gente vio las consecuencias de ir en contra de Dios. El gran dragón rojo intentó estrangular la obra de Dios y acabar con ella, pero finalmente todo terminó en fracaso. Todos los poderes malignos que se resistieron a Dios fueron avergonzados por completo y fracasaron. El gran dragón rojo finalmente terminó su servicio y comenzó a recibir el castigo de Dios. Dios Todopoderoso dijo una vez: “¿Realmente odiáis al gran dragón rojo? ¿Verdaderamente, sinceramente, lo odiáis? ¿Por qué os he preguntado eso tantas veces? ¿Por qué sigo haciéndoos esta pregunta una y otra vez? ¿Qué imagen hay en vuestro corazón del gran dragón rojo? ¿Realmente la habéis quitado? ¿Verdaderamente no lo consideráis vuestro padre? Todas las personas deberían percibir Mi intención en Mis preguntas. No es para provocar la ira de las personas, ni para incitar la rebeldía entre los hombres, ni para que el hombre pueda encontrar su propio camino de salida, sino que es para permitirles a todas las personas que se liberen de la esclavitud del gran dragón rojo. Pero nadie debe preocuparse. Mis palabras cumplirán todo; ningún hombre puede participar y ningún hombre puede hacer la obra que Yo llevaré a cabo. Voy a limpiar el aire de todas las tierras y a erradicar de la tierra todo rastro de los demonios. Ya he comenzado y voy a empezar el primer paso de Mi obra de castigo en la morada del gran dragón rojo. Así, se puede ver que Mi castigo ha caído en todo el universo, y que el gran dragón rojo y toda clase de espíritus inmundos no tendrán poder para escapar de Mi castigo, porque Yo contemplo todas las tierras. Cuando Mi obra en la tierra se termine, es decir, cuando la época del juicio llegue a su fin, formalmente castigaré al gran dragón rojo. Mi pueblo verá Mi justo castigo hacia el gran dragón rojo, derramará sus alabanzas por Mi justicia y para siempre exaltará Mi santo nombre por Mi justicia. De ahí que llevaréis a cabo formalmente vuestro deber y formalmente me alabaréis por todas las tierras, ¡por los siglos de los siglos!
Cuando la era del juicio alcance su máximo nivel, no me apresuraré para concluir Mi obra sino que integraré a ella la evidencia de la era del castigo y permitiré que todo Mi pueblo vea esta evidencia; esto dará mayor fruto. Esta evidencia es el medio por el cual castigo al gran dragón rojo y haré que Mi pueblo lo vea con sus propios ojos para que conozca más de Mi carácter. El momento en el que Mi pueblo me gozará será cuando el gran dragón rojo sea castigado. Hacer que el pueblo del gran dragón rojo se levante y se rebele contra él es Mi plan y el método por el cual perfecciono a Mi pueblo y es una gran oportunidad para que todo Mi pueblo crezca en vida” (‘Capítulo 28’ de Las palabras de Dios al universo entero en “La Palabra manifestada en carne”).
La difusión del evangelio del reino ha alcanzado un nivel sin precedentes. Millones de personas han venido bajo el nombre de Dios Todopoderoso. El nombre de Dios Todopoderoso se ha extendido por toda China continental y en todas las provincias y regiones han aparecido iglesias de Dios Todopoderoso. Todos aquellos que han aceptado la obra de Dios Todopoderoso están disfrutando del pastoreo de la palabra de Dios y experimentando la obra de salvación de Dios. Así como Dios Todopoderoso dijo: “Estoy llevando a cabo Mi obra por todo el universo y en el oriente se producen choques interminables como de truenos que sacuden a todas las naciones y denominaciones. Es Mi voz la que ha guiado a todos los hombres al presente. Haré que todos los hombres sean conquistados por Mi voz, que caigan en esta corriente y se sometan ante Mí, porque desde hace mucho tiempo he recuperado Mi gloria de toda la tierra y la he emitido nuevamente en el oriente. ¿Quién no anhela ver Mi gloria? ¿Quién no espera ansiosamente Mi regreso? ¿Quién no tiene sed de Mi reaparición? ¿Quién no suspira por Mi hermosura? ¿Quién no vendría a la luz? ¿Quién no contemplaría la riqueza de Canaán? ¿Quién no anhela el regreso del Redentor? ¿Quién no adora al Gran Todopoderoso? Mi voz se extenderá por toda la tierra; quiero, frente a Mi pueblo elegido, decirles más palabras. Como los poderosos truenos que sacuden las montañas y los ríos, digo Mis palabras a todo el universo y a la humanidad. Por tanto, las palabras en Mi boca se han convertido en el tesoro del hombre y todos los hombres aprecian Mis palabras. El relámpago destella desde el oriente hasta el occidente. Mis palabras son tales que el hombre se resiste a renunciar a ellas y, al mismo tiempo, las encuentra insondables, pero se regocija aún más en ellas. Al igual que un recién nacido, todos los hombres se alegran y regocijan, celebrando Mi llegada. Por medio de Mi voz, traeré a todos los hombres delante de Mí. A partir de entonces, entraré formalmente a la raza de los hombres para que ellos vengan a adorarme. Con la gloria que irradio y las palabras en Mi boca, haré que todos los hombres se presenten ante Mí y vean que el relámpago destella desde el oriente, y que Yo también he descendido al ‘Monte de los Olivos’ del oriente. Verán que llevo ya mucho tiempo en la tierra, ya no como el Hijo de los judíos, sino como el Relámpago del oriente. Porque he resucitado hace mucho tiempo, me he alejado del seno de la humanidad y reaparecido luego con gloria entre los hombres. Soy Aquel que fue adorado en eras innumerables antes de ahora y también soy el infante abandonado por los israelitas en eras innumerables antes de ahora. ¡Además, soy el todo glorioso Dios Todopoderoso de la era actual! Que todos se presenten ante Mi trono y vean Mi semblante glorioso, oigan Mi voz y contemplen Mis obras. Esta es la totalidad de Mi voluntad; es el fin y el clímax de Mi plan, así como el propósito de Mi gestión. ¡Que cada nación me adore, que cada lengua me reconozca, que todos los hombres depositen su fe en Mí y que todas las personas se sometan a Mí!” (‘Los siete truenos retumban: profetizan que el evangelio del reino se extenderá por todo el universo’ en “La Palabra manifestada en carne”).
La obra de Dios en China continental finalmente ha culminado en gloria. Dios está a punto de aparecer públicamente ante cada nación y lugar. Aquellos en cada nación y lugar que han anhelado la aparición de Dios nunca soñaron que el Dios cuya aparición pública anhelaban ya había llegado secretamente a China y que ya ha llevado a cabo una etapa de Su obra de conquista y salvación. Hay muchas personas que todavía condenan la obra de Dios en China y que todavía blasfeman contra la obra del Espíritu Santo allí. Sólo cuando Dios aparezca públicamente serán despertados como de un sueño y se llenarán de remordimiento: “Nunca soñé que el Dios Todopoderoso al que me he resistido sea el mismo Señor Jesús que ha regresado”. Pero para entonces sólo podrán llorar y crujir sus dientes. Esto ha cumplido por completo las palabras del Apocalipsis de la Biblia: “He aquí, viene con las nubes y todo ojo le verá, aun los que le traspasaron; y todas las tribus de la tierra harán lamentación por Él” (Apocalipsis 1:7). El juicio del gran trono blanco finalmente ha comenzado.
Dios Todopoderoso dijo: “En el reino, las innumerables cosas de la creación comienzan a revivir y a obtener de nuevo su fuerza vital. Debido a los cambios en el estado de la tierra, los límites entre una tierra y otra también empiezan a moverse. Antiguamente, Yo había profetizado: cuando la tierra se divida de la tierra, y la tierra se una a la tierra, este será el tiempo en que Yo haré pedazos a las naciones reduciéndolas a escombros. En ese momento, renovaré toda la creación y la repartición de todo el universo, poniéndolo así en orden, transformando su viejo estado en uno nuevo. Este es Mi plan. Estas son Mis obras. Cuando las naciones y los pueblos del mundo regresen todos delante de Mi trono, tomaré de inmediato toda la abundancia del cielo y la concederé al mundo humano, de manera que, gracias a Mí, rebosará de una abundancia sin igual. No obstante, mientras el viejo mundo continúe existiendo, lanzaré Mi furia sobre sus naciones, promulgando abiertamente Mis decretos administrativos por todo el universo, y enviaré castigo a quien los viole:
Cuando vuelvo Mi rostro al universo para hablar, toda la humanidad oye Mi voz, y ve inmediatamente todas las obras que en todo el universo Yo he forjado. Los que van en contra de Mi voluntad, es decir, los que se oponen a Mí con los hechos del hombre, caerán bajo Mi castigo. Yo tomaré las numerosísimas estrellas de los cielos y las haré de nuevo; gracias a Mí el sol y la luna serán renovados, los cielos ya no serán más como eran; las innumerables cosas sobre la tierra serán renovadas. Todos serán completados por medio de Mis palabras. Las muchas naciones del universo serán divididas de nuevo y sustituidas por la mía, de forma que las naciones sobre la tierra desaparecerán para siempre y serán una sola que me adore; todas las naciones de la tierra serán destruidas, y dejarán de existir. De los seres humanos del universo, todos los pertenecientes al diablo serán exterminados; Mi fuego ardiente abatirá a todos los que adoran a Satanás, es decir que, excepto los que están ahora dentro de la corriente, el resto quedará reducido a cenizas. Cuando Yo castigue a los muchos pueblos, los del mundo religioso regresarán en grados diferentes a Mi reino, conquistados por Mis obras, porque habrán visto la llegada del Santo cabalgando sobre una nube blanca. Toda la humanidad seguirá a su propia especie, y recibirá castigos que variarán según lo que hayan hecho. Aquellos que se han opuesto a Mí perecerán; en cuanto a aquellos cuyos actos en la tierra no me han involucrado, seguirán existiendo en la tierra bajo el gobierno de Mis hijos y de Mi pueblo debido a la forma como se han comportado. Yo me revelaré a las innumerables personas y naciones, resonando con Mi propia voz sobre la tierra para proclamar la terminación de Mi gran obra, para que toda la humanidad la vea con sus propios ojos” (‘Capítulo 26’ de Las palabras de Dios al universo entero en “La Palabra manifestada en carne”).
 
"El amor de Dios se extiende como el agua de una fuente, y se te da a ti y a mí y a él ya todos los que verdaderamente buscan la verdad y esperan la aparición de Dios" (La Palabra manifestada en carne). ¿Quiere saber cómo recibir el regreso del Señor Jesús? No importa qué dificultades o confusión tenga usted en su fe o vida, no dude en ponerse en contacto con nosotros.
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La historia de Xiaozhen" recoge nueve premios

2020-05-26 19:23:49 | Películas Evangélicas
 
 
Festival de Película cristiana  de Virginia: drama musical "La historia de Xiaozhen" recoge nueve premios
El musical «La historia de Xiaozhen» recogió nueve premios, incluidos los premios al mejor director, mejor película y mejor banda sonora, etcétera, en el Festival de Cine Cristiano de Virginia, (EE. UU.). Desde su estreno en 2015, este musical, cuyo tema es el desarrollo de la transformación de la vida, ha recibido múltiples premios, uno detrás de otro, en países como Rusia, la India, EE. UU., etc. Desde su primera proyección, esta es la séptima vez que la película gana premios en festivales de cine.
El musical se centra en la metamorfosis de la vida de la cristiana Xiaozhen. Basado en una historia real, cuenta cómo el dinero y la fama tientan a las personas a que pierdan su humanidad, se distancien de Dios, pierdan el rumbo y sus objetivos en la vida y se dirijan hacia el terror y la impotencia de caer en desgracia. Mediante los giros de los destinos de los personajes, muy conmovedores y evocadores, la trama provoca que, punto álgido tras punto álgido, el público se pregunte cosas como: ¿qué es la felicidad exactamente? ¿Cuál es el valor y el sentido de la vida? ¿Quién puede salvar a las personas de sus vidas de sufrimiento y traerles felicidad y luz? Las letras utilizadas en el guion provienen de declaraciones anunciadas por el Creador a toda la humanidad. Expresan la preocupación, las esperanzas y el cuidado de Dios hacia los humanos, indicando el camino a todos aquellos que estén sufriendo profundamente y que se hayan descarriado, ¡para llevarles el evangelio y esperanza!
 
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Catástrofes frecuentes: cómo ser vírgenes prudentes a la hora de recibir al Señor

2020-05-26 04:36:54 | Evangelio Diario
El Señor Jesús dijo: “Y habréis de oír de guerras y rumores de guerras. ¡Cuidado! No os alarméis, porque es necesario que todo esto suceda; pero todavía no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino, y en diferentes lugares habrá hambre y terremotos. Pero todo esto es solo el comienzo de dolores” (Mateo 24:6-8). Un creciente número de catástrofes está teniendo lugar actualmente en todo el mundo: el coronavirus en Wuhan, las langostas en África, los incendios forestales en Australia y otros desastres han eclosionado uno tras otro. También han aparecido las cuatro lunas de sangre. Las profecías de la venida del Señor se han cumplido en lo fundamental; el Señor ya tiene que haber regresado. A muchos creyentes en el Señor les preocupa la siguiente cuestión: ¿Cómo podemos convertirnos en vírgenes prudentes a la hora de recibir el regreso del Señor? El Señor Jesús dijo una vez: “Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al novio. Y cinco de ellas eran insensatas, y cinco prudentes. Porque las insensatas, al tomar sus lámparas, no tomaron aceite consigo, pero las prudentes tomaron aceite en frascos junto con sus lámparas” (Mateo 25:1-4). Vemos en las Escrituras que las vírgenes prudentes prepararon aceite para sus lámparas y esperaron con veneración la venida del Señor. Al final pudieron recibirlo y asistir al banquete del reino de los cielos. Por eso muchos hermanos y hermanas creen que, siempre que lean sistemáticamente las escrituras, asistan a reuniones, asuman de manera diligente el trabajo para el Señor y aguarden con veneración, habrán preparado el aceite, serán vírgenes prudentes y el Señor los ascenderá al reino de los cielos cuando venga. Sin embargo, esta ha sido nuestra práctica durante muchos años y ahora han llegado todo tipo de catástrofes, pero aún tenemos que recibir al Señor. Esto no nos deja más opción que reflexionar para preguntarnos: ¿Trabajar para el Señor de manera tan diligente significa ser una auténtica virgen prudente? ¿Podremos recibir al Señor y ser ascendidos antes de la tribulación?
 
Leyendo las Escrituras, orando y trabajando de manera diligente para el Señor, ¿nos convertimos en vírgenes prudentes?
Recordemos a los escribas, los sumos sacerdotes y los fariseos. Todos ellos eran muy eruditos de las Escrituras y sus familias habían servido a Dios durante generaciones. Obedecían estrictamente la ley, cumplían los mandamientos, trabajaban de manera diligente e incluso viajaban por todo el mundo para difundir el evangelio de Dios. Puede decirse que trabajaron mucho, soportaron no pocos sufrimientos y aguardaron con veneración la llegada del Mesías. Según nuestras nociones y fantasías, ellos deberían haber sido las vírgenes prudentes que prepararan el aceite; deberían haber sido más aptos que nadie para recibir al Señor y obtener Su salvación y Su gracia. Sin embargo, ¿cuál fue la realidad? Cuando el Señor Jesús se hizo carne para venir a realizar Su obra, estas personas no solo no lo reconocieron, sino que hasta creyeron, en función de sus nociones y fantasías, que “quien no se llame ‘Mesías’ no es Dios”. Oían de forma nítida que las palabras del Señor tenían autoridad y poder, pero, basándose en sus nociones y fantasías, condenaban la obra y las palabras del Señor Jesús porque se desviaban de las Escrituras. Con esta justificación negaban que el Señor fuera Dios mismo y también se valían de esto para juzgar al Señor Jesús y blasfemar contra Él. No tenían ni un ápice de veneración hacia Dios en su corazón; no entendieron ni buscaron ni investigaron esto. Incluso colaboraron con el Gobierno romano para crucificar al Señor Jesús y acabaron castigados por Dios. Así pues, ¿puede afirmarse que los fariseos fueron vírgenes prudentes? Solo se preocupaban de afanarse por trabajar y de respetar las leyes del Antiguo Testamento, pero no tenían el menor conocimiento de Dios; eran incapaces de oír la voz de Dios. Se les podría denominar las vírgenes más insensatas. Entonces, ¿qué es realmente una virgen prudente? Sigue leyendo para saber más.
¿Qué es una virgen prudente?
El Señor Jesús dijo una vez: “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen” (Juan 10:27). “Pero a medianoche se oyó un clamor: ‘¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo.’” (Mateo 25:6). En las Escrituras vemos que las vírgenes prudentes son capaces de recibir al novio, principalmente, porque dan gran importancia a escuchar la voz de Dios. Cuando oyen clamar que viene el novio, las vírgenes prudentes toman la iniciativa de salir a recibirlo, buscan e investigan. Al final oyen la voz de Dios en las palabras de Dios, por lo que reciben al Señor. Es igual que cuando la mujer samaritana, como consta en las Escrituras, oyó decir al Señor Jesús: “Porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; en eso has dicho la verdad” (Juan 4:18). Se dio cuenta entonces de que solo Dios podía conocer y hablar de lo que había en su corazón. Atónita, gritó a quienes estaban allí: “Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo lo que yo he hecho. ¿No será este el Cristo?” (Juan 4:29). Reconoció a partir de Sus palabras que el Señor Jesús era el Mesías cuya venida habían profetizado. Luego está Pedro, que mientras estuvo con el Señor comprobó que las palabras y la obra del Señor Jesús no eran cosas que un hombre normal pudiera decir y hacer. A partir de las palabras y la obra del Señor, reconoció que el Señor Jesús era Cristo, el Hijo de Dios. También Natanael, Juan, Andrés y otros oyeron la voz de Dios en las palabras del Señor Jesús. Comprendieron a ciencia cierta que el Señor Jesús era el propio Dios y lo abandonaron todo para seguirlo. Estas son las únicas vírgenes prudentes.
Los hechos anteriores evidencian que no todos aquellos que leen las Escrituras, asisten a reuniones, asumen de manera diligente el trabajo para el Señor y aguardan con veneración son vírgenes prudentes. Ante todo, las vírgenes prudentes son quienes escuchan la voz de Dios y, cuando oyen a otros difundir el evangelio de Dios, son capaces de deponer sus nociones y fantasías e investigar la obra de Dios con un humilde corazón de búsqueda. Al final obtienen esclarecimiento de Dios, reconocen Su voz y reciben al Señor. Todos aquellos que no están atentos a escuchar la voz de Dios, que no buscan ni siquiera tras oír la verdad manifestada, que carecen de discernimiento, que solo se aferran con obstinación a las palabras textuales de las Escrituras y creen que trabajando, entregándose y haciendo ofrendas podrán recibir la aparición de Dios son vírgenes insensatas que acabarán perdiendo la salvación y la gracia de Dios.
Para evitar convertirnos en vírgenes insensatas, abandonadas y descartadas por Dios en medio de las catástrofes, en este momento crucial en que hemos de recibir la venida del Señor debemos convertirnos en vírgenes prudentes y centrarnos en procurar oír la voz de Dios. Está escrito en el Libro del Apocalipsis: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias” (Apocalipsis 2:7). “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3:20). Estas profecías demuestran que, cuando el Señor regrese en el fin de los tiempos, va a declarar palabras. Entonces, ¿cómo podemos discernir la voz de Dios? Hablemos a continuación de algunos principios más.
1) Las declaraciones de Dios poseen autoridad y poder y son expresión del carácter de Dios
Como todos sabemos, en el principio Dios creó el mundo con declaraciones. Las declaraciones de Dios poseen autoridad y poder; en cuanto Dios hace una declaración, esta se lleva a cabo en la realidad. Tal como dijo Dios en el Libro del Génesis: “Sea la luz. Y hubo luz” (Génesis 1:3). “Júntense en un lugar las aguas que están debajo de los cielos, y que aparezca lo seco. Y fue así” (Génesis 1:9). Dijo Jehová a Moisés: “Dirígete a toda la congregación de los hijos de Israel y diles: seréis santos, porque Yo, Jehová, vuestro Dios, soy santo” (Levítico 19:2). También están las palabras con las que el Señor Jesús dejó en evidencia a los fariseos: “Pero, ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres, pues ni vosotros entráis, ni dejáis entrar a los que están entrando” (Mateo 23:13).
Una vez que hemos oído las palabras de Dios, nos damos cuenta de que ningún ser humano normal podría decirlas. Las palabras de Dios pueden ordenar todas las cosas; estas son elaboradas y perfeccionadas por aquellas. Quienes se oponen y desobedecen a Dios también pueden ser condenados por Sus palabras. Nos asombra oírlas y podemos percibir que el carácter de Dios no tolera ofensa de ningún ser humano, que las palabras de Dios representan íntegramente Su estatus y autoridad y que en los últimos días debemos reconocer si lo que oímos es o no la voz del Señor que ha regresado. Así es como podemos recibir discernimiento.
2) Las palabras de Dios revelan misterios y dejan al descubierto la corrupción y los secretos de la humanidad
Como todos sabemos, el Señor Jesús encarnado reveló muchos misterios durante el tiempo en que vino a obrar. Por ejemplo, “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado” (Mateo 4:17) y “No todo el que me dice: ‘Señor, Señor’, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21). Precisamente porque el Señor reveló los misterios en torno a la entrada en el reino de los cielos sabemos que únicamente pueden entrar en él aquellos que se arrepienten verdaderamente y se convierten en hacedores de la voluntad del Padre celestial. Esto es algo que nunca hubiéramos sabido si el Señor Jesús no nos hubiera revelado este misterio.
Dios es, además, un Dios escrutador de las profundidades del corazón de las personas. Dios nos conoce exhaustivamente; solo Dios puede revelar nuestra corrupción y lo que mora en nuestro corazón. Por ejemplo, el Señor Jesús habló de cuando Natanael estaba debajo de la higuera y pudo reconocerlo a Él como el Mesías cuya venida habían profetizado. Asimismo, Mateo, el recaudador de impuestos, reconoció que el Señor Jesús era Dios porque Jesús hablaba del contenido de sus oraciones. Aquí podemos apreciar que las palabras de Dios no solo revelan misterios, sino que también dejan al descubierto la corrupción y los secretos de la humanidad; esta es otra manera de discernir si algo es la voz de Dios.
3) Las declaraciones de Dios pueden proveer sustento de vida y una senda a las personas
El Señor Jesús dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí” (Juan 14:6). El propio Dios es la verdad; Dios puede expresar la verdad para sustentar a la humanidad, en función de sus necesidades, en cualquier momento y lugar. En la Era de la Ley, la humanidad no sabía cómo vivir ni cómo adorar a Dios, por lo que Dios promulgó la ley por medio de Moisés para guiar a la gente en la vida. Tal como manifiestan los diez mandamientos: “Yo soy Jehová, tu Dios, que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud. No tendrás otros dioses delante de Mí” (Deuteronomio 5:6-7). “No matarás. No cometerás adulterio. […] No darás falso testimonio contra tu prójimo. No codiciarás la mujer de tu prójimo […]” (Deuteronomio 5:17-21). Tras oír las palabras de Dios, la gente de la época sabía cómo debía vivir y adorar a Dios. Después, cuando el Señor Jesús vino a obrar y difundir el evangelio del reino de los cielos, comenzó a enseñar a las personas que debían confesar sus pecados y arrepentirse, ser tolerantes y pacientes, amar al prójimo como a sí mismas, ser la sal y la luz de la tierra, etc. De igual modo, cuando Pedro preguntó al Señor Jesús “Señor, ¿cuántas veces pecará mi hermano contra mí que yo haya de perdonarlo? ¿Hasta siete veces?” (Mateo 18:21), Jesús le dijo directamente: “No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete” (Mateo 18:22). Al oír estas palabras del Señor, Pedro entendió que el perdón es algo que hemos de acatar; no está condicionado ni limitado a un número de veces. Entonces tuvo Pedro una senda de práctica.
Así pues, si alguien nos da ahora la buena nueva de que el Señor ha regresado y testimonio de que el Espíritu Santo está hablando a las iglesias, podemos escuchar y valorar si es posible que este camino nos provea sustento para nuestras necesidades actuales. En este momento todos vivimos en un estado de pecado y confesión del que no podemos salir. Si las palabras que nos dicen tienen la capacidad de señalarnos una senda para que nos liberemos del pecado y alcancemos la pureza, esto significa que el Señor Jesús ha regresado. Podemos discernir la voz de Dios basándonos en este único principio.
¿Te provee esta enseñanza una senda para que te conviertas en una virgen prudente y recibas al Señor? Espero que la compartas con otras personas si te ha sido útil. Mi deseo es que todos nos convirtamos en vírgenes prudentes que, de todo corazón, busquen y escuchen atentamente la voz del Señor. ¡Que pronto recibamos Su regreso y asistamos al banquete con Él!
Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.
Traducido del original en inglés al español por Deuteronomio
 
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Por qué implica el retorno del Señor que Él se haga carne como, …

2020-05-25 22:43:18 | Reflexiones Cristianas
La respuesta de la palabra de Dios:
Dios se hizo carne porque el objeto de Su obra no es el espíritu de Satanás o de cualquier cosa incorpórea, sino el hombre que es de la carne y a quien Satanás ha corrompido. Precisamente porque la carne del hombre ha sido corrompida es que Dios ha hecho al hombre carnal el objeto de Su obra; además, porque el hombre es objeto de la corrupción, ha hecho al hombre el único objeto de Su obra a través de todas las etapas de Su obra de salvación. El hombre es un ser mortal, es de carne y sangre, y Dios es el único que puede salvar al hombre. De esta manera, Dios se debe hacer una carne que posea los mismos atributos que el hombre con el fin de hacer Su obra, para que Su obra pudiera lograr mejores efectos. Dios debe hacerse carne para hacer Su obra justamente porque el hombre es de la carne y es incapaz de vencer el pecado o de despojarse de la carne. […]
[…]
Para todos aquellos que viven en la carne, cambiar su carácter requiere metas que perseguir, y conocer a Dios exige ser testigos de los hechos reales y del rostro real de Dios. Ambas cosas sólo las puede lograr la carne encarnada de Dios y sólo las puede conseguir la carne normal y real. Por esta razón, la encarnación es necesaria y toda la humanidad corrupta la necesita. […] En las tres etapas de la obra de Dios, sólo una etapa fue llevada a cabo directamente por el Espíritu, y las dos etapas restantes son llevadas a cabo por el Dios encarnado y no directamente por el Espíritu. La obra de la ley que el Espíritu hizo no implicó cambiar el carácter corrupto del hombre y tampoco tuvo relación con el conocimiento que el hombre tenía de Dios. La obra de la carne de Dios en la Era de la Gracia y la Era del Reino, sin embargo, involucra el carácter corrupto del hombre y su conocimiento de Dios y es una parte importante y crucial de la obra de salvación. Por lo tanto, la humanidad corrupta está más necesitada de la salvación del Dios encarnado y está más necesitada de la obra directa del Dios encarnado. La humanidad necesita al Dios encarnado para que la pastoree, la apoye, la riegue, la alimente, la juzgue y la castigue y ella necesita más gracia y una mayor redención del Dios encarnado. Sólo Dios en la carne puede ser el confidente del hombre, el pastor del hombre, el pronto auxilio del hombre, y todo esto es la necesidad que se tiene de la encarnación hoy y en el tiempo pasado.
de ‘La humanidad corrupta necesita más que nadie la salvación del Dios encarnado’ en “La Palabra manifestada en carne”
Él se hace carne, porque esta también puede poseer autoridad, y Él puede llevar a cabo la obra entre los hombres de una manera práctica, visible y tangible para el hombre. Esa obra es mucho más realista que cualquier otra hecha directamente por el Espíritu de Dios que posee toda autoridad, y sus resultados también son evidentes. Esto se debe a que Su carne encarnada puede hablar y obrar de una forma práctica; la forma externa de Su carne no tiene autoridad y los hombres pueden acercarse. Su esencia conlleva autoridad, pero esta no es visible para nadie. Cuando Él habla y obra, el hombre es incapaz de detectar la existencia de Su autoridad; esto es incluso más favorable para Su obra práctica. Y toda ella puede obtener resultados. Aunque ningún hombre es consciente de que Él tiene autoridad ni ve que no se le puede ofender, ni ve Su ira, a través de Su autoridad y Su ira veladas, y de Su discurso público, Él consigue los resultados pretendidos de Sus palabras. Dicho de otra forma, el hombre se convence totalmente por medio de Su tono de voz, la severidad del discurso, y toda la sabiduría de Sus palabras. De esta forma, el hombre se somete a la palabra de Dios encarnado, que aparentemente no tiene autoridad, alcanzando de esta forma Su objetivo de la salvación del hombre. Este es otro sentido de Su encarnación: hablar de forma más realista y permitir que la realidad de Sus palabras tenga un efecto sobre el hombre de forma que este dé testimonio del poder de la palabra de Dios. Así pues, esta obra, si no se hace por medio de la encarnación, no obtendrá los más mínimos resultados y no sería capaz de salvar totalmente a los pecadores. Si Dios no se hace carne, se queda como el Espíritu invisible e intangible para el hombre. Este es una criatura de carne, y el hombre y Dios pertenecen a dos mundos diferentes y son de distinta naturaleza. El Espíritu de Dios es incompatible con el hombre de carne, y no se pueden establecer relaciones entre ellos; además, el hombre no puede volverse espíritu. Así, el Espíritu de Dios debe pasar a ser una de las criaturas y hacer Su obra original. Dios puede ascender al lugar más elevado y humillarse volviéndose un hombre de la creación, obrando y viviendo entre los hombres, pero estos no pueden ascender hasta el lugar más elevado y volverse un espíritu, y mucho menos descender hasta el lugar más bajo. Por tanto, Dios debe hacerse carne para llevar a cabo Su obra. Como en la primera encarnación, sólo la carne de Dios podía redimir al hombre a través de Su crucifixión, mientras no era posible que el Espíritu de Dios fuera crucificado como una ofrenda por el pecado por el hombre. Dios podía hacerse carne directamente para servir como una ofrenda por el pecado para el hombre, pero este no podía ascender directamente al cielo para tomar la ofrenda por el pecado que Dios había preparado para él. Así, Dios debe viajar de aquí para allá entre el cielo y la tierra, en lugar de dejar que el hombre ascienda al cielo para tomar esta salvación, porque el hombre había caído y no podía ascender al cielo, mucho menos obtener la ofrenda por el pecado. Por tanto, era necesario que Jesús viniera entre los hombres y realizara personalmente la obra que estos simplemente no podían cumplir. Cada vez que Dios se hizo carne, fue absolutamente necesario que lo hiciera. Si el Espíritu de Dios hubiera podido llevar a cabo directamente cualquiera de las etapas, no habría soportado las indignidades de ser encarnado.
de ‘El misterio de la encarnación (4)’ en “La Palabra manifestada en carne”
Lo mejor de Su obra en la carne es que Él puede dejar palabras y exhortaciones exactas y Su voluntad precisa para la humanidad para los que lo siguen, para que después Sus seguidores puedan, de una manera más exacta y más concreta, transmitir toda Su obra en la carne y Su voluntad a toda la humanidad para los que aceptan este camino. Sólo la obra de Dios en la carne entre los hombres logra realmente el hecho de que Dios esté y viva junto con el hombre. Sólo esta obra cumple el deseo del hombre de contemplar el rostro de Dios, de ser testigo de la obra de Dios, y de escuchar la palabra personal de Dios. El Dios encarnado da fin a la época cuando sólo la espalda de Jehová aparecía a la humanidad y también concluye la época en que la humanidad tenía la creencia en el Dios ambiguo. En particular, la obra del último Dios encarnado trae a toda la humanidad a una época más realista, más práctica y más agradable. Él no sólo concluye la época de la ley y la doctrina; de mayor importancia aún, revela a la humanidad un Dios que es real y normal, que es justo y santo, que abre la obra del plan de gestión y demuestra los misterios y el destino de la humanidad, que creó a la humanidad y da fin a la obra de gestión y que ha permanecido oculto por miles de años. Da fin por completo a la época de ambigüedad y concluye la época en la que toda la humanidad deseaba buscar el rostro de Dios pero no era capaz de hacerlo, termina la época en la que toda la humanidad servía a Satanás y guía a toda la humanidad hasta el final a una era completamente nueva. Todo esto es el resultado de la obra de Dios en la carne en vez de la del Espíritu de Dios. Cuando Dios obra en Su carne, los que lo siguen ya no buscan y andan a tientas por esas cosas vagas y ambiguas y dejan de adivinar la voluntad del Dios ambiguo. Cuando Dios esparce Su obra en la carne, los que lo siguen transmitirán la obra que ha hecho en la carne a todas las religiones y denominaciones, y van a comunicar todas Sus palabras a oídos de toda la humanidad. Todo lo que escuchen los que reciban Su evangelio van a ser los hechos de Su obra, van a ser las cosas que el hombre personalmente haya visto y escuchado y van a ser hechos y no rumores. Estos hechos son la evidencia con los cuales Él esparce la obra y también son las herramientas que usa para esparcir la obra. Sin la existencia de los hechos, Su evangelio no se esparciría a todos los países y a todos los lugares; sin los hechos sino sólo con las imaginaciones del hombre, Él nunca podría hacer la obra de conquistar todo el universo. El Espíritu no es palpable para el hombre y es invisible para el hombre, y la obra del Espíritu es incapaz de dejarle al hombre cualquier otra prueba o hechos de la obra de Dios. El hombre nunca contemplará el verdadero rostro de Dios y siempre creerá en un Dios ambiguo que no existe. El hombre nunca contemplará el rostro de Dios ni nunca escuchará las palabras que Dios habló personalmente. Las imaginaciones del hombre son, después de todo, huecas y no pueden reemplazar el verdadero rostro de Dios; el carácter inherente de Dios y la obra de Dios mismo el hombre no las puede imitar. El Dios invisible en el cielo y Su obra sólo pueden ser traídos a la tierra por el Dios encarnado que personalmente hace Su obra entre los hombres. Esta es la manera más ideal en la que Dios se aparece al hombre, en la que el hombre ve a Dios y llega a conocer el verdadero rostro de Dios, y esto no lo puede lograr un Dios no encarnado.
de ‘La humanidad corrupta necesita más que nadie la salvación del Dios encarnado’ en “La Palabra manifestada en carne”
 
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Por qué implica el retorno del Señor que Él se haga carne como ……

2020-05-25 22:43:18 | Reflexiones Cristianas
La respuesta de la palabra de Dios:
Dios se hizo carne porque el objeto de Su obra no es el espíritu de Satanás o de cualquier cosa incorpórea, sino el hombre que es de la carne y a quien Satanás ha corrompido. Precisamente porque la carne del hombre ha sido corrompida es que Dios ha hecho al hombre carnal el objeto de Su obra; además, porque el hombre es objeto de la corrupción, ha hecho al hombre el único objeto de Su obra a través de todas las etapas de Su obra de salvación. El hombre es un ser mortal, es de carne y sangre, y Dios es el único que puede salvar al hombre. De esta manera, Dios se debe hacer una carne que posea los mismos atributos que el hombre con el fin de hacer Su obra, para que Su obra pudiera lograr mejores efectos. Dios debe hacerse carne para hacer Su obra justamente porque el hombre es de la carne y es incapaz de vencer el pecado o de despojarse de la carne. […]
[…]
Para todos aquellos que viven en la carne, cambiar su carácter requiere metas que perseguir, y conocer a Dios exige ser testigos de los hechos reales y del rostro real de Dios. Ambas cosas sólo las puede lograr la carne encarnada de Dios y sólo las puede conseguir la carne normal y real. Por esta razón, la encarnación es necesaria y toda la humanidad corrupta la necesita. […] En las tres etapas de la obra de Dios, sólo una etapa fue llevada a cabo directamente por el Espíritu, y las dos etapas restantes son llevadas a cabo por el Dios encarnado y no directamente por el Espíritu. La obra de la ley que el Espíritu hizo no implicó cambiar el carácter corrupto del hombre y tampoco tuvo relación con el conocimiento que el hombre tenía de Dios. La obra de la carne de Dios en la Era de la Gracia y la Era del Reino, sin embargo, involucra el carácter corrupto del hombre y su conocimiento de Dios y es una parte importante y crucial de la obra de salvación. Por lo tanto, la humanidad corrupta está más necesitada de la salvación del Dios encarnado y está más necesitada de la obra directa del Dios encarnado. La humanidad necesita al Dios encarnado para que la pastoree, la apoye, la riegue, la alimente, la juzgue y la castigue y ella necesita más gracia y una mayor redención del Dios encarnado. Sólo Dios en la carne puede ser el confidente del hombre, el pastor del hombre, el pronto auxilio del hombre, y todo esto es la necesidad que se tiene de la encarnación hoy y en el tiempo pasado.
de ‘La humanidad corrupta necesita más que nadie la salvación del Dios encarnado’ en “La Palabra manifestada en carne”
Él se hace carne, porque esta también puede poseer autoridad, y Él puede llevar a cabo la obra entre los hombres de una manera práctica, visible y tangible para el hombre. Esa obra es mucho más realista que cualquier otra hecha directamente por el Espíritu de Dios que posee toda autoridad, y sus resultados también son evidentes. Esto se debe a que Su carne encarnada puede hablar y obrar de una forma práctica; la forma externa de Su carne no tiene autoridad y los hombres pueden acercarse. Su esencia conlleva autoridad, pero esta no es visible para nadie. Cuando Él habla y obra, el hombre es incapaz de detectar la existencia de Su autoridad; esto es incluso más favorable para Su obra práctica. Y toda ella puede obtener resultados. Aunque ningún hombre es consciente de que Él tiene autoridad ni ve que no se le puede ofender, ni ve Su ira, a través de Su autoridad y Su ira veladas, y de Su discurso público, Él consigue los resultados pretendidos de Sus palabras. Dicho de otra forma, el hombre se convence totalmente por medio de Su tono de voz, la severidad del discurso, y toda la sabiduría de Sus palabras. De esta forma, el hombre se somete a la palabra de Dios encarnado, que aparentemente no tiene autoridad, alcanzando de esta forma Su objetivo de la salvación del hombre. Este es otro sentido de Su encarnación: hablar de forma más realista y permitir que la realidad de Sus palabras tenga un efecto sobre el hombre de forma que este dé testimonio del poder de la palabra de Dios. Así pues, esta obra, si no se hace por medio de la encarnación, no obtendrá los más mínimos resultados y no sería capaz de salvar totalmente a los pecadores. Si Dios no se hace carne, se queda como el Espíritu invisible e intangible para el hombre. Este es una criatura de carne, y el hombre y Dios pertenecen a dos mundos diferentes y son de distinta naturaleza. El Espíritu de Dios es incompatible con el hombre de carne, y no se pueden establecer relaciones entre ellos; además, el hombre no puede volverse espíritu. Así, el Espíritu de Dios debe pasar a ser una de las criaturas y hacer Su obra original. Dios puede ascender al lugar más elevado y humillarse volviéndose un hombre de la creación, obrando y viviendo entre los hombres, pero estos no pueden ascender hasta el lugar más elevado y volverse un espíritu, y mucho menos descender hasta el lugar más bajo. Por tanto, Dios debe hacerse carne para llevar a cabo Su obra. Como en la primera encarnación, sólo la carne de Dios podía redimir al hombre a través de Su crucifixión, mientras no era posible que el Espíritu de Dios fuera crucificado como una ofrenda por el pecado por el hombre. Dios podía hacerse carne directamente para servir como una ofrenda por el pecado para el hombre, pero este no podía ascender directamente al cielo para tomar la ofrenda por el pecado que Dios había preparado para él. Así, Dios debe viajar de aquí para allá entre el cielo y la tierra, en lugar de dejar que el hombre ascienda al cielo para tomar esta salvación, porque el hombre había caído y no podía ascender al cielo, mucho menos obtener la ofrenda por el pecado. Por tanto, era necesario que Jesús viniera entre los hombres y realizara personalmente la obra que estos simplemente no podían cumplir. Cada vez que Dios se hizo carne, fue absolutamente necesario que lo hiciera. Si el Espíritu de Dios hubiera podido llevar a cabo directamente cualquiera de las etapas, no habría soportado las indignidades de ser encarnado.
de ‘El misterio de la encarnación (4)’ en “La Palabra manifestada en carne”
Lo mejor de Su obra en la carne es que Él puede dejar palabras y exhortaciones exactas y Su voluntad precisa para la humanidad para los que lo siguen, para que después Sus seguidores puedan, de una manera más exacta y más concreta, transmitir toda Su obra en la carne y Su voluntad a toda la humanidad para los que aceptan este camino. Sólo la obra de Dios en la carne entre los hombres logra realmente el hecho de que Dios esté y viva junto con el hombre. Sólo esta obra cumple el deseo del hombre de contemplar el rostro de Dios, de ser testigo de la obra de Dios, y de escuchar la palabra personal de Dios. El Dios encarnado da fin a la época cuando sólo la espalda de Jehová aparecía a la humanidad y también concluye la época en que la humanidad tenía la creencia en el Dios ambiguo. En particular, la obra del último Dios encarnado trae a toda la humanidad a una época más realista, más práctica y más agradable. Él no sólo concluye la época de la ley y la doctrina; de mayor importancia aún, revela a la humanidad un Dios que es real y normal, que es justo y santo, que abre la obra del plan de gestión y demuestra los misterios y el destino de la humanidad, que creó a la humanidad y da fin a la obra de gestión y que ha permanecido oculto por miles de años. Da fin por completo a la época de ambigüedad y concluye la época en la que toda la humanidad deseaba buscar el rostro de Dios pero no era capaz de hacerlo, termina la época en la que toda la humanidad servía a Satanás y guía a toda la humanidad hasta el final a una era completamente nueva. Todo esto es el resultado de la obra de Dios en la carne en vez de la del Espíritu de Dios. Cuando Dios obra en Su carne, los que lo siguen ya no buscan y andan a tientas por esas cosas vagas y ambiguas y dejan de adivinar la voluntad del Dios ambiguo. Cuando Dios esparce Su obra en la carne, los que lo siguen transmitirán la obra que ha hecho en la carne a todas las religiones y denominaciones, y van a comunicar todas Sus palabras a oídos de toda la humanidad. Todo lo que escuchen los que reciban Su evangelio van a ser los hechos de Su obra, van a ser las cosas que el hombre personalmente haya visto y escuchado y van a ser hechos y no rumores. Estos hechos son la evidencia con los cuales Él esparce la obra y también son las herramientas que usa para esparcir la obra. Sin la existencia de los hechos, Su evangelio no se esparciría a todos los países y a todos los lugares; sin los hechos sino sólo con las imaginaciones del hombre, Él nunca podría hacer la obra de conquistar todo el universo. El Espíritu no es palpable para el hombre y es invisible para el hombre, y la obra del Espíritu es incapaz de dejarle al hombre cualquier otra prueba o hechos de la obra de Dios. El hombre nunca contemplará el verdadero rostro de Dios y siempre creerá en un Dios ambiguo que no existe. El hombre nunca contemplará el rostro de Dios ni nunca escuchará las palabras que Dios habló personalmente. Las imaginaciones del hombre son, después de todo, huecas y no pueden reemplazar el verdadero rostro de Dios; el carácter inherente de Dios y la obra de Dios mismo el hombre no las puede imitar. El Dios invisible en el cielo y Su obra sólo pueden ser traídos a la tierra por el Dios encarnado que personalmente hace Su obra entre los hombres. Esta es la manera más ideal en la que Dios se aparece al hombre, en la que el hombre ve a Dios y llega a conocer el verdadero rostro de Dios, y esto no lo puede lograr un Dios no encarnado.
de ‘La humanidad corrupta necesita más que nadie la salvación del Dios encarnado’ en “La Palabra manifestada en carne”
 
 

Las verdades relacionadas con la obra de juicio de Dios en los últimos días

2020-05-24 23:58:02 | Palabra de Dios
 La obra de juicio de Dios en los últimos días es el juicio del gran trono blanco, como se profetizó en el Libro del Apocalipsis
Versículos bíblicos como referencia:
“Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios” (1 Pedro 4:17).
“Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de cuya presencia huyeron la tierra y el cielo, y no se halló lugar para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie delante del trono, y los libros fueron abiertos; y otro libro fue abierto, que es el libro de la vida, y los muertos fueron juzgados por lo que estaba escrito en los libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos que estaban en él, y la Muerte y el Hades entregaron a los muertos que estaban en ellos; y fueron juzgados, cada uno según sus obras. Y la Muerte y el Hades fueron arrojados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda: el lago de fuego. Y el que no se encontraba inscrito en el libro de la vida fue arrojado al lago de fuego” (Apocalipsis 20:11-15).
Las palabras relevantes de Dios:
El “juicio” en las palabras anteriormente habladas —el juicio comenzará por la casa de Dios— se refiere al juicio que Dios pasa hoy sobre aquellos que vienen ante Su trono en los últimos días. Tal vez hay quienes creen en imaginaciones sobrenaturales como la de que, cuando hayan llegado los últimos días, Dios erigirá una gran mesa en los cielos sobre la cual se extenderá un mantel blanco y, luego, sentado en un gran trono con todos los hombres de rodillas sobre el suelo, Él revelará los pecados de cada hombre y así determinará si van a ascender al cielo o a ser enviados al lago de fuego y azufre. No importa cuáles sean las imaginaciones del hombre, la esencia de la obra de Dios no puede ser alterada. Las imaginaciones del hombre no son sino los constructos de los pensamientos del hombre y provienen del cerebro del hombre, resumidas y juntadas a partir de lo que el hombre ha visto y oído. Digo, por lo tanto, que por más brillantes que sean las imágenes concebidas, estas siguen siendo nada más que un esbozo y no pueden sustituir el plan de la obra de Dios. A fin de cuentas, el hombre ha sido corrompido por Satanás, así que, ¿cómo puede comprender los pensamientos de Dios? El hombre concibe que la obra de juicio de parte de Dios es particularmente fantástica. Cree que puesto que es Dios mismo quien hace la obra de juicio, entonces que esta debe ser de la más colosal escala e incomprensible para los mortales, y que debe resonar a través de los cielos y sacudir la tierra; de lo contrario, ¿cómo podría ser la obra de juicio de Dios? Cree que como esta es la obra de juicio, entonces Dios debe ser particularmente imponente y majestuoso a medida que obra, y los que están siendo juzgados deben gritar con lágrimas y suplicar de rodillas por misericordia. Tal escena debe ser un gran espectáculo y profundamente enardecedora… Todos imaginan que la obra de juicio de Dios debe ser preternaturalmente maravillosa. ¿Sabes, sin embargo, que Dios comenzó la obra de juicio entre los hombres desde hace mucho tiempo y todavía estabas acurrucado en el nido acogedor? ¿Que el momento en el que piensas que la obra de juicio de Dios está comenzando oficialmente, ya es el momento en el que Dios haga de nuevo el cielo y la tierra? En ese momento, tal vez sólo habrás acabado de entender el significado de la vida, pero la implacable obra de castigo de Dios te llevará, todavía profundamente dormido, al infierno. Sólo entonces te darás cuenta repentinamente de que la obra de juicio de Dios ya habrá concluido.
Extracto de ‘Cristo hace la obra de juicio con la verdad’ en “La Palabra manifestada en carne”
En los últimos días Cristo usa una variedad de verdades para enseñar al hombre, para exponer la esencia del hombre y para analizar minuciosamente sus palabras y acciones. Estas palabras comprenden verdades diversas tal como: el deber del hombre, cómo el hombre debe obedecer a Dios, cómo debe ser leal a Dios, cómo debe vivir una humanidad normal, así como también la sabiduría y el carácter de Dios, y así sucesivamente. Todas estas palabras son dirigidas a la esencia del hombre y a su carácter corrupto. En particular, las palabras que exponen cómo el hombre desdeña a Dios con relación a cómo el hombre es una personificación de Satanás y una fuerza enemiga contra Dios. Al emprender Su obra de juicio, Dios no deja simplemente en claro la naturaleza del hombre con sólo unas pocas palabras; la expone, la trata y la poda a largo plazo. Estos métodos de exposición, de trato y poda, no pueden ser sustituidos con palabras ordinarias, sino con la verdad que el hombre no posee en absoluto. Sólo los métodos de este tipo se consideran juicio; sólo a través de este tipo de juicio puede el hombre ser doblegado y completamente convencido de la sumisión a Dios y, además, obtener un conocimiento verdadero de Dios. Lo que la obra de juicio propicia es el entendimiento del hombre sobre el verdadero rostro de Dios y la verdad sobre su propia rebeldía. La obra de juicio le permite al hombre obtener mucho entendimiento de la voluntad de Dios, del propósito de la obra de Dios y de los misterios que le son incomprensibles. También le permite al hombre reconocer y conocer su esencia corrupta y las raíces de su corrupción, así como descubrir su fealdad. Estos efectos son todos propiciados por la obra de juicio, porque la esencia de esta obra es, en realidad, la obra de abrir la verdad, el camino y la vida de Dios a todos aquellos que tengan fe en Él. Esta obra es la obra de juicio realizada por Dios.
Extracto de ‘Cristo hace la obra de juicio con la verdad’ en “La Palabra manifestada en carne”
Dios guarda silencio y nunca se nos ha aparecido, sin embargo, Su obra nunca se ha detenido. Ve todas las tierras y manda a todas las cosas y contempla todas las palabras y obras del hombre. Su gestión es conducida por pasos, y de acuerdo a Su plan. Este avanza en silencio, sin un efecto dramático, pero Sus pisadas avanzan cada vez más cerca de la humanidad, y Su tribunal se despliega en el universo a la velocidad de la luz, inmediatamente seguido por el descenso de Su trono entre nosotros. ¡Qué escena tan majestuosa es esta; qué cuadro tan imponente y solemne! Como una paloma, como un león rugiente, el Espíritu llega entre todos nosotros. Es sabio, es justo y majestuoso; Él llega entre nosotros en silencio, dueño de la autoridad y lleno de amor y compasión. Nadie está consciente de Su llegada, nadie acoge Su llegada y, más aún, nadie sabe todo lo que va a hacer. La vida del hombre sigue sin cambios; su corazón no es diferente y los días transcurren como siempre. Dios vive entre nosotros como una persona ordinaria, como un seguidor tremendamente insignificante y un creyente ordinario. Él tiene Sus propias búsquedas, Sus propias metas y, además, tiene una divinidad que ningún hombre ordinario posee. Nadie se ha dado cuenta de la existencia de Su divinidad, ni nadie ha percibido la diferencia entre Su esencia y la del hombre.
Extracto de ‘Contemplando la aparición de Dios en Su juicio y Su castigo’ en “La Palabra manifestada en carne”
Algunos creen que Dios puede en algún momento venir a la tierra y aparecerse al hombre, tras lo cual juzgar personalmente a toda la humanidad, probándola uno por uno sin omitir a nadie. Los que piensan de esta manera no conocen esta etapa de la obra de encarnación. Dios no juzga al hombre uno por uno y no prueba al hombre uno por uno; hacerlo así no sería la obra de juicio. ¿No es la corrupción de toda la humanidad la misma? ¿No es la esencia del hombre la misma? Lo que se juzga es la esencia corrupta de la humanidad, la esencia del hombre que Satanás corrompió y todos los pecados del hombre. Dios no juzga los errores frívolos e insignificantes del hombre. La obra de juicio es representativa y no se lleva a cabo especialmente para una cierta persona, más bien, es la obra en la que un grupo de personas es juzgado con el fin de representar el juicio de toda la humanidad. Al llevar a cabo personalmente Su obra en un grupo de personas, Dios en la carne usa Su obra para representar la obra de toda la humanidad, después de lo cual se extiende gradualmente. La obra de juicio también es así. Dios no juzga a una cierta clase de persona o a un cierto grupo de personas, sino que juzga la injusticia de toda la humanidad, la oposición del hombre a Dios, por ejemplo, o la irreverencia del hombre contra Él o la interferencia a la obra de Dios, etc. Lo que se juzga es la esencia de la humanidad en su oposición a Dios y esta obra es la obra de conquista de los últimos días. La obra y la palabra del Dios encarnado de las que el hombre es testigo, son la obra de juicio ante el gran trono blanco durante los últimos días, que el hombre concibió durante el tiempo pasado. La obra que actualmente está haciendo el Dios encarnado es exactamente el juicio ante el gran trono blanco. El Dios encarnado de hoy es el Dios que juzga a toda la humanidad durante los últimos días. Esta carne y Su obra, palabras y carácter completo son la totalidad de Él. Aunque la esfera de Su obra es limitada, y no involucra de manera directa todo el universo, la sustancia de la obra de juicio es el juicio directo de toda la humanidad; no es sólo para el pueblo escogido de China ni para un reducido número de personas. Durante la obra de Dios en la carne, aunque la esfera de esta obra no involucra todo el universo, representa la obra de todo el universo y después de que Él concluya la obra dentro de la esfera de la obra de Su carne, de inmediato expandirá esta obra a todo el universo, de la misma manera que el evangelio de Jesús se esparció a todo el universo después de Su resurrección y ascensión. Independientemente de si es la obra del Espíritu o la obra de la carne, es la obra que se lleva a cabo dentro de una esfera limitada pero que representa la obra de todo el universo. Durante los últimos días, Dios aparece para hacer Su obra usando Su identidad encarnada y Dios en la carne es el Dios que juzga al hombre ante el gran trono blanco. Independientemente de si Él es el Espíritu o la carne, el que hace la obra de juicio es el Dios que juzga a la humanidad durante los últimos días. Esto se define basándose en Su obra y no se define de acuerdo a Su apariencia externa u otros diversos factores.
Extracto de ‘La humanidad corrupta necesita más que nadie la salvación del Dios encarnado’ en “La Palabra manifestada en carne”
La obra de conquista presente es una obra cuyo propósito es hacer obvio cuál será el final del hombre. ¿Por qué digo que el castigo y el juicio de hoy son el juicio delante del gran trono blanco del día final? ¿No ves esto? ¿Por qué es la obra de conquista la última etapa? ¿No lo es precisamente para hacer manifiesto cómo terminará cada clase de hombre? ¿No lo es para permitir a todos, en el transcurso de la obra conquistadora de castigo y juicio, mostrar su verdadera naturaleza y ser clasificados después según su tipo? En lugar de decir que esto es conquistar a la humanidad, podría ser mejor decir que es mostrar cómo acabará cada clase de hombre. Esto es, juzgar sus pecados y mostrar después los diversos tipos de hombre, decidiendo de esta forma si son malvados o justos. Después de la obra conquistadora llega la de recompensar el bien y castigar el mal. Las personas que obedecen completamente, las totalmente conquistadas, serán colocadas en el siguiente paso de la difusión de la obra a todo el universo; los no conquistados serán puestos en las tinieblas y encontrarán calamidad. Así, el hombre se clasificará según su tipo, los hacedores de maldad agrupados con el mal, para nunca más ver la luz del sol, y los justos agrupados con el bien, para recibir luz y vivir eternamente en la luz.
Extracto de ‘La verdad interna de la obra de conquista (1)’ en “La Palabra manifestada en carne”
Los que obedecen la verdad y se someten a la obra de Dios vendrán bajo el nombre del segundo Dios encarnado, el Todopoderoso. Serán capaces de aceptar la dirección personal de Dios, y adquirirán más verdad y más elevada, y recibirán la vida humana real. Contemplarán la visión que las personas del pasado nunca han visto: “Y me volví para ver de quién era la voz que hablaba conmigo. Y al volverme, vi siete candelabros de oro; y en medio de los candelabros, vi a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido con una túnica que le llegaba hasta los pies y ceñido por el pecho con un cinto de oro. Su cabeza y sus cabellos eran blancos como la blanca lana, como la nieve; sus ojos eran como llama de fuego; sus pies semejantes al bronce bruñido cuando se le ha hecho refulgir en el horno, y su voz como el ruido de muchas aguas. En su mano derecha tenía siete estrellas, y de su boca salía una aguda espada de dos filos; su rostro era como el sol cuando brilla con toda su fuerza” (Apocalipsis 1:12-16). Esta visión es la expresión de todo el carácter de Dios, y tal expresión del mismo lo es también de la obra de Dios cuando se hace carne esta vez. En los torrentes de castigos y juicios, el Hijo del hombre expresa Su carácter inherente hablando palabras, permitiendo que todos aquellos que acepten Su castigo y juicio vean el verdadero rostro del Hijo del hombre, un rostro que es un fiel retrato del rostro del Hijo del hombre visto por Juan. (Por supuesto, todo esto será invisible para aquellos que no acepten la obra de Dios en la Era del Reino). El verdadero rostro de Dios no puede articularse plenamente usando las palabras del hombre, y por tanto Dios usa la expresión de Su carácter inherente para mostrar Su verdadero rostro al hombre. Es decir, todos los que han experimentado el carácter inherente del Hijo del hombre han visto Su verdadero rostro, porque Dios es demasiado grande y no puede articularse usando las palabras del hombre. Una vez que este haya experimentado cada paso de la obra de Dios en la Era del Reino, sabrá el verdadero sentido de las palabras de Juan cuando hablaba del Hijo del hombre entre los candeleros: “Su cabeza y sus cabellos eran blancos como la blanca lana, como la nieve; sus ojos eran como llama de fuego; sus pies semejantes al bronce bruñido cuando se le ha hecho refulgir en el horno, y su voz como el ruido de muchas aguas. En su mano derecha tenía siete estrellas, y de su boca salía una aguda espada de dos filos; su rostro era como el sol cuando brilla con toda su fuerza”.
Extracto de ‘Prefacio’ en “La Palabra manifestada en carne”
Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.
 
La venida del Señor es real. Él ya ha llegado en secreto antes del desastre y expresado palabras para llevar a cabo la obra de juicio que comienza por la casa de Dios. Dichas palabras están publicadas en Internet para que investiguen todos los que buscan la verdad. ¿Desea conocer la obra de Dios en los últimos días? Haga clic en Messenger para unirse a nosotros y discutir con nosotros en línea.
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¿De dónde viene el Relámpago Oriental?

2020-05-24 05:37:20 | Palabra de Dios
La mayoría de los seguidores del Señor Jesucristo oyen hablar del Relámpago Oriental a sus pastores, ancianos o predicadores, pero en realidad nadie sabe de dónde vino el Relámpago Oriental. En lo referente al origen del Relámpago Oriental cada cual tiene su propia opinión: unos creen que no es más que una nueva denominación dentro del cristianismo, otros denuncian que es una “herejía” o una “secta satánica”. La gente tiene estas ideas absurdas porque no conoce la obra de Dios.
La obra de Dios siempre avanza. El hombre no conoce el principio de que la obra de Dios es siempre nueva y nunca vieja ni que el propósito de la obra de Dios es salvar al hombre y, además, este tiene un carácter satánico arrogante y testarudo. Por eso, siempre que Dios comienza una nueva obra sufre la blasfemia, la persecución y las acusaciones del mundo religioso, que se empeña en aferrarse al viejo camino. Aquellos que aceptan la nueva obra de Dios y difunden el camino verdadero reciben toda clase de acusaciones sin fundamento e insultos. El Nuevo Testamento de la Biblia recoge esta verdad: para salvar al hombre del riesgo de ser castigado por no ser capaz de cumplir la ley, Dios se encarnó y comenzó la obra de redención en la Era de la Gracia. En aquel momento en que el Señor Jesús llevaba a cabo Su obra en Judea y hacía muchos milagros, como sanar a los enfermos y expulsar a los demonios, Él otorgó a la gente abundantes gracias y expresó muchas verdades, lo que bastó para demostrar que Él era verdadera y plenamente Dios mismo, el Mesías que se había profetizado. Pero los sumos sacerdotes y escribas judíos, así como los fariseos, no creían que Él fuera su ansiado Mesías y, por el contrario, lo calumniaron y juzgaron, además de condenar la obra del Señor Jesús como “herejía” y “secta”. Fue en Nazaret donde se crio y comenzó Su obra el Señor Jesús y por eso Él y todos Sus seguidores recibieron el apodo de “secta de los nazarenos” y se acusó al apóstol Pablo de ser uno de los cabecillas (ver Hechos 24:5). ¿Qué nos indica esto? Los hermanos y hermanas que creen en el Señor saben que en Judea llevó a cabo Su obra de plena conformidad con el plan de gestión de Dios mismo, a fin de iniciar la Era de la Gracia y comenzar la nueva obra de redimir al hombre. Fuera judío o gentil, zelote o saduceo, cualquiera que de verdad tuviera sed del camino verdadero y lo buscara podía recibir la absolución por seguir al Señor Jesús, el único Dios verdadero. Dios nunca tuvo necesidad de fundar, ni jamás lo hizo, ninguna denominación, organización o secta, y menos esa “secta de los nazarenos”. Por lo tanto, la herejía, es decir, esa “secta de los nazarenos”, es en realidad un rumor inventado para atacar e incriminar al Señor Jesús y condenar Su obra; un rumor ideado por los sumos sacerdotes, los escribas y los fariseos “que servían” a Jehová Dios en el templo. Al final, engañado y controlado por estas “personas que servían a Dios”, el pueblo judío capturó al Señor Jesús y lo clavó en una cruz, lo que ofendió el carácter de Dios e hizo que Él castigara a Israel a aproximadamente 2000 años de destrucción.
Del mismo modo, y a fin de que el hombre rompa el círculo de cometer pecados sólo para confesarlos y luego seguir pecando otra vez, a fin de que se deshaga completamente del carácter corrupto de Satanás, a fin de que se desprenda de su naturaleza pecaminosa y alcance la santidad y a fin de que logre verdaderamente la salvación de Dios, en los últimos días Dios se ha vuelto a encarnar y ha expresado la verdad para juzgar y castigar a la humanidad corrupta. Con Su nueva obra purifica a fondo y salva al hombre. Mediante el juicio, el castigo, las pruebas y el refinamiento de las palabras de Dios, los hermanos y hermanas que aceptan el evangelio de Dios de los últimos días y siguen Su nueva obra ven claramente que el Dios Todopoderoso que otorga estas verdades en los últimos días es el regreso del Señor Jesús y desde el fondo del corazón se regocijan y alaban, sintiendo hondamente la asombrosa grandeza de ser elevados y de Su salvación. Así pues, para devolver el amor de Dios y para que aún más personas puedan seguir la huella de Dios y regresar a Su casa, ellos salen a contar la buena nueva a todos aquellos que han estado esperando con ansia el regreso del Señor Jesús. Les dicen que el Señor Jesús ya se ha encarnado una vez más y que ha regresado al mundo en China, en Oriente, con lo que concluye la Era de la Gracia y da lugar a la Era del Reino. Él ha comenzado una obra nueva y más elevada de juicio y purificación del hombre. Les dicen que Dios ya ha cumplido el capítulo 24, versículo 27 del Evangelio de Mateo: “Porque así como el relámpago sale del oriente y resplandece hasta el occidente, así será la venida del Hijo del Hombre”. La verdad que Dios ha traído esta vez es todavía más elevada que nunca, pues descubre los misterios de Su obra desde la creación hasta los últimos días, recoge todas las verdades de la purificación y salvación de la humanidad y se las otorga al hombre; y los hermanos y hermanas que verdaderamente creen en Dios vienen a la luz de forma multitudinaria. En los últimos días la obra de cosecha de Dios dura poco, el ritmo es veloz y, como un relámpago, en poco más de diez años el evangelio del reino de Dios se ha extendido ampliamente por la China continental y se está expandiendo a todos los países y regiones del mundo. Y sin embargo, frente a la nueva obra de Dios, que no coincide con los conceptos del hombre, esas personas arrogantes y santurrones de varias sectas religiosas se empeñan en aferrarse al viejo camino. Los que son incapaces de seguir la nueva obra de Dios no sólo no buscan ni investigan el camino verdadero, sino que, por el contrario, arman revuelo por la profecía bíblica que relatan los hermanos y hermanas que dan testimonio de la obra de Dios de los últimos días. Lanzan acusaciones disparatadas y juzgan y calumnian a la Iglesia de Dios Todopoderoso llamándola “Secta del Relámpago Oriental”. Y en todos los sentidos hacen exactamente lo que antes hicieron los círculos religiosos judaicos que atacaban, difamaban y condenaban a los discípulos y apóstoles del Señor Jesús llamándolos “la secta de los nazarenos”. Que puedan oponerse y atacar así la obra de Dios de los últimos días, que puedan impedir que la gente siga la huella de Dios y obedezca Su obra, ¿no es así exactamente como los fariseos se opusieron y condenaron a Cristo en el pasado? ¿Acaso no va la esencia de estas acciones más allá del mero odio a la verdad y de la blasfemia contra el Espíritu Santo?
Si Dios Todopoderoso no manifestara Su palabra ni revelara los misterios, nunca comprenderíamos verdaderamente lo que significa la profecía “Porque así como el relámpago sale del oriente y resplandece hasta el occidente”. Dios Todopoderoso dice: “Cuando todas las personas prestan atención, cuando todas las cosas son renovadas y revividas, cuando cada persona se somete a Dios sin reparos y está dispuesta a asumir la pesada responsabilidad de la carga de Dios, es cuando el relámpago oriental surge, iluminando todo desde el Este hasta el Oeste, aterrorizando a toda la tierra con la llegada de esta luz; y en este momento, Dios una vez más comienza Su nueva vida […]. Que es decir, en el este del mundo, desde que el testimonio de Dios mismo comienza hasta que Él comienza a obrar, hasta que la divinidad comienza a ejercer el poder soberano a través de la tierra, este es el rayo brillante del relámpago oriental, que siempre ha brillado hacia todo el universo. Cuando los países en la tierra se convierten en el reino de Cristo es cuando todo el universo es iluminado. Ahora es el tiempo en que el relámpago oriental surge: Dios encarnado comienza a obrar y, además, habla directamente en divinidad. Se puede decir que cuando Dios comienza a hablar en la tierra es cuando el relámpago oriental surge. Más precisamente, cuando el agua viva fluye del trono, cuando las declaraciones del trono comienzan, es precisamente cuando las declaraciones del séptuple Espíritu comienzan formalmente” (‘Interpretación de la doceava declaración’ en “La Palabra manifestada en carne”). “Por todo el universo estoy llevando a cabo Mi obra, y en el Este, estallidos atronadores sucederán en una secuencia sin fin, sacudiendo a todas las denominaciones y grupos. Es Mi voz que ha traído a todos los hombres al presente. Provocaré que todas las personas sean conquistadas por Mi voz, que caigan dentro de esta corriente y que se sometan ante Mí, porque hace mucho tiempo he retirado Mi gloria de toda la tierra y la he enviado de nuevo en el Este. ¿Quién no anhela ver Mi gloria? ¿Quién no espera ansiosamente Mi regreso? ¿Quién no tiene sed de Mi reaparición? ¿Quién no añora Mi belleza? ¿Quién no vendrá a la luz? ¿Quién no verá la riqueza de Canaán? ¿Quién no anhela el regreso del Redentor? ¿Quién no adora al Gran Todopoderoso? Mi voz debe difundirse sobre toda la tierra; deseo hablar más a Mi pueblo elegido. Como los truenos poderosos que hacen temblar las montañas y los ríos, Yo hablo a todo el universo y a la humanidad. De ahí que Mis palabras se conviertan en un tesoro para el hombre, y todas las personas las estimen. Los relámpagos alumbran desde el Oriente hasta el Occidente. Mis palabras son tales que el hombre detesta renunciar a ellas y las encuentra insondables, pero lo que es más, el hombre se regocija en ellas. Como un bebé recién nacido, todas las personas están contentas y alegres, celebrando Mi venida. A causa de Mi voz, traeré a todas las personas ante Mí. A partir de ese instante, entraré formalmente entre las personas para que ellas vengan a adorarme. La gloria que emano y Mis palabras causan que todas las personas comparezcan ante Mí y vean que los relámpagos alumbran desde el Oriente […]. Porque hace ya mucho que he resucitado, que he desaparecido de entre las personas y luego reaparecido entre los hombres con gloria. Yo soy aquel que ha sido adorado por eras innumerables antes que ahora, y también soy el ‘niño’ abandonado por los israelitas por eras innumerables antes que ahora. Más aún, ¡Yo soy el todo glorioso Dios Todopoderoso de la era presente!” (‘El repique de los siete truenos: profetizando que el evangelio del reino se extenderá por todo el universo’ en “La Palabra manifestada en carne”). En las palabras de Dios Todopoderoso podemos ver que la obra y la palabra de Dios en los últimos días son el relámpago que brilla desde Oriente. El “relámpago” es la gran luz, es decir, la palabra de Dios, el camino por el que Dios juzga y castiga en los últimos días. La expresión “sale de Oriente” significa que viene de China y “resplandece hasta Occidente” significa que llega hasta Occidente. Por último, “así será la venida del Hijo del Hombre” se refiere a que Dios se encarna y en primer lugar se aparece y comienza Su obra en China, en Oriente. Allí forma un grupo de personas que verdaderamente conocen a Dios y que son los vencedores profetizados en el Libro del Apocalipsis. Luego, a través de estas personas, el evangelio de los últimos días se extenderá a Occidente para que todo el mundo pueda recibir la salvación de Dios en los últimos días. ¡Esto ya se ha logrado y es un hecho que está a la vista de todos! El relámpago de Oriente (es decir, la obra del juicio de Dios durante los últimos días en China) nos permite recibir todo el amor y la salvación que Dios otorga al hombre, así como conocer el verdadero rostro de Dios, y suscita en nosotros una veneración y adoración verdaderas hacia Él. Al igual que un relámpago, la palabra de Dios da luz y esperanza al hombre. Todos los que aceptan el relámpago de Oriente —la obra de Dios de los últimos días— pueden dar testimonio de esto.
Al leer esto ahora, creo que todos tenéis una respuesta clara a la pregunta de cuál es el origen del Relámpago Oriental. Dios es el Creador de los cielos y la tierra y de todas las cosas. Puesto que Satanás corrompió al hombre, Dios comenzó Su obra de salvarlo. Dios desea que todos los hombres del universo vean Sus obras, que todas las religiones se conviertan en una sola que adore al Creador. Entonces Él permitirá que alcancen la purificación y la salvación todos aquellos que verdaderamente busquen la aparición de Dios y sigan Su huella. Llevará al reino a esas personas obedientes al corazón de Dios para que descansen con Él. Por lo tanto, todos y cada uno de los hermanos y hermanas que verdaderamente creéis en Dios y esperáis con ansia el regreso del Señor Jesús debéis dejar de lado vuestros conceptos religiosos y estudiar el camino verdadero. No prestéis atención a los rumores ni os opongáis ciegamente al camino verdadero, pues terminaréis perdiendo la salvación de Dios en los últimos días. Debemos ir a la par de los pasos de la obra de Dios y seguir de cerca Su huella. Esta es la única manera de que al final podamos recibir la salvación de Dios y de que nos lleve a Su reino.
Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.

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¿De dónde viene el Relámpago Oriental?

2020-05-24 05:37:20 | Palabra de Dios
La mayoría de los seguidores del Señor Jesucristo oyen hablar del Relámpago Oriental a sus pastores, ancianos o predicadores, pero en realidad nadie sabe de dónde vino el Relámpago Oriental. En lo referente al origen del Relámpago Oriental cada cual tiene su propia opinión: unos creen que no es más que una nueva denominación dentro del cristianismo, otros denuncian que es una “herejía” o una “secta satánica”. La gente tiene estas ideas absurdas porque no conoce la obra de Dios.
La obra de Dios siempre avanza. El hombre no conoce el principio de que la obra de Dios es siempre nueva y nunca vieja ni que el propósito de la obra de Dios es salvar al hombre y, además, este tiene un carácter satánico arrogante y testarudo. Por eso, siempre que Dios comienza una nueva obra sufre la blasfemia, la persecución y las acusaciones del mundo religioso, que se empeña en aferrarse al viejo camino. Aquellos que aceptan la nueva obra de Dios y difunden el camino verdadero reciben toda clase de acusaciones sin fundamento e insultos. El Nuevo Testamento de la Biblia recoge esta verdad: para salvar al hombre del riesgo de ser castigado por no ser capaz de cumplir la ley, Dios se encarnó y comenzó la obra de redención en la Era de la Gracia. En aquel momento en que el Señor Jesús llevaba a cabo Su obra en Judea y hacía muchos milagros, como sanar a los enfermos y expulsar a los demonios, Él otorgó a la gente abundantes gracias y expresó muchas verdades, lo que bastó para demostrar que Él era verdadera y plenamente Dios mismo, el Mesías que se había profetizado. Pero los sumos sacerdotes y escribas judíos, así como los fariseos, no creían que Él fuera su ansiado Mesías y, por el contrario, lo calumniaron y juzgaron, además de condenar la obra del Señor Jesús como “herejía” y “secta”. Fue en Nazaret donde se crio y comenzó Su obra el Señor Jesús y por eso Él y todos Sus seguidores recibieron el apodo de “secta de los nazarenos” y se acusó al apóstol Pablo de ser uno de los cabecillas (ver Hechos 24:5). ¿Qué nos indica esto? Los hermanos y hermanas que creen en el Señor saben que en Judea llevó a cabo Su obra de plena conformidad con el plan de gestión de Dios mismo, a fin de iniciar la Era de la Gracia y comenzar la nueva obra de redimir al hombre. Fuera judío o gentil, zelote o saduceo, cualquiera que de verdad tuviera sed del camino verdadero y lo buscara podía recibir la absolución por seguir al Señor Jesús, el único Dios verdadero. Dios nunca tuvo necesidad de fundar, ni jamás lo hizo, ninguna denominación, organización o secta, y menos esa “secta de los nazarenos”. Por lo tanto, la herejía, es decir, esa “secta de los nazarenos”, es en realidad un rumor inventado para atacar e incriminar al Señor Jesús y condenar Su obra; un rumor ideado por los sumos sacerdotes, los escribas y los fariseos “que servían” a Jehová Dios en el templo. Al final, engañado y controlado por estas “personas que servían a Dios”, el pueblo judío capturó al Señor Jesús y lo clavó en una cruz, lo que ofendió el carácter de Dios e hizo que Él castigara a Israel a aproximadamente 2000 años de destrucción.
Del mismo modo, y a fin de que el hombre rompa el círculo de cometer pecados sólo para confesarlos y luego seguir pecando otra vez, a fin de que se deshaga completamente del carácter corrupto de Satanás, a fin de que se desprenda de su naturaleza pecaminosa y alcance la santidad y a fin de que logre verdaderamente la salvación de Dios, en los últimos días Dios se ha vuelto a encarnar y ha expresado la verdad para juzgar y castigar a la humanidad corrupta. Con Su nueva obra purifica a fondo y salva al hombre. Mediante el juicio, el castigo, las pruebas y el refinamiento de las palabras de Dios, los hermanos y hermanas que aceptan el evangelio de Dios de los últimos días y siguen Su nueva obra ven claramente que el Dios Todopoderoso que otorga estas verdades en los últimos días es el regreso del Señor Jesús y desde el fondo del corazón se regocijan y alaban, sintiendo hondamente la asombrosa grandeza de ser elevados y de Su salvación. Así pues, para devolver el amor de Dios y para que aún más personas puedan seguir la huella de Dios y regresar a Su casa, ellos salen a contar la buena nueva a todos aquellos que han estado esperando con ansia el regreso del Señor Jesús. Les dicen que el Señor Jesús ya se ha encarnado una vez más y que ha regresado al mundo en China, en Oriente, con lo que concluye la Era de la Gracia y da lugar a la Era del Reino. Él ha comenzado una obra nueva y más elevada de juicio y purificación del hombre. Les dicen que Dios ya ha cumplido el capítulo 24, versículo 27 del Evangelio de Mateo: “Porque así como el relámpago sale del oriente y resplandece hasta el occidente, así será la venida del Hijo del Hombre”. La verdad que Dios ha traído esta vez es todavía más elevada que nunca, pues descubre los misterios de Su obra desde la creación hasta los últimos días, recoge todas las verdades de la purificación y salvación de la humanidad y se las otorga al hombre; y los hermanos y hermanas que verdaderamente creen en Dios vienen a la luz de forma multitudinaria. En los últimos días la obra de cosecha de Dios dura poco, el ritmo es veloz y, como un relámpago, en poco más de diez años el evangelio del reino de Dios se ha extendido ampliamente por la China continental y se está expandiendo a todos los países y regiones del mundo. Y sin embargo, frente a la nueva obra de Dios, que no coincide con los conceptos del hombre, esas personas arrogantes y santurrones de varias sectas religiosas se empeñan en aferrarse al viejo camino. Los que son incapaces de seguir la nueva obra de Dios no sólo no buscan ni investigan el camino verdadero, sino que, por el contrario, arman revuelo por la profecía bíblica que relatan los hermanos y hermanas que dan testimonio de la obra de Dios de los últimos días. Lanzan acusaciones disparatadas y juzgan y calumnian a la Iglesia de Dios Todopoderoso llamándola “Secta del Relámpago Oriental”. Y en todos los sentidos hacen exactamente lo que antes hicieron los círculos religiosos judaicos que atacaban, difamaban y condenaban a los discípulos y apóstoles del Señor Jesús llamándolos “la secta de los nazarenos”. Que puedan oponerse y atacar así la obra de Dios de los últimos días, que puedan impedir que la gente siga la huella de Dios y obedezca Su obra, ¿no es así exactamente como los fariseos se opusieron y condenaron a Cristo en el pasado? ¿Acaso no va la esencia de estas acciones más allá del mero odio a la verdad y de la blasfemia contra el Espíritu Santo?
Si Dios Todopoderoso no manifestara Su palabra ni revelara los misterios, nunca comprenderíamos verdaderamente lo que significa la profecía “Porque así como el relámpago sale del oriente y resplandece hasta el occidente”. Dios Todopoderoso dice: “Cuando todas las personas prestan atención, cuando todas las cosas son renovadas y revividas, cuando cada persona se somete a Dios sin reparos y está dispuesta a asumir la pesada responsabilidad de la carga de Dios, es cuando el relámpago oriental surge, iluminando todo desde el Este hasta el Oeste, aterrorizando a toda la tierra con la llegada de esta luz; y en este momento, Dios una vez más comienza Su nueva vida […]. Que es decir, en el este del mundo, desde que el testimonio de Dios mismo comienza hasta que Él comienza a obrar, hasta que la divinidad comienza a ejercer el poder soberano a través de la tierra, este es el rayo brillante del relámpago oriental, que siempre ha brillado hacia todo el universo. Cuando los países en la tierra se convierten en el reino de Cristo es cuando todo el universo es iluminado. Ahora es el tiempo en que el relámpago oriental surge: Dios encarnado comienza a obrar y, además, habla directamente en divinidad. Se puede decir que cuando Dios comienza a hablar en la tierra es cuando el relámpago oriental surge. Más precisamente, cuando el agua viva fluye del trono, cuando las declaraciones del trono comienzan, es precisamente cuando las declaraciones del séptuple Espíritu comienzan formalmente” (‘Interpretación de la doceava declaración’ en “La Palabra manifestada en carne”). “Por todo el universo estoy llevando a cabo Mi obra, y en el Este, estallidos atronadores sucederán en una secuencia sin fin, sacudiendo a todas las denominaciones y grupos. Es Mi voz que ha traído a todos los hombres al presente. Provocaré que todas las personas sean conquistadas por Mi voz, que caigan dentro de esta corriente y que se sometan ante Mí, porque hace mucho tiempo he retirado Mi gloria de toda la tierra y la he enviado de nuevo en el Este. ¿Quién no anhela ver Mi gloria? ¿Quién no espera ansiosamente Mi regreso? ¿Quién no tiene sed de Mi reaparición? ¿Quién no añora Mi belleza? ¿Quién no vendrá a la luz? ¿Quién no verá la riqueza de Canaán? ¿Quién no anhela el regreso del Redentor? ¿Quién no adora al Gran Todopoderoso? Mi voz debe difundirse sobre toda la tierra; deseo hablar más a Mi pueblo elegido. Como los truenos poderosos que hacen temblar las montañas y los ríos, Yo hablo a todo el universo y a la humanidad. De ahí que Mis palabras se conviertan en un tesoro para el hombre, y todas las personas las estimen. Los relámpagos alumbran desde el Oriente hasta el Occidente. Mis palabras son tales que el hombre detesta renunciar a ellas y las encuentra insondables, pero lo que es más, el hombre se regocija en ellas. Como un bebé recién nacido, todas las personas están contentas y alegres, celebrando Mi venida. A causa de Mi voz, traeré a todas las personas ante Mí. A partir de ese instante, entraré formalmente entre las personas para que ellas vengan a adorarme. La gloria que emano y Mis palabras causan que todas las personas comparezcan ante Mí y vean que los relámpagos alumbran desde el Oriente […]. Porque hace ya mucho que he resucitado, que he desaparecido de entre las personas y luego reaparecido entre los hombres con gloria. Yo soy aquel que ha sido adorado por eras innumerables antes que ahora, y también soy el ‘niño’ abandonado por los israelitas por eras innumerables antes que ahora. Más aún, ¡Yo soy el todo glorioso Dios Todopoderoso de la era presente!” (‘El repique de los siete truenos: profetizando que el evangelio del reino se extenderá por todo el universo’ en “La Palabra manifestada en carne”). En las palabras de Dios Todopoderoso podemos ver que la obra y la palabra de Dios en los últimos días son el relámpago que brilla desde Oriente. El “relámpago” es la gran luz, es decir, la palabra de Dios, el camino por el que Dios juzga y castiga en los últimos días. La expresión “sale de Oriente” significa que viene de China y “resplandece hasta Occidente” significa que llega hasta Occidente. Por último, “así será la venida del Hijo del Hombre” se refiere a que Dios se encarna y en primer lugar se aparece y comienza Su obra en China, en Oriente. Allí forma un grupo de personas que verdaderamente conocen a Dios y que son los vencedores profetizados en el Libro del Apocalipsis. Luego, a través de estas personas, el evangelio de los últimos días se extenderá a Occidente para que todo el mundo pueda recibir la salvación de Dios en los últimos días. ¡Esto ya se ha logrado y es un hecho que está a la vista de todos! El relámpago de Oriente (es decir, la obra del juicio de Dios durante los últimos días en China) nos permite recibir todo el amor y la salvación que Dios otorga al hombre, así como conocer el verdadero rostro de Dios, y suscita en nosotros una veneración y adoración verdaderas hacia Él. Al igual que un relámpago, la palabra de Dios da luz y esperanza al hombre. Todos los que aceptan el relámpago de Oriente —la obra de Dios de los últimos días— pueden dar testimonio de esto.
Al leer esto ahora, creo que todos tenéis una respuesta clara a la pregunta de cuál es el origen del Relámpago Oriental. Dios es el Creador de los cielos y la tierra y de todas las cosas. Puesto que Satanás corrompió al hombre, Dios comenzó Su obra de salvarlo. Dios desea que todos los hombres del universo vean Sus obras, que todas las religiones se conviertan en una sola que adore al Creador. Entonces Él permitirá que alcancen la purificación y la salvación todos aquellos que verdaderamente busquen la aparición de Dios y sigan Su huella. Llevará al reino a esas personas obedientes al corazón de Dios para que descansen con Él. Por lo tanto, todos y cada uno de los hermanos y hermanas que verdaderamente creéis en Dios y esperáis con ansia el regreso del Señor Jesús debéis dejar de lado vuestros conceptos religiosos y estudiar el camino verdadero. No prestéis atención a los rumores ni os opongáis ciegamente al camino verdadero, pues terminaréis perdiendo la salvación de Dios en los últimos días. Debemos ir a la par de los pasos de la obra de Dios y seguir de cerca Su huella. Esta es la única manera de que al final podamos recibir la salvación de Dios y de que nos lleve a Su reino.
Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.
 
¿Quieres saber cómo se lleva a cabo la obra de juicio de Dios? ¿Cuál es la relación entre la obra de juicio de Dios y nuestra salvación? Haga clic en Messenger para unirse a nosotros para que podamos discutir juntos.
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¿El juicio del gran trono blanco realmente solo juzgara a los gentiles?

2020-05-21 23:58:10 | Evangelio Diario
 
Apocalipsis 20:11-12: “Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de cuya presencia huyeron la tierra y el cielo, y no se halló lugar para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie delante del trono, y los libros fueron abiertos; y otro libro fue abierto, que es el libro de la vida, y los muertos fueron juzgados por lo que estaba escrito en los libros, según sus obras”.
Hablando del juicio del gran trono blanco, muchos hermanos y hermanas relacionan estas dos escrituras creyendo que el juicio del gran trono blanco está dirigido a los gentiles que no creen en Dios, y que cuando llegue el fin del mundo, el Señor Jesús tomará las represalias de acuerdo a lo que han hecho cada uno. Todos los gentiles que no creen en el Señor serán condenados y castigados, mientras que los que creen en el Señor ya han recibido la redención del Señor Jesús, podrán entrar en el reino de los cielos sin someterse a ningún juicio. Pero ¿realmente es así? Esta es la pregunta de la que vamos a hablar hoy.
En primer lugar, debemos de tener claro que estas dos escrituras son las visiones que vio Juan, ¿cómo exactamente se cumplirán las visiones? No es algo que podamos explicar claramente por el significado literal de las escrituras. Solo después de que se cumpla la obra de Dios, lo entenderemos realmente. Los pensamientos de Dios siempre superan nuestros pensamientos, la obra de Dios es maravillosa e impredecible, por lo que no lo podemos definir por nuestra imaginación. Entonces ¿qué dice la Biblia sobre la obra del juicio de Dios en los últimos días? Vamos a verla: “[...] pues viene a juzgar la tierra; Él juzgará al mundo con justicia, y a los pueblos con equidad” (Salmos 98:9). “Juzgará entre las naciones,
y hará decisiones por muchos pueblos” (Isaías 2:4). “El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, esa lo juzgará en el día final” (Juan 12:48). “Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios […]” (1 Pedro 4:17).
Mencionado en las profecías “juzgar la tierra” “y a los pueblos” “Juzgará entre las naciones” “el juicio comience por la casa de Dios” etc., podemos ver claramente, que cuando llegue el fin del mundo el Señor vendrá a juzgar justamente a todas las naciones y pueblos. Diferente a como nos lo imaginábamos, de solo juzgar a los gentiles incrédulos. La obra del juicio de Dios de los últimos días empezará primero en la casa de Dios. Iniciará la obra del juicio en todas las personas que aceptaron la salvación de Dios. Lo que significa que Dios regresará en los últimos días para declarar las palabras del juicio. Todos aquellos que acepten la obra del juicio de Dios de los últimos días, serán juzgados, purificados y salvados. La obra del juicio comenzará en la casa de Dios para lograr a un grupo de vencedores antes del desastre. Los que realmente entrarán al reino de los cielos para obtener la vida eterna son los 144000 vencedores de ese grupo, que se predijo en el Apocalipsis. Por lo que se cumplió la profecía del Apocalipsis: “Y MIRÉ, y he aquí, el Cordero estaba sobre el monte de Sión, y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de su Padre escrito en sus frentes. Y oí una voz del cielo como ruido de muchas aguas, y como sonido de un gran trueno: y oí una voz de tañedores de arpas que tañían con sus arpas: Y cantaban como un cántico nuevo delante del trono, y delante de los cuatro animales, y de los ancianos: y ninguno podía aprender el cántico sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil, los cuales fueron comprados de entre los de la tierra. Estos son los que con mujeres no fueron contaminados; porque son vírgenes. Estos, los que siguen al Cordero por donde quiera que fuere. Estos fueron comprados de entre los hombres por primicias para Dios y para el Cordero. Y en sus bocas no ha sido hallado engaño; porque ellos son sin mácula delante del trono de Dios” (Apocalipsis 14:1-5).
Hablando de esto, algunas personas pueden estar dudosas: “Hemos confesado nuestros pecados y nos hemos arrepentido ante el Señor cuando pecamos, así que podremos entrar en el reino de los cielos, ¿por qué todavía tenemos que ser juzgados por Dios?”
 
 
¿Por qué necesitamos ser juzgados después de ser perdonados?
Todos sabemos que el Señor Jesús hizo la obra de crucifixión para redimir a la humanidad. Después de aceptar al Señor Jesús como el Salvador, cuando cometemos los pecados, solo si confesamos al señor, nuestros pecados serán perdonados, y ya no seremos condenados ni sentenciados a muerte bajo la ley. Pero, esto no significa que dejamos de ser un pecador, ni significa que estamos haciendo la voluntad de Dios y podamos entrar directamente en el reino de los cielos. Sobre este aspecto, podemos ver dos pasajes de las palabras de Dios para entenderlo, Dios dice: “Los pecados del hombre fueron perdonados a través del Dios encarnado, pero eso no significa que el hombre no tenga pecado en él. Los pecados del hombre podían ser perdonados por medio de una ofrenda por el pecado, pero el hombre ha sido incapaz de resolver el problema de cómo no pecar más y cómo poder desechar completamente su naturaleza pecaminosa y ser transformado”. “Aunque el hombre ha sido redimido y se le han perdonado sus pecados, sólo se considera que Dios no recuerda sus transgresiones y no lo trata de acuerdo con estas. Sin embargo, cuando el hombre vive en la carne y no ha sido liberado del pecado, sólo puede continuar pecando, revelando interminablemente el carácter satánico corrupto. Esta es la vida que el hombre lleva, un ciclo sin fin de pecado y perdón. La mayoría de los hombres pecan durante el día y se confiesan por la noche. Así, aunque la ofrenda por el pecado siempre sea efectiva para ellos, no podría salvarlos del pecado. Sólo se ha completado la mitad de la obra de salvación, porque el hombre sigue teniendo un carácter corrupto”.
De las palabras de Dios podemos entender que la obra redentora del Señor Jesús ha perdonado nuestros pecados. Esto es porque Dios no recuerda nuestros pecados contra la ley, pero nuestra naturaleza pecaminosa no ha sido eliminada, y a menudo pecamos y nos oponemos al Señor involuntariamente. Por ejemplo, oramos todos los días confesando nuestros pecados, pero luego seguimos cometiendo los mismos pecados, esto es mentir abiertamente a Dios; en las relaciones entre personas, cuando una comienza a quebrantar nuestros intereses o herir nuestro orgullo, llegamos a odiarla, e incluso a vengarla; cuando vemos a algunos predicadores que pueden predicar, empezamos a adorarlos y a admirarlos, cuando nos sucede algo, no oramos a Dios, sino que buscamos a ellos para resolverlo, no importa si lo que dicen encaja con la verdad o no, escuchamos de todas formas, esa actitud es de adorar a un ídolo; y cuando tenemos un pequeño estatus en la iglesia, nos volvemos engreídos y no tenemos a Dios en el corazón, monopolizamos el poder en la iglesia y les pedimos a los hermanos y hermanas que nos escuchen, una vez que no nos escuchen, nos enfadamos e incluso les excluimos; cuando nos encontramos con algunas cosas como los desastres naturales y los desastres provocados por el hombre, nos enfadamos, nos quejamos, y culparemos a Dios e incluso hay peligro de dejar a Dios; etc. Estas situaciones se manifiestan en nosotros en diversos grados. Se puede ver que creemos en el Señor tan solo reconociendolo verbalmente el nombre de Dios, sin poder obedecer la palabra del Señor, como si se ha convertido en lo que dijo el Señor Jesús: “El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue”. Dios es justo y santo, y el reino de los cielos naturalmente también es santo. No permite que la suciedad permanezca, tal como dijo el Señor Jesús: “En verdad, en verdad os digo que todo el que comete pecado es esclavo del pecado; y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí permanece para siempre” (Juan 8:34-35). El carácter de Dios no tolera ser ofendido, nosotros que no obedecemos la Palabra de Dios y que somos esclavos del pecado llenos de caracteres corruptos ¿cómo podemos estar calificados para entrar en el reino de los cielos? Dios es fiel, y salvará por completo a las personas. Por lo tanto, de acuerdo con nuestras necesidades, y de acuerdo con el propio plan de la obra de Dios, predice que llevará a cabo la etapa de la obra de juicio, para alcanzar la purificación de nuestra esencia corrupta, así estaremos calificados para entrar en el reino de los cielos. Así como dice la Biblia: “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando Él, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir” (Juan 16:12-13). “El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, esa lo juzgará en el día final” (Juan 12:48). “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias” (Apocalipsis 2:7). Se puede ver que cuando el Señor regrese en los últimos días, publicará la verdad y usará Sus palabras para juzgar, empezando por la casa de Dios, es decir, la obra del juicio del gran trono blanco, es para purificar nuestros pecados, haciendo que nuestra esencia corrupta cambie, siendo obedientes a Dios y amar a Dios, obteniendo la salvación completa de Dios. Por lo tanto, ¡es muy importante aceptar la obra del juicio de Dios en los últimos días para que podamos entrar en el reino de los cielos!
Cristo de los últimos días ha comenzado Su obra del juicio del gran trono blanco
Ahora, el signo de la catástrofe: las cuatro lunas de sangre ya han aparecido, las estrellas celestiales muestran signos de visión, terremotos, inundaciones, la plaga de langostas, y en 2019 la pandemia se ha extendido por el mundo entero. Los presagios del regreso del Señor Jesús “Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino, y en diferentes lugares habrá hambre y terremotos. Pero todo esto es solo el comienzo de dolores” (Mateo 24:7-8), ya han aparecido. Entonces ¿ha regresado el Señor para hacer el juicio? En realidad, el Señor Jesús ya ha regresado, el Cristo encarnado, Dios Todopoderoso. Comenzó Su obra en 1991, y también el juicio del gran trono blanco, usando Sus palabras para juzgar y purificar a todos los que siguen a Dios Todopoderoso. Así que, ¿cómo está haciendo el Cristo de los últimos la obra del juicio?
Las palabras de Dios dicen: “En los últimos días Cristo usa una variedad de verdades para enseñar al hombre, para exponer la esencia del hombre y para analizar minuciosamente sus palabras y acciones. Estas palabras comprenden verdades diversas tal como: el deber del hombre, cómo el hombre debe obedecer a Dios, cómo debe ser leal a Dios, cómo debe vivir una humanidad normal, así como también la sabiduría y el carácter de Dios, y así sucesivamente. Todas estas palabras son dirigidas a la esencia del hombre y a su carácter corrupto. En particular, las palabras que exponen cómo el hombre desdeña a Dios con relación a cómo el hombre es una personificación de Satanás y una fuerza enemiga contra Dios. Al emprender Su obra de juicio, Dios no deja simplemente en claro la naturaleza del hombre con sólo unas pocas palabras; la expone, la trata y la poda a largo plazo. Estos métodos de exposición, de trato y poda, no pueden ser sustituidos con palabras ordinarias, sino con la verdad que el hombre no posee en absoluto. Sólo los métodos de este tipo se consideran juicio; sólo a través de este tipo de juicio puede el hombre ser doblegado y completamente convencido de la sumisión a Dios y, además, obtener un conocimiento verdadero de Dios. Lo que la obra de juicio propicia es el entendimiento del hombre sobre el verdadero rostro de Dios y la verdad sobre su propia rebeldía. La obra de juicio le permite al hombre obtener mucho entendimiento de la voluntad de Dios, del propósito de la obra de Dios y de los misterios que le son incomprensibles. También le permite al hombre reconocer y conocer su esencia corrupta y las raíces de su corrupción, así como descubrir su fealdad. Estos efectos son todos propiciados por la obra de juicio, porque la esencia de esta obra es, en realidad, la obra de abrir la verdad, el camino y la vida de Dios a todos aquellos que tengan fe en Él. Esta obra es la obra de juicio realizada por Dios”.
Se puede ver que el juicio de Dios en los últimos días no es simplemente publicar algunas palabras, o decir algunas palabras de represión, sino publicar todas las verdades que sirvan para salvar la humanidad, por ejemplo, cómo Satanás corrompe a la humanidad, qué naturaleza corrupta sufrimos que nos conlleva a oponernos a Dios, cómo deberíamos actuar para obedecer a Dios, para amar a Dios, con qué tipo de personas se enoja Dios, a qué tipo de personas Dios les muestra misericordia, etc. La importancia de estas verdades es principalmente mediante el juicio revelar la corrupción humana. Al aceptar la pena de juicio de la Palabra de Dios, podemos ver la verdad de nuestra propia corrupción por Satanás, entender la raíz de nuestros crímenes y la oposición a Dios, y ver que ser corrompido por Satanás realmente es monstruoso, sin actuar ni siquiera un poco como un humano normal, lleno de arrogancia, maldad, egoísmo y otros caracteres satánicos, esto hace enojar a Dios, no son dignos de ser humanos, ni de ser salvados por Dios. En este momento, tendremos un verdadero remordimiento, y aceptaremos más pena de juicio de la Palabra de Dios, para lograr un cambio más puro. Al mismo tiempo, en el juicio de la Palabra de Dios, también experimentamos el carácter justo y majestuoso de Dios que no podemos ofender, entendemos la actitud de Dios hacia las cosas tanto buenas como malas, sentimos que la justicia de Dios está llena de misericordia y tolerancia, y cuando vemos la esencia de la belleza y la bondad de Dios, aceptamos arrepentirnos ante Dios y practicar la Palabra de Dios para cumplir los requisitos de Dios. Ahora, muchos hermanos y hermanas han experimentado el juicio de la Palabra de Dios, y tienen una comprensión real de Dios, su visión de la vida y sus valores han comenzado a cambiar, han podido poner en práctica algunas verdades y en la vida han podido tener diferentes cambios de temperamento en diferentes grados. Estos son los resultados de la obra del juicio de Dios en los últimos días. Por lo tanto, siempre y cuando aceptemos la obra del juicio de Dios en los últimos días, podemos ver la verdad de nuestra propia corrupción por parte de Satanás, conociendo la justicia de Dios y tener un corazón temeroso de Dios, romper la esclavitud del pecado, y conseguir la purificación, convirtiéndonos en personas que verdaderamente obedezcan y adoren a Dios. La obra del juicio de Dios en los últimos días es para ganar a un grupo de vencedores, también para purificar la esencia corrupta a las personas que verdaderamente obedezcan a Dios, tal como se profetiza en Apocalipsis: “Miré, y he aquí que el Cordero estaba de pie sobre el Monte Sión, y con Él ciento cuarenta y cuatro mil que tenían el nombre de Él y el nombre de su Padre escrito en la frente. […] Estos son los que no se han contaminado con mujeres, pues son castos. Estos son los que siguen al Cordero adondequiera que va. Estos han sido rescatados de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero. En su boca no fue hallado engaño; están sin mancha” (Apocalipsis 14:1, 4-5). Y aquellos siervos malvados, anticristos y todos los demás que hacen el mal y resisten a Dios, que no aceptan el juicio de Cristo de los últimos días durante la obra de las palabras de Dios, cuya corrupción no ha sido limpiada y transformada, y quienes condenan a Cristo de los últimos días, serán expuestos como las cizañas, como los siervos malvados, y destruidos por el gran desastre después de que Dios logre formar a un grupo de vencedores.
Llegado hasta aquí, entendemos completamente que cuando Dios expresa la verdad, la obra del juicio del gran trono blanco en los últimos días predicha por el Apocalipsis ya ha comenzado. Dios usará primero Sus palabras para purificar y salvar a todos los que siguieron los pasos del Cordero, convirtiéndolos en un grupo de vencedores. Después de eso, Dios causará catástrofes para castigar y destruir este mundo viejo, malvado y sucio, y luego Dios aparecerá públicamente a toda la raza humana, terminando por completo Su obra del juicio y el reino de Dios aparecerá en la tierra. Es decir, para aquellos que acepten la obra de Dios Todopoderoso en los últimos días, el juicio será usar las palabras para purificar y salvar a ellos. Y para los gentiles y los que resisten a Dios, será el castigo y la destrucción de las personas con desastres tales como terremotos, hambrunas y plagas. Se puede ver que el juicio del gran trono de Dios en los últimos días es una bendición y salvación para aquellos que buscan y aceptan la verdad, y para los que se opongan a Dios serán revelados y eliminados.
Ahora, ¿todavía piensas que el juicio del trono blanco en los últimos días solo juzgará a los gentiles? Después de leer este artículo, ¿qué vas a hacer en la obra del juicio cuando regrese el Señor?
 
En el final de los últimos días, ¿Ccómo podemos recibir al Señor? ¿Cómo podemos entrar en el reino de los cielos y obtener la vida eterna? El Señor Jesús dijo: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá” (Mateo 7:7). Si desea conocer el misterio de la venida del Señor y anhela asistir al banquete con Él, hable con nosotros a través de Messenger. 
 
Some Scriptures taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation

¡Ay de Quienes Crucifiquen a Dios Otra Vez!

2020-05-21 01:27:57 | Palabra de Dios
Durante los últimos días Dios se ha encarnado en China para obrar y ha expresado millones de palabras, y ha conquistado y salvado a un grupo de personas con Su palabra y ha iniciado la nueva era del juicio, comenzando con la casa de Dios. Hoy, la difusión de la obra de Dios durante los últimos días ha alcanzado su clímax en China continental. La mayoría de las personas de la Iglesia Católica y de todas las denominaciones cristianas que buscan la verdad regresaron ante el trono de Dios. El Dios encarnado ha realizado la obra de “la venida secreta del Hijo del Hombre” profetizada en la Biblia y pronto aparecerá públicamente ante todas las naciones y lugares del mundo. Todas las personas en cada nación y lugar que estén sedientas de la aparición de Dios verán la aparición pública de Dios. Ninguna fuerza puede obstaculizar o destruir el reino de Dios y cualquiera que se resista a Dios será castigado por Su ira, tal y como lo dicen las palabras de Dios: “Mi reino se está formando sobre todo el universo y Mi trono se está apoderando de los corazones de trillones de personas. Con la ayuda de los ángeles, Mi gran logro pronto se llevará a un término exitoso. Todas las multitudes de Mis hijos y Mi pueblo esperan ansiosamente Mi regreso, anticipando Mi reunión con ellos, para nunca más volver a separarnos. ¿Cómo podría todo el pueblo de Mi reino no correr de un lado a otro celebrando los unos con los otros que Yo esté junto a ellos? ¿A quién se le ocurriría ahorrar costos en esta reunión? Soy honorable a los ojos de todos; soy proclamado en las bocas de todos. Cuando regrese, además, conquistaré a todas las fuerzas enemigas. ¡El momento ha llegado! ¡Pondré Mi obra en marcha, reinaré supremo entre los hombres! ¡Voy a regresar! ¡Me voy a ir! Esto es lo que todos están anticipando, lo que están esperando. ¡Quiero dejar que todos vean la llegada de Mi día y que gozosamente le den la bienvenida al arribo de Mi día!” (‘Capítulo 27’ de Las palabras de Dios al universo entero en “La Palabra manifestada en carne”). “Todos los que amo vivirán sin duda eternamente, y los que están contra Mí serán con seguridad castigados por Mí eternamente. Porque Yo soy un Dios celoso, no perdonaré a la ligera a los hombres por todo lo que han hecho. ¡Vigilaré toda la tierra y, apareciendo en el Este del mundo con justicia, majestad, ira y castigo, me revelaré a las innumerables huestes de la humanidad!” (‘Capítulo 26’ de Las palabras de Dios al universo entero en “La Palabra manifestada en carne”).
La obra extraordinaria de Dios ha revelado a todos los anticristos, falsos profetas e impostores. Ha expuesto a los falsos creyentes que sólo buscan la gracia de Dios, comer los panes y llenarse. La palabra de juicio de Dios es como una espada aguda y de doble filo que traspasa el corazón y el espíritu del hombre y hace que las personas que odian sean reprendidas y que aquellas que detestan las palabras puras y que no aman la verdad muestren sus verdaderos colores.
En las palabras que Dios expresa durante Su secreta llegada para realizar Su obra, contemplamos la verdad de la resistencia de la humanidad a Dios y su rebelión contra Dios, la cual se manifiesta fundamentalmente en tres aspectos:
1. Que la humanidad con frecuencia peque, se resista a Dios y se rebele contra Él se debe completamente a que después que Satanás ha corrompido a las personas, la naturaleza de éstas ha sido poseída por los diversos venenos de Satanás, y se han convertido en seres que se resisten a Dios y se rebelan contra Él. Como consecuencia, pecan a diario y a menudo confiesan sus pecados, pero aun así son incapaces de liberarse de las ataduras y la esclavitud de su naturaleza satánica. La naturaleza de la gente que se rebela contra Dios es la raíz de su pecado.
2. La humanidad ha sido profundamente corrompida por Satanás. Los corazones de las personas se han llenado de nada más que de las filosofías de Satanás, de las reglas de vida de Satanás y de las maneras de pensar de Satanás, lo que las ha hecho incapaces de entender o de conocer que la palabra de Dios es la verdad. Sin el esclarecimiento y la iluminación del Espíritu Santo, la humanidad es incapaz de aceptar la verdad. Aunque la humanidad corrupta cree en Dios, la gente sólo reconoce que Dios existe, pero no reconoce que Dios es la verdad. Por ende, la humanidad corrupta con frecuencia juzga a Dios, ataca a Dios, se resiste a Dios y se rebela contra Dios.
3. La humanidad ha sido profundamente corrompida por Satanás. Ni siquiera aquellas personas que han creído en Dios por muchos años conocerán a Dios sin Su juicio y castigo, ni la obra de salvación de Cristo encarnado. Debido a su creencia en Dios, sólo pueden disfrutar de la gracia de Dios y reconocer que Dios en verdad existe, pero no pueden conocer realmente a Dios. Sólo pueden estar llenas de doctrinas y nociones religiosas, y se vuelven cada vez más arrogantes y autosuficientes, e incluso se atreven a juzgar a Dios, a denunciar a Dios y a blasfemar contra Su obra. Estas cosas no son nada nuevo, pero suceden frecuentemente en el mundo religioso, lo que demanda una profunda reflexión de la gente. Adicionalmente, esto ha cumplido enteramente las palabras de Jesús: “No todo el que me dice: ‘Señor, Señor’, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: ‘Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?’. Y entonces les declararé: ‘Jamás os conocí; apartaos de mí, los que practicáis la iniquidad’” (Mateo 7:21-23). Todos hemos visto claramente que en el mundo religioso hay demasiadas personas que trabajan en nombre del Señor, pero que se resisten y condenan la obra de Dios de los últimos días. Aquellas que creen en Dios y que sólo reconocen que Dios existe, pero que no saben que Dios es la verdad, son propensas a resistirse a Dios, a atacar a Dios y a blasfemar contra Dios. Porque tienen cierto conocimiento de la Biblia y de la doctrina religiosa, creen que poseen la verdad y que conocen a Dios. Incluso se atreven a blasfemar contra la obra del Espíritu Santo y a desafiar al Cristo encarnado. Lo único que les espera es el castigo y el juicio justos, majestuosos e iracundos de Dios. En el día de la llegada pública de Dios, ¡todo será revelado!
De personas que predican el evangelio en varios lugares a menudo hemos oído que muchos de los que una vez se resistieron a la obra de Dios Todopoderoso, o que obstaculizaron e interfirieron en que la gente aceptara a Dios Todopoderoso, fueron castigados y maldecidos de varias grados. Se puede decir que, hasta cierto punto, esto ha desempeñado un papel motivador positivo en nuestra obra de evangelización. Al oír tal información no hemos podido sino alabar la justicia de Dios; más aún, hemos agradecido a Dios por escuchar nuestras plegarias. Adicionalmente, una reverencia y admiración por Dios surgió espontáneamente en nuestros corazones. Dios no abandonará a las ovejas que le pertenecen, mucho menos dejará escapar a cualquiera que cometa alguna maldad ni que se resista a Él. Dios es omnipresente y omnipotente, y Su obra no puede ser obstaculizada por ningún poder hostil. Dios nos ha mostrado demasiados casos de la maldad siendo castigada y creemos que esto también es una advertencia silenciosa para cada uno de nosotros. Por tanto, hemos recopilado muchos casos de personas que han sido castigadas cuyo alcance abarca a la Iglesia Católica y a diversas denominaciones y sectas cristianas. El período de tiempo es sólo desde 1993 a 2002 y las ubicaciones incluyen 24 provincias y ciudades municipales. En total, hemos recopilado más de diez mil casos de personas que han sido castigadas por resistirse a Dios Todopoderoso, entre las cuales hemos seleccionado más de ochocientos setenta casos típicos. Pero sólo estos casos son suficientes para que todas las personas aprendan lecciones de ellas (ver “Casos típicos de castigo por resistirse a Dios Todopoderoso”).
De estos casos impactantes de los que fueron castigados por resistirse a Dios hemos identificado cuatro tipos principales de personas que fueron relativamente vehementes en su resistencia a Dios:
El primero: estas personas fueron engañadas por otras o fueron esclavizadas por servidores malvados como resultado de no conocer la obra del Espíritu Santo y de ser incapaces de discernir. Así, ellas las imitaron a la hora de hacer el mal y repitieron sus palabras como loros, profiriendo muchas palabras al resistirse a Dios y cometiendo malas acciones al impedir que la gente aceptara la obra de Dios. Dios sólo impuso un leve castigo a estas personas y no puso fin a sus vidas. Algunas de ellas sufrieron enfermedades extrañas y otras sufrieron accidentes, o sus familiares sufrieron alguna catástrofe. Dios dio a este tipo de gente la oportunidad de arrepentirse. Por supuesto, también hubo algunas obstinadas que aun después de ser castigadas no despertaron, sino que continuaron haciendo el mal y, por ende, fueron eliminadas.
El segundo: la mayoría de estas personas eran líderes de varias denominaciones y sectas que fueron enfrentadas para elegir entre su posición y Dios. Para salvar su posición abandonaron el camino verdadero, se resistieron deliberadamente a la obra de Dios y controlaron a las personas bajo su cargo. Con el fin de disfrutar eternamente de los beneficios que su posición les brindaba, engañaron y atraparon a la gente. Parecía que perderían su posición si perdían a su gente y no podían vivir sin su posición. Por lo tanto, hicieron todo lo posible por competir con Dios por su pueblo elegido, y llamaron a las ovejas de Dios sus ovejas. Eran los típicos anticristos. A lo que estas personas servían era a su posición y sustento, sus corazones se endurecieron cada vez más. Disfrutaban de la gracia de Dios, pero también querían controlar al pueblo elegido de Dios, sin ni siquiera darle la libertad de elección a la que éste tenía derecho. Estas personas fueron esos siervos malvados profetizados por el Señor Jesús. Dios también castigó a estas personas en diferentes grados según su comportamiento e igualmente les dio la oportunidad de arrepentirse. Pero algunas de ellas fueron aún más lejos y prefirieron morir antes que arrepentirse. Por lo tanto, Dios puso fin a sus vidas. A aquellas que se controlaron o que dejaron de hacer el mal después de haber sido castigadas, Dios les perdonó la vida y continúa a la espera de que se arrepientan.
El tercero: estas personas anteriormente habían estado poseídas por espíritus malignos o bien, en algunos casos, confiaban en espíritus malignos para exhibir poderes sobrenaturales. Estas personas creían que los espíritus malignos obraban dentro de ellas, pero no tenían el más mínimo conocimiento de la obra del Espíritu Santo. Como resultado, cuando se les predicó la nueva obra de Dios, surgió en ellas una fuerte oposición. Este tipo de personas fueron especialmente hostiles con la obra del Espíritu Santo y, sobre todo, detestaban la verdad expresada por Dios. En todas las denominaciones y sectas su voz de resistencia a Dios era la más fuerte, sus acciones eran las más maliciosas y su oposición a Dios era la más agresiva y ferviente. Estas personas fueron las herramientas de los espíritus malignos, los enemigos de Dios y los cómplices de Satanás y, por ende, todas terminaron siendo maldecidas y condenadas a la perdición y a la destrucción.
El cuarto: estas personas que fueron castigadas eran las espinas dorsales entrenadas por las iglesias del Movimiento Patriótico de Tres Autonomías. Ellas sirvieron y dieron sus vidas primordialmente por el Partido Comunista y estaban en enemistad con todos aquellos que verdaderamente creían en Dios. Apoyados por el poder del estado y sirviendo como instrumentos del gobierno, persiguieron a las personas que en verdad seguían a Dios y que daban testimonio de Dios. Ellas sostenían el “cuenco para el arroz” concedido por el Partido Comunista, hablaron y dieron sus vidas por el Partido Comunista y se convirtieron en los portavoces del mismo en el mundo religioso. De hecho, el Partido Comunista era su amo. Estas personas ocupaban cargos de poder de las iglesias en la mayoría de los lugares y tenían en sus manos el control de muchos creyentes ignorantes; no eran más que demonios que se resistían a Dios y eran unas verdaderas impías del cristianismo. Aunque se desempeñaron rampantes por un tiempo, estaban condenadas a ser maldecidas y destruidas.
Estas famosas figuras de la Iglesia Católica y de las diversas denominaciones y sectas cristianas fueron castigadas por Dios e incluso fueron maldecidas y murieron, debido a que condenaron la obra de Dios y detuvieron la realización de la voluntad de Dios. ¿No es esto digno de ser discutido por las personas? Si al que ellas se resistieron no fuese Dios, ¿quién podría castigarlas y quitarles la vida? Si verdaderamente pertenecieran a Dios, ¿quién tendría el poder de quitar sus vidas de la mano de Dios? ¿Acaso no reconocéis que Dios es justo?
De los casos incluidos en estos cuatro tipos de personas y de sus acciones podemos ver claramente que, en su naturaleza, no les gustaba la verdad. Ellas mantuvieron una actitud hostil hacia la obra de Dios de salvar y transformar al hombre por medio del juicio y el castigo, detestaban en extremo la palabra de Dios que revela la naturaleza del hombre y que traspasa su alma, e incluso se tornaban violentamente iracundas como si la venida de Dios hubiese interrumpido su plácido sueño. Por tanto, sus corazones quejumbrosos contra Dios y su naturaleza de rebelarse contra Dios fueron expuestos por completo. Incluso, desbordadas por una altiva arrogancia, condenaron, blasfemaron y se resistieron a Dios inescrupulosamente. Fueron mucho más malvadas que los fariseos que persiguieron al Señor Jesús hace dos mil años. Sus acciones malvadas finalmente las llevaron a ser castigadas y maldecidas. Muchas de estas personas se dieron cuenta de que el carácter de Dios en verdad no debía ofenderse cuando les llegaba la muerte, pero sólo pudieron llorar y crujir sus dientes en la oscuridad. ¡Los hechos han demostrado que quienes crucifiquen a Cristo una vez más serán condenados!
Dios Todopoderoso dijo: “El reino se está expandiendo entre la humanidad, se está formando entre la humanidad, se está erigiendo entre la humanidad; no hay fuerza que pueda destruir Mi reino. De Mi pueblo que está en el reino de hoy, ¿quién de vosotros no es un ser humano entre los seres humanos? ¿Quién de vosotros no se ajusta a la condición humana? Cuando Mi nuevo punto de partida sea anunciado a la multitud, ¿cómo reaccionará la humanidad? Vosotros habéis visto con vuestros propios ojos el estado de la humanidad, ¿de verdad albergáis aún esperanzas de durar para siempre en este mundo? Ahora estoy caminando por todas partes, entre Mi pueblo; Yo vivo entre Mi pueblo. Hoy en día, quienes alberguen un amor genuino hacia Mí, gente así está bendecida; bienaventurados quienes se someten a Mí, con seguridad permanecerán en Mi reino; bienaventurados quienes me conocen, con seguridad ejercerán poder en Mi reino; bienaventurados quienes me buscan, con seguridad escaparán de las ataduras de Satanás y disfrutarán de la bendición en Mí; bienaventurados quienes son capaces de renunciar a sí mismos, con seguridad entrarán en Mi posesión y heredarán la abundancia de Mi reino. Recordaré a los que corren por Mi causa, abrazaré con alegría a los que hagan gastos por Mi causa, daré disfrute a los que me presenten ofrendas. Bendeciré a los que encuentren disfrute en Mis palabras; con seguridad serán los pilares que sostendrán la viga maestra de Mi reino, con seguridad gozarán de abundancia incomparable en Mi casa, y nadie se puede comparar con ellos. ¿Alguna vez habéis aceptado las bendiciones que os han sido dadas? ¿Alguna vez habéis buscado las promesas que se hicieron por vosotros? Con toda seguridad, bajo la guía de Mi luz, superaréis el dominio de las fuerzas de la oscuridad. Con toda seguridad, en medio de la oscuridad, no perderéis la luz que os guía. Con seguridad seréis el maestro de toda la creación. Con seguridad seréis un vencedor ante Satanás. Con seguridad, a la caída del reino del gran dragón rojo, os erguiréis en medio de la infinidad de multitudes para ser testigo de Mi victoria. Con seguridad estaréis firmes e inquebrantables en la tierra de Sinim. A través de los sufrimientos que soportéis, heredaréis la bendición que proviene de Mí, y con seguridad irradiaréis Mi gloria por todo el universo” (‘Capítulo 19’ de Las palabras de Dios al universo entero en “La Palabra manifestada en carne”).
Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.
 
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