Dios Todopoderoso es mi salvador

Que el amor y la misericordia de DIOS estén siempre contigo

cómo ser vírgenes prudentes a la hora de recibir al Señor

2020-06-06 01:33:03 | vírgenes prudentes
El Señor Jesús dijo: “Y habréis de oír de guerras y rumores de guerras. ¡Cuidado! No os alarméis, porque es necesario que todo esto suceda; pero todavía no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino, y en diferentes lugares habrá hambre y terremotos. Pero todo esto es solo el comienzo de dolores” (Mateo 24:6-8). Un creciente número de catástrofes está teniendo lugar actualmente en todo el mundo: el coronavirus en Wuhan, las langostas en África, los incendios forestales en Australia y otros desastres han eclosionado uno tras otro. También han aparecido las cuatro lunas de sangre. Las profecías de la venida del Señor se han cumplido en lo fundamental; el Señor ya tiene que haber regresado. A muchos creyentes en el Señor les preocupa la siguiente cuestión: ¿Cómo podemos convertirnos en vírgenes prudentes a la hora de recibir el regreso del Señor? El Señor Jesús dijo una vez: “Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al novio. Y cinco de ellas eran insensatas, y cinco prudentes. Porque las insensatas, al tomar sus lámparas, no tomaron aceite consigo, pero las prudentes tomaron aceite en frascos junto con sus lámparas” (Mateo 25:1-4). Vemos en las Escrituras que las vírgenes prudentes prepararon aceite para sus lámparas y esperaron con veneración la venida del Señor. Al final pudieron recibirlo y asistir al banquete del reino de los cielos. Por eso muchos hermanos y hermanas creen que, siempre que lean sistemáticamente las escrituras, asistan a reuniones, asuman de manera diligente el trabajo para el Señor y aguarden con veneración, habrán preparado el aceite, serán vírgenes prudentes y el Señor los ascenderá al reino de los cielos cuando venga. Sin embargo, esta ha sido nuestra práctica durante muchos años y ahora han llegado todo tipo de catástrofes, pero aún tenemos que recibir al Señor. Esto no nos deja más opción que reflexionar para preguntarnos: ¿Trabajar para el Señor de manera tan diligente significa ser una auténtica virgen prudente? ¿Podremos recibir al Señor y ser ascendidos antes de la tribulación? 
Leyendo las Escrituras, orando y trabajando de manera diligente para el Señor, ¿nos convertimos en vírgenes prudentes?
Recordemos a los escribas, los sumos sacerdotes y los fariseos. Todos ellos eran muy eruditos de las Escrituras y sus familias habían servido a Dios durante generaciones. Obedecían estrictamente la ley, cumplían los mandamientos, trabajaban de manera diligente e incluso viajaban por todo el mundo para difundir el evangelio de Dios. Puede decirse que trabajaron mucho, soportaron no pocos sufrimientos y aguardaron con veneración la llegada del Mesías. Según nuestras nociones y fantasías, ellos deberían haber sido las vírgenes prudentes que prepararan el aceite; deberían haber sido más aptos que nadie para recibir al Señor y obtener Su salvación y Su gracia. Sin embargo, ¿cuál fue la realidad? Cuando el Señor Jesús se hizo carne para venir a realizar Su obra, estas personas no solo no lo reconocieron, sino que hasta creyeron, en función de sus nociones y fantasías, que “quien no se llame ‘Mesías’ no es Dios”. Oían de forma nítida que las palabras del Señor tenían autoridad y poder, pero, basándose en sus nociones y fantasías, condenaban la obra y las palabras del Señor Jesús porque se desviaban de las Escrituras. Con esta justificación negaban que el Señor fuera Dios mismo y también se valían de esto para juzgar al Señor Jesús y blasfemar contra Él. No tenían ni un ápice de veneración hacia Dios en su corazón; no entendieron ni buscaron ni investigaron esto. Incluso colaboraron con el Gobierno romano para crucificar al Señor Jesús y acabaron castigados por Dios. Así pues, ¿puede afirmarse que los fariseos fueron vírgenes prudentes? Solo se preocupaban de afanarse por trabajar y de respetar las leyes del Antiguo Testamento, pero no tenían el menor conocimiento de Dios; eran incapaces de oír la voz de Dios. Se les podría denominar las vírgenes más insensatas. Entonces, ¿qué es realmente una virgen prudente? Sigue leyendo para saber más.
¿Qué es una virgen prudente?
El Señor Jesús dijo una vez: “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen” (Juan 10:27). “Pero a medianoche se oyó un clamor: ‘¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo.’” (Mateo 25:6). En las Escrituras vemos que las vírgenes prudentes son capaces de recibir al novio, principalmente, porque dan gran importancia a escuchar la voz de Dios. Cuando oyen clamar que viene el novio, las vírgenes prudentes toman la iniciativa de salir a recibirlo, buscan e investigan. Al final oyen la voz de Dios en las palabras de Dios, por lo que reciben al Señor. Es igual que cuando la mujer samaritana, como consta en las Escrituras, oyó decir al Señor Jesús: “Porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; en eso has dicho la verdad” (Juan 4:18). Se dio cuenta entonces de que solo Dios podía conocer y hablar de lo que había en su corazón. Atónita, gritó a quienes estaban allí: “Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo lo que yo he hecho. ¿No será este el Cristo?” (Juan 4:29). Reconoció a partir de Sus palabras que el Señor Jesús era el Mesías cuya venida habían profetizado. Luego está Pedro, que mientras estuvo con el Señor comprobó que las palabras y la obra del Señor Jesús no eran cosas que un hombre normal pudiera decir y hacer. A partir de las palabras y la obra del Señor, reconoció que el Señor Jesús era Cristo, el Hijo de Dios. También Natanael, Juan, Andrés y otros oyeron la voz de Dios en las palabras del Señor Jesús. Comprendieron a ciencia cierta que el Señor Jesús era el propio Dios y lo abandonaron todo para seguirlo. Estas son las únicas vírgenes prudentes.
Los hechos anteriores evidencian que no todos aquellos que leen las Escrituras, asisten a reuniones, asumen de manera diligente el trabajo para el Señor y aguardan con veneración son vírgenes prudentes. Ante todo, las vírgenes prudentes son quienes escuchan la voz de Dios y, cuando oyen a otros difundir el evangelio de Dios, son capaces de deponer sus nociones y fantasías e investigar la obra de Dios con un humilde corazón de búsqueda. Al final obtienen esclarecimiento de Dios, reconocen Su voz y reciben al Señor. Todos aquellos que no están atentos a escuchar la voz de Dios, que no buscan ni siquiera tras oír la verdad manifestada, que carecen de discernimiento, que solo se aferran con obstinación a las palabras textuales de las Escrituras y creen que trabajando, entregándose y haciendo ofrendas podrán recibir la aparición de Dios son vírgenes insensatas que acabarán perdiendo la salvación y la gracia de Dios.
Para evitar convertirnos en vírgenes insensatas, abandonadas y descartadas por Dios en medio de las catástrofes, en este momento crucial en que hemos de recibir la venida del Señor debemos convertirnos en vírgenes prudentes y centrarnos en procurar oír la voz de Dios. Está escrito en el Libro del Apocalipsis: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias” (Apocalipsis 2:7). “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3:20). Estas profecías demuestran que, cuando el Señor regrese en el fin de los tiempos, va a declarar palabras. Entonces, ¿cómo podemos discernir la voz de Dios? Hablemos a continuación de algunos principios más.
1) Las declaraciones de Dios poseen autoridad y poder y son expresión del carácter de Dios
Como todos sabemos, en el principio Dios creó el mundo con declaraciones. Las declaraciones de Dios poseen autoridad y poder; en cuanto Dios hace una declaración, esta se lleva a cabo en la realidad. Tal como dijo Dios en el Libro del Génesis: “Sea la luz. Y hubo luz” (Génesis 1:3). “Júntense en un lugar las aguas que están debajo de los cielos, y que aparezca lo seco. Y fue así” (Génesis 1:9). Dijo Jehová a Moisés: “Dirígete a toda la congregación de los hijos de Israel y diles: seréis santos, porque Yo, Jehová, vuestro Dios, soy santo” (Levítico 19:2). También están las palabras con las que el Señor Jesús dejó en evidencia a los fariseos: “Pero, ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres, pues ni vosotros entráis, ni dejáis entrar a los que están entrando” (Mateo 23:13).
Una vez que hemos oído las palabras de Dios, nos damos cuenta de que ningún ser humano normal podría decirlas. Las palabras de Dios pueden ordenar todas las cosas; estas son elaboradas y perfeccionadas por aquellas. Quienes se oponen y desobedecen a Dios también pueden ser condenados por Sus palabras. Nos asombra oírlas y podemos percibir que el carácter de Dios no tolera ofensa de ningún ser humano, que las palabras de Dios representan íntegramente Su estatus y autoridad y que en los últimos días debemos reconocer si lo que oímos es o no la voz del Señor que ha regresado. Así es como podemos recibir discernimiento.
2) Las palabras de Dios revelan misterios y dejan al descubierto la corrupción y los secretos de la humanidad
Como todos sabemos, el Señor Jesús encarnado reveló muchos misterios durante el tiempo en que vino a obrar. Por ejemplo, “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado” (Mateo 4:17) y “No todo el que me dice: ‘Señor, Señor’, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21). Precisamente porque el Señor reveló los misterios en torno a la entrada en el reino de los cielos sabemos que únicamente pueden entrar en él aquellos que se arrepienten verdaderamente y se convierten en hacedores de la voluntad del Padre celestial. Esto es algo que nunca hubiéramos sabido si el Señor Jesús no nos hubiera revelado este misterio.
Dios es, además, un Dios escrutador de las profundidades del corazón de las personas. Dios nos conoce exhaustivamente; solo Dios puede revelar nuestra corrupción y lo que mora en nuestro corazón. Por ejemplo, el Señor Jesús habló de cuando Natanael estaba debajo de la higuera y pudo reconocerlo a Él como el Mesías cuya venida habían profetizado. Asimismo, Mateo, el recaudador de impuestos, reconoció que el Señor Jesús era Dios porque Jesús hablaba del contenido de sus oraciones. Aquí podemos apreciar que las palabras de Dios no solo revelan misterios, sino que también dejan al descubierto la corrupción y los secretos de la humanidad; esta es otra manera de discernir si algo es la voz de Dios.
3) Las declaraciones de Dios pueden proveer sustento de vida y una senda a las personas
El Señor Jesús dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí” (Juan 14:6). El propio Dios es la verdad; Dios puede expresar la verdad para sustentar a la humanidad, en función de sus necesidades, en cualquier momento y lugar. En la Era de la Ley, la humanidad no sabía cómo vivir ni cómo adorar a Dios, por lo que Dios promulgó la ley por medio de Moisés para guiar a la gente en la vida. Tal como manifiestan los diez mandamientos: “Yo soy Jehová, tu Dios, que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud. No tendrás otros dioses delante de Mí” (Deuteronomio 5:6-7). “No matarás. No cometerás adulterio. […] No darás falso testimonio contra tu prójimo. No codiciarás la mujer de tu prójimo […]” (Deuteronomio 5:17-21). Tras oír las palabras de Dios, la gente de la época sabía cómo debía vivir y adorar a Dios. Después, cuando el Señor Jesús vino a obrar y difundir el evangelio del reino de los cielos, comenzó a enseñar a las personas que debían confesar sus pecados y arrepentirse, ser tolerantes y pacientes, amar al prójimo como a sí mismas, ser la sal y la luz de la tierra, etc. De igual modo, cuando Pedro preguntó al Señor Jesús “Señor, ¿cuántas veces pecará mi hermano contra mí que yo haya de perdonarlo? ¿Hasta siete veces?” (Mateo 18:21), Jesús le dijo directamente: “No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete” (Mateo 18:22). Al oír estas palabras del Señor, Pedro entendió que el perdón es algo que hemos de acatar; no está condicionado ni limitado a un número de veces. Entonces tuvo Pedro una senda de práctica.
Así pues, si alguien nos da ahora la buena nueva de que el Señor ha regresado y testimonio de que el Espíritu Santo está hablando a las iglesias, podemos escuchar y valorar si es posible que este camino nos provea sustento para nuestras necesidades actuales. En este momento todos vivimos en un estado de pecado y confesión del que no podemos salir. Si las palabras que nos dicen tienen la capacidad de señalarnos una senda para que nos liberemos del pecado y alcancemos la pureza, esto significa que el Señor Jesús ha regresado. Podemos discernir la voz de Dios basándonos en este único principio.
¿Te provee esta enseñanza una senda para que te conviertas en una virgen prudente y recibas al Señor? Espero que la compartas con otras personas si te ha sido útil. Mi deseo es que todos nos convirtamos en vírgenes prudentes que, de todo corazón, busquen y escuchen atentamente la voz del Señor. ¡Que pronto recibamos Su regreso y asistamos al banquete con Él!
Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.
Traducido del original en inglés al español por Deuteronomio
¿Quieres conocer las señales antes del fin del mundo? ¿Quieres recibir al Señor antes del desastre y asistir al banquete con Él? Le invitamos a discutir y comunicarse con nosotros a través de WhatsApp, para que podamos dar la bienvenida juntos al  Señor. 

Catástrofes frecuentes: cómo ser vírgenes prudentes a la hora de recibir al Señor

2020-06-06 01:33:03 | vírgenes prudentes
El Señor Jesús dijo: “Y habréis de oír de guerras y rumores de guerras. ¡Cuidado! No os alarméis, porque es necesario que todo esto suceda; pero todavía no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino, y en diferentes lugares habrá hambre y terremotos. Pero todo esto es solo el comienzo de dolores” (Mateo 24:6-8). Un creciente número de catástrofes está teniendo lugar actualmente en todo el mundo: el coronavirus en Wuhan, las langostas en África, los incendios forestales en Australia y otros desastres han eclosionado uno tras otro. También han aparecido las cuatro lunas de sangre. Las profecías de la venida del Señor se han cumplido en lo fundamental; el Señor ya tiene que haber regresado. A muchos creyentes en el Señor les preocupa la siguiente cuestión: ¿Cómo podemos convertirnos en vírgenes prudentes a la hora de recibir el regreso del Señor? El Señor Jesús dijo una vez: “Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al novio. Y cinco de ellas eran insensatas, y cinco prudentes. Porque las insensatas, al tomar sus lámparas, no tomaron aceite consigo, pero las prudentes tomaron aceite en frascos junto con sus lámparas” (Mateo 25:1-4). Vemos en las Escrituras que las vírgenes prudentes prepararon aceite para sus lámparas y esperaron con veneración la venida del Señor. Al final pudieron recibirlo y asistir al banquete del reino de los cielos. Por eso muchos hermanos y hermanas creen que, siempre que lean sistemáticamente las escrituras, asistan a reuniones, asuman de manera diligente el trabajo para el Señor y aguarden con veneración, habrán preparado el aceite, serán vírgenes prudentes y el Señor los ascenderá al reino de los cielos cuando venga. Sin embargo, esta ha sido nuestra práctica durante muchos años y ahora han llegado todo tipo de catástrofes, pero aún tenemos que recibir al Señor. Esto no nos deja más opción que reflexionar para preguntarnos: ¿Trabajar para el Señor de manera tan diligente significa ser una auténtica virgen prudente? ¿Podremos recibir al Señor y ser ascendidos antes de la tribulación? 
Leyendo las Escrituras, orando y trabajando de manera diligente para el Señor, ¿nos convertimos en vírgenes prudentes?
Recordemos a los escribas, los sumos sacerdotes y los fariseos. Todos ellos eran muy eruditos de las Escrituras y sus familias habían servido a Dios durante generaciones. Obedecían estrictamente la ley, cumplían los mandamientos, trabajaban de manera diligente e incluso viajaban por todo el mundo para difundir el evangelio de Dios. Puede decirse que trabajaron mucho, soportaron no pocos sufrimientos y aguardaron con veneración la llegada del Mesías. Según nuestras nociones y fantasías, ellos deberían haber sido las vírgenes prudentes que prepararan el aceite; deberían haber sido más aptos que nadie para recibir al Señor y obtener Su salvación y Su gracia. Sin embargo, ¿cuál fue la realidad? Cuando el Señor Jesús se hizo carne para venir a realizar Su obra, estas personas no solo no lo reconocieron, sino que hasta creyeron, en función de sus nociones y fantasías, que “quien no se llame ‘Mesías’ no es Dios”. Oían de forma nítida que las palabras del Señor tenían autoridad y poder, pero, basándose en sus nociones y fantasías, condenaban la obra y las palabras del Señor Jesús porque se desviaban de las Escrituras. Con esta justificación negaban que el Señor fuera Dios mismo y también se valían de esto para juzgar al Señor Jesús y blasfemar contra Él. No tenían ni un ápice de veneración hacia Dios en su corazón; no entendieron ni buscaron ni investigaron esto. Incluso colaboraron con el Gobierno romano para crucificar al Señor Jesús y acabaron castigados por Dios. Así pues, ¿puede afirmarse que los fariseos fueron vírgenes prudentes? Solo se preocupaban de afanarse por trabajar y de respetar las leyes del Antiguo Testamento, pero no tenían el menor conocimiento de Dios; eran incapaces de oír la voz de Dios. Se les podría denominar las vírgenes más insensatas. Entonces, ¿qué es realmente una virgen prudente? Sigue leyendo para saber más.
¿Qué es una virgen prudente?
El Señor Jesús dijo una vez: “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen” (Juan 10:27). “Pero a medianoche se oyó un clamor: ‘¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo.’” (Mateo 25:6). En las Escrituras vemos que las vírgenes prudentes son capaces de recibir al novio, principalmente, porque dan gran importancia a escuchar la voz de Dios. Cuando oyen clamar que viene el novio, las vírgenes prudentes toman la iniciativa de salir a recibirlo, buscan e investigan. Al final oyen la voz de Dios en las palabras de Dios, por lo que reciben al Señor. Es igual que cuando la mujer samaritana, como consta en las Escrituras, oyó decir al Señor Jesús: “Porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; en eso has dicho la verdad” (Juan 4:18). Se dio cuenta entonces de que solo Dios podía conocer y hablar de lo que había en su corazón. Atónita, gritó a quienes estaban allí: “Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo lo que yo he hecho. ¿No será este el Cristo?” (Juan 4:29). Reconoció a partir de Sus palabras que el Señor Jesús era el Mesías cuya venida habían profetizado. Luego está Pedro, que mientras estuvo con el Señor comprobó que las palabras y la obra del Señor Jesús no eran cosas que un hombre normal pudiera decir y hacer. A partir de las palabras y la obra del Señor, reconoció que el Señor Jesús era Cristo, el Hijo de Dios. También Natanael, Juan, Andrés y otros oyeron la voz de Dios en las palabras del Señor Jesús. Comprendieron a ciencia cierta que el Señor Jesús era el propio Dios y lo abandonaron todo para seguirlo. Estas son las únicas vírgenes prudentes.
Los hechos anteriores evidencian que no todos aquellos que leen las Escrituras, asisten a reuniones, asumen de manera diligente el trabajo para el Señor y aguardan con veneración son vírgenes prudentes. Ante todo, las vírgenes prudentes son quienes escuchan la voz de Dios y, cuando oyen a otros difundir el evangelio de Dios, son capaces de deponer sus nociones y fantasías e investigar la obra de Dios con un humilde corazón de búsqueda. Al final obtienen esclarecimiento de Dios, reconocen Su voz y reciben al Señor. Todos aquellos que no están atentos a escuchar la voz de Dios, que no buscan ni siquiera tras oír la verdad manifestada, que carecen de discernimiento, que solo se aferran con obstinación a las palabras textuales de las Escrituras y creen que trabajando, entregándose y haciendo ofrendas podrán recibir la aparición de Dios son vírgenes insensatas que acabarán perdiendo la salvación y la gracia de Dios.
Para evitar convertirnos en vírgenes insensatas, abandonadas y descartadas por Dios en medio de las catástrofes, en este momento crucial en que hemos de recibir la venida del Señor debemos convertirnos en vírgenes prudentes y centrarnos en procurar oír la voz de Dios. Está escrito en el Libro del Apocalipsis: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias” (Apocalipsis 2:7). “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3:20). Estas profecías demuestran que, cuando el Señor regrese en el fin de los tiempos, va a declarar palabras. Entonces, ¿cómo podemos discernir la voz de Dios? Hablemos a continuación de algunos principios más.
1) Las declaraciones de Dios poseen autoridad y poder y son expresión del carácter de Dios
Como todos sabemos, en el principio Dios creó el mundo con declaraciones. Las declaraciones de Dios poseen autoridad y poder; en cuanto Dios hace una declaración, esta se lleva a cabo en la realidad. Tal como dijo Dios en el Libro del Génesis: “Sea la luz. Y hubo luz” (Génesis 1:3). “Júntense en un lugar las aguas que están debajo de los cielos, y que aparezca lo seco. Y fue así” (Génesis 1:9). Dijo Jehová a Moisés: “Dirígete a toda la congregación de los hijos de Israel y diles: seréis santos, porque Yo, Jehová, vuestro Dios, soy santo” (Levítico 19:2). También están las palabras con las que el Señor Jesús dejó en evidencia a los fariseos: “Pero, ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres, pues ni vosotros entráis, ni dejáis entrar a los que están entrando” (Mateo 23:13).
Una vez que hemos oído las palabras de Dios, nos damos cuenta de que ningún ser humano normal podría decirlas. Las palabras de Dios pueden ordenar todas las cosas; estas son elaboradas y perfeccionadas por aquellas. Quienes se oponen y desobedecen a Dios también pueden ser condenados por Sus palabras. Nos asombra oírlas y podemos percibir que el carácter de Dios no tolera ofensa de ningún ser humano, que las palabras de Dios representan íntegramente Su estatus y autoridad y que en los últimos días debemos reconocer si lo que oímos es o no la voz del Señor que ha regresado. Así es como podemos recibir discernimiento.
2) Las palabras de Dios revelan misterios y dejan al descubierto la corrupción y los secretos de la humanidad
Como todos sabemos, el Señor Jesús encarnado reveló muchos misterios durante el tiempo en que vino a obrar. Por ejemplo, “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado” (Mateo 4:17) y “No todo el que me dice: ‘Señor, Señor’, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21). Precisamente porque el Señor reveló los misterios en torno a la entrada en el reino de los cielos sabemos que únicamente pueden entrar en él aquellos que se arrepienten verdaderamente y se convierten en hacedores de la voluntad del Padre celestial. Esto es algo que nunca hubiéramos sabido si el Señor Jesús no nos hubiera revelado este misterio.
Dios es, además, un Dios escrutador de las profundidades del corazón de las personas. Dios nos conoce exhaustivamente; solo Dios puede revelar nuestra corrupción y lo que mora en nuestro corazón. Por ejemplo, el Señor Jesús habló de cuando Natanael estaba debajo de la higuera y pudo reconocerlo a Él como el Mesías cuya venida habían profetizado. Asimismo, Mateo, el recaudador de impuestos, reconoció que el Señor Jesús era Dios porque Jesús hablaba del contenido de sus oraciones. Aquí podemos apreciar que las palabras de Dios no solo revelan misterios, sino que también dejan al descubierto la corrupción y los secretos de la humanidad; esta es otra manera de discernir si algo es la voz de Dios.
3) Las declaraciones de Dios pueden proveer sustento de vida y una senda a las personas
El Señor Jesús dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí” (Juan 14:6). El propio Dios es la verdad; Dios puede expresar la verdad para sustentar a la humanidad, en función de sus necesidades, en cualquier momento y lugar. En la Era de la Ley, la humanidad no sabía cómo vivir ni cómo adorar a Dios, por lo que Dios promulgó la ley por medio de Moisés para guiar a la gente en la vida. Tal como manifiestan los diez mandamientos: “Yo soy Jehová, tu Dios, que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud. No tendrás otros dioses delante de Mí” (Deuteronomio 5:6-7). “No matarás. No cometerás adulterio. […] No darás falso testimonio contra tu prójimo. No codiciarás la mujer de tu prójimo […]” (Deuteronomio 5:17-21). Tras oír las palabras de Dios, la gente de la época sabía cómo debía vivir y adorar a Dios. Después, cuando el Señor Jesús vino a obrar y difundir el evangelio del reino de los cielos, comenzó a enseñar a las personas que debían confesar sus pecados y arrepentirse, ser tolerantes y pacientes, amar al prójimo como a sí mismas, ser la sal y la luz de la tierra, etc. De igual modo, cuando Pedro preguntó al Señor Jesús “Señor, ¿cuántas veces pecará mi hermano contra mí que yo haya de perdonarlo? ¿Hasta siete veces?” (Mateo 18:21), Jesús le dijo directamente: “No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete” (Mateo 18:22). Al oír estas palabras del Señor, Pedro entendió que el perdón es algo que hemos de acatar; no está condicionado ni limitado a un número de veces. Entonces tuvo Pedro una senda de práctica.
Así pues, si alguien nos da ahora la buena nueva de que el Señor ha regresado y testimonio de que el Espíritu Santo está hablando a las iglesias, podemos escuchar y valorar si es posible que este camino nos provea sustento para nuestras necesidades actuales. En este momento todos vivimos en un estado de pecado y confesión del que no podemos salir. Si las palabras que nos dicen tienen la capacidad de señalarnos una senda para que nos liberemos del pecado y alcancemos la pureza, esto significa que el Señor Jesús ha regresado. Podemos discernir la voz de Dios basándonos en este único principio.
¿Te provee esta enseñanza una senda para que te conviertas en una virgen prudente y recibas al Señor? Espero que la compartas con otras personas si te ha sido útil. Mi deseo es que todos nos convirtamos en vírgenes prudentes que, de todo corazón, busquen y escuchen atentamente la voz del Señor. ¡Que pronto recibamos Su regreso y asistamos al banquete con Él!
Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.
Traducido del original en inglés al español por Deuteronomio
¿Quieres conocer las señales antes del fin del mundo? ¿Quieres recibir al Señor antes del desastre y asistir al banquete con Él? Le invitamos a discutir y comunicarse con nosotros a través de WhatsApp, para que podamos dar la bienvenida juntos al  Señor. 

Dominar 3 principios para recibir el regreso del Señor Jesucristo

2020-06-04 23:44:40 | Evangelio Diario
Yanjin
Poder recibir la segunda venida del Señor Jesús es el mayor deseo de quienes creen sinceramente en el Señor. Entonces, ¿cómo podemos recibir al Señor Jesús? A continuación veremos unas enseñanzas sobre las tres principales vías para que podamos recibir juntos el regreso del Señor.
 
1. No te ampares en nociones y fantasías, ten un corazón temeroso de Dios
Dice Dios: “Ya que Mis pensamientos no son los de vosotros, ni vuestros caminos son los míos, dijo Jehová. Ya que los cielos son más altos que la tierra y Mis caminos más altos que los de vosotros y Mis pensamientos que los de vosotros” (Isaías 55:8-9)*. “Deberíamos saber todos que Satanás ha corrompido a las personas, que son de la carne. Su naturaleza es oponerse a Dios, y no están en paridad con Él, mucho menos pueden ofrecer consejo para la obra de Dios. Cómo guía Él al hombre es Su propia obra. El hombre debería someterse, y no tener tal y tal opinión, porque no es sino polvo” (“Prefacio”). Dios es el Señor de la creación y Su obra y Sus palabras revelan Su autoridad, Su poder, Sus maravillas y Su sabiduría. Concuerden o no Sus actos con nuestras nociones y tanto si los entendemos como si no, todos debemos buscar, aceptar y someternos con un corazón temeroso de Dios porque Él es el Creador. Esta es la clase de razonamiento que deberíamos tener como seres humanos. Si somos arrogantes y nos amparamos en nuestras nociones y fantasías para delimitar la obra de Dios, si siempre nos aferramos a muchas de nuestras ideas sobre el regreso del Señor y exigimos que Dios haga esto o aquello, seremos proclives a hacer cosas opuestas a Dios. De igual modo, cuando el Señor Jesús vino a obrar, los fariseos carecían por completo de un corazón que venerara a Dios, por lo que no se dedicaron a buscar en relación con Su obra. Sabían bien que las palabras manifestadas por el Señor Jesús poseían autoridad y poder, pese a lo cual adoptaron con insolencia sus propias nociones y fantasías como ciertas, creyendo que cuando viniera Dios se llamaría Mesías y nacería en el seno de un linaje aristocrático para ser rey de los judíos. No obstante, cuando vino Dios, se llamaba Jesús y había nacido en una familia normal. Tampoco hacía de rey suyo, por lo que los fariseos lo juzgaron creyendo que el Señor Jesús no era ni el Mesías ni Dios. Según sus fantasías, los fariseos creían que, cuando viniera el Mesías, les daría esclarecimiento y se revelaría a ellos en primer lugar, y que obraría desde el interior del templo. No creían que fuera a obrar y predicar en medio de personas tan humildes como prostitutas, taberneros y pescadores; creían que seguiría guiándolos a ellos para que cumplieran las leyes del Antiguo Testamento. Sin embargo, durante Su obra, el Señor Jesús salía del templo y con frecuencia se sentaba a partir el pan con los pecadores. Predicaba y obraba en medio de la plebe, obraba en el sabbat, permitía que ese día Sus discípulos arrancaran y comieran grano, exigía a Sus seguidores que cumplieran las enseñanzas de la nueva era, etc. No obstante, los fariseos se aferraban con arrogancia y terquedad a sus nociones y fantasías, oponiéndose, condenando, juzgando y blasfemando con todas sus fuerzas al Señor Jesús. Acabaron confabulándose con el Gobierno romano para crucificarlo, lo que ofendió gravemente el carácter de Dios, y sufrieron Su justo castigo. El fracaso de los fariseos nos muestra claramente que ampararnos en nuestras nociones y fantasías a la hora de abordar las palabras y la obra de Dios hace posible que nos opongamos a Él y ofendamos Su carácter. Esto nos conduce al rechazo y el castigo de Dios. Por tanto, al recibir la venida del Señor, de ninguna manera podemos delimitarla ni juzgarla según nuestras nociones y fantasías. Por el contrario, debemos olvidarnos de ellas, conservar un corazón que venere a Dios y buscar la verdad con una mentalidad abierta basándonos en las palabras del Señor. Esta es la única vía para poder recibir el regreso del Señor. Tal como afirmó el Señor Jesús: “Bienaventurados los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos. […] Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, pues ellos serán saciados” (Mateo 5:3, 6).
 
2. Busca e investiga activamente el camino verdadero
El Señor Jesús enunció: “Pero a medianoche se oyó un clamor: ‘¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo’” (Mateo 25:6). Este versículo muestra la exigencia del Señor Jesús de que seamos vírgenes prudentes; siempre que alguien clame que el novio ha venido, o sea, si alguien predica en los últimos días que el Señor ha regresado, debemos buscarlo e investigarlo activamente. Debemos centrarnos en oír la voz de Dios. Esta es la única vía para poder recibir al Señor y ser arrebatados ante Su trono en las alturas. Ahora bien, algunos hermanos y hermanas han ignorado esta importante exigencia del Señor. Sólo escuchan lo que dicen los pastores y ancianos y creen que, en tanto que se aferren al nombre del Señor, oren y lean la Biblia con frecuencia y cumplan diligentemente con su trabajo para el Señor, cuando Él venga podrán recibirlo; no es preciso que salgan a buscar e investigar. Algunos pastores y ancianos llegan a advertir a sus hermanos y hermanas de que estamos en los últimos días, por lo que cada vez hay más falsos Cristos y anticristos y no deberían escuchar, ver ni entrar en contacto con absolutamente nadie que difunda la buena nueva del regreso del Señor. Alegan que esa es la única forma de que no los engañen. Yo considero que, en comparación con lo que nos exige el Señor Jesús, nuestro modo de pensar no concuerda con la verdad ni con la voluntad del Señor. En el momento crucial de la venida del Señor, si oímos un testimonio de que el Señor Jesús ha regresado, pero continuamos esperando pasivamente en vez de buscar e investigar de manera proactiva, ¿cómo podremos recibir al Señor? Si simplemente excluimos al Cristo verdadero porque tememos que los falsos Cristos nos engañen, ¿no estamos precisamente tirando piedras sobre nuestro propio tejado? ¿No sería entonces muy probable que perdiéramos la oportunidad de recibir la venida del Señor? El Señor Jesús nos hizo una promesa: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá” (Mateo 7:7). Y la Biblia manifiesta: “Así que la fe viene del oír, y el oír, por la palabra de Cristo” (Romanos 10:17). Aquí vemos que solamente si escuchamos los sermones y nos centramos en la búsqueda y el estudio de manera activa, podremos recibir la guía de Dios. Especialmente cuando se trata de recibir la venida del Señor, debemos orarle con sinceridad y, cuando oigamos la buena nueva de Su venida, hemos de buscar activamente; así obtendremos el esclarecimiento y la guía del Espíritu Santo y recibiremos el regreso del Señor. Es igual que cuando Pedro, antes de que lo exhortara el Señor en la Era de la Gracia, oyó hablar de los actos del Señor Jesús y ansiaba ver a Aquel que difundía el evangelio del reino de los cielos. Al oír anunciar a su hermano Andrés “Hemos hallado al Mesías” (Juan 1:41), Pedro tomó la iniciativa de ir con él a ver al Señor Jesús, y a través de Su obra y Sus palabras comprobó que era el Mesías. Acabó dejándolo todo para seguir al Señor Jesús y recibió Su salvación. Por eso es clave que nos dediquemos a buscar e investigar activamente cuando oigamos a alguien difundir la buena nueva del regreso del Señor Jesús.
 
3. Céntrate en oír la voz de Dios
 
El Señor Jesús fue claro con nosotros: “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando El, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir” (Juan 16:12–13). “Mis ovejas oyen mi voz” (Juan 10:27). Esto también aparece profetizado en múltiples ocasiones en los capítulos 2 y 3 del Apocalipsis: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”. Y el capítulo 3, versículo 20, dice: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo”. Partiendo de las palabras del Señor Jesús y las profecías del Apocalipsis podemos señalar que, cuando el Señor Jesús regrese en los últimos días, pronunciará más palabras para regarnos y sustentarnos con las verdades que no comprendemos. Cuando oigamos la buena nueva del regreso del Señor y reconozcamos la voz de Dios en Sus manifestaciones podremos seguir las huellas del Señor y asistir al banquete del Cordero. Por eso es tan importante que nos centremos en oír la voz de Dios para recibir el regreso del Señor Jesús.
Entonces, ¿cómo podemos discernir la voz de Dios? No depende de cuánta aptitud tengamos ni de cuánto tiempo llevemos creyendo, sino de nuestra intuición, del razonamiento de nuestro espíritu, de ese sentimiento compartido dentro de nuestros corazones. Cualquiera que tenga corazón y espíritu puede sentirlo con toda certeza. Tal como afirmara Jehová: “Que castigo la iniquidad de los padres sobre los hijos, y sobre la tercera y la cuarta generación de los que me aborrecen, pero que muestro misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos” (Deuteronomio 5:9–10). Cuando Jehová Dios le hizo una promesa a Abraham, dijo: “Haré de ti una nación grande, […] Bendeciré a los que te bendigan, y al que te maldiga, maldeciré. Y en ti serán benditas todas las familias de la tierra” (Génesis 12:2–3). Y el Señor Jesús declaró lo siguiente: “Bienaventurados aquellos que han sido perseguidos por causa de la justicia, pues de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados seréis cuando os insulten y persigan, y digan todo género de mal contra vosotros falsamente, por causa de mí” (Mateo 5:10–11). Además, cuando el Señor Jesús maldijo a los fariseos, exclamó: “Pero, ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!” (Mateo 23:13). “¡Serpientes! ¡Camada de víboras! ¿Cómo escaparéis del juicio del infierno?” (Mateo 23:33). Al leer las palabras de Dios, a todos nos resulta evidente que son la verdad, que poseen poder y autoridad y no podrían salir de boca humana. Las palabras de Dios desvelan misterios y nos hablan del plan de gestión de Dios, que nunca antes hemos conocido. Las palabras de Dios van directamente al meollo de la esencia corrupta de los seres humanos e incluso pueden dejar al descubierto la corrupción más hondamente escondida en nuestros corazones. En ellas vemos la naturaleza y esencia de toda clase de personas. Por otro lado, las palabras de Dios nos proveen de sustento de vida al señalarnos una senda concreta de práctica y resolver nuestras dificultades prácticas, tal como expresara el Señor Jesús en cuanto a verdades como la manera de tratar al prójimo o de abordar a nuestros enemigos. Eso nos dio una senda clara de práctica para relacionarnos con los demás y así supimos cómo tratar a otras personas. Estos son los principios para discernir si algo es o no la voz de Dios.
De hecho, todos los discípulos que siguieron al Señor Jesús en la Era de la Gracia, como Pedro, Juan y Santiago, eran personas que lo oyeron hablar y predicar y creyeron que Sus palabras estaban llenas de autoridad y poder, de que estaban en posesión de la verdad. Las consideraron palabras de Dios, por lo que reconocieron que el Señor Jesús era la venida del Mesías, lo siguieron y recibieron Su salvación. Y aparte, Bartolomé, que supo dentro de sí que el Señor Jesús era Hijo de Dios cuando Aquel le dijo: “He aquí un verdadero israelita en quien no hay engaño. […] Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi” (Juan 1:47–48). En ese momento supo que el Señor era el rey de los israelitas, pues, pese a que el Señor Jesús no lo conocía de antes, sabía que oraba en silencio y le había dicho que no había engaño en él. Bartolomé se dio cuenta de que únicamente Dios puede escrutar el corazón del hombre; la gente normal carece por completo de esa habilidad y autoridad. Por tal motivo, cuando nos hallemos ante las palabras del Señor en los últimos días, en la medida en que las meditemos y escuchemos sincera y atentamente con el corazón, podremos reconocer la voz de Dios. Todos aquellos capaces de oír la voz de Dios, que lo acepten y se sometan a Él recibirán el regreso del Señor y serán arrebatados ante el trono de Dios en las alturas para que asistan al banquete del Cordero. Todas esas personas son vírgenes prudentes y las más bendecidas que hay.
Ya conocemos las tres principales vías para recibir la venida del Señor. La primera, no ampararnos en nociones y fantasías y tener un corazón temeroso de Dios. La segunda, buscar e investigar activamente el camino verdadero. La tercera, centrarnos en oír la voz de Dios. Creo que siempre y cuando practiquemos de acuerdo con estas tres vías, sin duda podremos recibir el regreso del Señor Jesús.
El Señor esté con nosotros, ¡amén!
Some Scriptures taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation

Las vírgenes prudentes escuchan la voz de Dios y reciben al Señor

2020-06-03 18:37:21 | Evangelio Diario
“Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen;” (Juan 10:27).
“Pero a medianoche se oyó un clamor: ‘¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo’” (Mateo 25:6).
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3:20).
De estos versículos podemos ver que vendrá el Señor en secreto en los últimos días, y cuando venga a llamar a la puerta, las vírgenes prudentes escucharán la voz de Dios y saldrán a recibirlo. Por eso, si queremos recibir el regreso del Señor, también debemos ser una virgen prudente que escucha la voz de Dios.
Dios dice: “[...] ya que estamos buscando las huellas de Dios, debemos buscar la voluntad de Dios, las palabras de Dios, las declaraciones de Dios, porque donde están las nuevas palabras de Dios, ahí está la voz de Dios, y donde están las huellas de Dios, ahí están los hechos de Dios. Donde está la expresión de Dios, ahí está la aparición de Dios, y donde está la aparición de Dios, ahí existe la verdad, el camino y la vida”.
Ver más :
Las vírgenes prudentes pueden reconocer la voz de Dios
Querida hermana Muzhen:
¡Paz para ti en el Señor! Estoy muy contenta de recibir tu carta. En la carta, mencionaste que la venida del Señor está cerca, para ser una virgen prudente esperando y dando la bienvenida al regreso del Señor, intencionalmente lees la Biblia y oras más, y trabajas más para el Señor. Pero no te hace sentir entusiasmo con el espíritu, ni hace que tu fe y amor aumente. Te preguntas si eres una virgen prudente al seguir así y con ganas de saber cómo practicar para recibir la venida del Señor. Hermana Muzhen, su pregunta es muy importante para nosotros, los cristianos, porque todos y cada uno de nosotros queremos ser una virgen prudente para recibir el regreso del Señor y finalmente asistir a la fiesta del reino de los cielos junto con Él. Ninguno de nosotros queremos ser una virgen insensata abandonada por el Señor. Pero, ¿cómo debería uno practicar para ser una virgen prudente? Con respecto a este tema, hablaré sobre mi comprensión. ¡Espero que pueda ser beneficioso para tí!
El Señor Jesús dijo una vez: "Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al novio. Y cinco de ellas eran insensatas, y cinco prudentes. Porque las insensatas, al tomar sus lámparas, no tomaron aceite consigo, pero las prudentes tomaron aceite en frascos junto con sus lámparas" (Mateo 25:1-4). De este verso, vemos que al esperar el regreso del Señor, las vírgenes prudentes tomaron activamente aceite en sus vasijas. Por eso, no serían abandonados por el Señor y finalmente irían a la fiesta del cielo junto con el Señor. Por lo general, después de leer esta escritura, los hermanos y hermanas pensarán según su imaginación que mientras leemos la Biblia, observemos y oremos, somos fieles al camino del Señor, trabajemos para el Señor y difundimos más el evangelio, estamos preparando aceite y somos las vírgenes prudentes al hacerlo. Y luego, cuando el Señor venga, nos deleitamos con Él. Sin embargo, ¿son las vírgenes prudentes aprobadas por el Señor las mismas que hemos pensado? Echemos una mirada retrospectiva a la Era de la Ley, antes de que el Señor Jesús viniera a trabajar, las escribas y fariseos anhelaban la venida del Mesías. No sólo conocían bien la Biblia, sino que también se aferraban a las leyes y los mandamientos, a menudo oraban a Dios e incluso viajaban por tierra y mar para difundir la obra de Dios. Si era como lo que imaginábamos, los fariseos que practicaban así estaban preparando aceite y estaban mejor calificados para encontrarse con el Mesías y recibir la salvación de Dios con lo que ellos hicieron. Sin embargo, ¿cuál fue el hecho? Cuando el Señor Jesús vino a trabajar, los fariseos no reconocieron que el Señor Jesús era el Mesías venidero, sino que guardaron el nombre de Mesías y resistieron y rechazaron la obra del Señor Jesús; finalmente, crucificaron al Señor Jesús y fueron maldecidos y castigados. Por el hecho de que los fariseos resistieron a Dios y fueron castigados, podemos ver que difícilmente califican como vírgenes prudentes simplemente leer más la Biblia, observar y orar, aferrarse al camino de Dios y trabajar más para Dios.
Entonces, ¿qué son las vírgenes prudentes? Echemos un vistazo a cómo los judíos y los discípulos que siguieron al Señor Jesús lo reconocieron y lo aprobaron. Todos sabemos que la Biblia registra la historia de una mujer samaritana. Cuando oyó que el Señor Jesús dijo: "porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; en eso has dicho la verdad" (Juan 4:18). "Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo lo que yo he hecho. ¿No será éste el Cristo?" (Juan 4:29). A partir de estos versículos, podemos ver que la mujer samaritana se dio cuenta de que el Señor Jesús era Cristo, porque sabía que sólo Dios puede velar por todo, conocer los secretos más íntimos del hombre y expresarle todas las cosas que hizo. Nadie excepto Dios tenía tal autoridad y poder. Entonces, cuando el Señor Jesús le dijo acerca de sus maridos, una vez reconoció que Él era Cristo. Por su experiencia, se puede ver que su sabiduría era que podía reconocer la voz de Dios y que una vez que escuchaba la voz de Dios, podía aceptar la verdad y así obtener la salvación del Señor Jesús. Además, podemos ver en la Biblia que las personas, como Pedro y Natanael, también reconocieron al Señor por sus palabras y lo siguieron.
A través de estos hechos, podemos entender que el punto más crítico para ser una virgen prudente es poder discernir la voz de Dios. En Proverbios capítulo 9 versículo 10 dice: "El temor de Jehová es el principio de la sabiduría; Y la ciencia de los santos es inteligencia."* Obviamente, para ser vírgenes prudentes y dar la bienvenida al regreso del Señor, no basta con que pongamos atención a leer la Biblia, orar y trabajar más por el Señor. En Apocalipsis capítulo 3 versículo 20, Dios dice: "He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo". Muestra que cuando Dios venga de nuevo en los últimos días, Él continuara hablando. Entonces, es absolutamente vital reconocer la voz del Señor. Sólo aquellos que pueden reconocer la voz de Dios y tomar sobre sí mismos para recibir Su llegada son vírgenes prudentes, y pueden asistir a la fiesta del reino de los cielos junto con el Señor. Sin embargo, aquellos que no pueden reconocer la voz de Dios como los fariseos, e incluso odian y rechazan a Dios pero no lo aceptan cuando escuchan la voz de Dios, están condenados a ser abandonados por el Señor.
Ahora, debes estar ansioso por saber: ¿Cómo podemos reconocer la voz de Dios? Una vez, leí un pasaje de una confraternidad al respecto en un libro espiritual. Compartiré varios principios para discernir la voz de Dios contigo a continuación.
1. La palabra expresada por Dios es la verdad. Puede ser la vida del hombre, suplir sus necesidades y darle al hombre un camino a seguir.
El Señor Jesús dijo: "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí" (Juan 14:6). Y en Juan capítulo 1 versículo 1-4 dice: "En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. El estaba en el principio con Dios. […] En El estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres". De las escrituras, podemos seguramente decir que Dios mismo es la verdad, el camino y la vida. Entonces la palabra expresada por Dios es la verdad. Puede proporcionar al hombre de acuerdo con sus necesidades reales para que tenga un camino para caminar y pueda recibir provisión de vida. Mire atrás a la Era de la Ley: después de que el hombre fue corrompido por Satanás, simplemente no tenían idea de cómo llevar una vida, e incluso no sabían cómo adorar a Dios. Entonces, Jehová Dios promulgó leyes y mandamientos para guiar a los israelitas a vivir en la tierra según su estado en ese momento. Estas leyes y mandamientos son las palabras de la verdad y el suministro de vida más práctico. En el final de la Era de la Ley, el hombre no cumplió la ley y a menudo pecó. Si esto continúa, el hombre debería perecer bajo la ley. En ese momento, el Señor Jesús vino y trajo al hombre no solo la ofrenda por el pecado, sino también la nueva forma de practicar. Él instruyó al hombre a confesar sus pecados y arrepentirse ante el Señor, a ser tolerante, paciente y perdonar al hombre, y a amar a los demás como a nosotros mismos, y así sucesivamente. La expresión del Señor Jesús fue lo que los hombres en la Era de la Gracia más necesitaron y la vida de los hombres fue flexible. En los últimos días, ¿cómo nos guiará Dios al hablar? Hebreo capítulo 9 versículo 28 dice: "así también Cristo, habiendo sido ofrecido una vez para llevar los pecados de muchos, aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvación de los que ansiosamente le esperan". "Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios" (1 Pedro 4:17). "delante del Señor, porque Él viene; porque Él viene a juzgar la tierra: juzgará al mundo con justicia y a los pueblos con su fidelidad" (Salmos 96:13). Y así, en los últimos días, Dios viene a pronunciar Su voz, ya no redimira al hombre del pecado. En cambio, Él juzga, purifica y salva al hombre de la esclavitud del pecado a través de la palabra de verdad. Creemos que esas vírgenes prudentes que están observando y esperando la voz del novio recibirán algunas revelaciones de ello.
2. El enunciado de Dios es la expresión de Su carácter, con autoridad y poder.
Hermanos y hermanas, todos sabemos que, al principio, Dios usó las palabras para crear todas las cosas en la tierra. Tan pronto como Él habla, Sus palabras se vuelven realidad. Así como en Salmos capítulo 33 versículo 9 dice: "Porque Él habló, y fue hecho; Él mandó, y todo se confirmó". En la era del Antiguo Testamento, Dios le promete a Abraham que su descendencia será tan numerosa como las estrellas del cielo, y tan abundante como la arena en la orilla del mar, y se ha cumplido. Todo lo dicho por Dios se cumplirá uno después del otro. Esta es la autoridad y el poder de la palabra de Dios. En la Era de la Gracia, el Señor Jesús dijo: "pero el que beba del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré se convertirá en él en una fuente de agua que brota para vida eterna" (Juan 4:14). "Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera, vivirá, y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?" (Juan 11:25-26). "¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque recorréis el mar y la tierra para hacer un prosélito, y cuando llega a serlo, lo hacéis hijo del infierno dos veces más que vosotros" (Mateo 23:15). La palabra del Señor Jesús tiene autoridad y poder. De Su palabra, podemos reconocerla como la voz de Dios, y darnos cuenta de que Sus palabras no sólo pueden mandar y gobernar sobre todas las cosas, sino que también pueden otorgarnos vida y verdad, y promesas y bendiciones, y aún más, pueden maldecir a aquellos que lo desobedecen y lo resisten. De la palabra de Dios, podemos ver que Dios tiene amor y misericordia sobre los que le creen y le aman; en cuanto a los que lo desobedecen y lo resisten, está lleno de majestad e ira. Por Sus palabras de maldecir a los fariseos, vemos que el carácter justo de Dios es intolerante a la ofensa del hombre. Cada oración de Dios contiene dentro de ella su carácter y aún más lleva la autoridad única del Creador. Todas las palabras que dice nunca pueden ser habladas por el hombre. En los últimos días, Dios juzgará a cada hombre de acuerdo con sus obras y pondrá fin a esta época perversa con las palabras llenas de su carácter justo. Si sólo estamos dispuestos a aceptar las tiernas palabras llenas de amor y misericordia, que están de acuerdo con nuestras concepciones, probablemente perdamos la oportunidad de recibir el regreso del Señor.
3. La palabra expresada por Dios puede revelar los misterios en la obra de gestión de Dios.
El Señor Jesús dijo: "…de la misma manera será en el fin del mundo. El Hijo del Hombre enviará a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que son piedra de tropiezo y a los que hacen iniquidad; y los echarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el crujir de dientes. Entonces los justos resplandeceran como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos, que oiga" (Mateo 13:40-43). "No todo el que me dice:' Señor, Señor', entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos" (Mateo 7:21). Sus palabras nos dijeron que Dios enviaría a Sus ángeles para separar el bien del mal, clasificando a todos los hombres según su bondad. El que hace la voluntad de Dios puede entrar en el reino de los cielos. Estas palabras expresadas por Dios son misterios del cielo y también son el resultado que finalmente se logrará cuando Dios salve al hombre y gestiona al hombre. La razón por la cual el Señor Jesús pudo descubrir estos misterios es porque Él es Dios mismo; Él es el Señor del reino de los cielos. Sólo Dios sabe qué tipo de hombre puede entrar en el reino de los cielos, es decir, la expresión de Dios puede revelar misterios de Su obra de gestión. Y esta es otra característica de discernir la voz de Dios. Además, el Señor Jesús dijo: "Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando Él, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir" (Juan 16: 12-13). Por lo tanto, la verdad que el Señor ha expresado cuando viene nuevamente no es una cantidad limitada de lo que recibimos antes, porque Dios expresa toda la verdad que el hombre necesita para abastecer a quienes la padecen y sedienta de ella y hacer que toda la gestión trabaje para salvar al hombre conocido por todos. Las vírgenes prudentes seguramente pueden tomar este punto como la característica principal de discernir la voz de Dios.
4. La palabra de Dios puede revelar las mentes y los pensamientos corruptos del hombre.
Por ejemplo, el Señor Jesús dijo: "Lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre. Porque de adentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, avaricias, maldades, engaños, sensualidad, envidia, calumnia, orgullo e insensatez. Todas estas maldades de adentro salen, y contaminan al hombre" (Marcos 7:20-23). El Señor Jesús revela las mentes, los pensamientos y la naturaleza del hombre, para que podamos reconocer los pecados dentro de nuestros corazones. Dado que los hombres fuimos creados por Dios, aunque no conocemos nuestra corrupción en absoluto después de que fuimos corrompidos por Satanás, Dios tiene una comprensión profunda de nosotros. Entonces, sólo Dios puede revelar las raíces de nuestra corrupción y esencia de nuestra naturaleza, que nadie puede alcanzar. Al igual que los fariseos de la época, a los ojos de los judíos, son ellos quienes sirven a Dios piadosamente. Pero el Señor Jesús pudo ver a través de sus corazones que odian la verdad y aman la maldad, y los reveló diciendo: "¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera lucen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia" (Mateo 23:27). La verdad es la luz. Cualquier oscuridad y mal se revelará en la luz. Un pasaje de la palabra de Dios dice: "Así como la luna siempre sigue al sol, la obra de Dios nunca cesa, y se lleva a cabo en ti, en mí, en él y en todos los que siguen las pisadas de Dios y aceptan el juicio y el castigo de Dios". En los últimos días, Dios expresa la verdad para juzgar toda injusticia de nosotros, y seguramente expondrá nuestra disposición satánica y corrupta que no podemos conocer a la luz. Si no poseemos un corazón que teme a Dios o un corazón para aceptar la verdad como lo hacen las vírgenes prudentes, es difícil para nosotros recibir la salvación de Dios en los últimos días.
La voz de Dios es la expresión que Él le habla a la humanidad, y la expresión del carácter y el ser de Dios. la palabra de Dios tiene autoridad y poder, que no puede ser expresada por ninguna humanidad corrupta. La palabra de Dios es la verdad y la forma en que puede suministrar directamente la vida del hombre; La palabra de Dios puede poner fin a la vejez y abrir una nueva era, y aún mejor para descubrir los misterios de su trabajo de gestión; La Palabra de Dios puede revelar la corrupción del hombre y salvarlos para liberarse del mal. todas estas son las características únicas en su discurso. Si dominamos estos principios para discernir la voz de Dios, al escuchar la voz de Dios, no será difícil conocer a Dios.
Hermana Muzhen, espero que la confraternidad anterior sea útil para usted. Que todos seamos vírgenes prudentes y busquemos con nuestros corazones y escuchemos la voz del Señor para que podamos recibir pronto la venida del Señor y celebrar con Él. Gracias a Dios por traernos tal iluminación de la verdad. ¡Toda la gloria sea para el Señor!
Atentamente,
Si'en
Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.

Música cristiana 2020 | Cristo de los últimos días ha traído la Era del Reino

2020-06-02 18:44:09 | Himno
 
 
Música cristiana 2020 | Cristo de los últimos días ha traído la Era del Reino
I
Cuando Jesús
trajo consigo la Era de la Gracia,
y dio fin a la Era de la Ley.
Dios se volvió a hacer carne en los últimos días.
Trajo la Era del Reino,
y dio fin a la Era de la Gracia.
Todos los que acepten la segunda encarnación de Dios
serán conducidos a la Era del Reino
y Su guía recibirán.
Todos los que se sometan a Su autoridad
cosecharán mayor verdad, y mayores bendiciones.
¡Oh, vivirán en la luz!
¡Ganarán el camino, la verdad y la vida!
II
Jesús obró junto al hombre para redimir a la humanidad,
inmolándose por los pecados del hombre.
Pero el carácter corrupto del hombre perdura.
Para salvar al hombre de la corrupta influencia de Satán,
no basta con la ofrenda redentora de Jesús.
Requiere una mayor obra de Dios
para liberar al hombre de su carácter corrompido por Satán.
Todos los que se sometan a Su autoridad
cosecharán mayor verdad, y mayores bendiciones.
¡Oh, vivirán en la luz!
¡Ganarán el camino, la verdad y la vida!
III
Después de perdonar al hombre por sus pecados,
Dios volvió a la carne para
guiar al hombre a una nueva era,
una era de castigo y juicio,
elevando al hombre a un plano superior.
Todos los que se sometan a Su autoridad
cosecharán mayor verdad, y mayores bendiciones.
¡Oh, vivirán en la luz!
¡Ganarán el camino, la verdad y la vida!
Todos los que se sometan a Su autoridad
cosecharán mayor verdad, y mayores bendiciones.
¡Oh, vivirán en la luz!
¡Ganarán el camino, la verdad y la vida!
De “La Palabra manifestada en carne”
 
 
 

Película evangélica "El último tren" Escena 3 - Ha comenzado el juicio ante el gran trono blanco

2020-06-02 05:37:38 | Prédicas Cristianas
La profecía de Apocalipsis: "Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado sobre él, de delante del cual huyó la tierra y el cielo; y no fué hallado el lugar de ellos. Y vi los muertos, grandes y pequeños, que estaban delante de Dios; y los libros fueron abiertos: y otro libro fué abierto, el cual es de la vida: y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras" (Apocalipsis 20: 11-12). De acuerdo con este versículo, muchas personas piensan que el Señor pondrá una gran mesa en el aire, se sentará en el gran trono blanco y abrirá el archivo que registra la historia de la vida de cada persona, decidiendo el final de todos, ir al cielo o al infierno de acuerdo con las acciones malas y buenas. Pero el Señor Jesús dijo: "Porque el Padre á nadie juzga, mas todo el juicio dió al Hijo" (Juan 5:22). "Y también le dió poder de hacer juicio, en cuanto es el Hijo del hombre" (Juan 5:27). Cuando se trata de "el Hijo del Hombre" significa Dios encarnado, es decir, Dios se hará en carne para llevar a cabo la obra de juicio de los últimos días, no vendrá en el cuerpo espiritual. Por tanto, ¿quieres saber cómo se cumple el juicio del gran trono blanco? ¿El juicio del gran trono blanco está en el aire o en la tierra? ¿Lo realiza Dios en la carne o en el cuerpo espiritual? Vea el Película cristiana "El último tren" escena - Ha comenzado el juicio ante el gran trono blanco.
 
 
El Señor ha regresado y ha comenzado el juicio del gran trono blanco. ¿Quieres saber qué está pasando? Entrar a nuestro sitio web a través de WhatsApp, te diremos la respuesta.     
 

Obra de Cristo de los Últimos Días en China

2020-06-01 00:03:30 | Palabra de Dios
China es la tierra donde reside el gran dragón rojo y es el lugar que se ha resistido y ha condenado a Dios más severamente a lo largo de la historia. China es como una fortaleza de demonios y una prisión impenetrable e impermeable controlada por el diablo. Además, el régimen del gran dragón rojo vigila todos los niveles y ha instalado defensas en cada casa. Como resultado, no hay lugar donde sea más difícil difundir el evangelio de Dios y llevar a cabo la obra de Dios. Cuando el Partido Comunista Chino llegó al poder en 1949, la creencia religiosa en China continental fue totalmente suprimida y prohibida. Millones de cristianos sufrieron humillación pública, tortura y encarcelamiento. Todas las iglesias fueron completamente cerradas y vaciadas. Hasta las reuniones en las casas fueron prohibidas. Si sorprendían a alguien participando en una reunión, era encarcelado e incluso podía ser decapitado. En esos tiempos, las actividades religiosas desaparecieron casi sin dejar rastro. Solamente un pequeño número de cristianos continuó creyendo en Dios, pero sólo podían orar silenciosamente a Dios y cantarle himnos de alabanza en sus corazones, suplicando a Dios que reviviera la iglesia. Finalmente, en 1981, la iglesia fue verdaderamente revivida y el Espíritu Santo comenzó a obrar a gran escala en China. Las iglesias surgieron como brotes de bambú después de una lluvia de primavera y cada vez más personas comenzaron a creer en Dios. En 1983, cuando el renacimiento de la iglesia alcanzó su clímax, el Partido Comunista Chino comenzó una nueva ronda de cruel represión. Millones de personas fueron arrestadas, detenidas y educadas por medio del trabajo. El régimen del gran dragón rojo sólo permitía a los creyentes en Dios unirse a la iglesia del Movimiento Patriótico de Tres Autonomías creado y controlado por el gobierno. El gobierno del PCCh estableció el Movimiento Patriótico de Tres Autonomías en un intento por eliminar completamente la iglesia doméstica clandestina y tener a aquellos creyentes en el Señor bajo el firme control del gobierno. Creía que ésta era la única manera de lograr su objetivo de prohibir la fe y convertir a China en una tierra sin Dios. Pero el Espíritu Santo continuó realizando Su obra a gran escala en la iglesia doméstica y en aquellas personas que en verdad creían en Dios, lo cual el gobierno del PCCh no tenía manera de detener. En ese entonces, en la iglesia doméstica donde obraba el Espíritu Santo, Cristo de los últimos días aparecía en secreto para obrar; empezó a expresar la verdad y a realizar Su obra de juicio, comenzando con la casa de Dios.
A principios de febrero de 1991, alguien en la iglesia pareció recibir la iluminación del Espíritu Santo y comenzó a sermonear, dando testimonio del nombre de Dios y de la venida de Dios. Estas palabras fueron enviadas a las iglesias y después de leerlas, todas las personas se emocionaron y alegraron mucho, y creyeron que ésas eran con seguridad el esclarecimiento y las palabras del Espíritu Santo. A partir de entonces, Cristo comenzó a hablar. A veces Cristo pronunciaba un pasaje al día, a veces uno cada dos días, y Sus declaraciones se hicieron cada vez más frecuentes. Todas las personas las compartían y se sentían muy emocionadas, las reuniones estaban llenas de gozo y todo el mundo estaba impregnado de felicidad. A medida que Cristo expresaba más y más palabras, todas las personas prestaban atención para disfrutar las palabras de Dios y sus corazones fueron completamente atrapados por ellas. Y así, durante las reuniones, comenzaron formalmente a disfrutar las palabras presentes del Espíritu Santo. En ese tiempo, la gente todavía tenía que darse cuenta de que Dios se había encarnado y de que ésta era la aparición de Cristo. La gente sólo consideraba la expresión de Cristo como la iluminación del Espíritu Santo recibida por una persona común, ya que, en la expresión de Cristo, Él no había dado testimonio formal de la encarnación de Dios. Nadie comprendía lo que era la encarnación y las personas sólo sabían que estas palabras se debían a la iluminación del Espíritu Santo. Por eso es que todavía trataban a Cristo como una persona común. Sólo cuando las declaraciones de Cristo alcanzaron su máxima expresión, fue cuando Dios comenzó a testificar sobre la encarnación de Dios, explicando las diferencias entre el descenso del Espíritu Santo hacia la humanidad y la obra del Espíritu Santo en la humanidad, revelando el misterio de la materialización del Espíritu en la carne. Sólo entonces fue cuando las personas supieron que esta persona común que vivía entre ellas y que expresaba las palabras para pastorear y proveer a las iglesias, era Dios encarnado, Cristo, y que era Dios que había aparecido. Al darse cuenta de esto, todos detestaron cuán ciegos, necios e ignorantes habían sido y se postraron ante Cristo, llorando y arrepintiéndose; sus corazones estaban destrozados por el profundo dolor y sus gritos se oían en todas partes. En aquel entonces, los corazones de la gente estaban llenos de indescriptibles sentimientos encontrados de aflicción y alegría. Cuando contemplaron a Cristo, sólo supieron postrarse sobre la tierra; si no lo hacían, se sentían incómodos dentro de sus corazones. Cuando se postraban ante Cristo sentían gozo, sentían que verdaderamente habían regresado ante Dios y que pertenecían a Dios. Después de que Cristo apareció, Él expresó cada vez más palabras, entrando gradualmente en el camino correcto de la obra de Dios y abriendo paso al juicio, comenzando con la casa de Dios. Las palabras de Dios conquistaron completamente a la gente. A través de la revelación de Cristo del significado del nombre de Dios, nació el nombre de Dios Todopoderoso. Así que la gente oraba directamente al nombre de Dios Todopoderoso y, durante las reuniones, disfrutaba las palabras de Dios Todopoderoso. Esto se debe a que estas palabras (es decir, todas las palabras en ‘La palabra aparece en carne’) son la obra presente de Dios, son las palabras de Dios en la nueva era y la necesidad presente de la gente. Puesto que se trataba de la nueva obra y las nuevas palabras de Dios, naturalmente la Biblia quedó desactualizada y, naturalmente, nadie hacía caso a los diversos dichos y teorías de la Era de la Gracia. Todos fueron conquistados por las palabras presentes de Dios, como si hubieran visto el cielo abriéndose. Esto se debe a que Dios reveló todo tipo de misterios, los ojos de las personas se abrieron y vieron que la mayoría de los dichos a los que se habían adherido durante la Era de la Gracia eran nociones llenas de desviaciones y cosas erróneas. Gracias a la aparición de Dios, la gente entró en el camino correcto de creer en Dios. Sólo después de que las personas fueron conquistadas por las palabras de Dios, fue cuando encontraron que esta persona común y normal que expresaba las palabras de Dios era Cristo y la carne encarnada de Dios.
Cristo nació en el seno de una familia común al norte de China. Desde Su infancia, había creído en Dios con todo Su corazón. Paulatinamente creció como lo hace cualquier persona común. En 1989, justo cuando el Espíritu Santo estaba obrando a gran escala en la iglesia doméstica, Cristo abandonó Sus estudios y entró formalmente en la iglesia doméstica. En ese entonces, Cristo tenía un ferviente corazón, anhelaba servir a Dios y desempeñar Su deber. Dos años más tarde, Cristo comenzó a expresar palabras, escribiéndolas en Su corazón y dándolas a las iglesias. Luego, a medida que Cristo expresaba cada vez más verdades, la gente se sentía atraída por las palabras de Cristo y ansiaba leer lo que Él había expresado. Particularmente, Sus palabras que revelaban y juzgaban la sustancia de la naturaleza y el carácter satánico de la humanidad corrupta, atravesaban el corazón de la gente como una espada de doble filo. Sólo entonces las personas fueron completamente conquistadas por las palabras de Dios y se arrodillaron ante Dios; sólo entonces Cristo fue aceptado, conocido y exaltado por el pueblo, y se convirtió en el Dios práctico, venerado, amado y estimado por la humanidad. Cristo posee tanto una humanidad normal como una plena divinidad. Él puede expresar la verdad en cualquier momento y en cualquier lugar, y revelar la sustancia de la corrupción de la humanidad. Sus palabras y opiniones están llenas de verdad y sabiduría, al igual que el Señor Jesús. Lo que Cristo habla y posee no se aprende en los libros, sino que proviene completamente de la sustancia divina que Él posee. Cristo es el unigénito de Dios. En Su vida, las personas ven Su humanidad completamente normal. De Su obra y Su paciencia con la humanidad, la gente puede ver Su sustancia divina y Su carácter que no tolera la ofensa del hombre. Aunque, al igual que el Señor Jesús, Cristo posee las debilidades de la humanidad, Él también tiene la sustancia de la obediencia al Espíritu de Dios. Él está lleno de verdad y sabiduría, e inspira una convicción absoluta en las personas, tanto en sus corazones como en sus palabras. ¡Cristo es la verdad, el camino y la vida, en nombre y en realidad! Dios se ha encarnado como una persona insignificante, trabajando secreta y humildemente entre la gente, conquistando a la humanidad y derrotando a los enemigos mediante la expresión de la verdad. Desde hace mucho tiempo Él ha vencido por completo, ha sido testificado y ha sido proclamado. Ésta es la omnipotencia, la sabiduría y la gloria de Dios. Como resultado de la aparición y obra de Cristo, nació la Iglesia de Dios Todopoderoso. Luego los hermanos y hermanas en la Iglesia de Dios Todopoderoso comenzaron a dar testimonio de la obra de Dios y comenzaron la obra de difundir el evangelio del reino de Cristo. Ésta es una breve introducción a los antecedentes de la encarnación de Dios y de Su venida secreta para realizar Su obra. En pocas palabras, el Cristo encarnado ha llegado a la tierra donde reside el gran dragón rojo y ha expresado las palabras de juicio y castigo, conquistando y salvando al pueblo elegido de Dios en China. Es decir, el Dios encarnado lucha contra Satanás en la guarida del gran dragón rojo y lo ha dado todo para despertar a la humanidad y hacer que la humanidad oiga y reconozca la voz de Dios para que regrese ante Dios y sea salvada por Dios. Esto es algo extraordinariamente raro y de un significado increíblemente profundo. En esta encarnación Dios obra para salvar al hombre, lo que significa que Dios ha llegado a ordenar el destino de la humanidad y a poner fin a esta era. Dios ha venido a China continental, la tierra habitada por el gran dragón rojo, y ha llegado secretamente para obrar, conquistando y salvando a la humanidad profundamente corrupta, perfeccionando y convirtiendo a un grupo de personas en vencedores. Esto ha dado lugar al juicio del gran trono blanco en los últimos días y ha abierto el camino para la aparición pública de Dios a cada nación y lugar del mundo durante el siguiente paso.
Recomendación: Recursos cristianos 

¿Cómo orar a Dios con el espíritu y la sinceridad?

2020-05-31 04:36:18 | Reflexiones Cristianas

¿Cómo orar a Dios con el espíritu y la sinceridad?

El Señor Jesús dijo: “Dios es espíritu, y los que le adoran deben adorarle en espíritu y en verdad” (Juan 4:24). El Señor nos exige que lo adoremos con espíritu y sinceridad, porque solo de esta manera podemos ser aprobados por Dios. Entonces, ¿qué es adorar a Dios con el espíritu y la sinceridad?
Dios dice: “Mientras oras tu corazón debe estar en paz delante de Dios y debe ser sincero. Estás realmente teniendo comunión y orando con Dios; no debes engañar a Dios usando palabras que suenen bonito. La oración se centra alrededor de aquello que Dios quiere completar hoy. Pídele a Dios que te ilumine y te esclarezca más, y lleva tu estado real y tus problemas delante de Él para que ores y tomes la determinación ante Dios. Orar no es seguir un procedimiento sino buscar a Dios usando tu corazón sincero. Pide que Dios proteja tu corazón, capacitándolo para que con frecuencia esté en paz delante de Dios, capacitándote para que te conozcas y te desprecies y te abandones en el ambiente que Dios ha puesto para ti, permitiéndote así tener una relación normal con Dios y haciendo de ti alguien que verdaderamente ama a Dios”.
“El estándar más bajo que Dios exige de las personas es que le puedan abrir sus corazones. Si el hombre le da a Dios su corazón sincero y le dice a Dios lo que realmente hay dentro de su corazón, entonces Dios estará dispuesto a obrar en el hombre; Dios no quiere el corazón torcido del hombre sino su corazón puro y honesto. Si el hombre no le dice a Dios lo que de verdad hay en su corazón, entonces Dios no toca el corazón del hombre ni obra dentro de él. Por lo tanto, lo más crucial acerca de la oración es decirle a Dios las palabras de tu auténtico corazón, hablarle a Dios de tus defectos o de tu carácter rebelde y abrirte completamente a Dios. Sólo entonces Dios estará interesado en tus oraciones; si no, entonces Él ocultará Su rostro de ti”.
De “La Palabra manifestada en carne”
Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation. 

¿Dónde está la verdadera iglesia que será arrebatada antes del desastre? ¿Cómo encontrarla?

2020-05-30 04:20:04 | Prédicas Cristianas
Hoy en día, los desastres ocurren en todas partes y muchos hermanos y hermanas son conscientes de que el día del Señor ha llegado, pero muchos de ellos no pueden recibir el suministro de agua de la vida, están muy abatidos y débiles, no sienten la presencia del Señor, e incluso entran en pánico por la llegada del desastre. Sin embargo, algunas de ellas han comenzado a buscar la iglesia que tenga obra del Espíritu Santo, la iglesia de Filadelfia, la que será arrebatada antes del desastre, porque lo cual está relacionado con si podemos recibir al Señor antes del desastre y entrar en el reino de los cielos. Entonces ¿cómo podemos distinguir la verdadera iglesia de las falsas con el fin de encontrarla antes del desastre? Este artículo investigará con usted las maneras para distinguir entre la verdadera iglesia y las falsas. 
By Baoda, Australia
El Señor Jesús ya había predicho Su regreso: “Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino, y en diferentes lugares habrá hambre y terremotos. Pero todo esto es solo el comienzo de dolores” (Mateo 24:7-8). Ahora los desastres cada vez son más graves, las hambrunas y los terremotos han comenzado, y las plagas, los incendios y las inundaciones también han sucedido una tras otra. Por ejemplo, en diciembre de 2019 la aparición de la pandemia en Wuhan, China, que se ha propagado gradualmente a todo el mundo tan solo en 2 meses; los incendios forestales de Australia han durado casi medio año, matando a cientos de millones de animales, y posteriormente 700000 murciélagos invadieron las principales ciudades de Australia; en África Oriental sufrieron la peor plaga de langostas en 25 años, decenas de millones de personas se enfrentaron a una crisis alimentaria; el 7 de enero de este año, Puerto Rico sufrió el terremoto más fuerte en 102 años, dos tercios del país permanecieron en un estado de corte de energía; el 28 de enero, un terremoto de magnitud 7.7 sacudió el Caribe... Los desastres cumplen las profecías del regreso del Señor. Muchos cristianos creen que el Señor ya ha regresado.
La Biblia predice que solo la iglesia de Filadelfia es la iglesia que será raptada antes del gran desastre y la iglesia de Laodicea es la iglesia que será abandonada por el Señor. Al ver que los pastores predican sin luz, los creyentes indiferentes en su fe, hablando de comer, beber, divertirse y seguir las tendencias del mundo, a muchas personas les preocupa que la iglesia sea una iglesia falsa y sea abandonada cuando el Señor regrese. Sin embargo, algunas personas piensan que la iglesia es bastante conocida, organizando concurso de conocimiento bíblico, la Sagrada Comunión, celebrando varios festivales y el ambiente es bastante animado, por lo que no puede ser una iglesia falsa. Entonces, ¿cómo distinguimos entre iglesias verdaderas y falsas? ¿Cómo podemos encontrar la verdadera iglesia? Vamos a centrarnos en estos temas.
 
 
El primer principio de distinción entre iglesias verdaderas y falsas: si una iglesia tiene la obra del Espíritu Santo y si los creyentes persiguen la verdad
En la Biblia se dice: “Y todo sometió bajo sus pies, y a Él lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de aquel que lo llena todo en todo” (Efesios 1:22-23). Jehová Dios le dijo a Salomón: “Pues ahora he escogido y consagrado esta casa para que mi nombre esté allí para siempre, y mis ojos y mi corazón estarán allí todos los días” (2 Crónicas 7:16). Y también dijo el Señor Jesús: “Además os digo, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo sobre cualquier cosa que pidan aquí en la tierra, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mateo 18:19-20). En estos versículos podemos ver que la verdadera iglesia es la iglesia con la obra del Espíritu Santo. Está formado por aquellos que realmente creen en Dios y persiguen la verdad, al menos la mayoría de ellos son aquellos que tienen sed de la verdad. Se enfocan en buscar la voluntad de Dios, practicar y experimentar la palabra de Dios y buscan cumplir el deseo de Dios, por lo tanto, a menudo pueden ser guiados por la obra del Espíritu Santo, teniendo la iluminación del Espíritu Santo en las reuniones, y sus vidas espirituales crecen sin cesar. Además, cuando cometen un error, Dios les castigará y disciplinará, y tienen un corazón temeroso de Dios. Al igual que en el templo en la Era de la Ley, debido a la gloria de Jehová, la gente no se atrevía a actuar nunca más de forma violenta, temiendo a Jehová, adorando obedientemente en el templo, nadie se atrevía a violar la ley. En una iglesia así, la fe de las personas puede aumentar y sus vidas pueden crecer constantemente. La falsa iglesia no tiene la obra del Espíritu Santo. Los pastores predican siempre lo mismo, no hay ninguna nueva luz en sus sermones, los creyentes no pueden obtener el riego y el suministro verdadero, son débiles, negativos, y su fe comienza a menguar. Incluso cuando se reúnen, no tienen comunión sobre como practicar las palabras de Dios, sino que solo hagan sobre cosas que no están relacionados con la verdad. Son creyentes solo de nombre, tal iglesia nunca ganará el reconocimiento de Dios.
Hoy en día, en muchas iglesias, lo que predican los pastores y los ancianos son el conocimiento bíblico y las teorías espirituales, que no pueden resolver las dificultades reales de los creyentes, cada vez menos creyentes van a la iglesia, ocupados ganando dinero y codician el disfrute de la carne. Sin embargo, cuando encuentran algo peligroso, irán a la iglesia. De hecho, no buscan sinceramente la verdad sino que solo quieren obtener gracia y buscar seguridad personal. Algunos creyentes no están interesados en compartir la verdad, solo están activos cuando sus iglesias organizan todo tipo de cenas o actividades, van a las iglesias solo por diversión, establecer contactos o para promocionar productos que quieren vender. Los creyentes se reúnen para competir en lo que visten y comen, no hablan sobre asuntos espirituales, ni tampoco temen a Dios. Tales iglesias son como las aguas estancadas, no pueden obtener las bendiciones y la guía de Dios, incluso si hay muchos creyentes o si las iglesias parecen vivas. Estas iglesias son simplemente iglesias falsas, al igual que el templo al final de la Era de la Ley, ya no era el lugar donde la gente adoraba a Dios, y se ha convertido en un mercado de ganado y una guarida de ladrones rechazados por Dios. Tal como el Señor les reprendió, diciendo: “¿No está escrito: «Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones»? Pero vosotros la habéis hecho cueva de ladrones” (Marcos 11:17). Entonces, para distinguir entre iglesias verdaderas y falsas, principalmente tenemos que ver si una iglesia tiene la obra del Espíritu Santo, y si está formada por aquellos que aman y persiguen la verdad y si los creyentes buscan adorar a Dios y satisfacer Su voluntad. Solo la iglesia que está compuesta por aquellos que realmente creen en Dios y practican las palabras de Dios, es la iglesia verdadera y será reconocida por Dios. Si la iglesia está compuesta por aquellos que no están interesados en la verdad, incluso si tiene muchos creyentes y parece ferviente, es una iglesia falsa y Dios la abandonará tarde o temprano. Tal como Juan escribió a la iglesia de Laodicea bajo la inspiración de Dios: “Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Así, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca” (Apocalipsis 3:15-16).
El segundo principio de distinción entre iglesias verdaderas y falsas: si la verdad o los falsos pastores están en el poder dentro de la iglesia
Hay otro principio importante de distinguir entre iglesias verdaderas y falsas: debemos ver si la verdad o los falsos pastores están en el poder dentro de la iglesia. La iglesia nace debido a la obra de Dios, por lo que Dios y la verdad, por supuesto, tienen poder dentro de la iglesia. En una iglesia, si los líderes son personas que persiguen la verdad, entonces seguramente pueden considerar la voluntad de Dios, exaltar a Dios y dar testimonio de Dios en todos los asuntos, y pueden llevar a los creyentes a practicar y experimentar la palabra de Dios, acercando a las personas a Dios. Mientras tanto, los creyentes pueden magnificar a Dios en sus corazones, buscar la voluntad de Dios y actuar de acuerdo con las palabras de Dios en todas las cosas, y no adoran ciegamente a sus líderes. Tal iglesia está gobernada por las palabras de Dios y la verdad. Por el contrario, en las iglesias falsas controladas por falsos pastores, los líderes no sirven a Dios sinceramente, trabajan por su propio estatus e ingresos, compiten entre sí por la fama y la ganancia, y participan en disputas celosas. A menudo, se exaltan a sí mismos para mantener su propio prestigio y hacer que la gente los adore. Halagan, exaltan y son más amables con quien aporta mucho dinero, suprimen y rechazan a aquellos cuya comunidad es esclarecedora y de humanidad perfecta y recta, lo que hacen estas personas no pueden cumplir adecuadamente su función en la iglesia. Además, la mayoría de los creyentes carecen de discernimiento y adoran ciegamente y admiran a los líderes. Aunque parece que creen y siguen a Dios, en realidad creen en pastores y ancianos. Por lo tanto, esta iglesia está controlada por falsos pastores y es una iglesia falsa. Tales como las palabras de Dios dicen: “Aquellos que practican la verdad dentro de la iglesia son abandonados y son incapaces de alcanzar su potencial, mientras que los que molestan a la iglesia y propagan la muerte tienen rienda suelta en la iglesia. Lo que es más, la mayoría de las personas los sigue. Este tipo de iglesia está simplemente bajo el control de Satanás y el diablo es su rey. Si las personas de la iglesia no se levantan y echan a los demonios principales, entonces también llegarán a la ruina tarde o temprano. A partir de ahora, se deben tomar medidas contra este tipo de iglesia. Si aquellos que son capaces de practicar un poco de verdad no están dispuestos a buscarla, entonces esa iglesia será inhabilitada”.
Ahora, muchos pastores y ancianos no guían a las personas a practicar y experimentar la palabra de Dios y no pueden resolver las dificultades de los creyentes en su entrada en la vida, y tampoco permiten que aquellos que poseen la obra del Espíritu Santo guíen a la iglesia. Para proteger su estatus, los pastores y los ancianos solo predican el conocimiento bíblico y las teorías espirituales, hacer que la gente los adore. Además, hablan sobre algunos eventos importantes en el mundo y sobre el conocimiento de la atención médica para atraer creyentes, y solo se enfocan en explicar las palabras del hombre en la Biblia y enseñar a los creyentes a observar algunos rituales religiosos. Algunos pastores y ancianos parecen muy devotos, pero secretamente roban ofrendas y son promiscuos; también hay algunos pastores y ancianos para atraer a los creyentes y expandir su influencia, organizan actividades de comidas, promueven productos y abren fábricas, etc, llevando a los creyentes a un camino secular y fomentan una atmósfera desagradable en la iglesia. Tal iglesia no es diferente del mundo, es la misma que la ciudad de Babilonia en la Biblia. Ha ofendido el carácter de Dios y ha sido abandonada por el Espíritu Santo, y será maldecida por Dios al final, así como dice la Biblia: “Y clamó con potente voz, diciendo: ¡Cayó, cayó la gran Babilonia! Se ha convertido en habitación de demonios, en guarida de todo espíritu inmundo y en guarida de toda ave inmunda y aborrecible. Porque todas las naciones han bebido del vino de la pasión de su inmoralidad, y los reyes de la tierra han cometido actos inmorales con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido con la riqueza de su sensualidad” (Apocalipsis 18:2-3). Se puede ver que es crucial si el líder de la iglesia es una persona correcta. Si una iglesia está controlada por falsos pastores, el Espíritu Santo no trabajará dentro de ella. Es el ciego quien conduce al ciego y eventualmente todos caerán en un hoyo.
 
 
 
Cómo encontrar la verdadera iglesia
En este punto, muchas personas se han dado cuenta de que hay muchas iglesias que no tienen la obra del Espíritu Santo. Entonces, ¿dónde podemos encontrar la iglesia que tiene la presencia de Dios y la obra del Espíritu Santo? Enfrentando esta dificultad real, primero recordemos la obra del Señor Jesús. El templo también se volvió desolado. Esto se debe a que, por un lado, los principales sacerdotes, los escribas y los fariseos no guiaron a los creyentes al camino correcto, y el templo fue abandonado por el Espíritu Santo, por el otro, porque el Señor Jesús hizo la nueva obra, y el Espíritu Santo reclamó Su obra del templo, obrando en aquellos que podían seguir los pasos del Cordero. Los que siguieron al Señor Jesús recibieron la provisión del agua viva de la vida, mientras que los que permanecieron en el templo cayeron en la oscuridad. Tal como dice la Biblia: “Y además os retuve la lluvia cuando aún faltaban tres meses para la siega; hice llover sobre una ciudad y sobre otra ciudad no hice llover; sobre una parte llovía, y la parte donde no llovía, se secó. Así que de dos o tres ciudades iban tambaleándose a otra ciudad para beber agua, y no se saciaban; pero no os habéis vuelto a mí […]” (Amós 4:7-8). Se puede ver que cuando Dios regrese para hacer Su nueva obra, las iglesias de la vieja época se volverán desoladas, es decir, Dios nos obliga a buscar sus pasos. Ahora los desastres están empeorando cada vez más, y las profecías de la venida del Señor se han cumplido básicamente. Además, el mundo religioso se ha vuelto desolado y ha perdido la obra del Espíritu Santo. Entonces, el Señor bien podría haber aparecido para obrar en cierta iglesia. Si podemos encontrar los pasos de Dios, naturalmente encontraremos la verdadera iglesia.
Entonces, ¿cómo podemos buscar los pasos de Dios? Hay un párrafo que deja muy claro: “[...] ya que estamos buscando las huellas de Dios, debemos buscar la voluntad de Dios, las palabras de Dios, las declaraciones de Dios, porque donde están las nuevas palabras de Dios, ahí está la voz de Dios, y donde están las huellas de Dios, ahí están los hechos de Dios. Donde está la expresión de Dios, ahí está la aparición de Dios, y donde está la aparición de Dios, ahí existe la verdad, el camino y la vida”. A partir de esto, podemos ver que si queremos buscar las huellas de Dios, debemos buscar las declaraciones de Dios y prestar atención a escuchar la voz de Dios. La Biblia dice: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias” (Apocalipsis 2:7). “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3:20). De aquí se puede ver que el Señor expresará nuevas palabras a las iglesias cuando regrese. Si alguna iglesia predica que el Señor ha regresado para expresar nuevas palabras, debemos buscar rápidamente y ver si estas palabras son la voz de Dios. Si reconocemos la voz de Dios, debemos aceptar Su obra pronto. Solo así podemos seguir los pasos del Cordero y encontrar la verdadera iglesia.

 
Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation. 

¿Son Dios Todopoderoso y el Señor Jesús un solo Dios?

2020-05-28 22:21:49 | Palabra de Dios
Cuando la humanidad fue corrompida por Satanás, Dios comenzó Su plan de gestión para la salvación de la humanidad. Dios ha llevado a cabo tres etapas de Su obra para la salvación de la humanidad. Durante la Era de la Ley, Jehová Dios promulgó las leyes y guio la vida de la humanidad, haciendo saber a las personas que debían adorar a Dios y haciéndoles saber lo que es el pecado. Pero con la llegada de las etapas finales de la Era de la Ley, la corrupción de la humanidad se hizo más profunda que nunca y las personas con frecuencia violaban las leyes y pecaban contra Jehová. Ellas se enfrentaron al riesgo de ser condenadas y ejecutadas por sus violaciones. Por lo tanto, en respuesta a las necesidades de la humanidad, durante la Era de la Gracia Dios asumió forma humana y se convirtió en el Señor Jesús. Fue clavado en la cruz por el bien de la humanidad y redimió al hombre del pecado, permitiendo a las personas presentarse ante Dios y orar a Dios, confesarse y arrepentirse, ser perdonadas por sus pecados y vivir bajo las riquezas de la gracia y las bendiciones de Dios. Pero como la naturaleza pecaminosa de las personas aún estaba por resolverse y éstas pecaban y se oponían a Dios con frecuencia, en la Era del Reino Dios se hizo carne una vez más y usó el nombre de Dios Todopoderoso para expresar todas las verdades para la salvación y purificación de la humanidad con base en la obra de redención del Señor Jesús, suprimiendo la naturaleza pecaminosa de la humanidad, haciendo que la humanidad cesara su desobediencia y su oposición a Dios, permitiendo que las personas realmente obedecieran y adoraran a Dios y, finalmente, guiando a la humanidad a un hermoso destino. A pesar de que las obras que Dios ha llevado a cabo en la Era de la Ley, la Era de la Gracia y la Era del Reino han sido diferentes y de que los nombres que Él ha adoptado y el carácter que ha mostrado en cada una han sido distintos, la esencia y los objetivos de Su obra son los mismos; todos son para salvar a la humanidad y toda la obra es realizada por Dios mismo. Como Dios Todopoderoso dijo: “Desde la obra de Jehová a la de Jesús, y desde la de Jesús a la de la era actual, las tres eras cubren la totalidad de la amplitud de la gestión de Dios, y todas ellas son la obra de un mismo Espíritu. Desde que creó el mundo, Dios siempre ha estado gestionado a la humanidad. Él es el principio y el fin, el primero y el último, y aquel que inicia una era y quien lleva la era a su fin. Las tres etapas de la obra, en diferentes eras y distintos lugares, han sido llevadas a cabo con seguridad por un solo Espíritu. Todos los que separan estas tres fases se oponen a Dios” (‘La visión de la obra de Dios (3)’ en “La Palabra manifestada en carne”).
Durante miles de años, pocas personas han sabido en verdad que el Señor Jesucristo es Dios mismo, que Él es la aparición de Dios y que el Señor Jesús es la encarnación de Jehová. De hecho, la Biblia había profetizado esto claramente desde hace mucho tiempo. En el Libro de Isaías se dijo que “Pero quiso el Señor quebrantarle, sometiéndole a padecimiento. Cuando El se entregue a sí mismo como ofrenda de expiación” (Isaías 53:10). En este pasaje de la Biblia se puede ver que el hecho de que el Señor Jesús haya servido como ofrenda por el pecado significa que Jehová se ofreció a sí mismo como ofrenda por el pecado y que el Señor Jesús era Jehová. El Señor Jesús también dijo: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Juan 14:9). “el Padre está en mí y yo en el Padre” (Juan 10:38). “Yo y el Padre somos uno” (Juan 10:30). Cuando el Señor Jesús dijo que “Yo y el Padre somos uno”, Él estaba diciendo que Él y Jehová son un solo Espíritu. Las palabras declaradas por el Señor Jesús y las declaradas por Jehová son las mismas; ambas son la verdad, son las declaraciones de un solo Espíritu y su fuente es la misma; es decir, el Señor Jesús y Jehová son un solo Dios. Del mismo modo, la fuente de las palabras expresadas por Dios Todopoderoso de los últimos días y por el Señor Jesús es la misma, son las declaraciones del Espíritu Santo, son la verdad y son la voz de Dios. Todas las personas que creen en el Señor saben que un mayor número de profecías en la Biblia hacen referencia al regreso del Señor y a la obra de juicio de Dios de los últimos días. Como dijo el Señor Jesús: “Y si me voy y preparo un lugar para vosotros, vendré otra vez y os tomaré conmigo; para que donde yo estoy, allí estéis también vosotros” (Juan 14:3). “He aquí, yo vengo pronto” (Apocalipsis 22:12). “Y entonces verán al Hijo del Hombre que viene en una nube con poder y gran gloria” (Lucas 21:27). “He aquí, vengo como ladrón” (Apocalipsis 16:15). “El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, ésa lo juzgará en el día final” (Juan 12:48). En la Primera Epístola de Pedro también se dijo que: “Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios” (1 Pedro 4:17). Se dijo muy claramente en estas escrituras que el Señor Jesús regresaría durante los últimos días y que expresaría palabras y realizaría la obra de juicio. Cuando Dios Todopoderoso llega durante los últimos días, Él lleva a cabo la obra de juicio, comenzando por la casa de Dios, con base en la obra de redención del Señor Jesús, y expresa todas las verdades para la purificación y salvación de la humanidad. Aunque la obra de Dios Todopoderoso y la del Señor Jesús son diferentes, su fuente es la misma: ¡el único Dios! Esto cumple completamente la profecía del Señor Jesús: “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando El, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir” (Juan 16:12-13). El Dios Todopoderoso encarnado de los últimos días es la personificación del Espíritu de la verdad; Dios Todopoderoso es el regreso del Señor Jesús.
Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman
 
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