Dios Todopoderoso es mi salvador

Que el amor y la misericordia de DIOS estén siempre contigo

¿Podemos ser salvados y entrar en el reino de Dios mientras somos perdonados?

2019-06-20 19:50:40 | Palabra de Dios


Con respecto a la salvación, muchos hermanos y hermanas afirman con seguridad: “La Biblia dice: ‘Que si confesares con tu boca al Señor Jesús, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia; mas con la boca se hace confesión para salud’ (Romanos 10:9-10). Hemos recibido la salvación en la cruz del Señor Jesús, y si sólo creemos en nuestros corazones y confesamos nuestros pecados con nuestras bocas, seremos perdonados; ya somos salvos, por lo tanto, tenemos la salvación completa y cuando el Señor venga, definitivamente entraremos en el reino de los cielos”. ¿Es este punto de vista nuestro realmente correcto? ¿Tener nuestros pecados perdonados y ser salvos realmente significa que tenemos la salvación completa? Realmente necesitamos comunicar este problema con claridad, porque está directamente relacionado con nuestra entrada al reino de los cielos, es un asunto muy importante.

En primer lugar, debemos reconocer el hecho de que hemos recibido innegablemente la redención del Señor Jesús; sin embargo, ¿nuestra naturaleza pecaminosa ha sido resuelta? ¿El hecho de que Dios perdone nuestros pecados significa que ahora estamos purificados? En cuanto a nosotros, si nos echamos un vistazo a nosotros mismos y a la manera como la mayoría de nuestros hermanos y hermanas que nos rodean viven sus vidas, veremos que la gran mayoría de nosotros seguimos los caminos del mundo; cuando tenemos un problema, carecemos de tolerancia y paciencia, y somos incapaces de poner en práctica las palabras del Señor. Vivimos nuestras antiguas vidas pecando en el día y confesando en la noche. ¿Podríamos aquellos de nosotros que pecamos con tanta frecuencia realmente ser completamente salvos? ¿Entraremos realmente en el reino de los cielos en el futuro? En la Biblia se ha registrado que: “Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, es siervo de pecado. Y el siervo no queda en casa para siempre: el hijo queda para siempre” (Juan 8:34-35). “Pues que yo soy Jehová vuestro Dios, vosotros por tanto os santificaréis, y seréis santos, porque yo soy santo” (Levítico 11:44). “[...] y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor” (Hebreos 12:14). A partir de estos versículos, vemos que Dios es santo, que Su reino es santo y que Él no permitirá que personas impuras entren en Su reino. A pesar de que nuestros pecados sean perdonados, nuestra naturaleza pecaminosa todavía está dentro de nosotros y no estamos libres de la esclavitud del pecado. Vivimos dentro de un círculo vicioso de pecados y confesiones y no estamos purificados en absoluto. Pecar con frecuencia nos hace siervos del pecado. ¿Cómo podría un siervo del pecado entrar en el reino de Dios? Por lo tanto, el argumento de que perdonar nuestros pecados significa alcanzar la salvación completa y entrar en el reino de los cielos no se sostiene.

¿Qué significa “ser salvo” aquí? Todos sabemos que bajo la Era de la Ley, Dios emitió la ley y los mandamientos a través de Moisés para guiar a los israelitas en su vida en la tierra. En aquellos días, los israelitas sólo tenían que cumplir la ley y los mandamientos y no serían condenados. Cualquier infractor tenía que ofrecer un sacrificio para expiar su pecado, o sería castigado. Por lo tanto, la gente de esos días acató escrupulosamente la ley y nadie se atrevió a violarla. Hacia el final de la Era de la Ley, las personas pecaron cada vez más a medida que su corrupción por parte de Satanás se hizo cada vez más profunda. Ya no había suficientes sacrificios para expiar sus pecados y todos corrían el riesgo de ser ejecutados de acuerdo con la ley. Dios no podía soportar el hecho de ver a las personas que había creado siendo tan devoradas por Satanás, así que Dios se hizo carne y vino a la tierra para actuar como ofrenda por el pecado del hombre al ser clavado en la cruz, y rescatar así al hombre de vivir bajo la ley. Desde entonces, si solo creemos en el Señor Jesús, nuestros pecados pueden ser perdonados. Ya no sufrimos condena por no respetar la ley; es decir, somos salvos por la redención del Señor. Está claro entonces que “ser salvos” es que nosotros creamos en el Señor Jesús, siendo perdonados por nuestros pecados al arrepentirnos ante el Señor, y ya no estar sujetos a ser ejecutados por la ley. No solo eso, sino que también significa poder disfrutar de la paz, la alegría y la gracia abundante que nos concede el Señor Jesús. Esto es a lo que nos referimos comúnmente como el verdadero significado de “ser salvos” por la fe.

Leamos juntos un par de pasajes: “Un pecador como alguno de vosotros, que acaba de ser redimido y que no ha sido cambiado o perfeccionado por Dios, ¿puedes ser conforme al corazón de Dios? Para ti, que aún eres del viejo ser, es cierto que Jesús te salvó y que no perteneces al pecado gracias a la salvación de Dios, pero esto no demuestra que no seas pecador ni impuro. ¿Cómo puedes ser santo si no has sido cambiado? En tu interior, estás cercado por la impureza, egoísta y miserable, pero sigues deseando descender con Jesús; ¡tendrías que tener tanta suerte! Te has saltado un paso en tu creencia en Dios: simplemente has sido redimido, pero no has sido cambiado. Para que seas conforme al corazón de Dios, Él debe realizar personalmente la obra de cambiarte y purificarte; si sólo eres redimido, serás incapaz de alcanzar la santidad. De esta forma no serás apto para participar en las buenas bendiciones de Dios, porque te has saltado un paso en la obra de Dios de gestionar al hombre, que es el paso clave del cambio y el perfeccionamiento. Y así, tú, un pecador que acaba de ser redimido, no puedes heredar directamente la herencia de Dios”.

“Los pecados del hombre fueron perdonados a través del Dios encarnado, pero eso no significa que el hombre no tenga pecado en él. Los pecados del hombre podían ser perdonados por medio de una ofrenda por el pecado, pero el hombre ha sido incapaz de resolver el problema de cómo no pecar más y cómo poder desechar completamente su naturaleza pecaminosa y ser transformado. Los pecados del hombre fueron perdonados gracias a la obra de la crucifixión de Dios, pero el hombre siguió viviendo en el viejo carácter satánico y corrupto. Así pues, el hombre debe ser completamente salvo de este carácter satánico corrupto para que la naturaleza pecadora del hombre sea del todo desechada y no se desarrolle más, permitiendo así que el carácter del hombre cambie”.

A partir de estos dos pasajes, podemos ver que de hecho somos salvos por la obra redentora del Señor Jesús, pero esta salvación sólo significa que nuestros pecados son perdonados. No significa que estamos libres de la esclavitud y del control del pecado. Puesto que nuestra naturaleza pecaminosa todavía existe, a menudo vamos en contra de las enseñanzas del Señor y seguimos los deseos de la carne y cometemos pecados. Es tal como Pablo dijo una vez: “Y yo sé que en mí (es á saber, en mi carne) no mora el bien: porque tengo el querer, mas efectuar el bien no lo alcanzo. Porque no hago el bien que quiero; mas el mal que no quiero, éste hago. Y si hago lo que no quiero, ya no obro yo, sino el mal que mora en mí” (Romanos 7:18-20). Las palabras de Pablo transmiten la voz interior de cada hermano y hermana. A menudo estamos dominados por el pecado, manifestando todo tipo de caracteres satánicos y corruptos. Por ejemplo, el Señor nos exige que seamos personas honestas, pero a menudo mentimos, engañamos y hacemos trampa para nuestro propio beneficio. En nuestros tratos interpersonales, conspiramos unos contra otros por nuestro beneficio personal. Cuando sufrimos a través de pruebas, seguimos malinterpretando y culpando a Dios, e incluso nos distanciamos de Él o lo traicionamos. Cuando la obra de Dios no se ajusta a nuestras nociones, juzgamos y condenamos a Dios a nuestra voluntad. Seguimos a Dios, pero al mismo tiempo seguimos y adoramos al hombre... Es difícil liberarnos de este círculo vicioso de pecar y luego confesar. Nunca podremos librarnos de la esclavitud del pecado ni podremos someternos absolutamente a Dios y ser compatibles con Él. ¿Cómo puede esto llamarse salvación completa?

¿Todavía tenemos la esperanza de alcanzar la salvación completa y entrar en el reino de Dios? En realidad, hay algunos versículos en la Biblia que ya nos han revelado esto. Veamos. Está registrado en la Biblia que: “Aun tengo muchas cosas que deciros, mas ahora no las podéis llevar. Pero cuando viniere aquel Espíritu de verdad, él os guiará á toda verdad; porque no hablará de sí mismo, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que han de venir” (Juan 16:12-13). “El que me desecha, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue: la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero” (Juan 12:48). “Para nosotros que somos guardados en la virtud de Dios por fe, para alcanzar la salud que está aparejada para ser manifestada en el postrimero tiempo” (1 Pedro 1:5). “he aquí, el juez está delante de la puerta” (Santiago 5:9). Podemos ver en estos versículos que el Señor Jesús vendrá nuevamente en los últimos días y expresará la verdad, haciendo una etapa de obra para juzgar y purificar a la humanidad, salvándonos completamente del pecado, permitiéndonos escapar de la esclavitud del pecado, y haciéndonos finalmente compatibles con Dios. Nos convertiremos en personas que temen a Dios y se someten a Él. El logro de tal resultado debe alcanzarse por la obra de juicio de Dios en los últimos días. Solo a través del juicio y la revelación de la palabra de Dios podemos entender la verdad de nuestra corrupción por parte de Satanás, así como nuestras naturalezas y esencias; sólo entonces podremos entender la justicia, la majestad y el carácter inviolable de Dios. Solo entonces podremos tener un verdadero remordimiento y arrepentimiento, y la resolución de despreciar a la carne y abandonar a Satanás. Entonces podremos desarrollar un corazón temeroso de Dios; podremos romper completamente con la influencia maligna de Satanás, volvernos completamente a Dios y ser ganados por Él. A medida que nuestra comprensión de la verdad se profundiza, nos someteremos más y más a Dios y cada vez practicaremos más la verdad. De esta manera, antes de que nos demos cuenta, desecharemos completamente el pecado y seremos purificados. Solo entonces podremos alcanzar la salvación completa y entrar en el reino de Dios. Está claro que sólo cuando aceptemos el juicio y el castigo de las palabras de Dios en los últimos días podremos entender la verdad, conocer a Dios, liberarnos completamente de la influencia de Satanás y deshacernos de su carácter corrupto. Entonces podremos vivir por la verdad y por la palabra de Dios; este es el verdadero significado de la salvación completa. Esto requiere que oremos más con respecto a dar la bienvenida al regreso del Señor, buscarlo con humildad y escuchar atentamente “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice á las iglesias” (Apocalipsis 2:7). Solo entonces podremos dar la bienvenida a la aparición de Dios, experimentar la obra de juicio de Dios en los últimos días, ser purificados y ser completamente salvos. Gracias al Señor, ¡que la salvación del Señor en los últimos días nos llegue pronto!

Fuente: Evangelio de la Fuente de la Vida

Recomendación: Palabra de Dios

 

 


En el segundo día, la autoridad de Dios organiza las aguas

2019-06-19 23:45:22 | Palabra de Dios

Leamos el segundo pasaje de la Biblia: “Y Dios dijo: Que haya firmamento entre las aguas, y que se dividan las aguas de las aguas. Y Dios hizo el firmamento, y dividió las aguas que estaban bajo el firmamento de las aguas que estaban sobre el firmamento; y así sucedió” (Génesis 1:6-7). ¿Qué cambios se produjeron después de que ordenase “Que haya firmamento entre las aguas, y que se dividan las aguas de las aguas”? Las Escrituras dicen: “Y Dios hizo el firmamento, y dividió las aguas que estaban bajo el firmamento de las aguas que estaban sobre el firmamento”. ¿Cuál fue el resultado después de que Dios hubiese hablado y realizado esto? La respuesta se encuentra en la última parte del pasaje: “y así sucedió”.

Estas dos breves frases registran un acontecimiento magnífico, y describen una escena maravillosa: el tremendo proyecto en el que Dios gobernó las aguas, y creó un espacio en el que el hombre pudiera existir…

 

En esta imagen, las aguas y el firmamento aparecen ante los ojos de Dios en un instante, y Él los divide con la autoridad de Sus palabras; se separan arriba y abajo en la forma designada por Él. Es decir, el firmamento creado por Dios no sólo cubría las aguas abajo, sino que también sustentaba las aguas arriba… En esto, el hombre no puede evitar limitarse a mirar fijamente, estupefacto, y gritar de admiración ante el esplendor de la escena en la que el Creador transfirió las aguas, mandó sobre ellas, y creó el firmamento, por el poder de Su autoridad. A través de Sus palabras, Su poder, y Su autoridad, Dios logró otra gran proeza. ¿No es esto el poder de la autoridad del Creador? Utilicemos las Escrituras para explicar los hechos de Dios: Él pronunció Sus palabras y, por ellas, se creó un firmamento en medio de las aguas. Al mismo tiempo por estas palabras divinas se produjo un cambio tremendo en aquel espacio, y no fue un cambio en el sentido ordinario, sino una especie de sustitución en la que la nada se convirtió en algo. Nació de los pensamientos del Creador, y surgió de la nada por las palabras que el Creador pronunció. Además, desde ese momento en adelante existiría y permanecería, por causa del Creador, y cambiaría, se transformaría, y renovaría de acuerdo con Sus pensamientos. Este pasaje describe el segundo acto del Creador en Su creación de la totalidad del mundo. Fue otra expresión de Su autoridad y Su poder, así como otro proyecto pionero Suyo. Ese día fue el segundo día que el Creador había pasado desde la fundación del mundo, y fue otro día maravilloso para Él: caminó en medio de la luz, trajo el firmamento, organizó y gobernó las aguas, y Sus hechos, Su autoridad, y Su poder se pusieron a trabajar en el nuevo día…

¿Había un firmamento en medio de las aguas antes de que Dios pronunciara Sus palabras? ¡Por supuesto que no! ¿Y después de que Dios ordenara “Que haya firmamento entre las aguas”? Apareció lo que Dios tenía en mente; hubo un firmamento en medio de las aguas, y estas se separaron porque Dios mandó “y que se dividan las aguas de las aguas”. De esta forma, siguiendo las palabras de Dios, dos nuevos objetos, dos cosas recién nacidas aparecieron entre todas las demás como resultado de la autoridad y del poder de Dios. ¿Cómo os sentís por la aparición de estas dos nuevas cosas? ¿Sentís la grandeza del poder del Creador? ¿Sentís la fuerza única y extraordinaria del Creador? La grandeza de semejante fuerza y poder se debe a la autoridad de Dios, que es una representación y una característica única de Dios mismo.
¿Os ha proporcionado este pasaje otro sentido profundo de la singularidad de Dios? Sin embargo, esto está lejos de ser suficiente; la autoridad y el poder del Creador van más allá. Su singularidad no se debe simplemente a que Él posea una esencia diferente a la de cualquier criatura, sino también a que Su autoridad y Su poder son extraordinarios, ilimitados, superlativos para todos, y están por encima de todos. Además, Su autoridad, así como lo que Él tiene y es pueden crear vida, producir milagros, pueden crear todos y cada uno de los espectaculares y extraordinarios minutos y segundos, y, al mismo tiempo, Él es capaz de dominar la vida que crea, y ser Soberano sobre los milagros, y sobre todos y cada uno de los minutos y segundos creados por Él.

Fuente: Evangelio de la Fuente de la Vida

Recomendación: Palabras de Dios 


Canción cristiana | Cómo Dios gobierna sobre todas las cosas

2019-06-18 22:15:28 | Música de Alabanza

 

 Canción cristiana | Cómo Dios gobierna sobre todas las cosas

I
Desde que entraste llorando a este mundo,
comenzaste a cumplir tu deber.
En el plan y en el orden de Dios,
asumiste tu rol e iniciaste el viaje de la vida.
Sea cual sea tu pasado y el viaje que está ante ti,
nadie puede escapar del orden de Dios y del plan que el cielo trazó,
nadie tiene el control de su destino,
pues sólo Él, que rige sobre todo tiene el poder de hacerlo.

II
Desde que comenzó la humanidad,
Dios ha sido firme en Su obra, gobernando este universo,
dirigiendo el devenir y el movimiento de todas las cosas.
Como todas las cosas, el hombre, en silencio y sin saberlo,
recibe de Dios el alimento de la dulzura, la lluvia y el rocío.
El hombre vive sin saberlo bajo el orden de la mano de Dios.

III
El corazón y el espíritu del hombre están en la mano de Dios,
y cada paso del hombre es contemplado por Dios.
Aunque tú lo creas o no,
como todas las cosas, vivas o muertas,
cambiarán, se renovarán y desaparecerán
de acuerdo con el pensamiento de Dios.
Así es como Dios gobierna sobre todas las cosas.

Fuente: Evangelio de la Fuente de la Vida

Recomendación:Música de Alabanza  

 


¿Es la mera salvación por la fe un pasaje al reino de los cielos?

2019-06-17 22:26:07 | Películas Evangélicas

 

 ¿Es la mera salvación por la fe un pasaje al reino de los cielos?

¿Exactamente qué clase de persona puede entrar en el reino de los cielos? Algunas personas creen que nuestros pecados son absueltos cuando creemos en el Señor, que una vez estamos salvados, lo estamos para siempre, y esta clase de personas pueden ser arrebatadas y entrar en el reino de los cielos. También están aquellas que creen que aunque nuestros pecados son absueltos cuando creemos en el Señor, seguimos pecando con frecuencia y no hemos alcanzado la santidad, porque en la Biblia se dice que aquellos que no son santos no pueden ver al Señor. Entonces ¿cómo podemos ser arrebatados y entrar en el reino de los cielos si no hemos alcanzado la santidad? ¿Quién tiene razón y quién se equivoca entre estos dos puntos de vista? Tienes que ver el acalorado debate entre las dos partes.

Fuente: Evangelio de la Fuente de la Vida

Recomendación: Reflexiones Cristianas


Dios mismo, el único (II) El carácter justo de Dios (Parte2)

2019-06-16 20:59:56 | Palabra de Dios

 

El contenido del vídeo:
Aunque la ira de Dios está oculta y es desconocida para el hombre, no tolera ofensa La ira de Dios es una salvaguardia para todas las fuerzas justas y todas las cosas positivas
Aunque Satanás parece humano, justo y virtuoso, es cruel y malvado en esencia Uno no debe basarse en la experiencia y la imaginación para conocer el carácter Justo de Dios

Fuente: Evangelio de la Fuente de la Vida

Recomendación: Palabra de Dios


Leer más sobre el carácter justo de Dios:

Dios mismo, el único (II) El carácter justo de Dios (Parte1)


"Donde está mi hogar" Escena 1 - Sólo Dios puede salvar a la humanidad y liberarnos del dolor

2019-06-14 14:25:11 | Películas Evangélicas


¿Por qué existe el sufrimiento en la vida humana? Muchos luchan contra esto sin encontrar jamás la respuesta. Wenya y su familia se encuentran con un cambio imprevisto en sus circunstancias que les hace experimentar todas las vicisitudes de las relaciones humanas. Al final descubren en las palabras de Dios Todopoderoso el origen del sufrimiento vital de las personas y consiguen entender cómo deshacerse del dolor y alcanzar la auténtica felicidad. Este maravilloso fragmento, "Sólo Dios puede salvar a la humanidad y liberarnos del dolor", de la película cristiana "Donde está mi hogar", te ayudará a encontrar la respuesta.

Fuente: Evangelio de la Fuente de la Vida

Recomendación: Reflexiones Cristianas



¿Qué es lo que te ilustra la manera en la que los fariseos trataron las profecías del Mesías?

2019-06-13 21:32:23 | Profecías Bíblicas

 

Cuando nos referimos al nombre Mesías, tendemos a asociarlo de forma natural con Jesucristo. Después de que los Fariseos oyesen las profecías acerca de la llegada del Mesías, emplearon su gran imaginación basándose en el significado literal de las profecías. En sus mentes, como las profecías decían que el Mesías vendría a gobernar, daban por hecho que su porte sería heroico y su aspecto, autoritario. Tendría que ser extraordinario y distinto a los demás; es más, tendría que nacer en un palacio real y tras crecer, sería tan valiente como lo había sido David en las batallas, de modo que guiaría a Su gente para echar a los romanos de Israel, acabando así con el sufrimiento de ser gobernado por los romanos.

 

 

Sin embargo, cuando llegó Jesucristo, no le llamaban el Mesías, ni nació en un palacio como se habían imaginado, sino que nació en un pesebre y vivió en el hogar humilde de un carpintero. Su aspecto externo no era tan majestuoso ni extraordinario como el que se habían imaginado los Fariseos, sino que era normal y corriente. No guió a los israelitas para derrocar el gobierno de los romanos, sino que caminó entre la gente, predicando la senda de arrepentirse y enseñándoles a practicar el perdón y la tolerancia y el amarse los unos a los otros como a sí mismos. Cuando este Mesías corriente y práctico apareció entre los israelitas y no fue compatible con las ideas e imaginaciones de los Fariseos, no lo pudieron aceptar, y se aferraron obstinadamente a sus propias ideas e imaginaciones, y no trataron de escuchar la voz de Dios con corazón humilde. El resultado fue que, basándose en la excusa de que Jesucristo decía que Él era el Hijo de Dios, Lo crucificaron, cometiendo un pecado atroz, ofendiendo el carácter justo de Dios, y fueron sometidos al castigo de Dios: la destrucción de Israel.

Algunas personas reaccionaron de la manera opuesta. Habían estado llenos de fantasías con lo que respectaba a la llegada del Mesías, pero cuando Jesucristo llegó a llevar a cabo Su obra, reconocieron a través de las palabras y la obra de Jesucristo, que Él era el Mesías anunciado, a pesar de que Su aspecto no se ajustaba a sus ideas e imaginaciones. Por ejemplo: La Samaritana supo que Jesucristo era el Mesías cuando Jesucristo contó todos sus secretos, porque ella sabía que tan sólo Dios conoce las profundidades del corazón humano. Natanael supo que Él era el Mesías después de que Jesucristo contó lo que él había hecho bajo la higuera. Además, Pedro, Juan y otros discípulos fueron capaces de apartar a un lado su propia imaginación, y buscaron prácticamente e investigaron la obra y las palabras de Jesucristo, a través de lo cual reconocieron la voz de Dios y confirmaron que Jesucristo era el Mesías. Fue así como siguieron a Jesucristo y recibieron al final Su salvación y Su bendición.

Ahora en los últimos días, hemos estado esperando el regreso de Jesucristo, al igual que los Israelitas esperaron en Su día al Mesías. La Biblia profetiza: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3:20). “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando El, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir” (Juan 16:12-13). Y en el Libro de las Revelaciones también hay varias menciones: “‘El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias’” (Apocalipsis 3:22). Y “Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; [...]” (1 Pedro 4:17). “El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, ésa lo juzgará en el día final” (Juan 12:48).

Vemos claramente en estas profecías que cuando Jesucristo regrese, hablará y pronunciará Sus palabras. Las ovejas de Dios podrán oír la voz de Dios. Cuando oigan la voz de Dios, saldrán a recibirle y así podrán presentarse ante Dios. Ahora, las profecías acerca del regreso de Jesucristo ya se han prácticamente cumplido y mucha gente da abiertamente testimonio de ello en Internet, que Jesucristo ha vuelto y ha dado un paso en la obra de juzgar, castigar y purificar a la gente. Viendo todo esto, ¿cómo deberíamos tratar las profecías acerca de la llegada de Jesucristo? ¿Qué actitud deberíamos adoptar con respecto al recibimiento de Su vuelta en los últimos días para evitar seguir por la senda del fracaso de los Fariseos?

(Traducido del original en inglés al español por Eva Trillo )

Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.

Fuente: Evangelio de la Fuente de la Vida

Recomendación: La segunda venida de Cristo


¿Es la mera salvación por la fe un pasaje al reino de los cielos?

2019-06-12 21:19:20 | Películas Evangélicas


Escena 1 - ¿Es la mera salvación por la fe un pasaje al reino de los cielos?

¿Exactamente qué clase de persona puede entrar en el reino de los cielos? Algunas personas creen que nuestros pecados son absueltos cuando creemos en el Señor, que una vez estamos salvados, lo estamos para siempre, y esta clase de personas pueden ser arrebatadas y entrar en el reino de los cielos. También están aquellas que creen que aunque nuestros pecados son absueltos cuando creemos en el Señor, seguimos pecando con frecuencia y no hemos alcanzado la santidad, porque en la Biblia se dice que aquellos que no son santos no pueden ver al Señor. Entonces ¿cómo podemos ser arrebatados y entrar en el reino de los cielos si no hemos alcanzado la santidad? ¿Quién tiene razón y quién se equivoca entre estos dos puntos de vista? Tienes que ver el acalorado debate entre las dos partes.

Fuente: Evangelio de la Fuente de la Vida

Recomendación:Reflexiones Cristianas


 


Película evangélica "El misterio de la piedad: la continuación" Escena 3

2019-06-11 15:05:47 | Películas Evangélicas


La diferencia entre la humanidad normal de Cristo y la humanidad de la humanidad corrupta

Dios se encarna para salvar al hombre y, en apariencia, Dios encarnado es una persona corriente. ¿Pero conocen ustedes la diferencia esencial entre la humanidad normal de Dios encarnado y la humanidad de los seres humanos corruptos? Dios Todopoderoso dice: "La carne vestida por el Espíritu de Dios es la propia carne de Dios. El Espíritu de Dios es supremo; Él es todopoderoso, santo y justo. Así, de igual forma, Su carne también es suprema, todopoderosa, santa y justa… Por lo tanto, a pesar del hecho de que el hombre y Cristo moran dentro del mismo espacio, es sólo el hombre quien es dominado, usado y entrampado por Satanás. En contraste, Cristo es eternamente inmune a la corrupción de Satanás porque Satanás nunca será capaz de ascender al lugar del altísimo y nunca será capaz de acercarse a Dios".

Fuente: Evangelio de la Fuente de la Vida

Recomendación: Reflexiones Cristianas


¿Está el reino de los cielos en el cielo o en la tierra?

2019-06-10 15:15:11 | Películas Evangélicas

 

Mucha gente que tiene fe en el Señor cree que el reino de los cielos está en el cielo. ¿Es ese el caso? La oración del Señor dice: "[…] Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo" (Mateo 6:9-10). Apocalipsis dice: "[…] El reino del mundo ha venido a ser el reino de nuestro Señor y de su Cristo[…]" (Apocalipsis 11:15). "[…] La ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios […] el tabernáculo de Dios está entre los hombres […]" (Apocalipsis 21:2-3). Entonces, ¿está el reino de los cielos en el cielo o en la tierra?

Scripture quotations taken from LBLA Copyright by The Lockman Foundation.  

Fuente: Evangelio de la Fuente de la Vida

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