Seguir a Dios

El amor de Dios es la fortaleza de mi vida

El Amor de Dios Está escondido en las Pequeñas Plantas

2019-11-19 23:16:48 | Estudiar la Biblia

La naturaleza despierta en primavera. Los pastos, se asoman sobre la tierra silenciosamente, los árboles dan sus hojas que se balancean con gracia con el viento; varias flores despliegan su esplendor, compitiendo por atención. ¡Qué escenario tan impresionante! Tal vez, su corazón es cautivado por esas flores, o incluso más atraído por una hermosa vista en algún lugar, negándose a alejarse de él. Sin embargo, me pregunto si habrás notado algunas plantas creciendo en las esquinas. Aunque no son muy especiales, poseen efectos maravillosos que nos ayudan en la cura de enfermedades o daños a la salud.

Recuerdo cuando era niña, que una vez estaba jugando con mis dos hermanos bajo un árbol de albaricoque. Mientras corríamos y brincábamos, golpeamos un panal de avispas. Las avispas se enfadaron y comenzaron a perseguirnos. Mi hermano menor corrió muy lento y lo alcanzaron a picar y le salieron varios bultos en la cabeza, las heridas fueron tan graves que se mantuvo gritando y llorando durante un rato. Desesperado, pensé en un remedio popular que mi abuelo nos había enseñado. Así que tomé verdolagas de un lado de la carretera, sacudí la tierra que tenían y tomé algunas limpias y las aplasté con una roca, y entonces me apresuré a aplicárselo en los bultos de la cabeza a mi hermano. Con su particular efecto de eliminar las toxinas, la hinchazón en su cabeza pronto se redujo. Mi hermano paró de llorar. Después de que jugáramos un rato nuevamente, él se lavó la verdolaga y descubrimos que los bultos en su cabeza se habían vuelto simples puntos rojos muy pequeños.

Aún hay muchas plantas con propiedades milagrosas como esta, tales como el Popoding, también conocido como Diente de león. Tiene los efectos de inhibir la calentura, aliviar el dolor y remover la estasis. Si sufrimos de fiebre y tenemos forúnculos o pústulas en el cuerpo, mientras apliques diente de león en la piel y comas un poco al mismo tiempo, los efectos se producirán en tan solo varios días. Existe otra planta, Edangshi, también conocida como Centipeda. Crece a lo largo de los caminos y en los campos, son poco visibles y se encuentra en todas partes. Posee muchos efectos curativos, tales como el alivio de la migraña, rinitis, pólipos nasales, tos ferina y más. Hay muchas pequeñas plantas como esta, y cada una tiene diferentes características curativas para varias enfermedades. Además, un gran número de pequeñas plantas que aún no conocemos nos sirven de forma silenciosa.

Cuando tomamos por hecho la abundancia que el cielo nos otorga, ninguno se ha dado a la tarea de encontrar de dónde vienen estas pequeñas flores y plantas y el por qué tienen tan milagrosos efectos.

Después de que creyera en Dios, leí las palabras de Dios, que dicen: “[...] entre todas las cosas, sean animales, plantas o todo tipo de hierbas, Dios también creó algunas plantas necesarias para curar las lesiones o las enfermedades del cuerpo humano. ¿Qué haces, por ejemplo, si te quemas? ¿Puedes lavar la quemadura con agua? ¿Puedes simplemente buscar un trozo de tela y envolverla? Así podría llenarse de pus o infectarse. ¿Qué haces, por ejemplo, si te quemas accidentalmente con una llama o con agua caliente? ¿Puedes enjuagarte con agua? Por ejemplo, si tienes fiebre, te resfrías, te lesionas a causa del trabajo físico, tienes dolor estomacal por haber comido algo indebido o desarrollas ciertas enfermedades por culpa de hábitos de vida o asuntos emocionales, como enfermedades vasculares, condiciones psicológicas o enfermedades de los órganos internos, existen plantas correspondientes que curan todo esto. Hay plantas que mejoran la circulación de la sangre para eliminar la paralización, plantas que alivian el dolor, que restañan el sangrado, plantas anestésicas, otras que ayudan a las personas a recuperar la normalidad en su piel, que eliminan la hemostasia y otras que eliminan las toxinas del cuerpo. En resumen, pueden usarse todas en la vida cotidiana. Las personas pueden utilizarlas y Dios las ha preparado para el cuerpo humano en caso de que las necesiten. Él permitió que el hombre descubriera algunas de ellas accidentalmente, mientras que otras llegaron a conocerse gracias a ciertos fenómenos o por ciertas personas preparadas por Dios. Tras su descubrimiento, la humanidad las transmitiría, y muchas personas sabrían de las mismas. De esta manera, la creación de estas plantas por Dios tiene valor y sentido. En resumen, todas estas cosas son de Dios y Él las preparó y plantó cuando creó un entorno de vida para la humanidad. Todas estas cosas son muy necesarias. ¿No demuestra esto que cuando Dios creó los cielos, la tierra y todas las cosas, Sus consideraciones fueron mejor concebidas que las de la humanidad? Cuando ves todo lo que Dios ha hecho, ¿puedes sentir el lado práctico de Dios? Él obró en secreto. Cuando el hombre aún no había llegado a este mundo, antes de entrar en contacto con esta humanidad, Dios ya había creado todo esto. Todo lo que hizo fue por el bien de la humanidad, por el bien de su supervivencia, y por la consideración de su existencia, de forma que el hombre pudiese vivir en este mundo material rico y abundante que Dios preparó para él y, por tanto, vivir felizmente sin tener que preocuparse por la comida o la ropa, y sin que le falte de nada. La humanidad sigue reproduciéndose y sobreviviendo en ese entorno, [...]”.
Solamente a través de las palabras de Dios, pude comprender que todas estas hierbas, fueron creadas por Dios, y tales efectos milagrosos les son otorgados por Dios, más que simplemente hayan sido creadas por la naturaleza. Las farmacias venden tipo de medicinas, algunas en capsulas, otras en pastillas, pero parte de los ingredientes dentro de ellas son extraídos de varias plantas, tales como, Salvia roja, Campanilla, Níspero, Angélica, raíz de Hong Fennel, raíz de Cola de caballo, Pueraria, Zarzaparrilla, Planta China, y muchas más. Difieren la una a la otra por sus efectos: Unas pueden usarse para reducir la inflamación; algunas para aliviar la tos; algunas son muy efectivas en curar las heridas, en aliviar los músculos y activar colaterales; y algunos pueden sanar hematomas internos y traumas, y mucho más. Todos estos efectos son inseparables de todo tipo de plantas que Dios ha creado.

Al inicio, cuando Dios creó el cielo y la Tierra y todas las cosas, Él preparó todo para nosotros la humanidad. Para que continuáramos existiendo pacíficamente, saludables y felices, Dios realizó planes meticulosos en todo aspecto. Él no solo nos otorgó sustento diario, sino que Él preparó varias plantas que son necesarias para curar nuestras enfermedades. Dios pagó un precio alto por nosotros. Pensando en las pequeñas plantas medicinales que conozco o he usado, veo que dentro de estas pequeñas flores y plantas se encuentra el cuidado y aprecio de la humanidad de Dios, y que también dan testimonio de las maravillosas obras de Dios de Su creación de todas las cosas. Solamente cuando venimos al encuentro del Creador y leemos Sus palabras, podemos descubrir más de las maravillosas acciones de Dios y experimentar Su verdadero amor por la humanidad

 

Fuente: Caminando con Jesucristo


La aparición de Dios ha traído una nueva época

2019-08-29 20:21:10 | Estudiar la Biblia

El plan de gestión de seis mil años de Dios está llegando a su fin y la puerta del reino se ha abierto a todos aquellos quienes buscan la aparición de Dios. Queridos hermanos y hermanas, ¿qué estáis esperando? ¿Qué es lo que buscáis? ¿Estáis esperando la aparición de Dios? ¿Estáis buscando las huellas de Dios? ¡Cómo se anhela la aparición de Dios! ¡Y qué difícil es encontrar las huellas de Dios! En una época como esta, en un mundo como este, ¿qué debemos hacer para contemplar el día de la aparición de Dios? ¿Qué debemos hacer para seguir las huellas de Dios? A estas preguntas se enfrentan todos los que esperan la aparición de Dios. Vosotros las habéis considerado en más de una ocasión, pero ¿con qué resultado? ¿En dónde se aparece Dios? ¿Dónde están las huellas de Dios? ¿Habéis obtenido las respuestas? La respuesta de muchas personas sería esta: Dios se aparece entre los que lo siguen, y sus huellas están entre nosotros; ¡así de sencillo! Cualquiera puede ofrecer una respuesta formulista, pero, ¿entendéis vosotros qué es la aparición de Dios, y cuáles son las huellas de Dios? La aparición de Dios se refiere a Su llegada personal a la tierra para hacer Su obra. Con Su propia identidad y carácter, y con Su método inherente, Él desciende entre los hombres para llevar a cabo la obra de comenzar una época y terminar otra. Esta clase de aparición no es una especie de ceremonia. No es una señal, un cuadro, un milagro o una gran visión y mucho menos una clase de proceso religioso. Es un hecho real y verdadero que se puede tocar y contemplar. Esta clase de aparición no es en aras de seguir un proceso o en aras de un trabajo a corto plazo; es, para ser más precisos, en aras de una etapa en la obra de Su plan de gestión. La aparición de Dios siempre es significativa y siempre se conecta con Su plan de gestión. La “aparición” a la que se refiere aquí es completamente diferente a la “aparición” de la guía, dirección y esclarecimiento de Dios para el hombre. Cada vez que Él se revela, Él lleva a cabo una etapa de la gran obra. Esta obra es diferente de la de cualquier otra época. Para el hombre es inimaginable y él nunca la ha experimentado. Es una obra que da inicio a una nueva época y termina con la vieja época, y es una forma nueva y mejorada de obrar para la salvación de la humanidad; más aún, es una obra para llevar a la humanidad a una nueva época. Este es el significado de la aparición de Dios.

Al mismo tiempo que comprendéis la aparición de Dios, ¿cómo debéis buscar las huellas de Dios? Esta pregunta no es difícil de explicar: en donde esté la aparición de Dios, se va a encontrar las huellas de Dios. Tal explicación suena muy sencilla, pero no es tan fácil de hacer porque muchas personas no saben en dónde se revela Dios, mucho menos en dónde está dispuesto a revelarse o en dónde debería revelarse. Algunos irreflexivamente creen que donde está la obra del Espíritu Santo, ahí está la aparición de Dios. O también creen que donde hay figuras espirituales, ahí está la aparición de Dios. O si no, creen que en donde las personas son bien conocidas, ahí está la aparición de Dios. Por el momento, no deliberemos sobre si tales creencias son correctas o están equivocadas. Para explicar tal cuestión debemos primero ser claros acerca del objetivo: estamos buscando las huellas de Dios. No estamos buscando figuras espirituales, ni mucho menos estamos siguiendo figuras famosas; estamos siguiendo las huellas de Dios. Así, ya que estamos buscando las huellas de Dios, debemos buscar la voluntad de Dios, las palabras de Dios, las declaraciones de Dios, porque donde están las nuevas palabras de Dios, ahí está la voz de Dios, y donde están las huellas de Dios, ahí están los hechos de Dios. Donde está la expresión de Dios, ahí está la aparición de Dios, y donde está la aparición de Dios, ahí existe la verdad, el camino y la vida. Mientras buscabais las huellas de Dios, ignorasteis las palabras que dicen que “Dios es la verdad, el camino y la vida”. Y es que, cuando muchas personas reciben la verdad, no creen que han encontrado las huellas de Dios y mucho menos reconocen la aparición de Dios. ¡Qué error tan grave es ese! La aparición de Dios no se puede reconciliar con las nociones del hombre; mucho menos puede Dios aparecer por orden del hombre. Dios hace Sus propias elecciones y tiene Sus propios planes cuando hace Su obra; más aún, Él tiene Sus propios objetivos y Sus propios métodos. No es necesario que Él discuta con el hombre la obra que Él hace, ni que busque el consejo del hombre, ni mucho menos que les notifique de Su obra a cada una de las personas. Este es el carácter de Dios y, además, todos lo deben reconocer. Si queréis presenciar la aparición de Dios, si queréis seguir las huellas de Dios, entonces debéis primero trascender vuestras propias nociones. No debes demandar que Dios haga esto o aquello; mucho menos debes colocarlo dentro de tus propios confines y limitarlo a tus propias nociones. En cambio, debéis preguntar cómo debéis buscar las huellas de Dios, cómo debéis aceptar la aparición de Dios, y cómo os debéis someter a la nueva obra de Dios; eso es lo que el hombre debe hacer. Siendo que el hombre no es la verdad, y que no posee la verdad, el hombre debe buscarla, aceptarla y obedecerla.

Independientemente de si eres norteamericano, británico o de cualquier otra nacionalidad, debes ir más allá de tus propios límites, debes superarte, y debes ver la obra de Dios como una criatura de Dios. De esta manera, no pondrás restricciones a las huellas de Dios. Porque en el día de hoy, mucha gente considera que es imposible que Dios aparezca en cierto país o nación. ¡Qué profundo es el significado de la obra de Dios y qué importante es la aparición de Dios! ¿Cómo podrán medirlos la noción y el pensamiento del hombre? Y por eso digo que debes romper tus nociones de la nacionalidad o etnicidad para buscar la aparición de Dios. De esta manera, no estarás restringido por tus nociones; de esta manera, estarás calificado para darle la bienvenida a la aparición de Dios. De otro modo, siempre vas a estar en la oscuridad y nunca vas a obtener la aprobación de Dios.

Dios es el Dios de toda la humanidad. Él no se hace la propiedad privada de ningún país o nación, y hace la obra de Su plan sin restricciones de ninguna forma, país o nación. Tal vez nunca has imaginado algo así, o tal vez niegas su existencia, o tal vez el país o nación en el que Dios aparezca es discriminado y el menos desarrollado de la tierra. Con todo, Dios tiene Su sabiduría. Con Su poder y por medio de Su verdad y carácter Él ha ganado realmente a un grupo de personas que son de un mismo sentir con Él. Y Él ha ganado a un grupo de personas que soporte pruebas agonizantes y todas las formas de persecución, y que lo pueda seguir hasta el final. El objetivo de la aparición de Dios, libre de las limitaciones de cualquier especie o país, es para que Él sea capaz de completar la obra de Su plan. Por ejemplo, cuando Dios se hizo carne en Judea, Su objetivo fue completar la obra de la crucifixión para redimir a toda la humanidad. Sin embargo, los judíos creyeron que era imposible que Dios hiciera esto, y pensaron que era imposible que Dios se hiciera carne y asumiera la forma del Señor Jesús. Su “imposible” se convirtió en la base por medio de la cual condenaron a Dios y se opusieron a Él y, finalmente, ello llevó a la destrucción de Israel. Hoy en día, muchas personas han cometido tal error. Proclaman sin restricciones la inminente aparición de Dios, sin embargo, también condenan Su aparición; su “imposible” una vez más confina la aparición de Dios dentro de los límites de su imaginación. Y así he visto a mucha gente caerse de la risa al toparse con las palabras de Dios. ¿Acaso es esta “risa” diferente a la condena y blasfemia de los judíos? No sois devotos en enfrentar la verdad y mucho menos anheláis la verdad. Sólo estudiáis a ciegas y esperáis con indiferencia. ¿Qué podéis ganar de estudiar y esperar así? ¿Podéis recibir la guía personal de Dios? Si no puedes discernir las declaraciones de Dios, ¿cómo puedes estar calificado para presenciar la aparición de Dios? Donde Dios aparece, ahí está la expresión de la verdad y ahí está la voz de Dios. Sólo los que pueden aceptar la verdad pueden escuchar la voz de Dios y están calificados para presenciar la aparición de Dios. ¡Haz a un lado tus nociones! Tranquilízate y lee con cuidado estas palabras. Si anhelas la verdad, Dios te esclarecerá para entender Su voluntad y Sus palabras. ¡Haced a un lado vuestras opiniones de lo que es “imposible”! Cuanto más crea la gente que algo es imposible, es más factible que ocurra, porque la sabiduría de Dios se eleva más alto que los cielos, los pensamientos de Dios son más altos que los pensamientos del hombre, y la obra de Dios trasciende los límites del pensamiento y la noción del hombre. Cuanto más imposible sea algo, más se debe buscar la verdad; cuanto más allá de la noción y la imaginación del hombre esté algo, más contiene la voluntad de Dios. Porque no importa dónde se revele Dios, Dios sigue siendo Dios y Su esencia nunca cambiará, no importa la ubicación o forma de Su aparición. El carácter de Dios permanece igual independientemente de en dónde estén Sus huellas. No importa dónde estén las huellas de Dios, Él es el Dios de toda la humanidad. Por ejemplo, el Señor Jesús no es sólo el Dios de los israelitas, sino que también es el Dios de toda la gente de Asia, Europa y América y, más aún, el único Dios en todo el universo. ¡Así que busquemos la voluntad de Dios y descubramos Su aparición por Sus declaraciones, y sigamos Sus huellas! Dios es la verdad, el camino y la vida. Sus palabras y Su aparición existen simultáneamente y Su carácter y Sus huellas siempre van a estar accesibles a la humanidad. Queridos hermanos y hermanas, espero que podáis ver la aparición de Dios en estas palabras, y que comencéis a seguir Sus huellas hacia la nueva época y hacia un hermoso nuevo cielo y una hermosa nueva tierra preparada para los que esperan la aparición de Dios.

Fuente: Caminando con Jesucristo


Cuatro claves para hacer la lectura de la Biblia efectiva y agradable

2019-08-21 21:01:44 | Estudiar la Biblia

Como cristiano, leer la Biblia es uno de los contenidos necesarios de las devociones espirituales. Entonces, ¿Qué debemos hacer para sacar más provecho de la lectura de la Biblia? Tomar los cuatro elementos clave le permitirá obtener una cosecha inesperada.

1. Leer la palabra presente de Dios

La palabra presente de Dios representa Su última obra y Él nos proveyó con estas palabras de acuerdo con nuestras necesidades actuales. Si seguimos Sus palabras, podremos recibir Su alabanza. Al igual que durante la era del Antiguo Testamento Jehová Dios estableció las leyes: “ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe” (Éxodo 21:24-25). Pero cuando Jesucristo vino a realizar su obra, de acuerdo con las necesidades de esas personas en ese momento, Él les otorgó los principios prácticos más apropiados, “Amaras a tu projimo y odiarás a tu enemigo. Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen” (Mateo 5:43-44). Si la gente, en ese momento continuaba practicando la palabra de Dios en la época de la Ley, podrían no obtener la aprobación de Dios. Porque Dios había expresado nuevas palabras y realizado Su nueva obra. La profecía en el Apocalipsis ha aparecido muchas veces, “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”. En los últimos días, cuando el Señor regrese, Él también dirá nuevas palabras. Si Podemos leer las palabras recientes de Dios, entonces seremos seguidores cercanos de las huellas del Cordero. Solo de esta forma podremos tener la aprobación de Dios.

2. Dirigirse al problema práctico para leer la Biblia

Todos los días nos encontramos en todo tipo de situaciones. Si leemos la Biblia siguiendo el orden prescrito, entonces cumpliremos de alguna manera las reglas, pero no lograremos fácilmente bueno resultados. En cambio, si leemos la Biblia dirigida hacia nuestros problemas, entonces podemos ser enriquecidos y guiados con las palabras de Dios y hace que nuestras dificultades sean solucionadas, porque la palabra de Dios provee la lámpara a mis pies y la luz en mi camino. Por ejemplo, en la vida real, la dificultad con la que nos encontramos es que cuando nos relacionamos con los demás, no tenemos indulgencia ni paciencia, entonces debemos leer las palabras del Señor en ese aspecto, tal como Él dijo, “¿Y por qué miras la mota que está en el ojo de tu hermano, y no te das cuenta de la viga que está en tu propio ojo?” (Mateo 7:3). “No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete” (Mateo 18:22). Si por casualidad encontramos un versículo para leer, esto no va a resolver nuestro problema. Por lo tanto, también es especialmente importante leer la Biblia enfocándonos directamente a los problemas prácticos que enfrentamos.


Cuando leemos la Biblia y no oramos a Dios ni tratamos de entender Sus palabras a través de nuestros corazones, entonces sólo recordaremos algunos capítulos y versículos y solo conoceremos el significado superficial de las escrituras, pero no entenderemos el significado implícito, mucho menos conoceremos la voluntad de Dios en Sus palabras. Así que no sabremos cómo practicar Sus palabras. Por lo tanto, para sacar mayor provecho de la lectura de la Biblia, tenemos que practicar ponernos en silencio ante Dios, usando nuestros corazones para orar y reflexionar sobre Sus palabras. Por ejemplo, Jesucristo dijo: “En verdad os digo que si no os convertís y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos” (Mateo 18:3). Si no ponderamos el significado espiritual de la palabra, sino que solo apreciamos la comprensión superficial pensaremos que Dios quiere que seamos como niños pequeños. Pero no sabremos cómo ser así, de manera que todavía no tenemos forma para practicar. Por el contrario, si meditamos la palabra del Señor a través de las oraciones, nos damos cuenta de que el convertirse en niños pequeños debe referirse a ser honesto, inocente, abierto, liberado y sin ninguna restricción, es decir parecerse a una persona honesta. Solo los hombres con honestidad pueden ser salvados por Dios. Cuando ponemos la palabra de Dios en nosotros mismos, podemos encontrar que a menudo mentimos y no nos abrimos a los demás. Y esto nos impulsará a practicar la palabra del Señor y a convertirnos en personas honestas gradualmente. Así que, al leer la Biblia, debemos tratar cuidadosamente de entender la palabra de Dios. Solo haciendo esto, podemos lograr los resultados, de lo contrario, lo que tendremos son solo palabras y doctrinas para siempre y no puede convertirse en nuestra vida.

4. Conocer la disposición de Dios en Su palabra

Leyendo la Biblia, no solo necesitamos ponderar el significado espiritual de la palabra de Dios cuidadosamente, si no que necesitamos conocer y entender la disposición de Dios en Su palabra. Vamos a tomar la palabra de Jesucristo como un ejemplo otra vez, “En verdad os digo que si no os convertís y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos” (Mateo 18:3). Después de tratar de entender cuidadosamente esta palabra de Jesucristo, sabremos que a Dios le agradan los hombres honestos, aquellos que muestran que la sustancia de Dios es digna de confianza y solo siendo hombres honestos podemos entrar en el reino de los cielos. De esto, podemos ver que la disposición de Dios es justa y santa. Una vez que lo conozcamos, tendremos un corazón reverente para Dios y practicaremos de acuerdo con Su palabra. Y ya no vamos a aferrarnos a nuestra imaginación ni creemos que al apegarnos al nombre del Señor o a través del trabajo, podemos entrar en el reino de los cielos. ¡Por lo tanto, es muy importante para nosotros conocer la disposición de Dios en Su palabra!

Todo lo anterior corresponde a los cuatro elementos clave para la lectura de la Biblia. Y espero que te pueda dar algo de ayuda en tu lectura de la Biblia y de las devociones espirituales. ¡Que Dios nos guíe para esforzarnos más en Su palabra, de manera que nuestra vida pueda progresar más rápidamente!

(Traducido del original en inglés al español por Xinia Arias Quirós)

Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.


El misterio del reino de Dios oculto en el Padre Nuestro

2019-06-13 20:44:54 | Estudiar la Biblia

Muchos cristianos creen que el reino de los cielos está en el cielo, pero el Padre Nuestro dice: “Venga tu reino. Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo” (Mateo 6:10). Y el Libro del Apocalipsis también dice: “[...] El reino del mundo ha venido a ser el reino de nuestro Señor y de su Cristo; y El reinará por los siglos de los siglos” (Revelation 11:15). Entonces, ¿el reino de los cielos está en el cielo o en la tierra? En este artículo, revelamos la respuesta para usted.

¿El Reino de Dios está en el cielo o en la tierra?

En las reuniones, a menudo escucho decir a mi pastor: “En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no fuera así, os lo hubiera dicho; porque voy a preparar un lugar para vosotros. Y si me voy y preparo un lugar para vosotros, vendré otra vez y os tomaré conmigo; para que donde yo estoy, allí estéis también vosotros” (Juan 14:2-3). “Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la ciudad santa, Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, […] Las doce puertas eran doce perlas; cada una de las puertas era de una sola perla; y la calle de la ciudad era de oro puro, como cristal transparente” (Apocalipsis 21:10, 21). Y pasajes similares de las Escrituras que nos dicen que el Señor ha ido a preparar un lugar para nosotros y que, cuando Él regrese, todos seremos arrebatados directamente al cielo para disfrutar de las perlas y el oro del cielo, y que debemos esperar y orar con seriedad y con frecuencia para no quedarnos atrás cuando el Señor regrese...

Después de escuchar las palabras de mi pastor, solía llenarme de anhelo por el reino de los cielos. Pensaba que, en todo mi tiempo en la tierra, nunca había visto oro ni perlas de las cuales hablar, así que realmente quería ver cómo es el reino de los cielos. A veces también me imaginaba que estaría un día allí, de pie en el reino de los cielos, mirando el oro y el esplendor que me rodeaba, el oro chispeante brillando en mis ojos, y por todas partes por las que yo caminaba, se oía el sonido crujiente del pavimento dorado y mis zapatos chocando, y ni una mota de polvo en el aire ... ¡Esa sería verdaderamente una vida celestial! Cuanto más pensaba en ello, más esperaba que el Señor regresara y nos arrebatara al cielo para poder disfrutar de su belleza. Esto se convirtió en el centro de la mayoría de mis oraciones al Señor.

Un día, recité el Padre Nuestro: “Venga tu reino. Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo” (Mateo 6:10). Comencé a contemplar las palabras del Señor y me confundí: la intención de Dios es que oremos para que el reino de Dios aparezca en la tierra, entonces, ¿por qué el pastor dice que el Señor nos arrebatará directamente al cielo cuando Él regrese? Los sermones del pastor obviamente entran en conflicto con las palabras del Señor. ¿Por qué?

El misterio del reino de Dios es revelado

Un día, uno de mis colegas me llevó a unirme a un pequeño grupo, y una hermana allí habló muy claramente sobre la Biblia, lo cual fue muy esclarecedor para mí. Pensé: “Esta es una oportunidad única, entonces, ¿por qué no buscar respuestas a mi confusión con esta hermana?” Así que le pregunté: “Todos los días nuestro pastor nos dice que esperemos con seriedad y que, cuando el Señor regrese, nos arrebatará al cielo. Pero en el Padre Nuestro, Él nos dice claramente que oremos para que el reino de Dios venga a la tierra, lo cual está en conflicto con la declaración del pastor de que debemos esperar a ser arrebatados al cielo cuando venga el Señor. Entonces, ¿el reino de Dios está en el cielo o en la tierra?”

Ella sonrió y dijo: “Hermano, has hecho una muy buena pregunta y podemos explorar la respuesta juntos. En el Padre Nuestro, el Señor Jesús dice claramente que debemos orar para que el reino de Dios venga a la tierra, y que la voluntad de Dios se haga en la tierra. En ninguna parte se dice que el reino de Dios se establecerá en el cielo. De hecho, el Señor dijo: ‘Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, es decir, el Hijo del Hombre que está en el cielo’ (Juan 3:13). El Señor nos dice claramente que aparte de Dios, ningún hombre ha ascendido al cielo. El cielo es la morada de Dios, y el Señor nos pide que oremos para que el reino de Dios venga a la tierra. Sin embargo, queremos ascender al cielo. ¿No es esto un deseo extravagante? Entonces, el reino de Dios finalmente aparecerá en la tierra, no en el cielo. También podemos ver varios versículos de la Biblia, ‘El séptimo ángel tocó la trompeta, y se levantaron grandes voces en el cielo, que decían: El reino del mundo ha venido a ser el reino de nuestro Señor y de su Cristo; y El reinará por los siglos de los siglos’ (Apocalipsis 11:15). ‘Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, preparada como una novia ataviada para su esposo. Entonces oí una gran voz que decía desde el trono: He aquí, el tabernáculo de Dios está entre los hombres, y El habitará entre ellos y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará entre ellos. El enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas han pasado’ (Apocalipsis 21:2-4). Estos versículos claramente hacen referencia a los hechos que, ‘El reino del mundo ha venido a ser el reino de nuestro Señor y de su Cristo;’ ‘Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios,’ ‘el tabernáculo de Dios está entre los hombres,’ Todo esto indica que el reino de Dios descenderá a la tierra. Si le hacemos caso a nuestra imaginación, creyendo que el reino de Dios está en el cielo y que cuando el Señor venga, nos arrebatará a todos para que vivamos en el cielo, ¿no significa eso que estas profecías no se cumplirán? Todos sabemos que, en el principio, Dios creó al hombre del barro y lo colocó en el Jardín del Edén para cuidar de todas las cosas en la tierra, así como para obedecer, adorar y glorificar a Dios en la tierra, así que podemos ver que la voluntad de Dios es que la humanidad viva en la tierra. Posteriormente, la humanidad fue corrompida por Satanás, y la obra de Dios para salvar a la humanidad se ha llevado a cabo en la tierra. Dios ordenó a Moisés que guiara a los israelitas fuera de Egipto, y esto sucedió en la tierra. El Señor Jesús vino personalmente como carne encarnada para redimir a la humanidad, y eso también ocurrió en la tierra. Entonces, el destino de la humanidad está en la tierra, no en el cielo, y esto fue predeterminado por Dios hace mucho tiempo”.

Después de escuchar sus enseñanzas, me pareció que eran muy prácticas. Su entendimiento encajaba con la Biblia y con las palabras del Señor. En el pasado, yo pensaba que las palabras de mi pastor y las palabras del Señor Jesús estaban en conflicto, pero no entendía la verdad dentro de ellas. Esta conversación me hizo entender que, como en el principio Dios creó a la humanidad en la tierra, toda la obra de Dios para salvar a la humanidad ha tenido lugar en la tierra, y el Señor nos pide que oremos para que el reino de Dios venga a la tierra, y que la voluntad de Dios es que vivamos en la tierra y no que ascendamos al cielo.

Después de eso, mi hermana me leyó estas palabras: “Dios regresará a Su posición original y cada persona regresará al lugar que le corresponde. Estos son los destinos en los que Dios y el hombre, respectivamente, residirán después del fin de toda la gestión de Dios. Dios tiene el destino de Dios y el hombre tiene el destino del hombre. Mientras reposa, Dios seguirá guiando a toda la humanidad en sus vidas sobre la tierra. Mientras está a la luz de Dios, el hombre adorará al único Dios verdadero que está en el cielo. […] Cuando la humanidad entre en el reposo, esto querrá decir que el hombre se ha convertido en una verdadera creación; la humanidad adorará a Dios desde la tierra y tendrá vidas humanas normales. La gente ya no será desobediente a Dios o resistirá a Dios; regresará a la vida original de Adán y Eva. Estas son las respectivas vidas y destinos de Dios y la humanidad después de que entren en el reposo. La derrota de Satanás es una tendencia inevitable en la guerra entre Dios y Satanás. De esta manera, la entrada de Dios en el reposo después que se complete Su obra de gestión y la salvación completa del hombre y su entrada en el reposo se vuelven igualmente tendencias inevitables. El lugar del reposo del hombre es sobre la tierra y el lugar del reposo de Dios es en el cielo. Mientras el hombre reposa adorará a Dios y también vivirá sobre la tierra, y mientras Dios reposa, Él guiará al resto de la humanidad; los guiará desde el cielo, no desde la tierra” (“Dios y el hombre entrarán juntos en el reposo”).

Ella continuó con sus enseñanzas y dijo: “A partir de este pasaje, podemos ver que después de que Dios nos rescate por completo de las manos de Satanás, Él continuará guiando la vida de la humanidad en la tierra, y no nos arrebatará al cielo. A pesar de que todavía viviremos en la tierra, en ese momento todas las fuerzas de Satanás que se resisten a Dios habrán sido completamente destruidas, la tierra ya no será perturbada ni dañada por Satanás, no habrá intrigas, disputas o engaños entre las personas, y la gente ya no sufrirá ni se preocupará o se enfermará y morirá. La humanidad vivirá como Adán y Eva en el Jardín del Edén, adorará y obedecerá a Dios, y vivirá en medio de las bendiciones de Dios. En ese momento, tanto Dios como la humanidad entrarán verdaderamente en el descanso, Dios conducirá a la humanidad desde el cielo y otorgará las bendiciones del cielo al mundo del hombre, y en la tierra la humanidad disfrutará de la guía de Dios, vivirá una vida celestial, y Dios y la humanidad vivirán felices juntos. Este es el hermoso destino que Dios ha preparado para nosotros. Esto cumple de lleno con la siguiente profecía en el Apocalipsis, ‘El enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas han pasado’ (Apocalipsis 21:4)”.

Después de escuchar las enseñanzas de mi hermana sobre este pasaje, sentí mi corazón resplandeciente. Resulta que es así como se cumplirán las profecías del Apocalipsis. En ese momento entendí que el hermoso destino preparado para la humanidad por Dios está en la tierra, pero que, cuando llegue, la humanidad vivirá sin las interferencias de Satanás y viviremos en paz unos con otros, lo cual será la vida bendecida que nos ha dado Dios. Al pensar de qué manera yo creía anteriormente que el hermoso destino preparado por Dios para la humanidad estaba en el cielo, y la forma en que fantaseaba con la vida en el cielo, me di cuenta de que era ridículo imaginar eso. Somos seres carnales, así que, ¿cómo podríamos existir en el cielo? Agradezco a Dios por Su guía, que me permitió comprender el misterio del reino de Dios.
El cielo se estaba oscureciendo sin que yo me diera cuenta, y antes de sentir que ya había escuchado lo suficiente, la reunión había terminado. Pero realmente obtuve muchas cosas de esta reunión, y espero entender más acerca de la verdad en la próxima...

 

Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.


¿Cuáles son los diferentes nombres de Dios? ¿Por qué se cambiaron?

2019-06-11 16:07:13 | Estudiar la Biblia
¿Cuáles son los diferentes nombres de Dios? ¿Por qué se cambiaron?

Está escrito en el Antiguo Testamento: “Yo, yo Jehová, y fuera de mí no hay quien salve” (Isaías 43:11). “Jehová, [...] Este es mi nombre para siempre, este es mi memorial por todos los siglos” (Éxodo 3:15). Las Escrituras afirman claramente que el nombre de Jehová es para siempre, sin embargo, en el Nuevo Testamento, el nombre de Dios cambió a Jesús, como está escrito: “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos” (Hebreos 13:8). ¿Por qué cambia el nombre de Dios? ¿Qué misterio hay detrás de esto? Encontré la respuesta a esta pregunta en un libro. El libro dice: “‘Jehová’ es el nombre que adopté durante Mi obra en Israel y significa el Dios de los israelitas (el pueblo escogido de Dios) que puede tener compasión del hombre, maldecirlo y guiar su vida. Significa el Dios que posee gran poder y está lleno de sabiduría. ‘Jesús’ es Emanuel y significa la ofrenda por el pecado que está llena de amor, de compasión y que redime al hombre. Él hizo la obra de la Era de la Gracia y representa la Era de la Gracia, y sólo puede representar una parte del plan de gestión. Es decir, sólo Jehová es el Dios del pueblo escogido de Israel, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob, el Dios de Moisés y el Dios de todo el pueblo de Israel. Y así en la era presente, todos los israelitas excepto la tribu de Judá, adoran a Jehová. Le hacen sacrificios en el altar y le sirven usando las túnicas de los sacerdotes en el templo. Lo que esperan es la reaparición de Jehová. Sólo Jesús es el Redentor de la humanidad. Él es la ofrenda por el pecado que redimió a la humanidad del pecado. Es decir, el nombre de Jesús vino de la Era de la Gracia y existió debido a la obra de redención en la Era de la Gracia. El nombre de Jesús existió para permitir que las personas de la Era de la Gracia nacieran de nuevo y fueran salvas, y es un nombre particular para la redención de toda la humanidad. Y por tanto el nombre de Jesús representa la obra de la redención y denota la Era de la Gracia. El nombre de Jehová es un nombre particular para el pueblo de Israel que vivía bajo la ley. En cada era y etapa de la obra, Mi nombre no carece de fundamento, sino que tiene un significado representativo: cada nombre representa una era. ‘Jehová’ representa la Era de la Ley y es el título honorífico para el Dios adorado por el pueblo de Israel. ‘Jesús’ representa la Era de la Gracia y es el nombre del Dios de todos aquellos que fueron redimidos durante la Era de la Gracia”. Al leer este pasaje podemos darnos cuenta de que Dios no tiene un nombre fijo, sino que toma diferentes nombres en diferentes eras, tanto dependiendo de la obra que realiza, como al carácter que expresa en esa era. Un nombre sólo representa una era, una fase de la obra y una faceta del carácter de Dios y el nombre de Dios no cambia siempre que dure esa era. En la Era de la Ley, por ejemplo, el nombre de Dios era Jehová, y con este nombre comenzó formalmente la obra de la Era de la Ley; Dios proclamó Su ley, guió las vidas de los hombres en la tierra, exigió que le adorasen a Él en ella, y aquellos que cumplieron estrictamente la ley recibieron las bendiciones y la dirección de Dios. Si alguien quebrantaba la ley, entonces era quemado por fuego celestial o era lapidado hasta morir. El carácter de Dios expresado en esta era consistía en la justicia y la majestad, y el nombre de Jehová fue adoptado de acuerdo con la obra de proclamar la ley y el carácter que Dios expresó. Al final de la Era de la Ley, como el hombre cada vez se estaba volviendo más corrupto y ya no podía cumplir la Ley, todas las personas se enfrentaron a ser castigadas y condenadas por infringir la ley. Con el fin de salvar a la humanidad, Dios se encarnó personalmente en el mundo y, con el nombre de Jesús, comenzó la Era de la Gracia, realizó la obra de la redención, trajo una rica abundancia de gracia a la humanidad y expresó Su carácter de misericordia y amor. Él nos redimió del pecado y, siempre que oremos en el nombre del Señor Jesús, entonces podemos obtener la gracia abundante de Dios. En otras palabras, el nombre Jesús era el nombre de Dios en la Era de la Gracia, y representaba la obra de Dios en la Era de la Gracia, así como el carácter de Dios expresado durante esa era. Por tanto, podemos saber, a través de las dos últimas fases de la obra de Dios, que el nombre de Dios cambia junto con Su obra, y que el nombre que Dios toma en cada fase tiene significado representativo, ya que representa Su obra y también el carácter que expresa en cada era. Dios utiliza Su nombre para empezar eras y para cambiar de una era a otra. Es decir, cada vez que cambia la era y la obra de Dios cambia, Dios debe tomar un nombre nuevo; este es un principio de la obra de Dios. Aunque, durante el curso de la salvación de Dios para el hombre, Él fuese llamado Jehová una vez y también fuese llamado Jesús una vez, la esencia de Dios nunca cambia; Dios es eternamente Dios, y siempre es un Dios quien realiza estas obras. Por ejemplo, cuando alguien se dedica a trabajar como maestro en una escuela, la gente le llamará maestro. Entonces, esa persona puede cambiar de trabajo y hacerse médico, y entonces la gente le llamará doctor. Entonces, si esa persona se convierte en gerente de una empresa, la gente le llamará gerente. Pero la persona en sí sigue siendo la misma, lo único que cambia es su trabajo y, por tanto, la gente se referirá a ella con títulos diferentes. En realidad, a través de la obra de Dios, somos capaces de ver que el nombre de Dios no es inmutable para siempre, sino que cambia con el cambio de la obra de Dios y las eras. Cuando Dios toma un nombre nuevo para dar comienzo a Su obra, sólo si aceptamos Su nombre nuevo podemos entonces ser capaces de seguir el ritmo de Su obra. diferentes nombres de Dios En la Era de la Ley, por ejemplo, el nombre de Dios era Jehová, y todo el mundo creyó profundamente en el nombre de Jehová. Aunque la obra de la Era de la Ley duró varios milenios, todo el mundo tenía que orar en el nombre de Jehová. Sin embargo, cuando el Señor Jesús vino a hacer Su obra, el nombre de Dios cambió a Jesús, y a partir de entonces, todos los que aceptaron a aquel cuyo nombre era Jesús como su Salvador se ganaron el elogio de Dios. Sin embargo, en aquel entonces, los fariseos judíos no sabían que el nombre de Dios cambia con la transición en la era, en Su obra. Creyeron que sólo Jehová podía ser su Dios, su Salvador, porque a lo largo de las eras habían afirmado que sólo Jehová es Dios, y que no hay otro Salvador aparte de Jehová. Como resultado, cuando Dios cambió Su nombre y vino a hacer la obra de la redención con el nombre de Jesús, condenaron y se resistieron violentamente al Señor Jesús. Al final, le clavaron a la cruz, cometiendo un crimen atroz y sufriendo el castigo de Dios. De manera similar, como todos sabemos, el Señor Jesús regresará en los últimos días para hacer la obra de separar a todos según su categoría. Si Dios se quedase con el nombre Jesús y siguiese expresando Su carácter de misericordia y amor, entonces, ¿cómo se revelarían los finales de todo tipo de personas? Entonces, ¿cambiará Dios Su nombre en los últimos días dependiendo de las necesidades de Su obra? Si insistimos en aferrarnos a nuestras propias ideas y creemos que, cuando el Señor Jesús regrese, el nombre de Dios no cambiará y se seguirá llamando Jesús, ¿no estaremos resistiéndonos a la obra de Dios y condenándola como hicieron los fariseos? ¿No estaríamos caminando por la misma senda que ellos? Así que, cuando el Señor regrese en los últimos días, ¿cambiará Su nombre o no? ¿Seguirá llamándose Jesús? En Apocalipsis se profetiza que: “Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá fuera; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalem, la cual desciende del cielo de con mi Dios, y mi nombre nuevo” (Apocalipsis 3:12). Este versículo menciona un “nombre nuevo,” que significa un nuevo nombre que no ha sido utilizado nunca. Como todos sabemos, el nombre de Jesús se nos entregó a nosotros como algo en lo que poder confiar para ser salvados, y el nombre del Señor Jesús ha sido invocado por la gente en la Era de la Gracia durante dos mil años. Si el nombre nuevo profetizado en Apocalipsis fuera todavía Jesús, ¿cómo podría entonces llamarse un nombre nuevo? Como es un nombre nuevo, entonces esto debe significar que el nombre de Dios cambiará una vez más. Si leemos detenidamente la Biblia, podemos ver que Apocalipsis 1:8 dice: “Yo soy el Alpha y la Omega, principio y fin, dice el Señor, que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso”. Y el Apocalipsis 11:17 dice: “Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu grande potencia, y has reinado”. Y hay muchos otros versículos, como Apocalipsis 19:6, que profetizan que el nombre nuevo de Dios en los últimos días será el Todopoderoso. A través de estas profecías podemos ver que el nombre de Dios, cuando regrese en los últimos días, tal vez podría ser el Todopoderoso. De la palabra anterior podemos entender que Dios regresará en los últimos días y que Su nombre cambiará. Entonces, ¿cómo deberíamos dar la bienvenida al regreso del Señor? Esto es algo que todo hermano y hermana que anhela el regreso del Señor debería tratar con mucho cuidado.

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