Seguir a Dios

El amor de Dios es la fortaleza de mi vida

versículos sobre la amistad.

2019-12-22 22:49:44 | Palabra de Dios

Mano amistad

Nos enseña a amar al Señor por corazón y ayudar unos a otros en el Señor.

Ayudar y amar a los hermanos y hermanas en Cristo es uno de los principios a la hora de tratar con otros Ctistianos ¿Qué dice la Biblia con respecto a ayudar y amar a los hermanos y hermanas en Cristo? Los siguientes 6 versículos de la Biblia nos ensañarán a cómo ayudar y amar en espíritu a los hermanos y hermanas en el Señor.

"La misericordia y la verdad se encontraron: La justicia y la paz se besaron." (Salmos 85:10)

"Mejor es la comida de legumbres donde hay amor, Que de buey engordado donde hay odio." (Proverbios 15:17)

"Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos á otros: como os he amado, que también os améis los unos á los otros.En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros." (Juan 13:34-35)

"Este es mi mandamiento: Que os améis los unos á los otros, como yo os he amado." (Juan 15:12)

"Del cual, todo el cuerpo compuesto y bien ligado entre sí por todas las junturas de su alimento, que recibe según la operación, cada miembro conforme á su medida toma aumento de cuerpo edificándose en amor." (Efesios 4:16)

"Mas acerca de la caridad fraterna no habéis menester que os escriba: porque vosotros mismos habéis aprendido de Dios que os améis los unos á los otros;" (1 Tesalonicenses 4:9)

Recomendación: Practicar la palabra de Dios | servirle a Dios con un solo corazón y mente

Le invitamos a utilizar nuestra página Versículos de la Biblia por temas para encontrar rápidamente versículos sobre temas populares.


versículos sobre la amistad

2019-12-22 22:49:44 | Palabra de Dios

Mano amistad

versículos sobre la amistad. Nos enseña a amar al Señor por corazón y ayudar unos a otros en el Señor.

 Ayudar y amar a los hermanos y hermanas en Cristo es uno de los principios a la hora de tratar con otros Cristianos. ¿Qué dice la Biblia con respecto a ayudar y amar a los hermanos y hermanas en Cristo? Los siguientes 6 versículos de la Biblia nos ensañarán a cómo ayudar y amar en espíritu a los hermanos y hermanas en el Señor.

"La misericordia y la verdad se encontraron: La justicia y la paz se besaron." (Salmos 85:10)

"Mejor es la comida de legumbres donde hay amor, Que de buey engordado donde hay odio." (Proverbios 15:17)

"Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos á otros: como os he amado, que también os améis los unos á los otros.En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros." (Juan 13:34-35)

"Este es mi mandamiento: Que os améis los unos á los otros, como yo os he amado." (Juan 15:12)

"Del cual, todo el cuerpo compuesto y bien ligado entre sí por todas las junturas de su alimento, que recibe según la operación, cada miembro conforme á su medida toma aumento de cuerpo edificándose en amor." (Efesios 4:16)

"Mas acerca de la caridad fraterna no habéis menester que os escriba: porque vosotros mismos habéis aprendido de Dios que os améis los unos á los otros;" (1 Tesalonicenses 4:9)

Recomendación: Practicar la palabra de Dios | servirle a Dios con un solo corazón y mente

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¿Cuál fue la intención de Dios detrás de este asunto?

2019-12-22 03:06:52 | Palabra de Dios

Personaje biblico abraham

Los que se familiarizan con la Biblia saben que cuando Abraham tenía 100 años, Dios le dio un hijo, era Isaac. Pero, Dios pidió que Abraham ofreciera a su único hijo Isaac como un holocausto, aunque Abraham no entendió la voluntad de Dios, estuvo dispuesto a ofrecérselo, cuando Abraham tomó el cuchillo para matar a su hijo, Dios envió al ángel para detenerlo a tiempo. Entonces, ¿cuál fue la intención de Dios detrás de este asunto?

Un libro dice: “Cuando Abraham extendió su mano, y tomó el cuchillo para sacrificar a su hijo, ¿vio Dios sus acciones? Sí; las vio. Todo el proceso —desde el principio, cuando Dios le pidió a Abraham que sacrificara a Isaac, hasta el momento en que el hombre alzó el cuchillo para matar a su hijo— le mostró a Dios el corazón de Abraham, e independientemente de su insensatez, su ignorancia y su malinterpretación anteriores de Dios, en aquel momento su corazón era sincero, honesto; de verdad le iba a devolver a Isaac a Dios, ese hijo que Él le había dado. Dios vio obediencia en él, esa misma obediencia que Él deseaba. […] Aunque sólo era una prueba y un examen, Dios se sintió satisfecho, percibió el amor del hombre por Él, y se sintió confortado por este como nunca antes. En el momento en que Abraham levantó su cuchillo para matar a Isaac, ¿lo detuvo Dios? Dios no permitió que Abraham ofreciese a Isaac, sencillamente porque no tenía intención de tomar su vida. Así pues, detuvo a Abraham justo a tiempo. Para Dios, la obediencia de Abraham ya había pasado la prueba; lo que hizo fue suficiente, y Él ya había visto el resultado de lo que pretendía hacer. ¿Fue este resultado satisfactorio para Dios? Puede decirse que lo fue, que fue lo que Dios quería, y lo que anhelaba ver. ¿Es esto cierto? Aunque, en diferentes contextos, Dios usa diferentes formas de probar a cada persona; en Abraham comprobó lo que quería ver: que su corazón era sincero, y su obediencia incondicional, y este ‘incondicional’ era precisamente lo que Dios deseaba”.

Recomendación: Evangelio de la Fuente de la Vida

Fuente: Caminando con Jesús

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¿Cuáles son las promesas de Dios para aquellos que han sido salvados y perfeccionados?

2019-12-20 22:54:06 | Palabra de Dios

Ahora estoy caminando afuera, en medio de Mi pueblo; Yo vivo entre Mi pueblo. Hoy en día, quienes alberguen un amor genuino hacia Mí, gente así está bendecida; bienaventurados quienes se someten a Mí, con seguridad permanecerán en Mi reino; bienaventurados quienes me conocen, con seguridad ejercerán poder en Mi reino; bienaventurados quienes me buscan, con seguridad escaparán de las ataduras de Satanás y disfrutarán de la bendición en Mí; bienaventurados quienes son capaces de renunciar a sí mismos, con seguridad entrarán en Mi posesión y heredarán la abundancia de Mi reino. Conmemoraré a los que corren por Mi causa, abrazaré con alegría a los que se consuman por Mi causa, daré disfrute a los que me presenten ofrendas. Bendeciré a los que encuentren disfrute en Mis palabras; con seguridad serán los pilares que sostendrán la viga maestra de Mi reino, con seguridad gozarán de abundancia incomparable en Mi casa, y nadie se podrá comparar con ellos. ¿Alguna vez habéis aceptado las bendiciones que os han sido dadas? ¿Alguna vez habéis buscado las promesas que os han sido hechas? Con toda seguridad, bajo la guía de Mi luz, atravesaréis por los dominios de las fuerzas de la oscuridad. Con seguridad, en medio de la oscuridad, no perderéis la luz que os guía. Con seguridad seréis el maestro de toda la creación. Con seguridad seréis un vencedor ante Satanás. Con seguridad, a la caída del reino del gran dragón rojo, os erguiréis en medio de la infinidad de multitudes para ser testigo de Mi victoria. Con seguridad estaréis resueltos y firmes en la tierra de Sinim. A través de los sufrimientos que soportéis, heredaréis la bendición que proviene de Mí, y con seguridad irradiaréis todos los rincones del universo con Mi gloria.

de “La decimonovena declaración” de Las declaraciones de Dios al universo entero

Como son capaces de testificar de Dios y de dedicar todos sus esfuerzos a Su obra, las que lo aman sinceramente pueden caminar por cualquier lugar bajo los cielos sin que nadie se atreva a oponerse a ellas, y pueden blandir el poder en la tierra y gobernar a todo el pueblo de Dios. Estas personas se han juntado desde todo el mundo, hablan idiomas diferentes y tienen un color de piel diferente, pero su existencia tiene el mismo sentido, todas tienen un corazón que ama a Dios, todas llevan el mismo testimonio, y tienen la misma determinación y el mismo deseo. Las que aman a Dios pueden caminar libremente por todo el mundo, las que testifican de Él pueden viajar por todo el universo. Dios ama a estas personas, las bendice y ellas siempre vivirán en Su luz.

de “Los que aman a Dios vivirán siempre en Su luz”

Basados en sus diferentes funciones y testimonios, los vencedores dentro del reino servirán como sacerdotes o seguidores, y todos los que sean victoriosos en medio de la tribulación se convertirán en el cuerpo de sacerdotes dentro del reino. El cuerpo de sacerdotes se formará cuando la obra del evangelio a través del universo llegue a su fin. Cuando ese tiempo llegue, eso que el hombre debe hacer será el desempeño de su deber dentro del reino de Dios y su vida junto con Dios dentro del reino. En el cuerpo de sacerdotes habrá sumos sacerdotes y sacerdotes y los demás serán los hijos y el pueblo de Dios. Todo esto lo determinarán sus testimonios para Dios durante la tribulación; no son títulos que se den a capricho. Una vez que se haya establecido el estatus del hombre, la obra de Dios cesará porque cada uno será clasificado de acuerdo a su especie y regresará a su posición original, y esto es la marca de la consecución de la obra de Dios, este es el resultado final de la obra de Dios y la práctica del hombre, y es la cristalización de las visiones de la obra de Dios y la cooperación del hombre. Al final, el hombre encontrará reposo en el reino de Dios y Dios también regresará a Su morada para reposar. Este es el resultado final de 6.000 años de cooperación entre Dios y el hombre.

de “La obra de Dios y la práctica del hombre”

Aquellos que serán perfeccionados por Dios son los que recibirán las bendiciones de Dios y Su herencia. Es decir, ellos asimilan lo que Dios es y posee para que se convierta en lo que ellos llevan dentro. Tienen todas las palabras de Dios forjadas dentro de ellos; cualquiera que sea la esencia Dios, vosotros tenéis la capacidad de asimilarlo todo tal y como es, y así vivir la verdad. Este es el tipo de hombre perfeccionado por Dios y obtenido por Dios. Sólo este tipo de hombre es elegible para heredar las siguientes bendiciones otorgadas por Dios:

1. Recibir todo el amor de Dios.

2. Actuar de acuerdo con la voluntad de Dios en todas las cosas.

3. Recibir la guía de Dios, vivir bajo la luz de Dios y ser esclarecido por Dios.

4. Vivir la imagen amada por Dios en la tierra, amando a Dios verdaderamente como hizo Pedro, crucificado por Dios y digno de morir en recompensa del amor de Dios, teniendo la misma gloria que Pedro.

5. Ser amado, respetado y admirado por todos en la tierra.

6. Vencer todas las cadenas de la muerte y el infierno, sin dar oportunidad alguna a las obras de Satanás, siendo poseído por Dios, viviendo dentro de un espíritu fresco y alegre sin ningún sentimiento de cansancio.

7. Poseer un indescriptible sentido de júbilo y emoción en todos los momentos a lo largo de la vida como si se vislumbrara el día de la venida de la gloria de Dios.

8. Recibir gloria con Dios y tener un semblante parecido a los amados santos de Dios.

9. Convertirse en lo que Dios ama en la tierra, esto es, el amado hijo de Dios.

10. Cambiar la forma y ascender con Dios al tercer cielo trascendiendo la carne.

de “Promesas a aquellos que han sido perfeccionados”

Viviendo una vida humana normal en la tierra, el hombre será similar a un ángel; aunque siga estando todavía en la carne, será muy parecido a un ángel. Esta es la promesa final; es la última que se le concede al hombre.

de “Restaurar la vida normal del hombre y llevarlo a un destino maravilloso”

Una vez acabada la obra de la conquista, el hombre será llevado a un mundo hermoso. Esta vida será, por supuesto, todavía en la tierra, pero será totalmente distinta a la vida del hombre hoy. Es la vida que la humanidad tendrá después de que toda la humanidad haya sido conquistada, será un nuevo comienzo para el hombre en la tierra; tener este tipo de vida será la prueba para la humanidad de que ha entrado en una esfera nueva y hermosa. Será el principio de la vida del hombre y de Dios en la tierra. La premisa de una vida tan bella debe ser que, después de que el hombre haya sido purificado y conquistado, se somete delante del Creador. Así, la obra de conquista es la última etapa de la obra de Dios antes de que la humanidad entre en el maravilloso destino. Semejante vida es la vida futura del hombre en la tierra; es la vida más hermosa sobre la tierra, el tipo de vida que el hombre anhela, la que nunca antes alcanzó en la historia del mundo. Es el resultado final de los 6.000 años de obra de gestión, es aquello que más anhela la humanidad, y también es Su promesa al hombre.

de “Restaurar la vida normal del hombre y llevarlo a un destino maravilloso”

Una vida en el reposo es una vida sin guerra, sin inmundicia, sin una persistente injusticia. Es decir, sin el acoso de Satanás (aquí “Satanás” se refiere a las fuerzas hostiles), ni la corrupción de Satanás, así como la invasión de cualquier fuerza que se oponga a Dios. Todos siguen a los de su propia especie y adoran al Señor de la creación. El cielo y la tierra están completamente tranquilos. Esta es la vida apacible de la humanidad. […] Cuando Dios y el hombre entren juntos en el reposo, querrá decir que la humanidad ha sido salvada y que Satanás ha sido destruido, que la obra de Dios entre los hombres se ha terminado por completo. Dios ya no continuará obrando entre los hombres y el hombre ya no vivirá bajo el dominio de Satanás. Por lo tanto, Dios ya no va a estar ocupado y el hombre ya no correrá de aquí para allá; Dios y el hombre entrarán al mismo tiempo en el reposo. Dios regresará a Su posición original y cada persona regresará al lugar que le corresponde. Estos son los destinos en los que Dios y el hombre, respectivamente, residirán después del fin de toda la gestión de Dios. Dios tiene el destino de Dios y el hombre tiene el destino del hombre. Mientras reposa, Dios seguirá guiando a toda la humanidad en sus vidas sobre la tierra. Mientras esté a la luz de Dios, el hombre adorará al único Dios verdadero que está en el cielo. Dios ya no vivirá entre la humanidad y tampoco el hombre podrá vivir con Dios en el destino de Dios. Dios y el hombre no pueden vivir dentro del mismo reino; en vez de esto, ambos tienen sus respectivas maneras de vivir. Dios es el que guía a toda la humanidad, mientras que toda la humanidad es la cristalización de la obra de gestión de Dios. La humanidad es la que es guiada; en cuanto a la esencia, la humanidad no es similar a Dios. Reposar quiere decir regresar a su lugar original. Por lo tanto, cuando Dios entra en el reposo, esto quiere decir que Dios regresa a Su lugar original. Dios ya no va a vivir sobre la tierra ni compartirá el gozo y el sufrimiento de la humanidad mientras esté entre la humanidad. Cuando la humanidad entre en el reposo, esto querrá decir que el hombre se ha convertido en una verdadera creación; la humanidad adorará a Dios desde la tierra y tendrá vidas humanas normales. La gente ya no será desobediente a Dios o resistirá a Dios; regresará a la vida original de Adán y Eva. Estas son las respectivas vidas y destinos de Dios y la humanidad después de que entren en el reposo. […] El lugar del reposo del hombre es sobre la tierra y el lugar del reposo de Dios es en el cielo. Mientras el hombre reposa adorará a Dios y también vivirá sobre la tierra, y mientras Dios reposa, Él guiará al resto de la humanidad; los guiará desde el cielo, no desde la tierra. Dios todavía será el Espíritu mientras que el hombre todavía será carne. Dios y el hombre, ambos, cada uno tiene su diferente manera de reposar. Mientras Dios reposa, Él vendrá y aparecerá entre los hombres; mientras el hombre reposa, Dios lo guiará a visitar el cielo y a gozar también la vida en el cielo. Después de que Dios y el hombre entren en el reposo, Satanás ya no existirá y, como Satanás, esa gente malvada tampoco existirá. Antes de que Dios y el hombre entren en el reposo, esos malvados individuos que una vez persiguieron a Dios sobre la tierra y los enemigos que fueron desobedientes a Él sobre la tierra ya habrán sido destruidos; los grandes desastres de los últimos días los habrán destruido. Después de que esos malvados individuos hayan sido destruidos por completo, la tierra nunca más volverá a conocer la persecución de Satanás. La humanidad obtendrá la salvación completa y sólo entonces será que la obra de Dios termine por completo. Estos son los prerrequisitos para que Dios y el hombre entren en el reposo.

de “Dios y el hombre entrarán juntos en el reposo”

En el reino, la vida del pueblo de Dios, con Dios, es incomparablemente feliz. Las aguas bailan por las vidas benditas de los pueblos, las montañas disfrutan Mi abundancia con los pueblos. Todos los hombres se esfuerzan, trabajan duro, muestran su lealtad a Mi reino. En el reino, ya no hay rebelión, no más resistencia; los cielos y la tierra dependen el uno del otro, el hombre y Yo somos cercanos y sentimos profundamente, a través de las felicidades de la vida, que nos confundimos en uno. […] ¡Pueblos todos! ¡Cantad ahora las canciones en vuestros corazones y bailad para Mí! ¡Levantad ahora vuestros corazones sinceros y ofrecedlos a Mí! ¡Retumben ahora vuestros tambores y tocad para Mí! ¡Hago brillar la alegría sobre todo el universo! ¡Muestro a los pueblos Mi rostro glorioso! ¡Tronaré! ¡Trascenderé el universo! ¡Ya reino entre los pueblos! ¡Soy exaltado por los pueblos! Me desplazo en el cielo azul y los pueblos se mueven conmigo. ¡Camino entre los pueblos y Mi pueblo me rodea! ¡Los corazones de los pueblos están alegres, sus canciones sacuden el universo y agrietan los cielos! El universo ya no está envuelto en niebla; no hay más lodo, no hay más recolección de aguas residuales. ¡Pueblo santo del universo! Bajo Mi inspección se revela vuestro verdadero rostro. No sois hombres cubiertos de inmundicia, sino santos puros como el jade, todos Mis amados, todos Mis deleites. ¡Todas las cosas vuelven a la vida! Todos los santos han regresado a los cielos, sirviéndome, entrando en Mi cálido abrazo, ya no lloran ni siguen ansiosos, ofreciéndose a Mí, regresando a Mi hogar y, en su tierra, Me amarán sin cesar. ¡Inmutables! ¿Dónde está la tristeza? ¿Dónde están las lágrimas? ¿Dónde está la carne? La tierra ya no existe; los cielos son eternos. Aparezco a todos los pueblos y todos los pueblos me alaban. Esta vida, esta belleza, desde tiempos inmemoriales y para siempre, no cambiará. Ésta es la vida en el reino.

de “¡Pueblos todos! ¡Alegraos!”


¿Cuál es el medio de la segunda venida de Jesucristo?

2019-12-19 23:52:19 | Palabra de Dios

Después de que el Señor Jesús resucitó y ascendió al cielo, todos los cristianos que sinceramente creyeron en Él comenzaron a esperar su segunda venida. En particular, nosotros que hemos nacido en los últimos días esperamos aún más Su segunda venida cuando Él nos elevará al reino celestial. Mientras nos aferramos a esta esperanza, ¿somos conscientes de la forma en que se manifestará la segunda venida del Señor? Esta pregunta se relaciona con el importante asunto de si somos capaces o no de dar la bienvenida al regreso del Señor, así que es esencial que lo discutamos seriamente.

Alguien dice que cuando llegue la segunda venida del Señor, Él vendrá definitivamente con nubes en gran poder y gloria, porque hay muchas profecías así dentro de la Biblia. Por ejemplo, “He aqui, viene con las nubes y todo ojo le verá, aun los que le traspasaron; y todas las tribus de la tierra harán lamentación por El; [...]” (Apocalipsis 1:7). “Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del Hombre; y entonces todas las tribus de la tierra harán duelo, y verán al Hijo del Hombre que viene sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria” (Mateo 24:30). También, cuando el Señor Jesús resucitó y subió al cielo, un ángel dijo: “Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, vendrá de la misma manera, tal como le habéis visto ir al cielo” (Hechos 1:11). A la luz de estas profecías, algunos hermanos y hermanas creen que la segunda venida del Señor en los últimos días será definitivamente que Él venga con nubes.

la segunda venida de jesucristo

De hecho, además de los muchos versículos en la Biblia que profetizan que el Señor vendrá abiertamente con nubes, también están las profecías que dicen que el Señor vendrá en secreto como un ladrón. Por ejemplo, “He aquí, vengo como ladrón. [...]” (Apocalipsis 16:15). “[...] Por tanto, si no velas, vendré como ladrón, [...]” (Apocalipsis 3:3). Y en Mateo 25:6, el Señor Jesús dijo: “Pero a medianoche se oyó un clamor: ‘¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo’”. Estos versículos dicen muy claramente que, cuando el Señor regrese, no todos podrán verlo, pero que Él vendrá sin que nosotros lo sepamos. En cambio, Su llegada será anunciada por un grito, es decir, por alguien que nos da testimonio del evangelio del regreso del Señor. Después de escuchar este testimonio, debemos abrir nuestras puertas y recibirlo, y solo entonces podremos dar la bienvenida al Señor. Por lo tanto, podemos confirmar que la Biblia profetiza dos maneras en que el Señor regresará: Una es que el Señor vendrá en el Espíritu, cabalgando abiertamente sobre las nubes, y la otra es que el Hijo del hombre vendrá en secreto.

Sabemos que el Señor es fiel, y ya sea que profetice que vendrá en secreto o abiertamente con nubes, todo será logrado y cumplido. Entonces, ¿cómo exactamente se van a cumplir estas dos profecías totalmente diferentes? Veamos varios versículos de la Escritura para encontrar la respuesta.

En Lucas 12:40, el Señor Jesús dijo: “Vosotros también estad preparados, porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no esperéis” Asimismo, Él dijo en Lucas 17:24–25: “Porque como el relámpago al fulgurar resplandece desde un extremo del cielo hasta el otro extremo del cielo, así será el Hijo del Hombre en su día. Pero primero es necesario que El padezca mucho y sea rechazado por esta generación”. Estos versículos profetizan que el Señor regresará en secreto como el Hijo del hombre. Como todos sabemos, “Hijo del hombre” significa alguien que nace del hombre y que posee una humanidad normal. El cuerpo espiritual de Dios no puede ser llamado Hijo del hombre; solo Dios encarnado puede ser llamado así. Como el Señor Jesús, por ejemplo. En esencia, Él era el Espíritu de Dios cubierto con un cuerpo ordinario, y nadie podía decir con solo mirarlo que Él era diferente de una persona normal. Por lo tanto, el tiempo de la obra de Dios encarnado fue la etapa en la que Él vino y obró en secreto. Para decirlo de otra manera, cuando el Señor venga de nuevo en los últimos días, Él aparece primero y realiza Su obra en la carne como el Hijo del hombre, y aquellos que son capaces de escuchar la voz de Dios, a través de las palabras de Dios, serán capaces de reconocer que Él es Dios. Al igual que Pedro y Juan en aquellos días antiguos, por ejemplo, que pudieron reconocer a partir de las palabras que Jesús dijo que Él era el Mesías, y siguieron entonces los pasos del Cordero, y lograron la salvación de Dios. Sin embargo, aquellos que son incapaces de escuchar la voz de Dios, ciertamente juzgan al Dios encarnado por Su apariencia exterior, tratan a Cristo como si Él fuera una persona común, e incluso rechazan, condenan y blasfeman a Cristo en los últimos días, exponiéndolos como vírgenes insensatas. Cuando ocurran los grandes desastres, el Señor comenzará a recompensar a los buenos y a castigar a los malos, y entonces Él vendrá con las nubes y aparecerá abiertamente a todos los pueblos. Cuando llegue ese momento, todos los que resistan a Dios quedarán atrapados en los desastres y habrá mucho llanto y rechinar de dientes. Tal como dice en Apocalipsis 1:7: “He aqui, viene con las nubes y todo ojo le verá, aun los que le traspasaron; y todas las tribus de la tierra harán lamentación por El; [...]”.

A partir de esto, podemos ver que el período en el que Dios viene en secreto es la etapa durante la cual Dios realiza Su obra para salvar a la humanidad, y que el tiempo en que Dios venga abiertamente será el tiempo en que recompensará a los buenos y castigará a los malvados. Tal como está escrito en Mateo 24:37-39: “Porque como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Pues así como en aquellos días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dándose en matrimonio, hasta el día en que entró Noé en el arca, y no comprendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos; así será la venida del Hijo del Hombre”. ¿Por qué se dice que los días de la venida del Hijo del hombre serán los mismos que los días de Noé? Todos sabemos que, cuando Noé construyó el arca, predicó al pueblo que Dios destruiría el mundo con el diluvio, pero nadie le creyó, sino que se burlaron de él por estar loco. Cuando el arca fue terminada y las ocho personas de la familia de Noé subieron a bordo, llegaron las inundaciones. A partir de esto podemos ver que, durante los días antes de que ocurrieran las inundaciones, Dios trató de salvar a los hombres, y que cuando vinieron las inundaciones, que fueron el advenimiento de los días de castigo, todos pudieron ver las inundaciones pero ya era demasiado tarde, porque la puerta de la gracia ya estaba cerrada en ese tiempo. Por lo tanto, la etapa en la cual el Señor viene en secreto es la salvación para todos los que creen sinceramente en Dios y aman la verdad, porque pueden escuchar la voz de Dios, recibir el regreso del Señor, ser limpiados y hechos vencedores por Dios. En cuanto a aquellos que pretenden creer en Dios y que odian la verdad, sin embargo, porque se aferran a sus propios conceptos erróneos e imaginaciones, y porque se rehúsan a aceptar la salvación de Dios de los últimos días, e incluso se resisten y condenan a Dios encarnado, ellos serán los objetos del castigo de Dios. Cuando el Señor aparezca abiertamente con las nubes, ellos verán que Aquel a quien se han estado resistiendo es verdaderamente Dios Mismo, pero para entonces su fin estará decidido, y Dios recompensará a los buenos y castigará a los malos. ¿Cómo entonces no se golpearán el pecho con gran llanto y rechinar de dientes? Así, el espectáculo de “y todo ojo le verá, aun los que le traspasaron; y todas las tribus de la tierra harán lamentación por El” se hará realidad.

A partir de la enseñanza anterior, podemos entender que la segunda venida del Señor en los últimos días tendrá lugar primero por Él encarnando secretamente en la forma del Hijo del hombre. Antes de que lleguen los desastres, Dios hará un grupo de vencedores y, una vez que Su obra esté terminada, aparecerá abiertamente con nubes para castigar a los malvados que le resistieron. Por lo tanto, si deseamos ser limpiados por Dios y sobrevivir a los desastres, entonces debemos aprovechar nuestra oportunidad de ser salvos por Dios antes de los desastres, no sea que lleguemos a estar entre aquellos por los cuales “y todas las tribus de la tierra harán lamentación por El”.

Actualmente, los desastres en todo el mundo están creciendo en escala y están sucediendo más y más frecuentemente, y todas las profecías bíblicas que profetizan el regreso del Señor ya se han cumplido básicamente. ¿Qué debemos hacer para seguir los pasos de Dios en este momento clave de la segunda venida del Señor? Apocalipsis 2:29 dice: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”. Y Apocalipsis 3:20 dice: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo”. A partir de estos versículos, podemos ver que cuando llegue la segunda venida del Señor, Él dirá Sus palabras, y por lo tanto debemos ser como las vírgenes prudentes y prestar atención para escuchar la voz de Dios. Cuando oímos a alguien gritar que el novio ha venido, debemos enfocarnos en buscar e investigar, y no solo mirar el cielo esperando que el Señor venga con las nubes, porque solo de esta manera podremos dar la bienvenida al regreso del Señor.

Scripture quotations taken from LBLA Copyright by The Lockman Foundation.


¿Cuál es el medio de la segunda venida de Jesucristo?

2019-12-19 00:28:45 | Reflexiones Cristianas

la segunda venida de jesucristo

Después de que el Señor Jesús resucitó y ascendió al cielo, todos los cristianos que sinceramente creyeron en Él comenzaron a esperar su segunda venida. En particular, nosotros que hemos nacido en los últimos días esperamos aún más Su segunda venida cuando Él nos elevará al reino celestial. Mientras nos aferramos a esta esperanza, ¿somos conscientes de la forma en que se manifestará la segunda venida del Señor? Esta pregunta se relaciona con el importante asunto de si somos capaces o no de dar la bienvenida al regreso del Señor, así que es esencial que lo discutamos seriamente.

Alguien dice que cuando llegue la segunda venida del Señor, Él vendrá definitivamente con nubes en gran poder y gloria, porque hay muchas profecías así dentro de la Biblia. Por ejemplo, “He aqui, viene con las nubes y todo ojo le verá, aun los que le traspasaron; y todas las tribus de la tierra harán lamentación por El; [...]” (Apocalipsis 1:7). “Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del Hombre; y entonces todas las tribus de la tierra harán duelo, y verán al Hijo del Hombre que viene sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria” (Mateo 24:30). También, cuando el Señor Jesús resucitó y subió al cielo, un ángel dijo: “Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, vendrá de la misma manera, tal como le habéis visto ir al cielo” (Hechos 1:11). A la luz de estas profecías, algunos hermanos y hermanas creen que la segunda venida del Señor en los últimos días será definitivamente que Él venga con nubes.

De hecho, además de los muchos versículos en la Biblia que profetizan que el Señor vendrá abiertamente con nubes, también están las profecías que dicen que el Señor vendrá en secreto como un ladrón. Por ejemplo, “He aquí, vengo como ladrón. [...]” (Apocalipsis 16:15). “[...] Por tanto, si no velas, vendré como ladrón, [...]” (Apocalipsis 3:3). Y en Mateo 25:6, el Señor Jesús dijo: “Pero a medianoche se oyó un clamor: ‘¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo’”. Estos versículos dicen muy claramente que, cuando el Señor regrese, no todos podrán verlo, pero que Él vendrá sin que nosotros lo sepamos. En cambio, Su llegada será anunciada por un grito, es decir, por alguien que nos da testimonio del evangelio del regreso del Señor. Después de escuchar este testimonio, debemos abrir nuestras puertas y recibirlo, y solo entonces podremos dar la bienvenida al Señor. Por lo tanto, podemos confirmar que la Biblia profetiza dos maneras en que el Señor regresará: Una es que el Señor vendrá en el Espíritu, cabalgando abiertamente sobre las nubes, y la otra es que el Hijo del hombre vendrá en secreto.

 

Sabemos que el Señor es fiel, y ya sea que profetice que vendrá en secreto o abiertamente con nubes, todo será logrado y cumplido. Entonces, ¿cómo exactamente se van a cumplir estas dos profecías totalmente diferentes? Veamos varios versículos de la Escritura para encontrar la respuesta.

En Lucas 12:40, el Señor Jesús dijo: “Vosotros también estad preparados, porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no esperéis” Asimismo, Él dijo en Lucas 17:24–25: “Porque como el relámpago al fulgurar resplandece desde un extremo del cielo hasta el otro extremo del cielo, así será el Hijo del Hombre en su día. Pero primero es necesario que El padezca mucho y sea rechazado por esta generación”. Estos versículos profetizan que el Señor regresará en secreto como el Hijo del hombre. Como todos sabemos, “Hijo del hombre” significa alguien que nace del hombre y que posee una humanidad normal. El cuerpo espiritual de Dios no puede ser llamado Hijo del hombre; solo Dios encarnado puede ser llamado así. Como el Señor Jesús, por ejemplo. En esencia, Él era el Espíritu de Dios cubierto con un cuerpo ordinario, y nadie podía decir con solo mirarlo que Él era diferente de una persona normal. Por lo tanto, el tiempo de la obra de Dios encarnado fue la etapa en la que Él vino y obró en secreto. Para decirlo de otra manera, cuando el Señor venga de nuevo en los últimos días, Él aparece primero y realiza Su obra en la carne como el Hijo del hombre, y aquellos que son capaces de escuchar la voz de Dios, a través de las palabras de Dios, serán capaces de reconocer que Él es Dios. Al igual que Pedro y Juan en aquellos días antiguos, por ejemplo, que pudieron reconocer a partir de las palabras que Jesús dijo que Él era el Mesías, y siguieron entonces los pasos del Cordero, y lograron la salvación de Dios. Sin embargo, aquellos que son incapaces de escuchar la voz de Dios, ciertamente juzgan al Dios encarnado por Su apariencia exterior, tratan a Cristo  como si Él fuera una persona común, e incluso rechazan, condenan y blasfeman a Cristo en los últimos días, exponiéndolos como vírgenes insensatas. Cuando ocurran los grandes desastres, el Señor comenzará a recompensar a los buenos y a castigar a los malos, y entonces Él vendrá con las nubes y aparecerá abiertamente a todos los pueblos. Cuando llegue ese momento, todos los que resistan a Dios quedarán atrapados en los desastres y habrá mucho llanto y rechinar de dientes. Tal como dice en Apocalipsis 1:7: “He aqui, viene con las nubes y todo ojo le verá, aun los que le traspasaron; y todas las tribus de la tierra harán lamentación por El; [...]”.

A partir de esto, podemos ver que el período en el que Dios viene en secreto es la etapa durante la cual Dios realiza Su obra para salvar a la humanidad, y que el tiempo en que Dios venga abiertamente será el tiempo en que recompensará a los buenos y castigará a los malvados. Tal como está escrito en Mateo 24:37-39: “Porque como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Pues así como en aquellos días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dándose en matrimonio, hasta el día en que entró Noé en el arca, y no comprendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos; así será la venida del Hijo del Hombre”. ¿Por qué se dice que los días de la venida del Hijo del hombre serán los mismos que los días de Noé? Todos sabemos que, cuando Noé construyó el arca, predicó al pueblo que Dios destruiría el mundo con el diluvio, pero nadie le creyó, sino que se burlaron de él por estar loco. Cuando el arca fue terminada y las ocho personas de la familia de Noé subieron a bordo, llegaron las inundaciones. A partir de esto podemos ver que, durante los días antes de que ocurrieran las inundaciones, Dios trató de salvar a los hombres, y que cuando vinieron las inundaciones, que fueron el advenimiento de los días de castigo, todos pudieron ver las inundaciones pero ya era demasiado tarde, porque la puerta de la gracia ya estaba cerrada en ese tiempo. Por lo tanto, la etapa en la cual el Señor viene en secreto es la salvación para todos los que creen sinceramente en Dios y aman la verdad, porque pueden escuchar la voz de Dios, recibir el regreso del Señor, ser limpiados y hechos vencedores por Dios. En cuanto a aquellos que pretenden creer en Dios y que odian la verdad, sin embargo, porque se aferran a sus propios conceptos erróneos e imaginaciones, y porque se rehúsan a aceptar la salvación de Dios de los últimos días, e incluso se resisten y condenan a Dios encarnado, ellos serán los objetos del castigo de Dios. Cuando el Señor aparezca abiertamente con las nubes, ellos verán que Aquel a quien se han estado resistiendo es verdaderamente Dios Mismo, pero para entonces su fin estará decidido, y Dios recompensará a los buenos y castigará a los malos. ¿Cómo entonces no se golpearán el pecho con gran llanto y rechinar de dientes? Así, el espectáculo de “y todo ojo le verá, aun los que le traspasaron; y todas las tribus de la tierra harán lamentación por El” se hará realidad.

A partir de la enseñanza anterior, podemos entender que la segunda venida del Señor en los últimos días tendrá lugar primero por Él encarnando secretamente en la forma del Hijo del hombre. Antes de que lleguen los desastres, Dios hará un grupo de vencedores y, una vez que Su obra esté terminada, aparecerá abiertamente con nubes para castigar a los malvados que le resistieron. Por lo tanto, si deseamos ser limpiados por Dios y sobrevivir a los desastres, entonces debemos aprovechar nuestra oportunidad de ser salvos por Dios antes de los desastres, no sea que lleguemos a estar entre aquellos por los cuales “y todas las tribus de la tierra harán lamentación por El”.

Actualmente, los desastres en todo el mundo están creciendo en escala y están sucediendo más y más frecuentemente, y todas las profecías bíblicas que profetizan el regreso del Señor ya se han cumplido básicamente. ¿Qué debemos hacer para seguir los pasos de Dios en este momento clave de la segunda venida del Señor? Apocalipsis 2:29 dice: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”. Y Apocalipsis 3:20 dice: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo”. A partir de estos versículos, podemos ver que cuando llegue la segunda venida del Señor, Él dirá Sus palabras, y por lo tanto debemos ser como las vírgenes prudentes y prestar atención para escuchar la voz de Dios. Cuando oímos a alguien gritar que el novio ha venido, debemos enfocarnos en buscar e investigar, y no solo mirar el cielo esperando que el Señor venga con las nubes, porque solo de esta manera podremos dar la bienvenida al regreso del Señor.

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Versiculos bíblicos del temor de Dios - apartarse del mal

2019-12-15 22:54:44 | Palabra de Dios

Versiculos bíblicos del temor de Dios - apartarse del mal

¿Es muy importante temer a Dios? Sí, muy importante. Se relaciona con la actitud de la humanidad hacia Dios. Si tenemos un corazón que teme a Dios, buscaremos la voluntad de Dios en todo y actuaremos de acuerdo a los requerimientos de Dios. Tomamos a Job como ejemplo, temía a Dios y evitaba el mal, y odiaba las fiestas de sus hijos, así que siempre oraba y daba sacrificios por ellos. Además, él dio testimonio de que satisfacía a Dios cuando fue tentado por Satanás. Leamos los siguientes versículos acerca del temor de Dios, esperando que usted pueda obtener la iluminación nueva y el aliento de ellos.

“Con misericordia y verdad se corrige el pecado: Y con el temor de Jehová se apartan del mal los hombres” (Proverbios 16:6).

“Sobre toda cosa guardada guarda tu corazón; Porque de él mana la vida” (Proverbios 4:23).  

“Los que á Jehová amáis, aborreced el mal: Guarda él las almas de sus santos; De mano de los impíos los libra” (Salmos 97:10).

“El temor de Jehová es aborrecer el mal; La soberbia y la arrogancia, y el mal camino Y la boca perversa, aborrezco” (Proverbios 8:13).

“No seas sabio en tu opinión: Teme á Jehová, y apártate del mal;” (Proverbios 3:7).

“ASI que, amados, pues tenemos tales promesas, limpiémonos de toda inmundicia de carne y de espíritu, perfeccionando la santificación en temor de Dios” (2 Corintios 7:1).

“HUBO un varón en tierra de Hus, llamado Job; y era este hombre perfecto y recto, y temeroso de Dios, y apartado del mal” (Job 1:1).

“Y Moisés respondió al pueblo: No temáis; que por probaros vino Dios, y porque su temor esté en vuestra presencia para que no pequéis” (Éxodo 20:20).

“Y si invocáis por Padre á aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conversad en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación:” (1 Pedro 1:17).

“El temor de Jehová es el principio de la sabiduría; Y la ciencia de los santos es inteligencia” (Proverbios 9:10).

“Y dijo al hombre: He aquí que el temor del Señor es la sabiduría, Y el apartarse del mal la inteligencia” (Job 28:28).

“El principio de la sabiduría es el temor de Jehová: Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza” (Proverbios 1:7).

“¿Quién es el hombre que teme á Jehová? El le enseñará el camino que ha de escoger” (Salmos 25:12).

“El fin de todo el discurso oído es este: Teme á Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre” (Eclesiastés 12:13).

“El temor de Jehová aumentará los días: Mas los años de los impíos serán acortados” (Proverbios 10:27).

“El temor de Jehová es para vida; Y con él vivirá el hombre, lleno de reposo; No será visitado de mal” (Proverbios 19:23).

“Riquezas, y honra, y vida, Son la remuneración de la humildad y del temor de Jehová” (Proverbios 22:4).

“He aquí, el ojo de Jehová sobre los que le temen, Sobre los que esperan en su misericordia; Para librar sus almas de la muerte, Y para darles vida en el hambre” (Salmos 33:18-19).

Versículos de la Biblia Sobre apartarse del mal

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Pasos para ser honesto y poder entrar en el reino de los cielos

2019-12-15 15:52:03 | Palabra de Dios

Leí la palabra del Señor Jesús en la Biblia, “... En verdad os digo que si no os convertís y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos” (Mateo 18:3). Me di cuenta de que Dios le gusta al hombre honesto. Él espera que no tengamos pretensiones sino que nos convirtamos en una persona honesta como los inocentes niños. Ya que sólo el honesto puede entrar en el reino de los cielos. Entonces, ¿qué deberíamos hacer para ser una persona honesta? A menudo me inquieta esta cuestión. Gracias a la guía del Señor, tengo el conocimiento de cómo ser honesto. Por eso, quiero compartirlo con ustedes.

Primero, Ser honesto en la oración

Está escrito en el libro de Juan 4:23-24, el Señor Jesús dijo, “Pero la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque ciertamente a los tales el Padre busca que le adoren. Dios es espíritu, y los que le adoran deben adorarle en espíritu y en verdad”. Esta parte de las escrituras me hace saber que el primer paso para ser honesto es compartir nuestros pensamientos íntimos, nuestra condición actual y dificultades reales con Dios en vez de hacer las cosas para presumir delante de otros, o decir las palabras bonitas o contrarias a nuestras propias convicciones para defraudar a Dios. Como el libro de Lucas 18:10-14 dijo, “Dos hombres subieron al templo a orar; uno era fariseo y el otro recaudador de impuestos. El fariseo puesto en pie, oraba para sí de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: estafadores, injustos, adúlteros; ni aun como este recaudador de impuestos. ‘Yo ayuno dos veces por semana; doy el diezmo de todo lo que gano.’ Pero el recaudador de impuestos, de pie y a cierta distancia, no quería ni siquiera alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: ‘Dios, ten piedad de mí, pecador.’ Os digo que éste descendió a su casa justificado pero aquél no; [...]”. Al escuchar la plegaria del fariseo y el publicano, nos damos cuenta que la plegaria del publicano fue extremadamente sencilla, sólo pedía la misericordia de Dios para él, un pecador. Pero él reconoció sus errores con un corazón verdadero y se arrepintió de lo que había hecho mal ante Dios. Por el contrario, el fariseo sólo dijo algo bonito en la plegaria para vanagloriarse ante Dios y presumir ellos mismos delante de los demás. Realmente, no abrió su corazón y habló las palabras dentro de su corazón a Dios. Por tanto, aunque sus plegarias fueron bonitas, no podía recibir la aprobación de Dios. El Señor Jesús expuso a los fariseos, “que devoran las casas de las viudas, y por las apariencias hacen largas oraciones; éstos recibirán mayor condenación” (Marcos 12:40). En la vida real, deberíamos practicar hablar con seguridad a Dios, decirle la verdad y aceptar Su observación en nuestras palabras y obras, cuando oremos a Dios. Sólo de esta forma, nos podemos poner en el camino de ser una persona honesta.

Personas-oración

Segundo, Ser una persona honesta

Deberíamos decir la verdad y abandonar las mentiras. El Señor Jesús dijo, “Antes bien, sea vuestro hablar: ‘Sí, sí’ o ‘No, no’; y lo que es más de esto, procede del mal ” (Mateo 5:37). Su palabra nos dice que deberíamos ir directamente al grano y hablar de forma práctica y realista, hablar sinceramente y no hacer o decir nada deshonesto. Si no hablamos sinceramente, seremos perversos. Pensando en mi vida diaria, a menudo dije bastante que no es preciso para bien de mis propios intereses y estado. Por ejemplo, algunas veces tuve que hablar en contra de mi voluntad para adorar a otros. Por temor a que los otros me rechazaran la mirada, maquillaría la verdad y diría algo que me ensalzara para dar una buena impresión. Cuando no me salían muy bien las cosas en el trabajo, siempre me esforzaba para que el problema pareciese, y lo trivializaba cuando informaba sobre él. Estos problemas a menudo surgen en nuestra vida diaria y necesitan ser solucionados cuando intentamos ser honestos. Entonces, ¿qué deberíamos hacer para resolverlos sin mentir ni decepcionar? Lo primero es establecer demandas estrictas sobre nosotros mismos y lo que decimos. Debemos aceptar que Dios ve en nuestro corazón si nuestras palabras y obras son verdaderas para ver que si existe mezcla en palabras. Si hay mezcla, debemos orar para revelarnos nuestras intenciones personales que no son correctas. Sólo de esta forma, nuestras mentiras se disminuirán más.

Tercero, No deberíamos engañar a Dios con nuestra indolencia al cumplir nuestros deberes

El Señor nos pide, “... Amaras al Señor tu Dios con todo tu corazon, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el grande y el primer mandamiento” (Mateo 22:37-38). Su palabra nos dice que debemos amar a Dios con todo nuestro corazón, alma y mente. Cuando cumplimos nuestros deberes, no debemos hacer tratamientos con Dios de manera superficial o engañarle con nuestra indolencia, sino darle a Dios lo mejor de nosotros mismos y agotarnos completamente para Él sin la adulteración de motivaciones, metas, u oficios. Sin embargo, cuando se trata de asuntos que involucren mis propios beneficios personales y se me requiera sufrir y pagar un precio, sólo estuve consciente de la carne y no pude llevar a cabo mi deber con mi corazón y fortaleza, pero quería ser descuidado y escatimar esfuerzos sin buscar ningún resultado, nunca considerando si esto puede satisfacer a Dios. Por ejemplo, cuando regué a los nuevos creyentes, sólo estuve contento que todo estaría hecho siempre y cuando los nuevos creyentes tuvieran la voluntad de asistir a reuniones, y no me importaba si ellos comprendían la verdad. Algunas veces, los hermanos y hermanas eran pasivos y débiles, sólo comunicaba con ellos pero no mantenía un seguimiento de sus situaciones personales para poder ayudarles y apoyarles. Para solucionar el problema de trabajar a la ligera, deberíamos reflejar si hemos cumplido nuestros deberes de forma aceptable, si pusimos nuestro corazón al cumplir nuestro deber y lo dimos todo de nosotros. Además, orar más a Dios, y aceptar Su observación y la supervisión de otros. Practicar esto por un tiempo nos ayudará a disminuir la situación engañosa en nuestros deberes.

Cuarto, Para ser una persona honesta, deberíamos dar nuestro corazón a Dios

Este es el método de práctica más crítico. El Señor dijo, “Este pueblo con los labios me honra, pero su corazon esta muy lejos de mi. ‘Mas en vano me rinden culto, […]’” (Mateo 15:8-9). Lo que Dios espera es que le demos completamente nuestro corazón, en vez de decir que creemos en Él y le adoramos sólo con nuestras palabras. Aunque recibamos bendiciones o sufrimos infortunios, nuestra fe nunca debe cambiar. Finalmente, podemos entregar a nosotros mismos a Dios, sometiéndonos a Su soberanía y disposiciones sin ninguna razón ni condiciones, sin discutir nuestras propias ganancias y pérdidas. Justo como las pruebas de Job, que perdió su propiedad y sus hijos, sufriendo el tormento de la enfermedad. Sin embargo, todavía mantuvo su integridad sin nadie que comprenda, ni quejarse ni malinterpretar a Dios, ni perder la confianza en Él. Además, Él creyó en la soberanía de Dios y se entregó verdaderamente a Él. Otro ejemplo, cuando Abraham le mandó Dios que entregara a su único hijo Isaac como una ofrenda sacrificial, no pidió razones ni se quejó a Dios, estuvo dispuesto de devolverle incondicionalmente a Dios su hijo favorito, que fue nacido cuando tenía cien años de edad. Y Pedro, fue crucificado cabeza abajo por seguir a Jesuscristo, y así sucesivamente. Ellos son los honestos a los ojos de Dios porque le han dado su corazón. Comparados con ellos, no puedo obedecer o adorar a Dios sin condiciones. En vez de eso, sólo quiero pagar el precio por recibir las bendiciones de Dios en el cielo, y trabajar duro en cambio por la corona de la justicia. Tales son las manifestaciones de engañar a Dios. Aunque yo creo en Dios, Dios no está en mi corazón y no le puedo entregar mi corazón. Por tanto, ser una persona honesta que sea deleitable a Dios, es necesario que nosotros le demos nuestro corazón a Él. Deberíamos orarle a Dios, confiar en Él siempre en todos los acontecimientos, y actuar en base a Su voluntad. Sin importar lo que hagamos, no deberíamos conspirar por nuestros propios intereses, sino sometimos a la soberanía de Dios y Sus disposiciones.

Para ser una persona honesta, debemos cumplir con estos cuatro aspectos en la práctica: primero, hablar las palabras de nuestro corazón a Dios; decir la verdad cuando nos enfrentemos con algo; responsabilizarnos de nuestro deber, ser serios y cuidadosos; buscar la voluntad de Dios y entregarnos a Su soberanía y disposiciones, sin quejarnos a Él aunque nos ponga pruebas o recibimos bendiciones o infortunios. Sólo de esta forma, podemos ser una persona honesta que sea probada por Dios.

(Traducido del original en inglés al español por Carlos Diaz )

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¿Podemos ser salvados y entrar en el reino de Dios mientras somos perdonados?

2019-12-13 18:50:04 | Reflexiones Cristianas

Con respecto a la salvación, muchos hermanos y hermanas afirman con seguridad: “La Biblia dice: ‘Que si confesares con tu boca al Señor Jesús, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia; mas con la boca se hace confesión para salud’ (Romanos 10:9-10). Hemos recibido la salvación en la cruz del Señor Jesús, y si sólo creemos en nuestros corazones y confesamos nuestros pecados con nuestras bocas, seremos perdonados; ya somos salvos, por lo tanto, tenemos la salvación completa y cuando el Señor venga, definitivamente entraremos en el reino de los cielos”. ¿Es este punto de vista nuestro realmente correcto? ¿Tener nuestros pecados perdonados y ser salvos realmente significa que tenemos la salvación completa? Realmente necesitamos comunicar este problema con claridad, porque está directamente relacionado con nuestra entrada al reino de los cielos, es un asunto muy importante.

Cristiano,Biblia

En primer lugar, debemos reconocer el hecho de que hemos recibido innegablemente la redención del Señor Jesús; sin embargo, ¿nuestra naturaleza pecaminosa ha sido resuelta? ¿El hecho de que Dios perdone nuestros pecados significa que ahora estamos purificados? En cuanto a nosotros, si nos echamos un vistazo a nosotros mismos y a la manera como la mayoría de nuestros hermanos y hermanas que nos rodean viven sus vidas, veremos que la gran mayoría de nosotros seguimos los caminos del mundo; cuando tenemos un problema, carecemos de tolerancia y paciencia, y somos incapaces de poner en práctica las palabras del Señor. Vivimos nuestras antiguas vidas pecando en el día y confesando en la noche. ¿Podríamos aquellos de nosotros que pecamos con tanta frecuencia realmente ser completamente salvos? ¿Entraremos realmente en el reino de los cielos en el futuro? En la Biblia se ha registrado que: “Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, es siervo de pecado. Y el siervo no queda en casa para siempre: el hijo queda para siempre” (Juan 8:34-35). “Pues que yo soy Jehová vuestro Dios, vosotros por tanto os santificaréis, y seréis santos, porque yo soy santo” (Levítico 11:44). “[...] y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor” (Hebreos 12:14). A partir de estos versículos, vemos que Dios es santo, que Su reino es santo y que Él no permitirá que personas impuras entren en Su reino. A pesar de que nuestros pecados sean perdonados, nuestra naturaleza pecaminosa todavía está dentro de nosotros y no estamos libres de la esclavitud del pecado. Vivimos dentro de un círculo vicioso de pecados y confesiones y no estamos purificados en absoluto. Pecar con frecuencia nos hace siervos del pecado. ¿Cómo podría un siervo del pecado entrar en el reino de Dios? Por lo tanto, el argumento de que perdonar nuestros pecados significa alcanzar la salvación completa y entrar en el reino de los cielos no se sostiene.

¿Qué significa “ser salvo” aquí? Todos sabemos que bajo la Era de la Ley, Dios emitió la ley y los mandamientos a través de Moisés para guiar a los israelitas en su vida en la tierra. En aquellos días, los israelitas sólo tenían que cumplir la ley y los mandamientos y no serían condenados. Cualquier infractor tenía que ofrecer un sacrificio para expiar su pecado, o sería castigado. Por lo tanto, la gente de esos días acató escrupulosamente la ley y nadie se atrevió a violarla. Hacia el final de la Era de la Ley, las personas pecaron cada vez más a medida que su corrupción por parte de Satanás se hizo cada vez más profunda. Ya no había suficientes sacrificios para expiar sus pecados y todos corrían el riesgo de ser ejecutados de acuerdo con la ley. Dios no podía soportar el hecho de ver a las personas que había creado siendo tan devoradas por Satanás, así que Dios se hizo carne y vino a la tierra para actuar como ofrenda por el pecado del hombre al ser clavado en la cruz, y rescatar así al hombre de vivir bajo la ley. Desde entonces, si solo creemos en el Señor Jesús, nuestros pecados pueden ser perdonados. Ya no sufrimos condena por no respetar la ley; es decir, somos salvos por la redención del Señor. Está claro entonces que “ser salvos” es que nosotros creamos en el Señor Jesús, siendo perdonados por nuestros pecados al arrepentirnos ante el Señor, y ya no estar sujetos a ser ejecutados por la ley. No solo eso, sino que también significa poder disfrutar de la paz, la alegría y la gracia abundante que nos concede el Señor Jesús. Esto es a lo que nos referimos comúnmente como el verdadero significado de “ser salvos” por la fe.

Leamos juntos un par de pasajes: “Un pecador como alguno de vosotros, que acaba de ser redimido y que no ha sido cambiado o perfeccionado por Dios, ¿puedes ser conforme al corazón de Dios? Para ti, que aún eres del viejo ser, es cierto que Jesús te salvó y que no perteneces al pecado gracias a la salvación de Dios, pero esto no demuestra que no seas pecador ni impuro. ¿Cómo puedes ser santo si no has sido cambiado? En tu interior, estás cercado por la impureza, egoísta y miserable, pero sigues deseando descender con Jesús; ¡tendrías que tener tanta suerte! Te has saltado un paso en tu creencia en Dios: simplemente has sido redimido, pero no has sido cambiado. Para que seas conforme al corazón de Dios, Él debe realizar personalmente la obra de cambiarte y purificarte; si sólo eres redimido, serás incapaz de alcanzar la santidad. De esta forma no serás apto para participar en las buenas bendiciones de Dios, porque te has saltado un paso en la obra de Dios de gestionar al hombre, que es el paso clave del cambio y el perfeccionamiento. Y así, tú, un pecador que acaba de ser redimido, no puedes heredar directamente la herencia de Dios”.

Los pecados del hombre fueron perdonados a través del Dios encarnado, pero eso no significa que el hombre no tenga pecado en él. Los pecados del hombre podían ser perdonados por medio de una ofrenda por el pecado, pero el hombre ha sido incapaz de resolver el problema de cómo no pecar más y cómo poder desechar completamente su naturaleza pecaminosa y ser transformado. Los pecados del hombre fueron perdonados gracias a la obra de la crucifixión de Dios, pero el hombre siguió viviendo en el viejo carácter satánico y corrupto. Así pues, el hombre debe ser completamente salvo de este carácter satánico corrupto para que la naturaleza pecadora del hombre sea del todo desechada y no se desarrolle más, permitiendo así que el carácter del hombre cambie”.

A partir de estos dos pasajes, podemos ver que de hecho somos salvos por la obra redentora del Señor Jesús, pero esta salvación sólo significa que nuestros pecados son perdonados. No significa que estamos libres de la esclavitud y del control del pecado. Puesto que nuestra naturaleza pecaminosa todavía existe, a menudo vamos en contra de las enseñanzas del Señor y seguimos los deseos de la carne y cometemos pecados. Es tal como Pablo dijo una vez: “Y yo sé que en mí (es á saber, en mi carne) no mora el bien: porque tengo el querer, mas efectuar el bien no lo alcanzo. Porque no hago el bien que quiero; mas el mal que no quiero, éste hago. Y si hago lo que no quiero, ya no obro yo, sino el mal que mora en mí” (Romanos 7:18-20). Las palabras de Pablo transmiten la voz interior de cada hermano y hermana. A menudo estamos dominados por el pecado, manifestando todo tipo de caracteres satánicos y corruptos. Por ejemplo, el Señor nos exige que seamos personas honestas, pero a menudo mentimos, engañamos y hacemos trampa para nuestro propio beneficio. En nuestros tratos interpersonales, conspiramos unos contra otros por nuestro beneficio personal. Cuando sufrimos a través de pruebas, seguimos malinterpretando y culpando a Dios, e incluso nos distanciamos de Él o lo traicionamos. Cuando la obra de Dios no se ajusta a nuestras nociones, juzgamos y condenamos a Dios a nuestra voluntad. Seguimos a Dios, pero al mismo tiempo seguimos y adoramos al hombre... Es difícil liberarnos de este círculo vicioso de pecar y luego confesar. Nunca podremos librarnos de la esclavitud del pecado ni podremos someternos absolutamente a Dios y ser compatibles con Él. ¿Cómo puede esto llamarse salvación completa?

¿Todavía tenemos la esperanza de alcanzar la salvación completa y entrar en el reino de Dios? En realidad, hay algunos versículos en la Biblia que ya nos han revelado esto. Veamos. Está registrado en la Biblia que: “Aun tengo muchas cosas que deciros, mas ahora no las podéis llevar. Pero cuando viniere aquel Espíritu de verdad, él os guiará á toda verdad; porque no hablará de sí mismo, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que han de venir” (Juan 16:12-13). “El que me desecha, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue: la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero” (Juan 12:48). “Para nosotros que somos guardados en la virtud de Dios por fe, para alcanzar la salud que está aparejada para ser manifestada en el postrimero tiempo” (1 Pedro 1:5). “he aquí, el juez está delante de la puerta” (Santiago 5:9). Podemos ver en estos versículos que el Señor Jesús vendrá nuevamente en los últimos días y expresará la verdad, haciendo una etapa de obra para juzgar y purificar a la humanidad, salvándonos completamente del pecado, permitiéndonos escapar de la esclavitud del pecado, y haciéndonos finalmente compatibles con Dios. Nos convertiremos en personas que temen a Dios y se someten a Él. El logro de tal resultado debe alcanzarse por la obra de juicio de Dios en los últimos días. Solo a través del juicio y la revelación de la palabra de Dios podemos entender la verdad de nuestra corrupción por parte de Satanás, así como nuestras naturalezas y esencias; sólo entonces podremos entender la justicia, la majestad y el carácter inviolable de Dios. Solo entonces podremos tener un verdadero remordimiento y arrepentimiento, y la resolución de despreciar a la carne y abandonar a Satanás. Entonces podremos desarrollar un corazón temeroso de Dios; podremos romper completamente con la influencia maligna de Satanás, volvernos completamente a Dios y ser ganados por Él. A medida que nuestra comprensión de la verdad se profundiza, nos someteremos más y más a Dios y cada vez practicaremos más la verdad. De esta manera, antes de que nos demos cuenta, desecharemos completamente el pecado y seremos purificados. Solo entonces podremos alcanzar la salvación completa y entrar en el reino de Dios. Está claro que sólo cuando aceptemos el juicio y el castigo de las palabras de Dios en los últimos días podremos entender la verdad, conocer a Dios, liberarnos completamente de la influencia de Satanás y deshacernos de su carácter corrupto. Entonces podremos vivir por la verdad y por la palabra de Dios; este es el verdadero significado de la salvación completa. Esto requiere que oremos más con respecto a dar la bienvenida al regreso del Señor, buscarlo con humildad y escuchar atentamente “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice á las iglesias” (Apocalipsis 2:7). Solo entonces podremos dar la bienvenida a la aparición de Dios, experimentar la obra de juicio de Dios en los últimos días, ser purificados y ser completamente salvos. Gracias al Señor, ¡que la salvación del Señor en los últimos días nos llegue pronto!


Desperté de mi sueño del reino de los cielos

2019-12-13 13:40:43 | Reflexiones Cristianas

En una mañana de primavera, el sol se levantaba lentamente desde el este, brillando sobre la tierra. La hierba y las flores al borde de la carretera respirando el aire fresco con optimismo. Las aves gorjeando tampoco podían evitar cantar canciones. Todo parecía animado. Li Yang caminaba alegremente bajo el brillante sol, en camino hacia donde Ye Ling.

Después de llegar allí, Li Yang le preguntó a Ye Ling con preocupación: “¿Qué has estado haciendo?” Al oír esto, Ye Ling orgullosamente contestó: “Además de hacer mis tareas domésticas, propago el evangelio cada vez que tengo tiempo. Ayer la hermana Huang y yo compartimos el evangelio con mi tía que vive en el pueblo cercano. A pesar de que la caminata de 8 kilómetros me agotó, valió la pena porque ella estaba dispuesta a creer en el Señor”. “Tan alegre que eres”. “Por supuesto, nuestro Pastor dice que, si queremos ser conducidos al reino de los Cielos, debemos sufrir más y pagar un precio mayor, predicar el evangelio más y dar más frutos, y trabajar duro. De esa manera, seremos llevados de vuelta al hogar celestial cuando el Señor venga”.

Salida del sol

Después de escuchar sus palabras, Li Yang dijo sonriendo: “Yo tenía la misma opinión que tú en el pasado, pensando que mientras yo trabajara duro y predicara más el evangelio, sacrificado y gastado por el Señor, y dedicara mi juventud, el Señor seguramente me elevaría a Su reino cuando Él regrese. Por varios años he contactado a algunos predicadores para una comprensión comparativamente mejor de la verdad. Después de escuchar sus comunicaciones, tuve un nuevo entendimiento y me di cuenta de que estamos lejos de entrar en el reino de los Cielos con esta forma de alcanzarlo”. En este momento, Ye Ling miró a Li Yang con sorpresa y le dijo: “¿Oh? ¿Está lejos? Pero el apóstol Pablo dijo: ‘He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, he guardado la fe. En el futuro me está reservada la corona de justicia que el Señor, […]’ (2 Timoteo 4:7-8). ¿No es suficiente para que entremos en el reino de los Cielos, si hemos corrido, trabajado y gastado por el Señor bajo el viento y la lluvia? ¿Qué piensa usted de esta pregunta?

Li Yang respondió: “Ye Ling, nuestra fe en Dios debe basarse en las palabras de Jesucristo. No importa quién lo diga, todos debemos determinar si se ajusta a las palabras del Señor. Si lo hace, debemos escuchar; si no, es completamente el producto de las ideas del hombre y su imaginación. Ye Ling asintió con la cabeza y escuchó pensativamente con el entrecejo fruncido. Li Yang continuó, “Jesucristo dijo: ‘No todo el que me dice: “Señor, Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: “Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?” Y entonces les declararé: “Jamás os conocí; apartaos de mi, los que practicais la iniquidad”’ (Mateo 7:21-23). De las palabras del Señor podemos ver: Muchos trabajadores asiduos, que oraron todos los días en el nombre del Señor, que expulsaron demonios e hicieron muchos milagros en Su nombre, que difundieron el evangelio, predicaron de un lugar a otro, y a menudo apoyaron a los hermanos y hermanas débiles, no sólo no eran conocidos por el Señor, sino que además fueron llamados hacedores del mal. ¿Por qué pasó eso? La intención del Señor se encuentra oculta y por eso debemos buscarla. Si no entendemos esta pregunta y seguimos la búsqueda de acuerdo con nuestras concepciones e imaginación, eventualmente seremos abandonados por el Señor. ¡Qué terribles son las consecuencias!

Pensando en las palabras de Li Yang, Ye Ling se sintió un poco confundida: “Todos ellos fueron los que trabajaron duro, soportaron sufrimientos y se esforzaron. ¿Por qué no sólo no estaban en el cielo, sino que el Señor decía que eran malvados? ¿Qué es exactamente la intención del Señor?

Li Yang dijo pacientemente: “En realidad, la razón por la que no podían entrar en el reino de los Cielos, no es que no pudieran soportar los sufrimientos ni pagar el costo, sino que no siguieron la voluntad de Dios. Por ejemplo, los bien conocidos fariseos sirvieron a Dios año tras año, y viajaron por tierra y mar. Y también tenían muchas buenas obras y hablaban francamente sobre la apariencia. Sin embargo, no ganaron la alabanza del Señor, sino en su lugar ganaron Sus maldiciones. Así como Jesucristo dijo: ‘¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque recorréis el mar y la tierra para hacer un prosélito, y cuando llega a serlo, lo hacéis hijo del infierno dos veces más que vosotros’ (Mateo 23:15), y ‘¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque pagáis el diezmo de la menta, del eneldo y del comino, y habéis descuidado los preceptos de más peso de la ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad; y éstas son las cosas que debíais haber hecho, sin descuidar aquéllas’ (Mateo 23:23). De esto, podemos ver: Aunque los fariseos se esforzaron superficialmente y trabajaron duro, simplemente estaba haciéndolo como una apariencia falsa hacia la gente. En realidad, no observaron los mandamientos de Dios ni practicaron Su palabra. A pesar de que predicaron el Evangelio, ¿Cuál fue el efecto final? Los creyentes fueron conducidos al camino de resistir a Dios. Cuando Jesús vino a hacer una nueva obra, aunque los fariseos habían reconocido claramente que la palabra del Señor es la verdad, para proteger su propia fama, estatus e intereses, ellos todavía seguían obstinadamente aferrados a sus ideas y no aceptaban la verdad expresada por el Señor ni permitieron que los creyentes buscaran o aceptaran Su obra. Incluso llevaron a los creyentes a seguir el régimen Romano y clavaron a Jesucristo en la Cruz. Esto expuso totalmente su verdad-odio y naturaleza hipócrita. Aunque podían tener sufrimiento mientras difundían el evangelio, trabajaban duro y sacrificaban, ellos no eran los que amaban la verdad y seguían la voluntad de Dios. Del mismo modo, hoy, aunque también podemos sacrificarnos, esforzarnos, sufrir, predicar y trabajar duro, ¿Significa que somos las personas que siguen la voluntad de Dios? La mayoría de nuestros pensamientos y acciones no están de acuerdo con la palabra del Señor. Cuando algo sucede en nuestra vida real, rara vez nos comportamos de acuerdo con la palabra del Señor, si no que a menudo lo manejamos confiando en las preferencias de la carne, a menudo durante este proceso consideramos y planificamos para nuestros intereses. Especialmente al encontrarse con algo que no es satisfactorio o no está de acuerdo con nuestras ideas, raras veces meditamos sobre el tipo de verdades que necesitamos entender o entrar, o cómo traicionarnos para practicar la palabra del Señor y que podamos obedecer y satisfacer al Señor, y convertirnos en una persona genuina que se apega a la voluntad de Dios. No practicamos la verdad lo más imperativo para entender y entrar, pero a menudo malinterpretamos y nos quejamos del Señor. Aún más, ahora se nos han marchitado nuestros espíritus y hemos fallado en sentir la obra del Espíritu Santo. Sin embargo, todavía no buscamos una iglesia que tenga la obra del Espíritu Santo o ni preguntamos a aquellos que persiguen la verdad, cuál es la causa de esta situación, sino que simplemente trabajan ciegamente. ¿No va esto completamente en contra de la palabra del Señor? ‘Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, pues ellos serán saciados.’ (Mateo 5:6)? Por lo que, sólo trabajando duro exteriormente no significa que nosotros seamos los que hacemos la voluntad del Padre celestial o que podamos entrar en el reino de los Cielos”.

“Oyendo esto, Ye Ling se sintió conmovida y se sumergió en la contemplación con la cabeza inclinada: Exactamente. Los fariseos trabajaron duro, sufrieron penurias y se entregaron a sí mismos en ese momento. Pero cuando supieron claramente que la palabra de Jesucristo tiene la verdad y la autoridad, no sólo no la aceptaron, sino que también se resistieron obstinadamente y la condenaron. De ninguna manera eran ellos los que estaban siguiendo el camino de Dios. Ahora nosotros los creyentes somos incapaces de poner la palabra del Señor en práctica en nuestras vidas; nuestros espíritus están en tinieblas y se sienten sedientos, pero todavía no encontramos las iglesias que posean la obra del Espíritu Santo. ¿Cómo es posible que una humanidad como nosotros sea la que haga la voluntad del Padre celestial? Entonces Ye Ling dijo con emoción: “Mm, tus palabras tienen sentido y están en consonancia con nuestras situaciones verdaderas. Entonces, ¿Qué debemos hacer para seguir la voluntad del Padre celestial y entrar en el reino de Dios?”

Li Yang constestó, “Jesucristo dijo: ‘No todo el que me dice: “Señor, Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos’ (Mateo 7:21). Y ‘... Amaras al Señor tu Dios con todo tu corazon, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el grande y el primer mandamiento’ (Mateo 22:37-38). Jesucristo ya nos dijo las condiciones bajo las cuales entramos en el reino de los Cielos: Debemos amar al Señor con nuestro corazón y alma y poner sus palabras en práctica; debemos tener un lugar sólo para el Señor y de acuerdo con sus necesidades sin tomar en cuenta nuestra propia elección en todo. Abraham es un buen ejemplo. Cuando él devolvió a Isaac a Dios, él no eligió para sí mismo y escuchó y obedeció el requerimiento de Dios, así que vio las obras de Dios y obtuvo Sus bendiciones: Sus descendientes serían numerosos como las estrellas del cielo y como la arena en la orilla del mar. Así que Job, que temía a Dios y rechazó el mal. Cuando encontró pruebas y refinamientos — todo el ganado y ovejas perdidas en la montaña, sus hijos y sus hijas murieron, y su cuerpo estaba enfermo, todavía exaltaba el nombre de Dios, no quejándose de Él. Por esta razón, Dios dijo que Job era un hombre perfecto y recto. Y Pedro escogió amar a Dios al más alto nivel y obedecer a Dios hasta la muerte. Él tenía en mente cada palabra que Jesucristo le decía y se comparaba con estas palabras para que todos sus pensamientos, ideas y acciones pudieran estar de acuerdo con Su voluntad. Al final, fue crucificado boca abajo por Dios, pero aún sentía que no era suficiente su amor por Dios. Debido a su persecución, Jesucristo apreció su creencia y le dio la llave del Reino Celestial. De los antiguos Santos, podemos ver que para obtener la aprobación de Dios, uno necesita incondicionalmente escuchar la palabra de Dios, someterse y adorar a Dios, y tratar de amar a Dios y vivir a semejanza del hombre real que Dios requiere, en lugar de sólo tener alguna buena acción superficial, aguantando dolores o pagando algún precio. Este tipo de fe es la única manera de obtener la alabanza de Dios”. Ye Ling sintió que lo que Li Yang dijo, era consistente con la verdad, así que ella asintió con la cabeza mientras escuchaba.

Li Yang continuó. “Jesucristo nunca dijo que podíamos entrar en el Reino Celestial sólo teniendo buenos comportamientos hacia afuera. Si queremos entrar, debemos seguir la palabra del Señor, en lugar de nuestras concepciones e imaginación. Como dice el refrán, ‘Si no haces lo que tu jefe quiere, es inútil incluso si trabajas hasta la muerte?’ ¡A menos que nuestra fe en el Señor se base en Su palabra, es sólo un sueño y nuestra ilusión de entrar en el reino de los Cielos!”

Ye Ling dijo pensativa: “Tus palabras tienen toda la razón. Son iluminadas por Dios, y también se ajustan a la verdad y a las palabras del Señor. En nuestra creencia en el Señor, debemos basarnos en Sus requerimientos, y tratar de amar y satisfacer a Dios con nuestro corazón y alma, que es la voluntad de Dios. Sin embargo, no actúo según Su palabra, sino que quiero tener buenas obras superficiales y ganar más gente predicando el evangelio a cambio de las bendiciones del reino de los Cielos. ¡No son esas mis concepciones e ilusiones! Me he desviado del camino del Señor, pero no lo sé. Si continúo así, me temo que lo que dijo el Señor, ‘Jamás os conocí; apartaos de mi, los que practicais la iniquidad’ (Mateo 7:23). Se cumplirá sobre mí. Es terrible. ¡Gracias al Señor! ¡Li Yang, he entendido y encontrado el camino al reino de los Cielos a través de su compañerismo!”

Li Yang miró a Ye Ling, y luego ambas asintieron con la cabeza, felizmente.

Los pájaros afuera de la ventana todavía estaban cantando sobre la rama. Las flores se veían más brillantes y más hermosas al sol.

(Traducido del original en inglés al español por Xinia Arias Quirós )

Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.